viernes, 24 de octubre de 2014

Crítica: Annabelle (2014)


Precuela de The Conjuring que está escrita por Gary Dauberman y dirigida por John R. Leonetti, en la cual James Wan ahora solo estuvo involucrado como productor. Se estrenó en los Estados Unidos a inicios de mes y aquí en México apenas este fin de semana; recaudando hasta el momento en taquilla $167 millones de dólares a nivel mundial.

Sinopsis:

Mia (Annabelle Wallis) y John (Ward Horton) son una joven pareja que tiene que lidiar con aterradores eventos sobrenaturales después de que miembros de una secta invadieran su hogar. Los origines de estos no muy claros, pero todos parecen estar ligados con una misteriosa muñeca de colección.



Comentarios generales:

Cuando uno terminaba de ver The Conjuring podía apostar lo que fuera al hecho de que seguramente iban a hacer una película sobre la muñeca, era inevitable que eso se diera; sobre todo por como manejaron su pasado. Por eso mismo es que Annabelle generó tanta expectativa desde que se anunció su filmación, ya que tenía como reto no solo ser una digna precuela para ayudar con la expansión del universo creado a expensas de los Warren, sino además cumplir con un estándar de calidad elevado aun con la ausencia de James Wan tras la cámara.

Y es que estamos hablando de una película que en realidad es muy básica, llena de situaciones previamente vistas que siguen muy en la tónica de trabajos como Insidious, pero que ahora está bajo la visión de un director como Leonetti que indudablemente no tiene la suficiente capacidad o sentido del timing para convertir algo normal en algo extraordinario. Lo cual es una pena porque el inicio es bastante prometedor al generar una escena de invasión potente que establece un tono muy perturbador, cuyo principal logro es hacerte pensar que estarás viendo una historia violenta, ágil y con muchas situaciones de impacto que te tendrán bajo constante tensión; solo para que una vez pasados los primeros 20/25 minutos comprendas que no será así.

Esto porque el ritmo que el director implementa es exageradamente pausado, cansino, uno que no ayuda en lo absoluto al momento de querer manejar una dinámica diferente: justo cuando piensas que habrá un cambio en el transcurso de las cosas (porque si cuenta con escenas muy rescatables) casi siempre se regresa al mismo punto en donde pasa poco o nada. Situación que ocasiona un implemento de sustos fáciles al por mayor para sacarte del aburrimiento, siendo algunos de estos efectivos, pero la mayoría termina perdiéndose en la intrascendencia ante su uso excesivo.

Igualmente, la historia está llena de cosas que se sienten integradas con calzador como investigaciones sobre cultos o personajes que van y vienen con el transcurso de los minutos sin que aporten nada relevante; aunque lo que más me decepcionó fue la forma en la que utilizan a la propia Annabelle. Digo… no esperaba verla cual Chucky acechando y matando a medio mundo, pero la verdad es que, salvo por su tétrica expresión, no ofrecen absolutamente nada con ella que la haga especial; al final pudo ser una botella y no hubiera existido gran diferencia.

Los minutos finales me agradaron. Es junto con la parte inicial lo que la salva de la mediocridad dado a que posee mucha fuerza y finalmente exponen sin titubeos los verdaderos peligros de la muñeca; además de que no se van por lo convencional cuando se trata de demonios.

Las actuaciones no me convencieron debido a que tanto Wallis como Horton nunca son capaces de lograr que uno sienta afecto por ellos, se trata de una pareja más; de hecho, el verdadero afecto llega por parte de la integrante más pequeña de todo el reparto. La producción no está mal, pero es muy discreta: el trabajo de fotografía es sólido en general, ayuda a crear una atmósfera tétrica en las escenas más relevantes; el trabajo de sonido resulta bastante acertado, el score probablemente sea lo mejor y todo lo que tiene que ver con efectos/maquillaje esta en verdad muy limitado.

Opinión final: Annabelle está ok. Aunque para las expectativas generadas a su alrededor sin duda se queda corta.

Ojometro:
***