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viernes, 17 de mayo de 2024

Crítica: Founders Day (2024)

Película dirigida por Erik Bloomquist (She Came from the Woods), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a su hermano Carson Bloomquist. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de enero y en VOD el pasado 7 de mayo; mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 4 de junio.

Sinopsis:

Un pequeño pueblo se ve sacudido por una serie de brutales asesinatos en los días previos a las acaloradas elecciones para nombrar al nuevo alcalde.


Comentarios generales:

Es innegable que cualquier slasher comparte similitudes con muchos otros que hemos visto a lo largo de las décadas, pero en el caso de Founders Day era inevitable que no se te viniera a la mente la comparación con “Thanksgiving”. Al inicio más que nada por la cercanía en los estrenos de ambas producciones, pero después de verla queda claro que tienen más cosas en común de lo que se piensa y aún así los resultados son muy diferentes.

Y es que lo presentado por Bloomquist apuesta más que nada a la cantidad y desde muy temprano deja en claro que nos va a bombardear de personajes sin importar su relevancia dentro de la historia para tratar de mantener el abanico de sospechosos lo más amplio que se pueda y así evitar que la simpleza que hay detrás sea un problema. Lo cual en cierto modo resulta efectivo porque eso, al combinarlo con el elemento político que viene integrado, proporciona varios distractores durante el primer acto que indudablemente sirven en la búsqueda de generar conflictos dentro del pueblo que ayuden a plantar dudas razonables sobre la identidad del asesino.

Sin embargo, cuando llegamos a la mitad de la película ocurre algo en particular que cambia por completo las cosas y si bien eso añade frescura, lo cierto es que a partir de aquí es cuando empiezan los problemas. No tanto por la carencia de muertes en pantalla o porque perjudique el ritmo, sino porque en este punto es obvio que no existe demasiada cohesión en lo que ocurre para desarrollar el misterio detrás de los asesinatos y eso poco a poco va provocando que la película caiga en terrenos en los que no te importa demasiado lo que le ocurre a las víctimas ante la ausencia de situaciones de verdadero impacto tanto a nivel visual como en lo narrativo.  

Algo que para nuestra buena suerte logran corregir durante la parte final por medio de un par de sorpresas que la hacen mucho más entretenida de lo que esperarías. Tal vez con cierto nivel de predictibilidad en ciertos detalles, pero utilizando el elemento político de una forma adecuada para proporcionar un desenlace sólido que encaje a la perfección con este.  

En cuanto a las actuaciones hay que decir que todas están decentes. Con Naomi Grace (Allison), siendo la que más tiempo en pantalla recibe y con un grupo de secundarios demasiado extenso que por eso mismo no puede contar con demasiada exposición para dejarnos algo más interesante en este rubro.  

Mientras que en producción tenemos una buena factura para tratarse de una producción independiente: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es nada especial, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Founders Day está aceptable. Un slasher para pasar el rato con cosas que funcionan y otras que no tanto.

Ojometro:
***

martes, 21 de noviembre de 2023

Crítica: She Came from the Woods (2023)

Película dirigida por Erik Bloomquist (Long Lost, Ten Minutes to Midnight), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a su hermano Carson Bloomquist. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que su salida en formato físico se dio el 25 de agosto.

Sinopsis:

En 1987 un grupo de consejeros de un campamento de verano liberan sin saberlo a un ente maldito dormido por décadas durante su última noche de trabajo.


Comentarios generales:

Que una película se desarrolle en un campamento durante la década de los 80s básicamente la encasilla en un subgénero específico, es algo inevitable con lo que todas las producciones de este tipo tienen que lidiar. Por ello es que She Came from the Woods realmente no hizo mucho ruido porque parecía un slasher más y en cierto modo lo es, aunque por lo menos trata de cambiar un poco las cosas para diferenciarse sin los resultados más memorables.

Y mucho de eso se debe a que lo presentado por Bloomquist se aferra demasiado a los elementos característicos de esa clase de películas y gracias a eso la historia durante su primera media hora es aburrida al estar más preocupada por amoríos juveniles entre los consejeros o complicadas relaciones familiares. Ocasionando con esto que la revelación de la amenaza por un momento quede en segundo plano, tardándose más de lo normal en darse y resultando un tanto descafeinada a pesar de que si se pretende añadir una buena dosis de shock por medio de muertes que se podrían considerar sorpresivas.

