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martes, 3 de junio de 2025

Crítica: Locked (2025)

Película dirigida por David Yarovesky (Brightburn, Nightbooks) y escrita por Michael Arlen Ross. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que en México hizo lo propio el pasado 8 de mayo; recaudando hasta la fecha $3.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un ladrón (Bill Skarsgard) se mete a robar en una SUV, pero pronto su aparente buena suerte se volverá un martirio al quedar atrapado en un sofisticado juego psicológico por parte del dueño.   


Comentarios generales:

Creo que a todos nos tomó por sorpresa cuando dieron a conocer un remake de una película brasileña (la cual a su vez es un remake de una película argentina) protagonizado por actores prominentes como Bill Skarsgard y Anthony Hopkins. Simplemente es de esos casos en los que no sabes qué esperar porque nunca te pasó por la mente algo como esto y honestamente Locked cumple con lo mínimo necesario para no dejarte totalmente indiferente.  

Ya que lo traído por Yarovesky es un thriller pequeño en todos los sentidos y eso provoca que la historia sea por demás simple, más no así su ejecución. Cuya búsqueda por tratar de mantener la atención del espectador para no caer en lo monótono hace que la primera media hora sea bastante ágil al ser muy directa en su propuesta y en establecer rápidamente la peculiar dinámica entre los dos protagonistas, quienes tienen algunas interacciones graciosas que le brindan un tono ligero a las cosas y generan cierto nivel de caos por medio de una “tortura” poco convencional con la que se deja claro que, detrás de lo superficial, también existe un peligro importante para Eddie.

Todo complementado por un trabajo de edición bien cuidado que ayuda a mantener un ritmo estable la mayoría del tiempo, aunque conforme se entra a la segunda mitad de la película las acciones se vuelven un tanto repetitivas y eso empieza a hacer cancina la experiencia.

Algo que tratan de contrarrestar al añadir un poco más de sustancia por medio la vida privada de nuestro protagonista y el claro contraste de creencias con su secuestrador, siendo está la manera en la que se va incrementando el nivel de tensión entre ellos. Además de que da pie a que se puedan integrar ciertas secuencias de acción que le brindan frescura y dinamismo a la construcción del camino rumbo a la parte final.

Una que se sale por completo de la dinámica establecida previamente y por eso mismo logra resaltar un poco más, sobre todo porque se le imprime mayor intensidad al conflicto. Sin embargo, la manera en la que se resuelve el problema se siente algo acelerada y eso solo hace que el cierre resulte un tanto hueco.

En el tema de las actuaciones realmente todo recae en Bill Skarsgard (Eddie Barrish) y este no lo hace nada mal con un personaje bastante genérico. Mientras que el 95% te la participación de Anthony Hopkins consiste básicamente en su voz y a pesar de eso logra brindar algunos momentos bastante divertidos cuando se trata de sermonear o torturar a su víctima.

Y en cuanto a producción, tenemos una factura sólida pesar de ser un proyecto pequeño: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es óptimo, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Locked está ok. Thriller psicológico para pasar el rato y nada más.  

Ojometro:
***

miércoles, 8 de enero de 2025

Crítica: Nosferatu (2024)

Película escrita y dirigida por Robert Eggers (The Witch, The Lighthouse). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 25 de diciembre, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de enero; recaudando hasta la fecha $101.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un historia gótica de obsesiones entre una joven atormentada en la Alemania del siglo XIX y un antiguo vampiro obsesionado con ella, causando un terror inimaginable a todos los que se cruzan en su camino.


Comentarios generales:

Independientemente de si te gusta o no el estilo de Robert Eggers, lo cierto es que cuando se supo que trabajaría en una nueva versión de “Nosferatu” casi todo el mundo estaba de acuerdo en que era una combinación perfecta. Convirtiéndola así en una de las películas de terror más esperadas de 2024 a pesar de su peculiar fecha de estreno y que ha logrado satisfacer a una audiencia mucho más amplia de la que normalmente consigue atraer el director.

Y es que Eggers apuesta por la familiaridad de una historia conocida, pero que todavía no está tan sobreexplotada como la de “Drácula” y eso ayuda a que pueda imprimirle su sello sin que el tono depresivo o frio se sienta fuera de lugar. Logrando así que desde el primer acto se pueda magnificar el aspecto visual de la película que haga la espera por la primera aparición del Conde Orlok más digerible ante el ritmo pausado empleado, obteniendo con ello una atmósfera oscura muy potente que poco a poco va acaparando las acciones para que, cuando por fin veamos dicha aparición, se logre que el impacto sea muy fuerte sin que se tenga que recurrir a situaciones extremas para establecer el nivel de peligrosidad que este representa.

Llevando así a un segundo acto que se construye en base a la tragedia, ya que una vez que el Conde Orlok empieza a tener más peso dentro de todo esto la sensación de riesgo por cuestiones lógicas se incrementa y las desgracias para quienes se cruzan en su camino son las que se encargan de proporcionar algunas dosis de shock que logran mantener la dinámica estable. Sin embargo, también hay que mencionar que conforme se va profundizando la problemática alrededor del personaje de Ellen Hutter se puede llegar a sentir que las cosas se alargan de manera un tanto innecesaria y con ello ciertas situaciones que deberían de tener más peso se terminan quedando como algo sin tanta relevancia; además de que la obsesión por parte del director de nunca exponer de más al vampiro también juega un poco en contra.

Dejándonos ante una parte final en la que el tono depresivo se incrementa por la propia omnipotencia del Conde y las tragedias que este trae consigo al pueblo, lo cual en general es entretenido de ver. Aunque definitivamente el desenlace puede resultar un tanto decepcionante debido a que, si bien se apega al de la película de 1922, este te termina dejando con una sensación de que le faltó un poco más de fuerza.

En cuanto a las actuaciones tenemos trabajos que resaltan mucho más gracias a la propia excentricidad de los personajes como es el caso de Willem Dafoe (Prof. Albin Eberhart von Franz) y Bill Skarsgård (Conde Orlok), pero en general todo el elenco lo hace bastante bien. Incluso Lily-Rose Depp (Ellen Hutter), quien por algunos lapsos puede llegar a resultar un poco frustrante dado a que mantiene la misma expresión durante todo el filme.

Mientras que en producción tenemos una factura de un nivel altísimo: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte increíble, el score es estupendo, el trabajo de sonido es de gran calidad, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje está muy bien cuidada.

Opinión final: Nosferatu me gustó. Es una buena película que, como todo lo que hace Eggers, generará diversas reacciones.

Ojometro:
****

martes, 6 de junio de 2023

Crítica: Malum (2023)

Reboot/remake dirigido por Anthony DiBlasi (Cassadaga, Last Shift), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Poiley. Se estrenó en VOD y formato digital el pasado 18 de mayo dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Jessica Loren (Jessica Sula) es una oficial de policía novata que pide el último turno para vigilar la antigua estación de policía en un intento desesperado para descubrir la misteriosa conexión entre la muerte de su padre y un peligroso culto.


Comentarios generales:

No es muy común que sea el propio director quien decida hacer un reboot de una película suya en un periodo de tiempo relativamente corto, sobre todo porque existen ciertas reglas no escritas sobre la temporalidad para que esto se dé. Siendo el caso de Sam Raimi con "Evil Dead 2" el otro que se me viene a la mente en estos momentos, aunque en aquella ocasión se trató de un remake y secuela a la vez.

