martes, 6 de junio de 2023

Crítica: Malum (2023)

Reboot/remake dirigido por Anthony DiBlasi (Cassadaga, Last Shift), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Poiley. Se estrenó en VOD y formato digital el pasado 18 de mayo dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Jessica Loren (Jessica Sula) es una oficial de policía novata que pide el último turno para vigilar la antigua estación de policía en un intento desesperado para descubrir la misteriosa conexión entre la muerte de su padre y un peligroso culto.


Comentarios generales:

No es muy común que sea el propio director quien decida hacer un reboot de una película suya en un periodo de tiempo relativamente corto, sobre todo porque existen ciertas reglas no escritas sobre la temporalidad para que esto se dé. Siendo el caso de Sam Raimi con "Evil Dead 2" el otro que se me viene a la mente en estos momentos, aunque en aquella ocasión se trató de un remake y secuela a la vez.

Ante esto evidentemente Malum se convirtió en uno de los proyectos más interesantes de 2023 debido a que la película original de 2015 (Last Shift) en general no era una a la que le urgiera una nueva versión. Sin embargo, ante la posibilidad de tener más presupuesto entiendo perfectamente por qué DiBlasi y Poiley se atrevieron a realizar una movida como esta, simplemente era una oportunidad única para expandir su propia idea que no podían dejar pasar y la verdad no la han desaprovechado.

Ya que aunque no llega a los niveles de la original, lo cierto es que en está ocasión DiBlasi tiene la oportunidad de profundizar un poco más en una historia que sigue manteniendo su base intacta y de hecho durante la primera media hora la diferencia es mínima, pero ahora le proporciona al personaje de Jessica un mayor contexto sobre su vida para que el espectador pueda sentir empatía hacía ella. Siendo esto un punto a destacar porque la manera en la que se establece la conexión de su familia con el culto es más directa y eso hace que resulte un poco más comprensible sin que se pierda ese lado críptico en determinadas escenas que lo usan para ir estableciendo el aspecto tétrico de la película.

La cual ciertamente avanza a un ritmo bastante agradable durante la primera hora al combinar imágenes y sonidos que ayudan a envolverte por completo en lo que estás viendo, lo cual tiene como consecuencia que varios de los jump scares cuenten con un buen nivel de efectividad y con ello la tensión sea elevada. Aunque también llega un punto en el que se nota cierto sobreuso de estos para tratar de maquillar el hecho de que lo referente al culto no está tan bien estructurado como se pensaba y empieza a caer en situaciones un tanto absurdas que no parecen tener un propósito claro o simplemente no encajan del todo con la dinámica general.

Algo que afortunadamente no afecta a una parte final que es probablemente mejor que la versión original y no porque mantenga la gran revelación mejor guardada (que no es el caso), sino porque es mucho más intensa y oscura. Llevando el tema satánico a otra escala a base de violencia y sangre que ayudan para que el desenlace cuente con el gran impacto que se necesitaba.

Las actuaciones son buenas y sin duda Jessica Sula tiene mucho merito por cargar con una historia que depende prácticamente en un 95% de ella para poder funcionar. Mientras que en producción si se nota que hubo mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es sólido, el trabajo de sonido impecable, los efectos están muy bien logrados y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Malum me gustó. Por ciertos detalles prefiero la versión de 2015, pero este reboot vale mucho la pena.

Ojometro:
****