jueves, 2 de marzo de 2017

Crítica: A Cure for Wellness (2017)


Película dirigida por Gore Verbinski (The Ring), cuyo guión fue escrito por Justin Haythe. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 17 de febrero y en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $16.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un ambicioso joven ejecutivo es mandado a una remota locación en los Alpes Suizos para que traiga de regreso al CEO de su empresa, quien se encuentra en un misterioso “centro de bienestar”. Sin embargo, al sufrir un accidente, él se convertirá en un interno más dentro del lugar y poco a poco irá descubriendo secretos que le harán sospechar de sus verdaderos propósitos.



Comentarios generales:

A Cure for Wellnes era una de las películas más esperadas de mi parte para este 2017, no solo por su temática, sino porque significaba el regreso al género de un director que en su momento demostró saber cómo lidiar con este de manera decente. Además, su paso por el mundo mainstream podía ser sinónimo de algo mucho más grande a lo acostumbrado y daba esperanzas de ver algo de nivel; sin embargo, al final lo que nos dejó es un trabajo con algunas cosas positivas que no son suficientes para ocultar los problemas que lo rodean.

Realmente lo que nos trae Verbinski es una película que desde el primer instante impacta la pupila por medio del aspecto visual para crear un contraste muy marcado con las acciones de unos ejecutivos a los que nos les interesa nada más que su dinero y que se encuentran representados por el personaje de Lockhart: un tipo frío y sin ningún remordimiento que, al menos de inicio, te cae extremadamente mal.

Todo está perfectamente planeado para que uno se siga asombrando con cada locación en base al trabajo de fotografía y a la impecable dirección de arte, pero a la vez sienta esa sensación de que algo no está bien con este lugar aparentemente paradisíaco; que detrás de tan peculiar comportamiento existe algo mucho más siniestro. Un aspecto que se magnifica a partir del accidente para así ofrecer un primer acto que está cargado de contenido bizarro bajo el propósito de que el espectador se vea atrapado en un tipo de pesadilla de la cual no puede salir y cuya única guía para entender lo que ocurre dentro de este mundo lleno de cosas raras es un alguien tan poco emocional como Lockhart.

El problema llega con el 2do acto, ya que es a partir de aquí cuando queda en evidencia que se le quieren dar muchas vueltas a algo que no es tan complejo y eso vuelve a la película no solo muy repetitiva, sino también demasiado lenta. Ocasionando así que al menos le sobren unos 30 minutos, los cuales califican como puro relleno a pesar de que el director sigue siendo lo suficientemente hábil para generar cosas muy llamativas, pero que ya no resultan tan hipnotízantes como para lograr que uno no se dé cuenta que la historia no progresa de manera importante y que los retos por los que atraviesa el personaje principal en ciertos casos no aportan demasiado.

La parte final no está mal, aunque tanto enredo previo y excesiva elaboración prohíben que pueda tener un impacto mucho mayor al que se esperaría. Obviamente cuenta con escenas llamativas (incluso para algunos podrían resultar incomodas) y la manera en la que se resuelve el conflicto, así como el tema de la “cura”, deja unos visuales impresionantes que ayudan a darle un toque de majestuosidad cuando en realidad es uno un tanto simple.

Las actuaciones están correctas, Dane DeHaan (Lockhart) por momentos sufre para poder demostrar diversas emociones pero saca adelante al personaje; mientras que Jason Isaacs (Volmer) y Mia Goth (Hannah) lo hacen bien como los complementos principales. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es grandioso, la dirección de arte estupenda, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido cumple, los efectos en su mayoría están bien cuidados y la labor de maquillaje consiste principalmente de detalles muy puntuales.

Opinión final: A Cure for Wellness está ok. Una experiencia visual apabullante que dura demasiado para lo que pretende contar.

Ojometro:
***

lunes, 27 de febrero de 2017

Crítica: VooDoo (2017)


Primer largometraje del director Tom Costabile, quien además también es el escritor del guión. Se estrenó el pasado 24 de febrero de manera limitada en cines, VOD e iTunes dentro de los Estados Unidos; aunque no hay información sobre si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Daní (Samantha Stewart) es una inocente chica sureña que decide pasar unas largas vacaciones en Los Ángeles con su prima para olvidarse de su complicada vida personal, pero estando ahí descubrirá que escapar de su pasado no será tan sencillo como se lo imaginaba.



Comentarios generales:

No voy les voy a mentir, al momento en que terminó VooDoo se me vinieron dos preguntas a la mente de manera inmediata:

1.- ¿Qué diablos fue lo que acabo de ver?
2.- ¿Cómo voy a escribir sobre esto?