Ante esto evidentemente Malum se convirtió en uno de los proyectos más interesantes de 2023 debido a que la película original de 2015 (Last Shift) en general no era una a la que le urgiera una nueva versión. Sin embargo, ante la posibilidad de tener más presupuesto entiendo perfectamente por qué DiBlasi y Poiley se atrevieron a realizar una movida como esta, simplemente era una oportunidad única para expandir su propia idea que no podían dejar pasar y la verdad no la han desaprovechado.

Ya que aunque no llega a los niveles de la original, lo cierto es que en está ocasión DiBlasi tiene la oportunidad de profundizar un poco más en una historia que sigue manteniendo su base intacta y de hecho durante la primera media hora la diferencia es mínima, pero ahora le proporciona al personaje de Jessica un mayor contexto sobre su vida para que el espectador pueda sentir empatía hacía ella. Siendo esto un punto a destacar porque la manera en la que se establece la conexión de su familia con el culto es más directa y eso hace que resulte un poco más comprensible sin que se pierda ese lado críptico en determinadas escenas que lo usan para ir estableciendo el aspecto tétrico de la película.

La cual ciertamente avanza a un ritmo bastante agradable durante la primera hora al combinar imágenes y sonidos que ayudan a envolverte por completo en lo que estás viendo, lo cual tiene como consecuencia que varios de los jump scares cuenten con un buen nivel de efectividad y con ello la tensión sea elevada. Aunque también llega un punto en el que se nota cierto sobreuso de estos para tratar de maquillar el hecho de que lo referente al culto no está tan bien estructurado como se pensaba y empieza a caer en situaciones un tanto absurdas que no parecen tener un propósito claro o simplemente no encajan del todo con la dinámica general.

Algo que afortunadamente no afecta a una parte final que es probablemente mejor que la versión original y no porque mantenga la gran revelación mejor guardada (que no es el caso), sino porque es mucho más intensa y oscura. Llevando el tema satánico a otra escala a base de violencia y sangre que ayudan para que el desenlace cuente con el gran impacto que se necesitaba.

Las actuaciones son buenas y sin duda Jessica Sula tiene mucho merito por cargar con una historia que depende prácticamente en un 95% de ella para poder funcionar. Mientras que en producción si se nota que hubo mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es sólido, el trabajo de sonido impecable, los efectos están muy bien logrados y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Malum me gustó. Por ciertos detalles prefiero la versión de 2015, pero este reboot vale mucho la pena.

Ojometro:
****

viernes, 29 de octubre de 2021

Crítica: Slumber Party Massacre (2021)

Película dirigida por Danishka Esterhazy (The Banana Splits Movie) y escrita por Suzanne Keilly. Se estrenó el pasado 16 de octubre dentro de los Estados Unidos por el canal Syfy, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico o digital.

Sinopsis:

En 1993 Trish Devereaux fue la única sobreviviente de una masacre durante una pijamada en Holly Springs. Ahora, tres décadas después, su hija Dana (Hannah Gonera) y un grupo de amigas se ven forzadas a quedarse en el mismo lugar para que la historia vuelva a repetirse.  


Comentarios generales:

La franquicia de Massacre conformada por tres distintas series (The Slumber Party Massacre, Sorority House Massacre y Cheerleader Massacre) históricamente siempre ha sido un hit or miss incluso con los propios fans debido a que representan un periodo muy especifico del género de terror que muchos consideran caduco o que ya no encaja con los estándares sociales actuales. Así que cuando fue anunciada una nueva Slumber Party Massacre realmente el panorama no resultaba nada alentador y se esperaba lo peor; sin embargo, al final me he topado con una verdadera sorpresa.

Algo que pudiera resultar difícil de creer si tomamos en cuenta que durante el primer acto lo que nos presenta Esterhazy no difiere mucho de las entregas anteriores al seguir la estructura habitual con unos eventos que, si bien no resultan nada aburridos, tampoco es que destaquen por su originalidad. Teniendo estos como principal propósito el familiarizar con la franquicia a aquellos que no la conocen y establecer de manera simple tanto el ritmo que predominará como las personalidades de este grupo de chicas.

Realmente nada particularmente especial, pero una vez que se cruzan los treinta minutos de metraje llega un giro que ni el fan más perspicaz verá venir y que cambia de manera radical la dinámica de esta historia. Brindándole así un toque de frescura muy agradable dentro de un subgénero en el que eso es difícil y a la vez exponiendo ciertos temas de relevancia actual por medio de situaciones cuyo desarrollo resulta lo opuesto a lo que tradicionalmente se ve, mientras se mantiene intacta la esencia slasher por medio de muertes que proporcionan las dosis de impacto suficientes y además ayudan a aplacar un humor que no siempre resulta tan efectivo dentro del caos expuesto.

Dejándonos con todo lo anterior una parte final que pareciera muy simple, sin embargo, aquí se presenta otro giro que le brinda una capa más de novedad. Aunque este si no es tan complicado de descifrar y se va más a la segura, recurriendo a un buen nivel de violencia, sangre y acción constante para ofrecer un desenlace satisfactorio que, en apariencia, no deja nada abierto para una secuela o algo por el estilo.

Las actuaciones son lo que uno espera de esta clase de películas, aunque en general la dinámica entre las chicas está muy bien y muestran buena química en pantalla. Y en cuanto a la producción no se puede desligar por completo de ser una película de Syfy, pero cumple: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte discreta, el score es muy genérico, el trabajo de sonido tiene algunas inconsistencias, los efectos son simples y la labor de maquillaje aceptable.

Opinión final: Slumber Party Massacre me gustó. Entrega que le da un aire de frescura a la franquicia y que sin duda se establece como una de las mayores sorpresas del año.

Ojometro:
****

viernes, 16 de julio de 2021

Crítica: Queen of Spades (2021)

Remake de “Queen of Spades: The Dark Rite” dirigido por Patrick White y escrito por John Ainslie. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Según la leyenda, una entidad siniestra conocida como la reina de espadas puede ser invocada al realizar un viejo ritual. Uno que cuatro adolescentes deciden hacer como una simple broma para pasar el rato, pero pronto se darán cuenta del terror que los acechará a ellos y a sus seres queridos.


Comentarios generales:

Guste o no, los remakes ya son algo totalmente aceptado dentro de la industria y conforman una parte importante dentro del género de terror desde hace varios años, así que realmente no tengo ningún tipo de problema con que existan e incluso hay algunos que verdaderamente me emocionan. Sin embargo, también es un hecho que estos muchas veces solo son un medio para generar dinero sin demasiado esfuerzo y Queen of Spades es tal vez uno de los ejemplos más descarados de esto.

Y es que White realmente nos trae una calca del material original con la que demuestra poco interés por darle algún tipo de toque distintivo y solo se limita a rehacer las mismas cosas sin los mejores resultados (incluso creo que utilizan las mismas tomas de exteriores en determinados momentos). Logrando con esto que una historia cuya mayor virtud no es la originalidad se sienta genérica desde muy temprano; en donde la única meta es sacar las escenas sin importar si estas logran o no construir de manera efectiva una situación en la que se solidifique una amenaza que, en teoría, significa un riesgo enorme para los involucrados.

Simplemente todo avanza de manera lenta y sin demasiados sobresaltos bajo una atmósfera depresiva bien lograda que nunca logra ser explotada de la mejor forma, esperando a que sean los sustos fáciles los que logren levantar las cosas. Algo que consiguen por unos breves periodos sin que esto represente una gran diferencia en el desarrollo, el cual sigue siendo muy soso en la forma en la que va revelando lo referente al demonio y especialmente con las muertes que este provoca.

