sábado, 3 de febrero de 2018

Crítica: Mom and Dad (2018)


Película escrita y dirigida por Brian Taylor, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 19 de enero, mientras que su salida en formato físico se dará el próximo 20 de febrero.

Sinopsis:

Una adolescente y su pequeño hermano tendrán que sobrevivir durante 24 horas a una histeria colectiva que hace que los padres traten de matar a sus propios hijos sin explicación alguna.



Comentarios generales:

Sinceramente no tenía grandes expectativas con esta película debido a que los trabajos previos de su creador no son nada para presumir y su repentina incursión dentro del género me parecía más que nada un intento desesperado por mantener cierta relevancia en la industria. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de estar equivocado y en el caso de Mom and Dad eso fue lo que ocurrió, ya que se trata de un trabajo realmente divertido que además deja en claro que una idea simple también puede tener cierto nivel de complejidad.

Algo que en gran medida se debe al tema en el que Taylor sustenta su historia, uno que será polémico por donde se le vea y que se desarrolla de manera bastante sutil durante los primeros minutos (escena inicial, noticiero) para luego, casi de manera inmediata, iniciar un caos que es por demás disfrutable. Usando como base lo que sería básicamente un comportamiento de zombies pero sin que exista algún tipo de transformación ni nada similar y que sorpresivamente logra generar escenas increíblemente tensas al mostrar a estos padres totalmente obsesionados por ponerle las manos encima a sus hijos y así empezar a bombardear al espectador con muertes que, aunque visualmente no son tan extremas, si cuentan con un nivel de impacto elevado gracias a lo que involucran.

En base a esto el ritmo es muy ágil y la película avanza sin muchas complicaciones a un segundo acto en el que la tónica no cambia demasiado e incluso te presenta más situaciones dentro de un hospital que resultan un tanto perturbadoras, pero que a la misma vez empieza a cuestionar de manera un poco más profunda lo que representa la paternidad. Aquí realmente nunca se trata de encontrar una explicación sobre lo que ha originado esta histeria, las posibles teorías al respecto son mínimas y mejor se opta por estudiar el comportamiento de estos padres con demasiadas frustraciones por cómo resultó su vida una vez que llegaron sus hijos. Todo bajo una exageración bien balanceada y cierto toque de humor negro que al combinarlo con la locura funciona a la perfección.  

Lamentablemente la parte final no resulta tan satisfactoria por dos razones:

- La primera es que no puede mantener el ritmo dinámico y se estanca en acciones poco interesantes.

- La segunda es que no ofrece algo concreto en cuanto a su conclusión, simplemente termina de golpe y gracias a eso te quedas con una sensación de vacío importante.

En el tema de las actuaciones no está nada mal, Nicolas Cage por primera vez encuentra un papel ideal para su conocida sobreactuación y Selma Blair resulta la pareja perfecta debido a que proporciona un personaje mucho más metódico, pero igualmente maniático. La producción es discreta: el trabajo de fotografía es cumplidor, la dirección de arte no tiene mucho, el score es agradable, el trabajo de sonido es muy bueno y los efectos, aunque simples, son efectivos.

Opinión final: Mom and Dad me entretuvo bastante. Una película simple, pero demasiado divertida que vale la pena checar.

Ojometro:
**** 

martes, 30 de enero de 2018

Crítica: Devil's Gate (2018)


Debut tras la cámara de Clay Staub, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a  Peter Aperlo. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de enero, pero todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Mientras tata de recuperarse de una reciente tragedia profesional, la agente del FBI Daria Francis (Amanda Schull) se traslada a un pequeño pueblo en Dakota del Norte para investigar la desaparición de una madre y su hijo. Ahí su búsqueda la lleva a la remota granja del esposo de dicha mujer, un lugar donde la esperan muchas respuestas, nuevos misterios, terrores del pasado y… “algo” encerrado en el sótano.



Comentarios generales:

Al terminar de ver Devil's Gate lo único que se me vino a la mente fue pensar que este en algún punto era un proyecto mucho más ambicioso que con el pasar del tiempo se fue encontrando diversos obstáculos que lo volvieron algo menor. Una situación que no es tan sorpresiva cuando hablamos de películas de terror/sci-fi debido a que por lo general estas cuentan con ideas que, si bien son un tanto repetitivas, siempre tratan de abarcar más cosas de lo que pueden manejar y gracias a ello terminan fracasando en sus objetivos. Tal como ocurrió en esta ocasión.

Con esto no quiero decir que lo que nos trae Staub sea precisamente malo, en especial porque el inicio es mucho más elaborado de lo esperado al no solo presentar una introducción que establece cierto nivel de impacto desde temprano, sino porque también se toman determinado tiempo para explicar un poco más sobre la detective y sus motivaciones, además de desarrollar el caso sobre el que se sustenta la historia con un tono bastante oscuro. Una situación que ayuda a que por lo menos todo el primer acto sea interesante debido a la sensación de incertidumbre y peligro que se genera al no saber exactamente cuál será la mayor amenaza dentro de este caso.

Una amenaza que al ser revelada resulta efectiva y, además, genera más interrogantes; sin embargo, esta también significa el inicio de las complicaciones para brindarle solidez a la premisa gracias a que por su misma naturaleza se debe de tomar un camino exagerado que nunca saben cómo estabilizar. Realmente durante el segundo acto es evidente que los elementos de sci-fi poco a poco empiezan a ser los dominantes en todo esto y como consecuencia las situaciones presentadas pierden efectividad a pesar de que visualmente siguen siendo potentes e incluso logran darle bastante dinámica a la película. Simplemente resulta complicado involucrarse de lleno con algo que resulta muy inverosímil incluso para estos estándares.

