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jueves, 20 de julio de 2017

Crítica: Wish Upon (2017)


Película dirigida por John R. Leonetti (Annabelle) y escrita por Barbara Marshall. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 14 de julio, recaudando un poco más de $7.0 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una adolescente descubre que una vieja antigüedad que le dieron de cumpleaños cumple todos sus deseos. Esto lo aprovecha para mejorar su vida y obtener todo lo que siempre había querido; sin embargo, no sabe que dichos deseos tienen un alto precio que se debe de pagar.



Comentarios generales:

Hay ocasiones en las que se puede notar prácticamente de inmediato cuando los planes detrás de una película son las de crear una nueva franquicia a como dé lugar y en el caso de Wish Upon era evidente al momento de darle una repasada a su juvenil elenco y premisa. Una que ciertamente contaba con el potencial para poder realizar algo interesante debido a que brindaba la posibilidad de hacer prácticamente cualquier cosa, de rebasar los límites para ofrecer un espectáculo bastante loco, pero al final se quedó como un trabajo que quiere replicar lo que han hecho algunos otros y no resaltar por sus propios méritos.

Lo cual es una pena porque de inicio parece que estamos ante una historia oscura con la cual Leonetti pretende explotar la fragilidad de una adolescente que vivió un episodio traumático durante su infancia, pero rápidamente eso cambia y lo que vemos es algo sumamente teen, con todos los estereotipos estudiantiles de cajón que durante el primer acto vuelven un verdadero reto el poder soportarlo. Aunque no es solo eso, también está el hecho de que gran parte de lo que ocurre lo puedes anticipar de manera sencilla debido a que los primeros deseos involucran cuestiones ligadas directamente a lo que muchos adolescentes quieren durante esas etapas de su vida y la dinámica resultante de esto no es muy atractiva que digamos debido al temor por mostrar las muertes de manera mucho más gráfica; las cuales incluso por algunos momentos tienen un aire muy marcado de Final Destination.

Es llegando por ahí de los 40/45 minutos cuando las cosas se ponen un poco más interesantes, principalmente porque es aquí donde nuestro personaje principal empieza a lidiar con las consecuencias de sus actos al saber los secretos de la antigüedad, brindándole así al espectador una duda razonable sobre si en verdad se merece las tragedias que giran alrededor de ella o no. En base a esto el tono se vuelve un poco más oscuro, las muertes adquieren un ligero incremento en el nivel de impacto (aunque siguen siendo fuera de cámara) y el director logra generar algunos momentos bastante tensos para despistar sobre las potenciales víctimas. Lo malo es que esto solo funciona de manera breve y todo el tiempo tienes la sensación de que se guardan muchas cosas.

La parte final termina siendo un total desperdicio por la manera en la que van resolviendo cada situación. Es predecible, nunca se atreven a llevar hasta el límite al personaje de Clare con su obsesión por la caja y mejor optan por recurrir a una idea que básicamente tira por la borda todo lo previamente construido; no tanto para brindar un final feliz, sino para dejar la puerta abierta a futuras secuelas.

De las actuaciones sin duda es Joey King (Clare) quien carga con todo el peso de la película y aunque no lo hace mal, tampoco es suficiente como para salvarla de muchos momentos poco favorables. La producción cumple con los estándares necesarios de calidad: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es correcta, tiene un buen score, el trabajo de sonido es sólido, los efectos no son la gran cosa y la labor de maquillaje no tiene mucho que resaltar.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Wish Upon es mediocre, pero sobre todo aburrida. Una película para adolescentes que pasará sin pena ni gloria.

Ojometro:
**

viernes, 24 de octubre de 2014

Crítica: Annabelle (2014)


Precuela de The Conjuring que está escrita por Gary Dauberman y dirigida por John R. Leonetti, en la cual James Wan ahora solo estuvo involucrado como productor. Se estrenó en los Estados Unidos a inicios de mes y aquí en México apenas este fin de semana; recaudando hasta el momento en taquilla $167 millones de dólares a nivel mundial.

Sinopsis:

Mia (Annabelle Wallis) y John (Ward Horton) son una joven pareja que tiene que lidiar con aterradores eventos sobrenaturales después de que miembros de una secta invadieran su hogar. Los origines de estos no muy claros, pero todos parecen estar ligados con una misteriosa muñeca de colección.



Comentarios generales:

Cuando uno terminaba de ver The Conjuring podía apostar lo que fuera al hecho de que seguramente iban a hacer una película sobre la muñeca, era inevitable que eso se diera; sobre todo por como manejaron su pasado. Por eso mismo es que Annabelle generó tanta expectativa desde que se anunció su filmación, ya que tenía como reto no solo ser una digna precuela para ayudar con la expansión del universo creado a expensas de los Warren, sino además cumplir con un estándar de calidad elevado aun con la ausencia de James Wan tras la cámara.

Y es que estamos hablando de una película que en realidad es muy básica, llena de situaciones previamente vistas que siguen muy en la tónica de trabajos como Insidious, pero que ahora está bajo la visión de un director como Leonetti que indudablemente no tiene la suficiente capacidad o sentido del timing para convertir algo normal en algo extraordinario. Lo cual es una pena porque el inicio es bastante prometedor al generar una escena de invasión potente que establece un tono muy perturbador, cuyo principal logro es hacerte pensar que estarás viendo una historia violenta, ágil y con muchas situaciones de impacto que te tendrán bajo constante tensión; solo para que una vez pasados los primeros 20/25 minutos comprendas que no será así.

Esto porque el ritmo que el director implementa es exageradamente pausado, cansino, uno que no ayuda en lo absoluto al momento de querer manejar una dinámica diferente: justo cuando piensas que habrá un cambio en el transcurso de las cosas (porque si cuenta con escenas muy rescatables) casi siempre se regresa al mismo punto en donde pasa poco o nada. Situación que ocasiona un implemento de sustos fáciles al por mayor para sacarte del aburrimiento, siendo algunos de estos efectivos, pero la mayoría termina perdiéndose en la intrascendencia ante su uso excesivo.

Igualmente, la historia está llena de cosas que se sienten integradas con calzador como investigaciones sobre cultos o personajes que van y vienen con el transcurso de los minutos sin que aporten nada relevante; aunque lo que más me decepcionó fue la forma en la que utilizan a la propia Annabelle. Digo… no esperaba verla cual Chucky acechando y matando a medio mundo, pero la verdad es que, salvo por su tétrica expresión, no ofrecen absolutamente nada con ella que la haga especial; al final pudo ser una botella y no hubiera existido gran diferencia.

Los minutos finales me agradaron. Es junto con la parte inicial lo que la salva de la mediocridad dado a que posee mucha fuerza y finalmente exponen sin titubeos los verdaderos peligros de la muñeca; además de que no se van por lo convencional cuando se trata de demonios.

Las actuaciones no me convencieron debido a que tanto Wallis como Horton nunca son capaces de lograr que uno sienta afecto por ellos, se trata de una pareja más; de hecho, el verdadero afecto llega por parte de la integrante más pequeña de todo el reparto. La producción no está mal, pero es muy discreta: el trabajo de fotografía es sólido en general, ayuda a crear una atmósfera tétrica en las escenas más relevantes; el trabajo de sonido resulta bastante acertado, el score probablemente sea lo mejor y todo lo que tiene que ver con efectos/maquillaje esta en verdad muy limitado.

Opinión final: Annabelle está ok. Aunque para las expectativas generadas a su alrededor sin duda se queda corta.

Ojometro:
***