Dejándonos así ante una experiencia en la que no hay mucho para destacar y que no es sino hasta que llega a su parte final cuando se puede decir que se logra generar algo mínimamente interesante. Más que nada porque en este punto por fin la sensación de peligro es más marcada y los elementos ligados a las películas de exorcismos que se añaden le dan cierta frescura a un desenlace que resulta por demás predecible.

En lo que se refiere a las actuaciones es donde tenemos tal vez lo más destacado de la película, ya que Ava Preston (Anna), Kaelen Ohm (Mary) y Daniel Kash (Smirnov) logran que por lo menos sus personajes te importen un poco hacia la parte final. Mientras que en el tema de producción no hay mucho que recriminar: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score está ok, el trabajo de sonido está bien hecho, los efectos no presentan demasiada complejidad y la labor de maquillaje es aceptable. 

Opinión final: Queen of Spades es mediocre. Remake demasiado aburrido que quedará en el olvido en unos cuantos meses.

Ojometro:
**

martes, 22 de septiembre de 2020

Crítica: #Alive (2020)

Producción surcoreana dirigida por Il Cho, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Matt Naylor. Se estrenó el pasado 8 de septiembre a nivel mundial por medio de Netflix.

Sinopsis:

El rápido esparcimiento de una desconocida infección ha dejado a toda la ciudad infestada de zombies bajo un completo caos, pero un chico se mantiene todavía con vida completamente en aislamiento. Y esta es su historia. 


Comentarios generales:

Hace cuatro años “Train to Busan” dejó una huella bastante importante dentro del género y parecía lógico que eso fuera a impulsar una ola de nuevas películas surcoreanas de zombies durante los años siguientes. Un fenómeno que al final de cuentas no ocurrió con la magnitud que muchos esperaban, pero que de todas maneras se ha manifestado en proyectos aislados tanto en cine como en TV en los que su influencia resulta evidente y probablemente #Alive sea la mayor exponente.

Y es que a pesar de que se trata de un cuasi-remake de una película estadounidense que todavía no se estrena (“Alone”), lo que nos presenta Il Choe bien podría pasar como una historia que se realiza en el mismo universo de Busan debido a que visualmente es prácticamente una calca, aunque el concepto no podría ser más opuesto. Ya que aquí lo que se explota es la soledad en un escenario limitado y a partir de eso se construyen problemáticas en las que los zombies tienen mucho peso, pero también la creatividad y torpeza de nuestro protagonista al momento de lidiar con estas por medio del uso de elementos que le representan ventajas o desventajas.

Ante esto el inicio puede que resulte un tanto tedioso por la repetividad de ciertas acciones, sin embargo, en ningún punto la película se torna aburrida debido a que siempre existe alguna situación puntual pensada para subir tanto el ritmo como la intensidad y así demostrar por qué estos zombies en particular resultan tan peligrosos. Además la integración de otro personaje hace que la segunda mitad se vuelva más interesante, no solo por el cambio que eso representa en la dinámica, sino porque a partir de este punto se empieza a exponer el clásico dilema sobre si es mejor afrontar esto por tu cuenta o en compañía de alguien más.

La parte final también la encontré entretenida, más que nada porque es aquí donde finalmente se suelta el freno de mano y se añade más acción sin dejar de lado la cuestión del espacio limitado para que la amenaza de los zombies se sienta muchísimo más peligrosa ante el poco margen de maniobra que existe. Aunque también se presenta algo que se siente forzado y por lo consiguiente el desenlace no es tan fluido como debería.

En el tema de las actuaciones Yoo Ah-In (Oh Joon-woo) está bien, la verdad es que por momentos le falta el carisma para poder sobrellevar por sí mismo las acciones y no es sino hasta la sólida aparición de Park Shin-Hye (Kim Yoo-bin) que se le nota más cómodo. Mientras que en la producción nos encontramos con un filme de gran calidad: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte se encuentra muy bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: #Alive me gustó. Película de zombies bastante simple, pero efectiva al momento de entretener. 

Ojometro:
****

martes, 3 de marzo de 2020

Crítica: The Invisible Man (2020)


Reboot del clásico de 1933 escrito y dirigido por Leigh Whannell (Insidious: Chapter 3). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 28 de febrero, recaudando hasta la fecha $49.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando Cecilia (Elisabeth Moss) logra escapar de su abusivo novio, este comete suicidio y le hereda su fortuna. Sin embargo, ella sospecha que su muerte solo fue un engaño y pronto una serie de extraños eventos la convencerán de que de algún modo se ha vuelto invisible para poder atormentarla.



Comentarios generales:

Parecía que después de tres intentos fallidos por tratar de relanzar el universo de sus monstruos clásicos (The Wolfman, Dracula Untold y The Mummy) la suerte de Universal se había terminado y el futuro de estos volvería a quedar en el limbo hasta a nuevo aviso ante la cantidad de complicaciones que representaban dichos proyectos. Sin embargo, en esta industria las cosas cambian muy rápido y afortunadamente el estudio optó por una nueva estrategia para rescatar sus populares franquicias, centrándose en proyectos mucho más personales y no tanto en un universo expandido. Una decisión que después de ver The Invisible Man queda claro que fue la correcta.

Esto porque el enfoque que adopta Whannell es perfecto para la época actual, centrando la atención en la victima y no tanto en el monstruo para así tener una historia que en todo momento toque el tema del abuso físico/mental que sufre nuestra protagonista. El cual se hace evidente desde una secuencia inicial brillante con la que se establece el tono y el grado de tensión que tendrán las acciones por medio de una problemática en la que el villano no aparece en pantalla, pero en todo momento se logra vender perfectamente bien la idea de que se trata de un psicópata dispuesto a hacer lo que sea por recuperarla gracias al pavor que ella misma manifiesta en cada movimiento que realiza.

Y es en base a esa premisa tan básica que se logra construir algo especial porque por medio del personaje de Cecilia y un trabajo de fotografía muy creativo se genera una sensación de peligro constante elevadísima al convertir los espacios vacíos en zonas de riesgo dado a que siempre existe la posibilidad de que la estén vigilando.

Siendo esto el punto fundamental para que todo funcione, no solo por lo aterrador que resulta la idea de ser perseguido por alguien que no puedes ver, sino porque además hace que el deterioro de Cecilia sea mucho más interesante durante la segunda mitad del filme debido a que la pone bajo un escenario donde tiene absolutamente todas las de perder. Incrementando poco a poco la intensidad con situaciones puntuales que añaden violencia e incluso algo de sangre para preparar el camino hacía una parte final que cambia el ritmo semi-lento predominante por uno ligeramente más veloz.

Ya que es en esta parte donde las cosas empiezan a obtener una dosis mayor de acción para darle, ahora sí, “exposición” al hombre invisible y poder presumir un poco el despliegue de efectos. Algo que sin duda añade potencia en el momento adecuado y lleva a un cierre satisfactorio para el personaje principal.

En el tema de las actuaciones todos están bien, pero este es el show de Elisabeth Moss. Ella es quien carga con el peso de la película y de principio a fin lo que hace es tremendo por medio de un personaje que todo el tiempo vive bajo una paranoia que poco a poco la va consumiendo, pero que nunca la logra quebrar por completo y gracias a eso se puede dar el lujo de ofrecer momentazos tanto en su etapa vulnerable como en su etapa de mujer plenamente convencida de que no está loca.

La producción también es de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno e imaginativo, la dirección de arte impecable, el score es fantástico, el trabajo de sonido sólido, la labor de maquillaje es discreta y los efectos no son los más complejos, pero están muy bien hechos.

Opinión final: The Invisible Man es una gran película. Una revisión de alto nivel para un clásico que sin duda se meterá de lleno a la conversación de lo mejor del año.