Lo cual no se debe a que lo presentado por Costabile sea algo precisamente muy complejo, sino a que la manera en la que este trabajo está planificado no resulta benéfica para la historia que quiere contar. Ya que se trata de un found footage en donde desde la primera escena queda evidenciado que el formato en si resultará un impedimento para explicar de manera decente un tema que necesita de algo distinto.

Esto a pesar de que durante todo el primer acto se hace un esfuerzo por querer que el espectador tenga cierto apego por Dani, una aparente chica inocente que se ríe y habla muy fuerte todo el tiempo, pero cuyas experiencias resultan por demás aburridas de ver durante casi 40 minutos porque no ocurre nada relevante más allá de una breve explicación sobre el peligro que corre y un cameo de Ron Jeremy.

Es hasta pasado este lapso cuando las cosas cambian radicalmente de tono y uno se puede empezar a dar cuenta que la historia es, bueno… nula. Ya que a partir de aquí el enfoque es escuchar a Dani gritar de manera exagerada mientras esta se ve envuelta en una aterradora experiencia al ser arrastrada al infierno y empezar así un tedioso recorrido donde el director recurre a absolutamente todas las ideas visualmente impactantes que pudieran ocasionar cierta sensación de incomodidad, pero que con el paso de unos cuantos minutos se tornan repetitivas e incluso te ponen a pensar varias cosas con respecto a estas.

No solo porque no encajan para nada con el tema central que, al menos por el título, tiene que ver con el vudú, sino también porque por la manera en la que esta presentada toda esta larguísima secuencia parece más como un recorrido filmado dentro de una atracción de Halloween y te queda la sensación de que esto probablemente no es tan original como se pudiera creer.

La parte final no tiene gran sentido, aunque por lo menos llegan a aclarar de manera vaga el motivo por el cual nuestra protagonista pasa por toda esa tortura y el desenlace añade cierta dosis de sorpresa por si lo ocurrido previamente logró llamar tu atención.

En las actuaciones es la propia Stewart quien carga con todo el peso de la película y después de unos quince minuto te termina fastidiando; en especial una vez que empieza su recorrido por el infierno que la limita a gritar sin parar durante treinta minutos. La producción es la que uno espera de un proyecto tan pequeño: la dirección de arte parece de atracción, el score es intrascendente, el trabajo de sonido está aceptable, los efectos son arcaicos y la labor de maquillaje probablemente sea lo mejor de todo esto.

Opinión final: VooDoo es una locura de principio a fin… y no de buena manera. Película extremadamente olvidable.

Ojometro:
**

jueves, 23 de febrero de 2017

Crítica: The Covenant (2017)


Película dirigida por Robert Conway (Exit to Hell, Krampus: The Reckoning), quien además comparte créditos junto a Owen Conway y Christopher R. Smith como co-escritor del guión. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 7 de febrero, pero todavía no información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de las trágicas muertes de su esposo e hija, Sarah Doyle (Monica Engesser) se muda a la casa donde creció junto a su hermano Richard (Owen Conway). Ya estando ahí ella empezará a experimentar fenómenos extraños muy violentos, los cuales llevarán a su hermano a recurrir a un investigador paranormal para que lo ayude a salvarla de lo que sea que la esté afectando.



Comentarios generales:

En algunas ocasiones no es muy complicado el imaginarse que una película puede ser un auténtico dolor de cabeza, tan solo basta con ver el tráiler y checar de manera rápida en que otros trabajos habían estado involucrados los responsables previamente. Algo que para el caso de The Covenant no generaba ningún tipo de confianza y que después de 90 minutos solo logró confirmar mis peores temores gracias a que esto fue en verdad una experiencia bastante lamentable.

Y es que después de una introducción que contiene cierto impacto, lo que nos regala Conway es una historia sobre posesiones sumamente aburrida que se sustenta principalmente en el sufrimiento de una madre que ha perdido todo, pero que nunca logra envolverte de lleno con su terrible situación. Esto porque el comportamiento de Sarah resulta poco convincente al estar siempre enojada o histérica, lo cual la convierte en alguien con la que difícilmente se puede sentir empatía. Además de que todo lo ocurrido durante el primer acto resulta bastante aburrido y no ayuda en lo absoluto para poder construir algo interesante en lo que respecta al tema demoníaco.

Un aspecto que piensas que podría avanzar de mejor manera durante el segundo acto, pero que solo es tocado con pinzas mientras las cosas se siguen desarrollando bajo el ritmo más lento posible. Por ahí existe alguno que otro suceso que pretende añadir tensión o impacto visual; sin embargo, la historia para este punto ya se centra mucho más en Richard y gracias a ello nunca se te brindan grandes explicaciones sobre lo que le ocurre a su hermana, obligándolos a recurrir a una situación bastante incómoda que a todas luces fue integrada para provocar polémica y así desviar la atención del espectador ante la falta de claridad que predomina.

