martes, 23 de mayo de 2023

Crítica: We have a Ghost (2023)

Película dirigida por Christopher Landon (Happy Death Day, Freaky), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Geoff Manaugh. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 24 de febrero.

Sinopsis:

Encontrar un fantasma de nombre Ernest (David Harbour) viviendo en su nueva casa le brinda la posibilidad a la familia de Kevin de volverse una sensación en las redes sociales. Pero cuando Kevin y su nuevo amigo empiezan a investigar su pasado rápidamente se convierten en objetivos de la CIA.


Comentarios generales:

Actualmente me encuentro en un punto en el que las películas de Netflix no me generan demasiada expectativa debido a que, salvo por contadas excepciones, la gran mayoría resultan ser propuestas poco memorables que solo sirven para rellenar su catálogo. Por ello es que We have a Ghost no me llamó mucho la atención cuando fue anunciada, sin embargo, por el talento involucrado me resultaba difícil poder seguir ignorándola y honestamente me he llevado un buen sabor de boca.

Y es que lo traído por Landon hay que entenderlo como un producto para entretener a un público familiar y bajo dicho parámetro cumple su objetivo de manera satisfactoria al presentarnos una historia que desde los primeros minutos establece su tono ligero sin demasiadas complicaciones por medio de una dinámica familiar con la cual muchos se podrán sentir identificados y con la presentación de un fantasma que desde el primer instante deja claro que está concebido más para generar risas que terror. Algo que termina encajando perfectamente con todo el concepto de las redes sociales y esto hace que la primera mitad de la película fluya de manera ágil con momentos cómicos bien logrados que ayudan a posicionar a Ernest como un personaje interesante y del que quieres saber más, así como soltar cierta crítica hacía todo lo absurdo que viene con la fama instantánea que brinda el internet.

Lo malo es que esto termina teniendo cierto límite de efectividad y cuando es momento de integrar otras cosas para añadir variedad se opta por una problemática con la CIA que no es para nada interesante y en todo momento sientes que ha sido integrada con calzador porque simplemente no lleva a ningún lado. Aunque afortunadamente también existe otro misterio que hace que la película logre soportar lo anterior y gracias a eso el ritmo en realidad nunca decae; de hecho, gracias a este también se logran integrar unas escenas de acción que ayudan a sacudir un poco el estancamiento de las acciones y que la amistad Kevin/Ernest logre solidificarse.

Dejando con esto una parte final en la que para nuestra suerte se desecha rápidamente el tema de la CIA y se le da prioridad al misterio para así ofrecer un desenlace que es un poco más oscuro e intenso de lo que imaginarías, pero también logra resultar emocional cuando debe de serlo.

Sobre las actuaciones puedo decir que todos cumplen, siendo David Harbour el que tiene la labor más compleja debido a que no dice ni una sola palabra y aún así logra manifestar bastantes cosas por medio de expresiones faciales. Mientras que en producción es de una factura cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte muy simple, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es muy discreta.

Opinión final: We have a Ghost está entretenida. Película simple para pasar un buen rato cualquier día de la semana.

Ojometro:
***