Ojometro:
*****

martes, 24 de diciembre de 2019

Crítica: Black Christmas (2019)


Nuevo remake dirigido por Sophia Takal (Always Shine), quien además comparte créditos como co-escritora del guión junto a April Wolfe. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 13 de diciembre, mientras que en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $13.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Es la época navideña y el campus se está empezando a quedar vacío. Sin embargo, las jóvenes restantes de una fraternidad empiezan a ser asesinadas por un misterioso enmascarado que pronto se dará cuenta que esta nueva generación de chicas no permitirá que les haga daño tan fácilmente.



Comentarios generales:

Para cerrar este 2019 tenemos a la que es probablemente la película que más polémica ha generado, aunque sorpresivamente esto no se debe al hecho de que sea otro remake como se podría pensar. Los motivos son mucho más complejos y tienen que ver con un tema de la agenda global con el que esta nueva versión de Black Christmas está íntimamente ligada, lo cual es benéfico y contraproducente a la vez.

Benéfico porque lo que nos trae Sophia Takal cuenta con una identidad bien definida con la que se establece rápidamente que esto no será una simple copia del clásico del 74 o del remake de 2006, impulsando su discurso feminista de forma contundente al tocar temas como la cultura de la violación o la misoginia para hacer girar la historia en torno a dichas problemáticas. Algo que sin duda le da valor al contenido; sin embargo, desde muy temprano resulta evidente que la directora está dispuesta a sacrificar muchas cosas con tal de establecer su discurso a toda costa.

Y es que no tiene que pasar mucho tiempo para darte cuenta que la película poco a poco empieza a flaquear desde muchos ángulos, siendo el más notorio el poco interés mostrado para desarrollar a los personajes fuera de su protagonista. Ya que es gracias a este detalle que cuesta demasiado trabajo poder involucrarte de lleno con lo que ocurre en pantalla debido a lo efímeros que resultan los momentos diseñados para hacerlos relevantes y por lo consiguiente, cuando la amenaza empieza a tener más peso, lo único que sientes es indiferencia hacía lo que les pueda llegar a pasar a la mayoría de estos.

Una problemática que al combinarla con la poca creatividad de las muertes básicamente le quita cualquier tipo intensidad a una segunda mitad que de por si cuenta con muchos momentos que deberían de añadirla, pero que se ven dañados por un trabajo de edición cuestionable para mantener a raya la clasificación (la película es PG-13).

La parte final es ridícula y en gran parte se debe al giro presentado. Simplemente no se siente como algo que encaje de manera orgánica con todo lo que hemos visto y lo único que hace es caricaturizar a personajes que, en teoría, deberían de mantener cierta seriedad ante el mensaje por el cual se ha sacrificado tanto.

De las actuaciones la única que destaca es Imogen Poots (Riley) y en gran medida se debe al hecho de que su personaje es el único que presenta cierta evolución que evita que se sienta totalmente plano. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es correcto, la dirección de arte es sólida, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos y los efectos son simples pero efectivos.

Opinión final: Black Christmas es decepcionante. Película que falla en su propósito general, aunque no descarto que para algunos resulte más disfrutable.

Ojometro:
**
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De mi parte les deseo una feliz navidad

viernes, 6 de diciembre de 2019

Crítica: Jacob’s Ladder (2019)


Remake de la película de 1990 dirigido por David M. Rosenthal, cuyo guión fue escrito por Jeff Buhler y Sarah Thorpe. Se estrenó en TV dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 24 de septiembre.

Sinopsis:

Después de que su hermano regresa a casa proveniente de la guerra, Jacob Singer (Michael Ealy) lucha por mantener su cordura al sufrir constantes alucinaciones y flashbacks que lo harán desconfiar de absolutamente todo lo que se encuentra a su alrededor sintiendo que alguien lo persigue.



Comentarios generales:

Hace unos días atrás escribí sobre el remake de una película de culto de los 70s y ahora toca el turno de una película de culto de los 90s. Aunque a diferencia de la anterior, aquí estamos hablando de un proyecto que tenía absolutamente todas las de fracasar desde el inicio debido que esta nueva versión de Jacob’s Ladder se filmó en 2016 y después de algunas pruebas en 2017 se quedó olvidada en la congeladora sin que pareciera tener algún futuro, hasta que alguien se apiadó de la gente que invirtió su dinero y decidió estrenarla en televisión.

Una decisión un tanto extraña considerando la cantidad de servicios de streaming que existen en la actualidad y que se encuentran en constante búsqueda por contenido, pero que tiene mucho sentido después de ver el producto final.

Ya que este remake que nos trae Rosenthal es la ejemplificación perfecta de algo innecesario al presentarnos una historia que se distancia bastante de la original para poder tener su propio sello distintivo, sacrificando muchas cosas y dejando solo un elemento básico intacto. Decisión que tiene sentido más no se ve complementada con un buen desarrollo porque desde el inicio realmente lo que vemos son una serie de situaciones genéricas en las que Jacob se ve envuelto y que rápidamente cansan al ser muy similares, cargando demasiado de su posible efectividad en un juego de realidad o ficción que proporciona un ligero toque de suspenso e incluso algo de shock, pero que solo sirve de distractor por un breve periodo de tiempo.

Sobre todo porque entrando al segundo acto las cosas empiezan a centrarse más en las teorías conspiratorias que inmediatamente provocan que el ritmo vaya desacelerándose progresivamente mientras se le da más juego a la paranoia del personaje principal. Llevando así a momentos que te brindan información con respecto a la relación con su hermano, aunque también a otros que no les encuentras demasiado sentido y que hacen que el tema de la droga se vuelva confuso ante la falta de claridad con respecto a la supuesta amenaza que hay detrás.  

Dejando así todo el peso para una parte final que sin duda será la que definirá si terminan odiando la película o no. Esto porque el giro que presenta es demasiado abrupto y no se siente como algo que encaje de manera natural incluso teniendo cierto sustento detrás, haciendo que el cierre no tenga el impacto emocional que debería gracias a que la situación de Jacob en verdad no te podría importar menos para este punto.

Las actuaciones no están mal, con un Michael Ealy y un Jesse Williams (Isaac) que muestran buena química a pesar de no tener tantos diálogos que ayuden a desarrollar de mejor manera su relación. La producción es genérica: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no tiene nada espectacular, el score no resalta, el trabajo de sonido es sólido y tanto los efectos como la labor de maquillaje son muy básicos.

Opinión final: Jacob’s Ladder me aburrió. Otro remake innecesario del que difícilmente se acordarán en un par de meses.

Ojometro:
**

viernes, 29 de noviembre de 2019

Crítica: Rabid (2019)


Remake del clásico de culto de 1977 dirigido por The Soska Sisters (American Mary), quienes comparten créditos como co-escritoras del guión junto a John Serge. Se estrenó directamente en DVD y Blu-ray  dentro del Reino Unido el pasado 7 de octubre, mientras que en Estados Unidos hará lo propio a inicios de 2020.

Sinopsis:

Rose (Laura Vandervoort) trabaja para una firma de modas con la esperanza de convertirse en diseñadora, pero todos sus sueños se vienen abajo cuando un accidente le desfigura el rostro. Para su fortuna existe un tratamiento experimental con células madre que le ayuda a recuperarse y a volverse más bella que nunca, aunque con peligrosos efectos secundarios.



