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martes, 2 de julio de 2019

Crítica: Annabelle Comes Home (2019)


Tercera entrega de la franquicia, la cual está escrita y dirigida por Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 26 de junio e hizo lo propio en México un par de días después, recaudando hasta la fecha $78.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Ed y Lorraine Warren deciden que para contener toda la maldad de Annabelle lo mejor es tenerla guardada dentro del cuarto de objetos poseídos en su casa. Sin embargo, una noche el horror se desata cuando la muñeca despierta a todos los espíritus malvados dentro del cuarto; teniendo como objetivo a la pequeña hija de estos, Judy (Mckenna Grace), y a sus amigos.



Comentarios generales:

El universo de The Conjuring es peculiar debido a que este se ha ido construyendo de una manera un tanto atípica, sin mucha planeación previa y decidiendo las cosas en base a ideas o personajes que llegan a funcionar o resaltar dentro de alguna de las películas que lo conforman. En el caso de Annabelle esto fue precisamente lo que ocurrió con un resultado inicial muy decepcionante, pero que se corrigió de manera excelsa en la segunda entrega y que dejó un panorama realmente complejo para Annabelle Comes Home debido a que de la noche a la mañana esta se convirtió en un proyecto trascendental para el futuro de dicho universo.

Proyecto que afortunadamente Dauberman logra sacar adelante con buenos resultados en lo que representa su debut tras la cámara, ya que no solo establece de manera clara lo que es la muñeca (aspecto que para varios seguía sin ser muy claro), sino que además proporciona mucho material para futuras películas. Haciendo que esta secuela/precuela (de las dos The Conjuring) sea prácticamente obligatoria de ver.

Y lo hace sin complicarse demasiado la vida con una historia simple que se construye a fuego lento, brindándole durante la primera mitad un mayor peso al desarrollo de los personajes para que podamos conocer un poco más sobre la reputación de los Warren, pero sobre todo de la vida de Judy. Centrándose en la dinámica con su niñera y otro personaje, lo cual sirve como una buena vía para ir destapando los detalles que existen detrás de algunos de los artefactos poseídos y añadir contexto a la decisión que provocará el terror que está por venir.

Un camino que puede que no sea el más emocionante porque por momentos si se siente un tanto lento el avance; sin embargo, una vez que se inicia con el caos el filme alcanza notas muy altas. Esto gracias a que el director logra que en un espacio cerrado como la casa de los Warren se pueda generar una atmósfera tétrica y que en todo momento se sienta el peligro para quienes están dentro o fuera de esta, ofreciendo algunas secuencias sumamente efectivas con los nuevos demonios que aportan momentos visualmente potentes y varios sustos. Además de añadir niveles de tensión elevados por medio de persecuciones o simplemente por no saber exactamente qué es lo que se encuentra en la oscuridad.  

La parte final es la que no me terminó por convencer. Por un lado la manera en la que se resuelve el problema con los demonios es efectiva porque mantiene una buena intensidad y la sensación de peligro nunca decrece, pero por el otro, el cierre se siente un tanto ajeno al tono general.

En el tema de las actuaciones tanto Madison Iseman (Mary Ellen) como Katie Sarife (Daniela) hacen una labor sólida con sus respectivos personajes, aunque quien más resalta es Mckenna Grace. La verdad está estupenda dándole vida a Judy Warren, cargando con gran peso de la película y mezclando esa inocencia infantil con el hecho de que es alguien habituada al mundo lleno de terrores por el que se mueven sus padres.

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es genial, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: No está al nivel de la segunda entrega, pero Annabelle Comes Home me gustó. Buena película para expandir el universo de The Conjuring.