Por suerte, una vez que inicia la matanza las cosas mejoran y poco a poco lo que parecía ser un slasher del montón empieza a mutar en algo más inclinado hacia un terror sobrenatural con el cual se puede implementar un mucho mejor ritmo no solo en cuanto a las escenas de caos se refiere, sino también en la manera de explicar lo que hay detrás. Logrando así algunas secuencias bastante efectivas que contrarrestan el humor negro fallido que por momentos se trata de desarrollar y, sobre todo, hacer que unos personajes tan poco interesantes por lo menos te puedan llegar a preocupar de alguna manera para que las escenas de riesgo contengan una mayor dosis de intensidad.

Llevando así a situaciones cada vez más sangrientas que hacen de la parte final entretenida al ocultar por medio de estas las evidentes carencias que se presentan al momento de añadir carga emocional. Un problema que podía haber afectado el desenlace de mayor forma si consideramos el trasfondo del demonio, pero la realidad es que no lo hace y gracias a eso se tiene un cierre al cual no le sobra absolutamente nada.

Las actuaciones son lo que son, mucho estereotipo exagerado que realmente no aporta demasiado pero tampoco daña el producto en general. Mientras que en producción tenemos buenas cosas: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte sencilla, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje es un tanto irregular.

Opinión final: She Came from the Woods está aceptable. Película para pasar el rato un día que no tengan otra cosa que ver.

Ojometro:
***

martes, 9 de febrero de 2021

Crítica: Ten Minutes to Midnight (2021)

Película dirigida por Erik Bloomquist, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a su hermano Carson Bloomquist. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 19 de enero, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de ser mordida por un murciélago con rabia, una conductora de radio aterroriza a sus compañeros de trabajo mientras se transforma lentamente en un vampiro durante su última noche de transmisión.


Comentarios generales:

La verdad es que ver el nombre de Caroline Williams como el protagónico de una película en pleno 2021 se puede considerar una extravagancia, ya que su carrera después de TCM2 ha sido una auténtica montaña rusa y realmente durante la última década nada más se le ha visto en roles muy secundarios. Por eso mismo es que Ten Minutes to Midnight captó mi atención, simplemente era algo que no podía dejar pasar por mera curiosidad, aunque al final el resultado ha sido decepcionante ante lo poco que explota aquello que pudo diferenciarla.

Esto porque lo que nos presenta Bloomquist es una película de vampiros que no solo se limita a contar lo habitual y presenta algunos otros temas como el trato a las mujeres en la industria del entretenimiento o el miedo al retiro para añadir varias capas con las cuales se podía desarrollar una historia no tan convencional. Sin embargo, lamentablemente este valor extra solo se queda en recursos simples para alargar el tiempo de metraje mientras salen a relucir diversas carencias en la manera de presentar las acciones.

Ya que estas se la pasan brincando de un lado para otro mientras se juega con la realidad y la ficción (por medio de sueños) sin que se permita generar un ritmo fluido o, al menos, una dinámica consistente en lo que respecta a la transformación de nuestra protagonista. Dejando todo a la suerte en breves situaciones de impacto que en ocasiones funcionan desde el lado visual, pero que en general se terminan sintiendo como acciones sin un propósito claro y que en cuestión de minutos pierden relevancia.

En especial cuando llegamos a una parte final en la que se lleva a cabo un intercambio de roles que no tiene demasiado sentido y luce sumamente forzado. Ocasionando así un cierre que es extraño e incluso algo tétrico con el que se dejan demasiadas cosas al aire y por lo consiguiente te quedas con una sensación de que todo lo que viste no tuvo demasiada importancia.  

En el tema de las actuaciones hay que decir que Williams en general hace una labor decente, lo malo es que se encuentra rodeada por un grupo de secundarios terrible que arruina por completo los pocos momentos efectivos que ella puede construir. En cuanto a la producción se nota el bajo presupuesto: el trabajo de fotografía no funciona del todo bien, la dirección de arte es simple, el score no destaca, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no presentan gran complejidad y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Ten Minutes to Midnight está aburrida. Película de vampiros que tiene algunas ideas interesantes, pero que olvidarán en un par de horas.

Ojometro:
**