Comentarios generales:

Cada que se especula sobre un remake de algún clásico existen muchas dudas, es una reacción natural, pero en este caso las cosas eran muchas más complejas considerando que se trataba de una película de alguien tan venerado como David Cronenberg. Un director del cual no soy tan fan como algunas otras personas y cuyos trabajos que más me gustan son de los 80s, así que una nueva versión de Rabid no me generaba tanto malestar; de hecho, sentía más curiosidad que otra cosa por esta nueva versión y definitivamente puedo decir que no me he quedado decepcionado.

Esto porque las hermanas Soska realmente solo utilizan ciertas ideas de Cronenberg para contarnos una historia muy diferente que sigue su propio camino tomando riesgos que a veces funcionan y a veces no. Utilizando la desfiguración de Rose no solo como el medio para generar impacto visual de manera temprana o cierto morbo, sino también para ir desarrollando una transformación que va más allá de lo superficial y con ello lograr que la mayoría de las problemáticas no se centren en la epidemia que ella misma genera.

Lo cual sin duda le brinda mayor sustancia al personaje principal, pero por otro lado hace que el resto de los sucesos en varios casos queden parados como algo meramente anecdótico debido al poco interés que existe por expandir ese aspecto de la historia. Ya que aunque si vemos algunas escenas de contagios que proporcionan cierto incremento en el nivel de intensidad, estas por diseño solo aportan un shock efímero y se pierden ante lo separadas que se encuentran una de la otra; generando así un ritmo muy cortado que no permite que la película tenga la fluidez necesaria rumbo a la parte final.  

Una parte final que en general me agradó. No es nada espectacular pero por lo menos logran que ambos aspectos (el estado de Rose y la epidemia) converjan de cierta manera para brindar momentos con sangre y violencia entretenidos; sin embargo, el desenlace si puede resultar un tanto ridículo.

En el tema de las actuaciones Laura Vandervoort no lo hace mal, su personaje no es tan plano y eso ayuda a que no quede parada como una simple cara bonita, mientras que de los secundarios quienes más sobresalen son Mackenzie Gray (Gunter) con un personaje bastante extravagante y Hanneke Talbot (Chelsea). La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no presenta gran cosa, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es excelente.

Opinión final: Rabid está ok. Dudo que a los fans más recalcitrantes de Cronenberg les agrade, pero para el resto puede ser un visionado interesante.

Ojometro:
***

martes, 16 de julio de 2019

Crítica: Child’s Play (2019)


Película dirigida por Lars Klevberg (Polaroid) y escrita por Tyler Burton Smith, la cual representa un reboot para la franquicia. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 21 de junio, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $35.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de mudarse a una nueva ciudad, Andy Barclay (Gabriel Bateman) recibe un regalo de su madre: un muñeco Buddi. Este pronto se convierte en su mejor amigo, pero cuando dicho muñeco empieza a tomar decisiones por cuenta propia las cosas empezarán a salirse de control.



Comentarios generales:

* Contiene spoilers

Ver una Child’s Play donde Don Mancini no estuviera involucrado parecía algo imposible; sin embargo, vivimos en una época en la que los grandes estudios quieren sacar nuevas versiones de todo sin importar los vínculos del pasado y MGM no es la excepción. Así que cuando anunciaron esta nueva versión inmediatamente se convirtió en una de las películas más odiadas por los fans, sobre todo por el tremendo lio que se armó con el tema de los derechos y la clara tensión existente con Mancini; condenándola a ser producto que difícilmente logrará ser del agrado de muchos.

Y es que es claro que Klevberg y Smith tenían la encomienda de hacer este reboot lo más distinto posible a la película original, tomando así decisiones complicadas que en un inicio ciertamente no resultan tan atractivas considerando que eliminan por completo el elemento del vudú y hacen que lo relacionado a la maldad de Chucky, si bien tenga un sustento más “lógico”, carezca de viveza.

Lo cual genera como resultado una primera media hora en donde no pasa gran cosa y en la que la dinámica de Andy con el muñeco en ningún punto genera gran interés a pesar de que desde muy temprano se establece que Chucky tiene tendencias violentas. Aspecto que debería de ser suficiente para construir algunos momentos de tensión pero que solo se quedan en burdos intentos cómicos que cansan después de algunos minutos y no ayudan a establecerlo como un personaje de interés.

Realmente hasta aquí todo parece destinado al fracaso, sin embargo, una vez entrado el segundo acto las cosas cambian de manera radical y es a partir de aquí cuando la película logra establecer su propia marca. Más que nada porque la violencia se incrementa de manera considerable, al igual que el ritmo, haciendo así que la personalidad robótica de Chucky no resulte tan pesada y empiece a ser precisamente ese personaje creepy a su modo que proporciona muertes con un nivel de impacto considerable. Las cuales además sirven para el propósito dentro de la historia de perjudicar a Andy, que responde a dichas acciones como el niño que es.

En la parte final es donde se desata la locura y se deja claro el mensaje de que esto no tiene nada que ver con la original al ofrecer un cierre que literalmente es su antítesis. Trasladando esto a un escenario mucho más grande con el que se diseña una situación para ofrecer una masacre muy divertida que hace bastante dinámico el desenlace.

Las actuaciones están bien, Baterman y Aubrey Plaza (Karen) tienen buena química como madre e hijo; mientras que Mark Hamill hace buena labor para el tipo de Chucky más robótico al que le toca dar voz. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte sencilla, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Esta nueva versión de Child’s Play difícilmente convencerá a los fans de la original, pero al menos te brinda entretenimiento con mucha sangre.

Ojometro:
***

viernes, 18 de enero de 2019

Crítica: Suspiria (2018)


Remake del clásico de 1977 dirigido por Luca Guadagnino y escrito David Kajganich. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de noviembre del año pasado, mientras que en México apenas lo hizo durante el 11 de enero. Su salida en formato físico está anunciada para el próximo 31 de enero.

Sinopsis:

La oscuridad gira en torno a una prestigiosa compañía de danza y en esta se encuentran sumergidos la directora del lugar, una ambiciosa joven bailarina y un psicoterapeuta en duelo. Algunos de ellos sucumbirán ante tal pesadilla, pero otros finalmente despertarán.



Comentarios generales:

Al ser una de las películas con más alto perfil de 2018 dentro del género varios me preguntaron que por qué no había escrito sobre Suspiria y la razón de esto es simple: retrasaron su estrenó en México por motivos que sigo sin comprender. Gracias a esto se quedó fuera de toda consideración de mis reconocimientos pero las expectativas se mantuvieron intactas, sobre todo por la cantidad de opiniones extremas a su alrededor que por un instante me hicieron temer; aunque al final he quedado bastante satisfecho con el resultado.

Personalmente me sigo quedando con la original de Argento, pero lo que nos trae Guadagnino es digno de aplaudir debido a que nos regala un remake que nunca pretende sustentar su éxito (o fracaso) siendo solo una actualización moderna, sino que trata de construir algo que pueda fungir casi como un complemento al material original bajo su propia visión y estética durante seis actos. Esto claro sin alejarse de la fuente, ya que al menos de inicio guarda similitudes marcadas en el desarrollo de la historia pero sin recaer demasiado en lo visual y, sobre todo, en no ocultar por mucho tiempo el tema de las brujas para añadir así una constante sensación de peligro.

Sin duda el cambio más radical que presenta, aunque en este caso resulta por demás efectivo debido a que gracias a esto se pueden construir momentos con los que se nos enseña más respecto a la manera en la que opera el aquelarre y ayuda a darle más trasfondo a la desaparición de las estudiantes (una de estas por medio de una de las muertes más brutales que se puedan ver). Logrando así un buen balance entre lo fantástico y lo real que permita el desarrollo de pequeños conflictos entre las propias brujas para mantener así el interés sobre su meta final, a pesar de que ya se sabe cuáles son sus intenciones.