Ojometro:
****

lunes, 21 de agosto de 2017

Crítica: Annabelle: Creation (2017)


Precuela dirigida por David F. Sandberg (Lights Out), cuyo guión fue escrito nuevamente por Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados el pasado 10 de agosto, mientras que en México y varios países de Latinoamérica hizo lo propio durante este fin de semana. Recaudando hasta la fecha $160 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Doce años después de la trágica muerte de su pequeña hija, los Muller aceptan recibir en su enorme casa a una monja y a seis niñas huérfanas para que tengan un hogar. Lo malo es que con su llegada también despertarán a un demonio que utiliza a una aterradora muñeca como su medio para manifestarse.



Comentarios generales:

Annabelle no es precisamente mala, pero a muchos nos dejo con la sensación de que pudo haber sido algo mucho mejor y que además no encajaba del todo con el universo de The Conjuring. Aunque, por otra parte, su éxito comercial garantizaba al menos una entrega más y con ello las esperanzas de ver que corrigieran el camino, lo cual parecía muy probable que lograran cuando se reveló que esta sería una precuela que se centraría en los origines y afortunadamente eso se volvió realidad, ya que Annabelle: Creation es superior en prácticamente todos los sentidos a la primera entrega.

Y en gran medida esto se debe a que Sandberg nos regala una película que no pretende encontrar el hilo negro y se centra completamente en contar una historia sin grandes complicaciones que, antes que nada, encaje con el universo cinematográfico al que pertenece y le dé prioridad a los personajes sobre los sustos fáciles. Esto porque al menos durante los primeros 25/30 minutos se centra completamente en la dinámica entre los Muller y las niñas para poder entender mucho mejor a ambas partes desde el lado emocional e incluso físico, aunque sin dejar de lado en ningún momento ese contraste de luz/oscuridad proporcionado principalmente por la atmósfera que se construye dentro de una casa que de manera progresiva se va convirtiendo en el primer medio para ir manifestando la maldad que hay ahí.

Evidentemente esto tiene como resultado que el ritmo sea uno mucho más pausado, ya que el desarrollo en general toma tiempo, pero una vez que se empieza a darle rienda suelta a todo el tema del demonio las cosas fluyen de manera perfecta. Esto gracias a que el director muestra una gran habilidad para ir introduciendo poco a poco sustos fáciles por medio de elementos sonoros o visuales cuyo principal propósito es el hacer sentir completamente indefensa a una de las niñas (Janice) y con ello manifestar el verdadero peligro con el que están lidiando; además de ir generando interés por diversos detalles que en algún punto quieres ver cómo se unen para darle sentido precisamente al origen del mal.

Un aspecto que es importantísimo al tratarse de una precuela y que a mi parecer logran redondear de gran manera, arreglando muchas cuestiones que la primera entrega dejó completamente en el aire. Obviamente añadiendo ciertas cosas que pueden lucir algo improvisadas, pero que no afectan de manera significativa el producto general.

La parte final es bastante buena. Con mucha intensidad, algo de sangre y elementos de impacto que vuelven muy completo el conflicto con las niñas al explotar los temores que estas fueron desarrollando en los actos previos; teniendo como plus el hecho de que se une con el inicio de Annabelle para, una vez más, responder dudas.

En cuanto a las actuaciones la verdad fue una sorpresa ver a Lulu Wilson (Linda) y Talitha Bateman (Janice) cargar con el peso de la película sin muchos problemas, ambas tienen muy buena química y hacen que uno genuinamente se preocupe por ellas desde el inicio, Mientras que el resto del elenco tampoco está nada mal en su labor de complemento, aunque me sorprendió que Miranda Otto tuviera un rol tan limitado.

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno y vital para la efectividad del filme, la dirección de arte cumple, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido es de primer nivel, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva en las partes donde se necesita.

*Cuenta con una escena post-créditos 

Opinión final: Annabelle: Creation me gustó. Se trata de una buena secuela que supera por mucho a su predecesora.

