martes, 18 de junio de 2024

Crítica: The Piper (2024)

Película escrita y dirigida por Erlingur Thoroddsen (Patient Seven, Child Eater). Se estrenó directamente en Amazon Prime Video el pasado 8 de marzo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando a Mel (Charlotte Hope) se le asigna la tarea de terminar el último concerto de su fallecida mentora, ella pronto descubre que tocar su música trae consigo mortales consecuencias. Llevándola a conocer los perturbadores orígenes de la melodía y a la maldad que ha despertado consigo.


Comentarios generales:

Cuando una película significa uno de los últimos trabajos de un actor usualmente suele generar mucha curiosidad por el morbo de saber cómo será su legado final y en el caso de The Piper era claro que su único punto de venta era la presencia del fallecido Julian Sands. Aunque es una lástima que algo como esto sea uno de los últimos recuerdos que se vayan a tener de él.

Ya que lo presentado por Thoroddsen es de esas películas a las que cuesta trabajo encontrarles algo destacable y cuya historia termina siendo una mezcolanza de ideas mal ejecutadas a pesar de que no cuenta con nada especialmente complejo. Lo cual se puede notar desde una primera media hora aburridísima en la que los problemas de Mel con su director de orquesta son un tanto absurdos y todo lo que lleva a la búsqueda del trabajo perdido de su mentora no presenta ningún tipo de situación que te haga sentir interés por el riesgo potencial que este representa.

Haciendo que cada avance sea insípido y no tenga un propósito claro, sobre todo cuando se empiezan a integrar a otros personajes cuya conexión con la problemática no es tan significativa y sus escenas te dejan con la sensación de que están pensadas solo para poder rellenar los huecos que provoca la falta de sustancia en lo que respecta a la melodía. Cuya maldición realmente es tratada ya hasta muy avanzado el metraje por medio de información vaga que además pretende incluir de manera forzada un trasfondo que vincule a “El flautista de Hamelín” en todo esto, llevándonos así a un nivel de ridiculez que es difícil de explicar dada la poca coherencia que se maneja.

Obvio con todo lo anterior la parte final no tiene mucho por ofrecer, pero al menos puedo decir que es lo más entretenido de la película. No tanto porque se muestre claridad para solucionar el desastre, sino porque al menos aquí se opta por la violencia y eso hace que el cierre tenga un nivel de intensidad que desentona de manera minúsculamente positiva con el somnífero que se nos presentó durante más de 80 minutos.

Las actuaciones son pobres en general y mucho de ello tiene que ver con lo malo del guión, el cual les da muy pocas cosas a los actores para tratar de ofrecer algo decente. Mientras que en producción tampoco hay muchas cosas para resaltar: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es discreta, el score es lo más rescatable, el trabajo de sonido no aporta mucho considerando la importancia de la música en todo esto, los efectos son simples y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Piper es muy mala. De esas películas con las que sientes que nada de lo que viste tuvo importancia.

Ojometro:
*