En general la película fluye de buena manera, pero no todo es perfecto. Cuenta algunas decisiones extrañas en lo que se refiere a la edición (cortes muy bruscos que rompen por breves momentos el ritmo) y también se ve plagada de ideas del director italiano poco efectivas; tales como implementar tomas desde ángulos extraños que lucen forzadas o ciertos flashbacks/sueños que aportan muy poco.

Mencionado esto, también hay que decir que lo que ocurre nunca te aburre y poco a poco te va absorbiendo entre los bailes, la atmósfera oscura y la fabulosa música con la que cuenta, todo para llegar a un sexto acto magistral. Uno que contiene una gran sorpresa que desencadena un suceso de terror puro no solo por lo que representa, sino porque visualmente logra un impacto enorme por medio de elementos gráficos que se mantuvieron muy dosificados hasta este punto.

Las actuaciones son bastante buenas: Tilda Swilton hace un trabajo estupendo con los dos personajes a los que le toca darle vida (Madame Blanc y Dr. Klemperer), Dakota Johnson (Susie) cumple perfectamente en su rol de chica “ingenua” con la que el espectador puede preocuparse y en general el resto de los secundarios tienen sus momento para brillar; en especial Chloe Grace Moretz (Patricia). 

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está increíblemente bien cuidada, la música compuesta por Thom Yorke es fantástica, el trabajo de sonido es genial, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es de primer nivel. 

Opinión final: Suspiria me gustó bastante. Película divisiva a más no poder que algunos amarán y otros odiarán con pasión, pero que difícilmente los dejará indiferentes.

Ojometro:
*****

martes, 9 de enero de 2018

Crítica: Day of the Dead: Bloodline (2018)


Remake dirigido por Hèctor Hernández Vicens (El cadáver de Anna Fritz), cuyo guion fue co-escrito por Mark Tonderai y Lars Jacobson. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de enero, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un pequeño grupo de militares y sobrevivientes se refugian en un bunker bajo tierra mientras tratan de encontrar una cura en un mundo infestado de zombies.



Comentarios generales:

La trilogía original de Romero no ha estado exenta de remakes, Night contó con uno bastante respetable y Dawn tuvo uno que muchos consideran como de los mejores; sin embargo, Day no tuvo tanta suerte y le tocó tener uno que básicamente utilizó su nombre para ganar algo de relevancia. Es por ello que cuando salió  la noticia de que habría otro remake de dicha película no me sorprendió, era algo inevitable considerando lo malo que fue el previo, pero la verdad es que Day of the Dead: Bloodline tampoco mejoró mucho las cosas.

Esto porque, si bien este si se apega mucho más al material original, termina sufriendo del mismo problema que el del 2008 al tratar de añadir mucho más de su cosecha para contar una historia original que con el pasar de los minutos va perdiendo el rumbo. Algo que uno puede notar casi desde el inicio debido a que Hernández y compañía tratan de vendernos una película que en el papel pretende ser sumamente gore, pero que en realidad en el fondo es una historia con tintes mucho más ligeros en el que se trata de mezclar el tema de la cura para los zombies con un lió amoroso mientras, de vez en cuando, intentan recrear algunas pocas escenas del clásico de 1985 sin mucho éxito.

Lo cual hace que esta sea bastante aburrida de ver durante casi todo el tiempo, especialmente porque el poco énfasis que ponen en el conflicto entre el único científico (Zoey) y el ejército no lleva a nada; incluso tampoco logran construir esa atmósfera tensa que debería hacer sentir el potencial riesgo que representa esta lucha de egos. Situación que empeora cuando deciden sustentar casi todo el segundo acto en el tema del zombie con conciencia, algo que va en tono con la original, pero en este caso lo llevan a un extremo absurdo al no solo establecerlo como alguien mucho más listo que la mayoría de las personas en el bunker, sino que también todos los problemas que se generan con su presencia se sienten huecos y con el único propósito de generar algunas muertes que visualmente resulten llamativas.

La parte final tampoco tiene muchas cosas que destacar. Considerando lo ocurrido uno espera que por lo menos exista una masacre memorable, pero eso no se da; en cambio, lo que vemos es un desenlace sin grandes emociones que opta por el camino feliz.

Las actuaciones son pobres, Sophie Skelton (Zoe) como protagonista no te genera nada y Johnathon Schaech (Max) como zombie stalker por momentos me provocó más risas que otra cosa. La producción es discreta, pero tiene un par de cosas que cumplen: el trabajo de fotografía es aceptable, la dirección de arte es muy simple, el score no destaca, el trabajo de sonido tiene ciertos fallos, los efectos en su mayoría están bien hechos y la labor de maquillaje es por mucho lo que más resalta.

Opinión final: Day of the Dead: Bloodline es bastante mala. Un remake que en su afán de querer ser muy original termina siendo uno bastante aburrido.   

Ojometro:
**

sábado, 23 de diciembre de 2017

Crítica: Dementia 13 (2017)


Remake dirigido por Richard LeMay, cuyo guión fue co-escrito por Dan DeFilippo y Justin Smith. Se estrenó de manera limitada en cines el pasado 8 de octubre dentro de los Estados Unidos, aunque días después hizo lo propio en VOD y a inicios de diciembre salió en DVD.

Sinopsis:

Un vengativo fantasma, un misterioso asesino y una familia millonaria de la que todos sus miembros guardan oscuros secretos convergen durante una noche de auténtico terror dentro de una recluida mansión en el lago.



Comentarios generales:

La verdad recuerdo muy poco de la película de 1963, la vi hace muchísimo tiempo y pocas cosas se me quedaron marcadas en la memoria más allá de que se trataba de una de las primeras películas de Francis Ford Coppola. Es por eso que cuando anunciaron un remake mi reacción fue más de sorpresa que otra cosa porque realmente no creía que hubiera necesidad alguna para hacerlo debido a que no existía precisamente una base de fans pidiéndolo; al final la original es un trabajo más del montón y esta versión de Dementia 13 sigue exactamente los mismos pasos.

Esto en gran medida se debe a que la historia sigue siendo bastante incomprensible y eso hace que cualquier cosa que quiera presentar LeMay tenga muchas complicaciones ante el hecho de no saber exactamente qué es lo que se pretende construir. Ya que durante el primer acto la película va mutando de manera constante conforme se van introduciendo a los personajes por medio de una serie de situaciones que te venden una cosa pero inmediatamente ponen sobre la mesa otra para tenerte con muchas dudas dentro de lo que, en teoría, es una disputa familiar con demasiado drama por “algo” que ocurrió en el pasado.

Una fórmula claramente para despistar, pero que en la práctica resulta contraproducente porque provoca que la película se vuelva aburrida al no poder establecer un ritmo concreto por andar cambiando de temática una y otra vez; además de que eso mismo impide que se puedan concentrar esfuerzos para poder crear una atmósfera que empate con lo que estás viendo. Simplemente el tema sobrenatural no genera suspenso y lo referente al slasher carece de impacto, todo se queda a medias esperando a que una serie de decisiones improvisadas puedan seguir añadiendo sorpresa a algo que se estanca por completo y se desarrolla de manera automática sin nada que destaque más allá de un buen uso visual de la locación.

En la parte final por lo menos se logran estabilizar las acciones para seguir una línea fija y así destapar de manera decente todo el misterio. Uno que no resulta tan impactante si se le pone la debida atención a un momento en específico mostrado previamente, pero que al menos le da un cierre un poco más intenso y justifica el aspecto sobrenatural que, hasta este punto, era lo más débil de todo.