Ojometro:
*****

viernes, 24 de octubre de 2014

Crítica: Annabelle (2014)


Precuela de The Conjuring que está escrita por Gary Dauberman y dirigida por John R. Leonetti, en la cual James Wan ahora solo estuvo involucrado como productor. Se estrenó en los Estados Unidos a inicios de mes y aquí en México apenas este fin de semana; recaudando hasta el momento en taquilla $167 millones de dólares a nivel mundial.

Sinopsis:

Mia (Annabelle Wallis) y John (Ward Horton) son una joven pareja que tiene que lidiar con aterradores eventos sobrenaturales después de que miembros de una secta invadieran su hogar. Los origines de estos no muy claros, pero todos parecen estar ligados con una misteriosa muñeca de colección.



Comentarios generales:

Cuando uno terminaba de ver The Conjuring podía apostar lo que fuera al hecho de que seguramente iban a hacer una película sobre la muñeca, era inevitable que eso se diera; sobre todo por como manejaron su pasado. Por eso mismo es que Annabelle generó tanta expectativa desde que se anunció su filmación, ya que tenía como reto no solo ser una digna precuela para ayudar con la expansión del universo creado a expensas de los Warren, sino además cumplir con un estándar de calidad elevado aun con la ausencia de James Wan tras la cámara.

Y es que estamos hablando de una película que en realidad es muy básica, llena de situaciones previamente vistas que siguen muy en la tónica de trabajos como Insidious, pero que ahora está bajo la visión de un director como Leonetti que indudablemente no tiene la suficiente capacidad o sentido del timing para convertir algo normal en algo extraordinario. Lo cual es una pena porque el inicio es bastante prometedor al generar una escena de invasión potente que establece un tono muy perturbador, cuyo principal logro es hacerte pensar que estarás viendo una historia violenta, ágil y con muchas situaciones de impacto que te tendrán bajo constante tensión; solo para que una vez pasados los primeros 20/25 minutos comprendas que no será así.

Esto porque el ritmo que el director implementa es exageradamente pausado, cansino, uno que no ayuda en lo absoluto al momento de querer manejar una dinámica diferente: justo cuando piensas que habrá un cambio en el transcurso de las cosas (porque si cuenta con escenas muy rescatables) casi siempre se regresa al mismo punto en donde pasa poco o nada. Situación que ocasiona un implemento de sustos fáciles al por mayor para sacarte del aburrimiento, siendo algunos de estos efectivos, pero la mayoría termina perdiéndose en la intrascendencia ante su uso excesivo.

Igualmente, la historia está llena de cosas que se sienten integradas con calzador como investigaciones sobre cultos o personajes que van y vienen con el transcurso de los minutos sin que aporten nada relevante; aunque lo que más me decepcionó fue la forma en la que utilizan a la propia Annabelle. Digo… no esperaba verla cual Chucky acechando y matando a medio mundo, pero la verdad es que, salvo por su tétrica expresión, no ofrecen absolutamente nada con ella que la haga especial; al final pudo ser una botella y no hubiera existido gran diferencia.

Los minutos finales me agradaron. Es junto con la parte inicial lo que la salva de la mediocridad dado a que posee mucha fuerza y finalmente exponen sin titubeos los verdaderos peligros de la muñeca; además de que no se van por lo convencional cuando se trata de demonios.

Las actuaciones no me convencieron debido a que tanto Wallis como Horton nunca son capaces de lograr que uno sienta afecto por ellos, se trata de una pareja más; de hecho, el verdadero afecto llega por parte de la integrante más pequeña de todo el reparto. La producción no está mal, pero es muy discreta: el trabajo de fotografía es sólido en general, ayuda a crear una atmósfera tétrica en las escenas más relevantes; el trabajo de sonido resulta bastante acertado, el score probablemente sea lo mejor y todo lo que tiene que ver con efectos/maquillaje esta en verdad muy limitado.

Opinión final: Annabelle está ok. Aunque para las expectativas generadas a su alrededor sin duda se queda corta.

Ojometro:
***