Los últimos 15 minutos son probablemente lo más destacado. No es nada como para volverse locos, pero al menos se muestra un poco más intensidad en las acciones y se le da más relevancia al tema de la posesión para así tratar de generar momentos emocionales que pongan cierta duda por lo que puede llegar a ocurrir.

Las actuaciones son mediocres, ambos protagonistas lucen sumamente acartonados la mayoría del tiempo y el sacerdote responsable del exorcismo es uno de los menos creíbles de la historia; aunque la breve aparición de Maria Olsen (Molly Hanning) deja alguno que otro momento aceptable. De la producción tampoco hay muchas cosas que rescatar: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte es raquítica, el score pasa desapercibido, el trabajo de sonido tiene muchos fallos y los efectos no son de gran calidad. Lo único que se salva es la labor de maquillaje gracias a lo que se hace con la posesión de Sarah.

Opinión final: The Covenant es muy mala. Una de las historias más pobres sobre posesiones de los últimos años.

Ojometro:
* 

lunes, 20 de febrero de 2017

Crítica: Circus of the Dead (2017)


Primer largometraje del director Billy 'Bloody Bill' Pon, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Lee Ankrum. La película se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 10 de febrero y su salida en formato físico está programada para el mes de marzo.

Sinopsis:

Un hombre se ve enredado en un juego mortal cuando un circo llega a la ciudad y un grupo de sádicos payasos lo fuerzan de la manera más escalofriante posible a examinar todas las cosas en la vida que él da por sentado.



Comentarios generales:

Si hay algo que caracteriza al género de terror es como ciertas películas desaparecen del mapa de la noche a la mañana y se quedan por bastante tiempo en la congeladora hasta que alguien se digna a salvarlas. Eso fue justo lo que ocurrió con Circus of the Dead, un trabajo del cual se hablo bastante durante el 2014 pero que de pronto desapareció hasta que este año sorpresivamente volvió a tener ciertos reflectores para el beneplácito de los amantes del cine serie b y, sobre todo, de aquellos que somos fans de Bill Oberst Jr.

Esto porque lo que nos trae “Bloody Bill” es una historia que pretende ser más de lo que verdaderamente es y cuyo principal sustento es Oberst con su personaje de Papa Corn, uno que desde el primer instante establece perfectamente el nivel de crueldad que nos espera. Regalándonos así un primer acto que presenta mucho más de lo que uno se espera y cuyo principal propósito es dejar claro que estos payasos son capaces de hacer absolutamente cualquier cosa con tal de completar el juego de lotería de su líder, generando así algunas escenas con alto contenido de violencia con las cuales además se va construyendo el camino para lo que verdaderamente será el punto central de todo esto: el secuestro de Donald.

El cual le brinda un enfoque totalmente distinto a las acciones, ya que ahora las muertes no solo son por simple diversión, sino que también contienen cierto nivel emocional ante la situación que está viviendo este padre de familia. Un aspecto que no me desagradó, pero que con el pasar de los minutos pierde fuerza más que nada porque las acciones se vuelven tediosas; de pronto, el ver a este grupo de payasos realizar tantas atrocidades te resulta aburrido y en gran medida se debe a que, salvo por Papa Corn, todos los demás cuentan con un desarrollo ínfimo como para que el espectador se involucre de lleno con estos y no solo se deje llevar por su comportamiento asesino.

Un problema que no solo encontramos con los payasos, sino con varias cosas en general. Como por ejemplo el caso de la lotería, uno al cual el director le pone mucho énfasis pero en realidad termina siendo algo bastante irrelevante.

La parte final resulta efectiva. El tema emocional vuelve a ser interesante, pero sobre todo el nivel de gore se incrementa y gracias a ello se ofrece un cierre muy potente que no solo cuenta con un homenaje claro a The Texas Chainsaw Massacre, sino que además presenta un desenlace crudo que opta por no irse por el camino fácil.

En las actuaciones quien carga con todo el peso es Oberst Jr. y el tipo hace un trabajo excepcional, realmente es él quien le da vida a la película con este personaje tan imponente. La producción es muy discreta: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no tiene mucho, el score es bastante bueno y el trabajo de sonido cumple. Sin embargo, el verdadero punto fuerte son los efectos y la labor de maquillaje; ambos se encuentran muy bien cuidados.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Circus of the Dead es cine serie b pasable. Si la toman de esa manera la encontraran disfrutable, pero si no, mejor ni la vean.

Ojometro:
***