Las actuaciones son bastante exageradas, incluso diría telenovelescas, lo cual provoca que uno no pueda involucrarse con su situación sin llegar a sacar alguna carcajada o pensar que lo que está viendo resulta ridículo. La producción tiene sus puntos fuertes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte es acertada y el score resulta agradable; sin embargo, los efectos y la labor de maquillaje dejan mucho que desear.

Opinión final: Dementia 13 es bastante mediocre. Una película con poco sentido que pasará sin pena ni gloria.

Ojometro:
**
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De mi parte les deseo una feliz navidad sea como sea que les guste festejarla. 

jueves, 19 de octubre de 2017

Crítica: Flatliners (2017)


Película dirigida por Niels Arden Oplev, cuyo guión fue escrito por Ben Ripley. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 29 de septiembre, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado; recaudando hasta la fecha $24.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cinco estudiantes de medicina, obsesionados con lo que ocurre después de la muerte, se embarcan en un peligroso experimento que involucra parar su corazón por unos minutos. Al inicio los resultados son sorprendentes, pero con el pasar de los días se darán cuenta que jugar con la muerte puede traer aterradoras consecuencias.



Comentarios generales:

Cuando se supo que pretendían hacer una nueva Flatliners creo que la primera reacción de una amplia mayoría de fans fue de sorpresa, ya que de la lista de películas existentes para realizar un remake sin duda es una que difícilmente hubiera figurado. Vamos… nadie la pidió y, para colmo, la constante renuencia por parte de Sony para aclarar sobre si se trataba de una nueva versión o de una secuela solo generó más dudas sobre los propósitos de su existencia. La cual terminó siendo totalmente injustificada.

Antes que nada hay que aclarar que se trata de un remake, uno con el cual Oplev y Ripley solo introducen ciertos elementos de la original para brindar un toque de familiaridad mientras pretenden realizar algo mucho más elaborado con la historia por medio de un grupo totalmente nuevo de personajes. Lo cual convierte a todo el primer acto en uno no tan atractivo, ya que en verdad se toman su tiempo para introducir y explicar de manera más o menos detallada la dinámica que existe entre ellos para que así el espectador pueda involucrarse de lleno con su situación; sin embargo, esto difícilmente se da gracias a que lo que nos muestran no tiene nada interesante detrás y lo único que terminas sintiendo es que se trata de un grupo de estudiantes bastante estúpidos sin un propósito claro.

Es hasta pasados los 50 minutos cuando se propicia un ligero cambio en el ritmo debido a que la película se empieza a enfocar más en el terror, aunque lo hace de una manera muy tibia, sin arriesgarse demasiado y sustentando principalmente este aspecto en las secuencias visualmente llamativas de cuando están muertos. Desencadenando con esto una serie de sucesos diseñados para generar shock o ciertos sustos, pero que fallan de manera importante en dicho propósito; afectando así al evento más importante de todos, uno que debería de representar un cambio radical por su impacto pero que se queda como en algo hasta cierto punto anecdótico.

La parte final es desangelada. Tratan desesperadamente de añadir tensión sin grandes resultados y el uso excesivo de sustos fáciles provoca un desgaste casi instantáneo; además de que la conclusión termina dejando más dudas que respuestas y, sobre todo, una sensación de vacío importante por lo plana que resulta.

Considerando lo pobre del guión es difícil culpar a los actores, hacen lo que pueden con lo que tienen; aunque sin duda Ellen Page y Diego Luna terminan resaltando un poco más (Kiefer Sutherland solo sale como 5 minutos a los mucho). La producción al menos es de buena factura: el trabajo de fotografía está bien, la dirección de arte cumple, el score tiene algunas cosas buenas, el trabajo de sonido está bien cuidado y los efectos en general son sólidos.

Opinión final: Flatliners es bastante mala. Uno más que se une a la larga lista de remakes totalmente innecesarios.

Ojometro:
**

viernes, 15 de septiembre de 2017

Crítica: It (2017)


Nueva adaptación de la novela de Stephen King, la cual está dirigida por Andy Muschietti (Mama) y cuyo guión fue co-escrito por Chase Palmer, Cary Fukunaga y Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado de 8 de septiembre, mientras que aquí en México hizo lo propio el día 14. Recaudando hasta la fecha $247 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En el pueblo de Derry un grupo de niños decide enfrentar a un demonio que los aterroriza tomando la forma de un diabólico payaso. 



Comentarios generales:

“It” es mi libro favorito, así que cuando se empezó a especular sobre una nueva adaptación diversos sentimientos aparecieron. Al final de cuentas la miniserie de lo 90s siempre me ha parecido lo suficientemente correcta como para llenar este espacio y las diversas complicaciones que sufrió esta película durante la pre-producción hacían pensar que dicha miniserie seguiría siendo lo mejor que íbamos tener; sin embargo, una vez que salió el primer trailer mis miedos disminuyeron debido a que lo mostrado lucia prometedor y creo que en términos generales se cumplieron con las expectativas que el público mainstream tenía; aunque para aquellos con conocimiento del libro puede que no sea tan convincente.

Esto porque lo que nos regala Muschietti es una adaptación con conflictos muy marcados sobre la manera en la que se quieren presentar las cosas, iniciando con una escena que te hace suponer que veras un trabajo oscuro y sangriento, pero que con el pasar de los minutos se queda como una simple anécdota porque en realidad la película maneja un tono mucho más ligero que te provocará más risas que miedo. Lo cual tiene que ver más que nada con el hecho de que nuestros protagonistas son niños y bueno… se comportan como tal, siendo este uno de los aspectos que más me agradaron debido a que el club de perdedores se vuelve entrañable con el pasar de los minutos y dicha inocencia contrasta de gran manera con los temores cotidianos explotados por Pennywise.

Temores que llevan a varias de las escenas diseñadas para tratar de generar terror y que visualmente son todo un deleite de ver, pero lamentablemente lo bueno que se logra con la mayoría de los niños en estas escenas no se complementa con un desarrollo mucho mayor de los acontecimientos que los rodean debido a que el pueblo de Derry se siente sin vida. Todo avanza de manera acelerada, sin entrar en muchos detalles (de la época, los asesinatos o la vida de ciertos personajes) y en gran medida se debe a que existe una urgencia evidente por tratar de hacer de Pennywise algo muy grande, de llevarlo a niveles icónicos con la nueva audiencia y ello conlleva una sobreexposición que por ciertos lapsos hacen sentir sus apariciones algo forzadas.

Ahora, aun con este inconveniente, la película en general diría que funciona. Nunca se siente aburrida y el ritmo utilizado nunca permite que el espectador se relaje lo suficiente para que así algunos de los sustos fáciles utilizados resulten efectivos. Igualmente, la atmósfera generada y la propia dinámica entre los niños logran crear momentos lo suficientemente sólidos para explotar por completo el concepto de que personas ordinarias son capaces de lograr cosas extraordinarias ante situaciones que van más allá de su comprensión.

La parte final es lo que si considero su mayor problema, ya que es aquí donde se dan muchos de los cambios más marcados y no creo que sean para bien. Simplemente este enfrentamiento nunca termina por explotar, resulta muy convencional y vuelve desechable un personaje vital (Henry Bowers); aunque al menos si contiene un nivel de violencia decente.

En el tema de las actuaciones debo de decir que los miembros del club de los perdedores están estupendos; especialmente Finn Wolfhard (Richie), Sophia Lillis (Beverly) y Jack Dylan Grazer (Eddie). Mientras que Bill Skarsgard como Pennywise no me desagradó, en verdad resulta aterrador con su mera presencia, pero si se ve algo afectado por la sobreexposición de la que hable previamente.

