viernes, 31 de mayo de 2024

Crítica: Bloodline Killer (2024)

Película dirigida por Ante Novakovic, cuyo guión fue co-escrito por los hermanos Anthony y James Gaudioso. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 26 de abril, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Moira Cole (Shawnee Smith) trata de reconstruir su vida después de que su familia fuera asesinada por su trastornado primo cuando era joven. Ahora, varios años después, tanto ella como sus seres queridos se ven en peligro cuando este regresa bajo la identidad pública de Skulleton.


Comentarios generales:

A pesar de ser un subgénero explotado hasta el cansancio, siempre he pensado que el slasher tiene que seguir siendo una pieza fundamental del cine de terror por su capacidad de crear nuevos villanos cada determinado tiempo y por ello cuando sale uno nuevo con cierto potencial para iniciar una franquicia me genera mucha curiosidad. Situación que sin duda se dio con Bloodline Killer, pero al final las cosas no salieron como lo esperaba.

Ya que lo traído por Novakovic y los hermanos Gaudioso claramente tiene una marcada intención para ser una franquicia de nicho dentro del género; de hecho, su historia en general te hace recordar de cierto modo a “Halloween”. El problema es que aquí la forma en la que se expone la relación de Moira con el asesino es demasiado superficial en todo momento y eso conlleva a que la información relevante sea presentada bajo un desorden muy marcado que hace que te cueste trabajo el poder involucrarte de lleno con esta problemática familiar, hasta el punto de sentir que varios de los sucesos son demasiado random y sin un propósito claro.

Provocando con esto que la película tenga un ritmo poco atractivo que tampoco pueden sacudírselo añadiendo algunas muertes porque Skulleton cuenta con una presencia limitada en pantalla durante al menos unos 40 minutos, aunque cuando este empieza a tener más relevancia en la segunda mitad las cosas presentan una ligera mejoría. No solo por el hecho de que hay muertes (poco llamativas, pero las hay), sino porque con nuestro asesino más involucrado la paranoia de Moira con todo su entorno adquiere mayor sentido y en base a ello se logra generar algo de tensión para que la llegada a la parte final no resulte tan descafeinada.

Lo cual se agradece porque al menos es aquí cuando el nivel de intensidad se incrementa y eso hace que la falta de profundización quede un poco de lado. Dejando un cierre que es la mayor muestra del peligro que representa Skulleton, aunque al estar completamente pensado para dejar todo abierto para una eventual secuela lo ocurrido te genera más indiferencia que otra cosa.

De las actuaciones hay que decir que no son lo mejor a pesar de tener un elenco con experiencia, lo cual dice mucho de la pobre labor de dirección en términos generales. Siendo Shawnee Smith la única que más o menos trata de ofrecer algo que se salga de la mediocridad, incluso si eso significa caer un poco en lo exagerado.

Y en cuanto a producción, la factura es decente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es poco llamativa, el score no está mal, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje ínfima.

Opinión final: Bloodline Killer es decepcionante. Uno de esos casos en donde la buena idea está ahí, pero no sale como se espera.  

Ojometro:
**