miércoles, 5 de junio de 2024

Crítica: Immaculate (2024)

Película dirigida por Michael Mohan y escrita por Andrew Label. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que en México hizo lo propio el pasado 30 de mayo; recaudando hasta la fecha $25.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cecilia (Sydney Sweeney), una mujer estadounidense de fe devota, se une a un remoto convento en la campiña italiana. Pero con el paso de los días su nuevo hogar empieza a convertirse en una auténtica pesadilla que guarda oscuros y aterradores secretos.


Comentarios generales:

Sydney Sweeney no es alguien ajena al género porque la hemos podido ver en un par de trabajos anteriores, pero es indudable que su popularidad ha subido como la espuma en los últimos dos años y ahora su presencia en una película de terror hace mucho más ruido. Algo que ponía a Immaculate en una posición un tanto riesgosa por las expectativas que podrían generarse a su alrededor y de la cual, para nuestra suerte, salió bien librada.

Ya que lo traído Mohan es un trabajo que en cuanto a su historia sin duda no presenta grandes dosis de originalidad e incluso las comparaciones con “The First Omen” son inevitables, pero sabe a la perfección qué es lo que quiere contar mientras camina entre la delgada línea del mega drama y una película de terror.

Propiciando con esto que la primera media hora no cuente con grandes emociones dado a que su principal propósito es establecer a un grupo de personajes secundarios que de inmediato provoquen dudas y también el poder ir generando una atmósfera un tanto sombría que muestre un marcado contraste con la personalidad pura e inocente de nuestra protagonista. Quien hasta este punto sigue un camino convencional que hace suponer que estamos ante un trabajo más sobre el hijo del diablo; sin embargo, una vez que llegamos a su embarazo las cosas se van por un rumbo un tanto distinto.

Tal vez no en cuanto a estructura, pero si en cuanto al enfoque sobre la maldad que hay detrás de todo esto debido a que se deja en claro que son los propios humanos en base a su fe ciega quienes representan el mayor riesgo, aunque obvio sin dejar de lado determinados momentos que integren escenas de shock para jugar con la idea de que a lo mejor existe algo más siniestro detrás. Logrando así que poco a poco el ritmo se vaya volviendo mucho más ágil y también exista un incremento gradual en el nivel de violencia que ayude a proporcionar el impacto necesario rumbo a la parte final.

Una que en términos generales es bastante entretenida debido a que no se escatima al momento de presentar violencia y sangre en pantalla, llevándonos así a un desenlace intenso que además nos deja una última escena sorpresiva e increíblemente potente considerando su “simpleza”.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que este es el show de Sweeney y la verdad hace un buen trabajo. Demostrando un diverso rango de emociones en pantalla y mucha intensidad que hacen que el personaje de Cecilia te importe y demuestre que la actriz puede ser más que una simple cara bonita.

Mientras que en producción tenemos una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son discretos y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Immaculate me gustó. Película sólida que sabe lo que quiere contar sin extenderse de manera innecesaria.

Ojometro:
****