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte es detallada, el score muy bueno, el trabajo de sonido impecable y la labor de maquillaje en cuanto a la caracterización de Skarsgard es de nota alta. El único punto bajo viene con los efectos, los cuales en su mayoría están bien hechos, pero al recaer tanto en el uso del CGI existen ciertas escenas en donde si dejan mucho que desear.

Opinión final: It me entretuvo, es buena película, pero esperaba mucho más. Su excelente reparto y estilo visual no son suficientes para llevar esta adaptación a otro nivel.

Ojometro:
****

sábado, 19 de marzo de 2016

Crítica: Cabin Fever (2016)


Remake de la película de 2002 del mismo nombre que está dirigido por Travis Zariwny (Intruder) y cuyo guión fue escrito por la dupla Eli Roth/Randy Pearlstein. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de febrero, pero todavía no hay información sobre si llegará a otros mercados o si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de cinco amigos rentan una cabaña en el bosque para pasar un fin de semana; sin embargo, su diversión pronto se convertirá en una pesadilla cuando se ven infectados por un virus come carne que desatará un verdadero infierno.



Comentarios generales:

Nunca he sido fan de la Cabin Fever original, pero debo de aceptar que sin duda alguna tiene una de las legiones de fans más apasionados y leales que existen dentro del género, lo cual motivó a muchos ejecutivos para tratar de hacer una franquicia a como dé lugar. Lo malo es que esto no fue por buen camino gracias a una secuela atroz y a una precuela que no tenía pies ni cabeza, obligando a cambiar los planes originales de una cuarta entrega por un remake de un trabajo de hace solo apenas 14 años. Idea que definitivamente terminó siendo mucho peor.

Esto porque lo que nos presenta Zariwny es casi una calca de la película de 2002, con algunas variaciones en ciertos detalles, pero en general es un "copy-paste" mediocre sin sustancia que durante todo el primer acto se siente larguísimo. Un problema que se acentuará mucho más con aquellos que vieron la original gracias a que el director no demuestra mucho esfuerzo por agregar un poco de dinamismo a las cosas y pretende llevar todo de manera más tranquila con algo de humor fallido por medio de un personaje en particular, así como con escenas de sexo y problemas amorosos que nunca permiten manejar un tono mucho más oscuro; afectando así al único momento de toda la película que en verdad logra generar un poco de impacto y que supone finalmente un cambio drástico a toda esta dinámica.

Lamentablemente dicho momento no cambia el ritmo tan cansino que se maneja y no es sino hasta casi llegada la hora de metraje cuando inicia el verdadero caos producido directamente por el virus, el cual para mi sorpresa resulta mucho más ligero de lo habitual. Y es que contrario a todas las entregas previas, en donde el shock mediante momentos verdaderamente grotescos era el principal atractivo, aquí realmente todo se quiere sustentar en base a la acción y espectacularidad; dejando de lado el factor visual característico sin importar que eso elimine cualquier intento por provocarle algo de tensión al espectador.

El final es ligeramente distinto al original, pero no hace demasiado por levantar las cosas debido a que nunca se logra generar ese impacto extremo esencial para lo que ocurre en pantalla, esto a pesar de que varias de las escenas más gráficas se dan durante esta parte.

Las actuaciones son muy malas, los actores se sienten increíblemente forzados todo el tiempo y debido a eso ninguno de los personajes resulta interesante. La producción está ok: tiene un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte tiene sus detalles, el score no es nada del otro mundo y los efectos son sólidos; sin embargo, el trabajo de maquillaje deja muchísimo que desear en comparación a lo que siempre se había manejado con la franquicia (y que en gran medida era lo único bueno que tenía).

Opinión final: Cabin Fever es de lo peor del año. Un remake que no cuenta con ningún tipo de justificación para existir.

Ojometro:
*

jueves, 28 de enero de 2016

Crítica: Martyrs (2016)


Remake de la película francesa de 2008 dirigido por los hermanos Kevin y Michael Goetz, cuyo guión fue escrito por Mark L. Smith. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 22 de enero, mientras que su salida en formato físico se dará a inicios del mes de febrero.

Sinopsis:

Una década después de haber escapado de una brutal tortura, Lucie (Troian Bellisario) sigue buscando revancha de sus captores y cuando finalmente los encuentra tratará de conseguir todas las respuestas que de niña nunca pudo; aunque esto ponga en jaque su amistad con Anna (Bailey Noble), la única persona en la que confía.



Comentarios generales:

Existen películas que simplemente no están diseñadas para funcionar a nivel mainstream y sin duda la obra original de Pascal Laugier se encuentra en dicha categoría. Por eso cuando se anunció esta nueva versión no pude evitar el tener muchísimas dudas al respecto, no solo porque estaba seguro en que disminuirían la violencia para hacerla mucho más digerible, sino también porque a diferencia de algunos otros remakes aquí no había gente involucrada que me hiciera pensar que en verdad se quería realizar un producto digno que estuviera a la altura de uno de los mejores trabajos de la década pasada. Algo que al final de cuentas fue lo que ocurrió, ya que Martyrs es un remake completamente innecesario.

Uno que durante al menos los primeros 30/35 minutos no se puede decir que sea malo gracias a que los hermanos Goetz aplican la fórmula de duplicar casi de manera intacta esta parte, por ahí le añaden unas cuantas cosas de su cosecha al inicio de la amistad entre Lucie y Anna durante su infancia, pero en líneas generales no se arriesgan demasiado. Obvio tampoco cuentan con ese factor sorpresa que significa la masacre inicial por obvias razones (salvo que no hayas visto la original), aunque se las arreglan para ofrecer buenos momentos de terror a pesar de que no pueden desplegar un nivel de violencia mucho mayor.

Hasta este punto se puede decir que todo es aceptable; sin embargo, una vez que se llega al segundo acto se entra a una espiral de malas decisiones con el guión que son muy difíciles de digerir. Empezando por el cambio de un personaje fundamental (Sam) que de manera inmediata provoca que elementos de gran impacto visual se desvanezcan por completo, dando paso a una historia digamos mucho más simple y en base a esto cambiar de manera muy notoria los caminos de ambas protagonistas.

Básicamente toda la brutalidad por el abuso físico no se da; si tratan de recrear un poco de esto, pero la mayoría de las torturas son fuera de cámara. Simplemente no cuenta con ese aire de desesperanza tan desgarrador con el cual tienes que lidiar de manera forzada para poder involucrarte de lleno con el sufrimiento que experimentan y eso le quita mucho sentido al visionado.

La parte final es tal vez lo más decepcionante. Ante los cambios era claro que no sería igual al original, pero el camino que toman es uno tan convencional y “correcto” que simplemente no te provoca ninguna clase de emoción; además de que todo el misterio que rodea al tema de lo que hay después de la muerte es arruinado por completo al ser básicamente revelado y no dejar que sea el propio espectador quien saque sus propias conclusiones.

Sobre las actuaciones no puedo decir que Bellisario y Noble estén mal, ambas hacen un trabajo adecuado con todo lo que les dan para trabajar y eso provoca que logren una química interesante. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es pulcro, la dirección de arte cumple, tiene un muy buen score (tal vez lo mejor de la película), los efectos son muy básicos y el trabajo de maquillaje se ve reducido al mínimo gracias a los cambios en la historia.

Opinión final: Martyrs es el claro ejemplo de un remake que nunca tuvo que existir. Si vieron la original en definitiva la van odiar; si no, puede que les guste un poco más.

Ojometro:
**