Llegando a la parte final las cosas se estabilizan ligeramente, aunque eso no significa que el tema no siga siendo enredado. Aquí es cuando por fin logran establecer que la amenaza es a gran escala y las acciones se desarrollan como tal, pero en lugar enfocarse totalmente en eso mejor optan por darle más importancia al tema familiar y al amor de la madre por su hijo, lo cual hace que la conclusión no tenga tanta fuerza después de todo lo ocurrido.

Las actuaciones no son nada memorable: Schull está aceptable, Shawn Ashmore (Colt) cuenta con un personaje muy limitado y Milo Ventimiglia (Jackson) se la pasa sufriendo en la búsqueda del acento adecuado. La producción está bien: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte me agradó, el score es medio genérico, el trabajo de sonido cumple y los efectos son una combinación de CGI/prácticos que funcionan en ciertas partes, pero en otras lucen bastante mal.

Opinión final: Devil's Gate está ok. Un intento interesante de terror/sci-fi que se queda corto en sus ambiciones, pero aún así te hace pasar un buen rato.

Ojometro:
***

viernes, 26 de enero de 2018

Crítica: The Open House (2018)


Película dirigida por Matt Angel y Suzanne Coote, quienes también comparten créditos como co-escritores del guion. Se estrenó de manera exclusiva en Netflix el pasado 19 de enero, aunque probablemente tenga algún lanzamiento en formato físico en un futuro.

Sinopsis:

Logan (Dylan Minnette) y su madre Naomi (Piercey Dalton) se mudan temporalmente a una nueva casa donde pronto se verán acosados por extrañas fuerzas amenazantes.



Comentarios generales:

Ya en ocasiones anteriores he manifestado que me agrada bastante cómo con el pasar de los años Netflix ha aumentado su apoyo al género de terror al adquirir producciones originales para su servicio, al final de cuentas se trata de un medio de exhibición como pocos al que se le puede sacar mucho provecho. Sin embargo, conforme ha ido creciendo esta plataforma su búsqueda de contenido por obvias razones también lo ha hecho y como consecuencia los filtros de calidad han disminuido un poco, provocando así que salgan trabajos (no solo de terror) cuyo nivel no es el acostumbrado y sin duda The Open House ha sido uno de los peores hasta el momento.

Lo cual es algo sorpresivo considerando que Angel y Coote, además de contar con un buen elenco, optan por irse por un camino bastante sencillo al utilizar muchos elementos comunes que la mayoría de las veces resultan efectivos, pero que en este caso simplemente nunca funcionan. Algo que en un inicio no pareciera que fuera a ocurrir porque la película comienza de manera interesante al contarnos una historia de una madre y su hijo que en todo momento refleja un aire depresivo al tener cierto drama por la manera en que ambos manejan su duelo, el cual complementan con una sensación de incertidumbre importante al llegar al nuevo pueblo y toparse con una serie de personajes que añaden misterio.

Hasta aquí todo marcha normal, pero lamentablemente a partir de los 25 minutos la película cae en un bache del que nunca puede salir al volverse una presentación de eventos genéricos que no añaden nada de tensión o construyen momentos verdaderamente inquietantes; de hecho, varios de estos pareciera que solo tienen el propósito de sexualizar de manera forzada a la madre. Provocando así que el ritmo sea cansino ante el poco avance y porque los escuetos elementos de despiste implementados se van desvaneciendo, ya sea porque no tienen mucho sentido o porque se ven rápidamente opacados por los problemas adolescentes de Logan. Los cuales van adquiriendo más relevancia para así tratar de generar cierto nivel de conflicto entre los personajes principales y, de paso, darle algo de importancia a lo ocurrido dentro de la casa durante los minutos previos.

La parte final es bastante mala. Sin duda es la más violenta considerando que aquí se da el ataque, aunque al no tener demasiado contexto del pueblo, del asesino o sus motivaciones queda parada como una simple exhibición de violencia hueca que, para colmo, no responde nada.

De las actuaciones no hay mucho que destacar, Minnette no genera absolutamente nada con su papel de adolescente deprimido (cuya expresión de muerto no quita en toda la película) y Dalton apenas logra generar algo de simpatía. La producción cumple: el trabajo de fotografía está bien cuidado, la dirección de arte es discreta, el score está ok, el trabajo de sonido no tiene fallos y la labor de maquillaje no presenta gran cosa.     

Opinión final: The Open House es bastante mala. Una película que falla en prácticamente todo lo que intenta y que pasará al olvido en unas cuantas semanas.

Ojometro:
**

martes, 23 de enero de 2018

Crítica: The Strange Ones (2018)


Película dirigida por Christopher Radcliff y Lauren Wolkstein, quienes además comparten créditos como los escritores del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el 5 de enero, aunque no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una serie de misteriosos eventos rodean a dos viajeros mientras se dirigen a una cabaña en el bosque. En la superficie todo se ve normal, pero lo que parecen ser unas simples vacaciones pronto se convertirán en una complicada red de oscuros secretos.



Comentarios generales:

No es raro que existan películas cuya estrategia de promoción recurra al engaño con respecto al género al que pertenece para lograr un poco más de exposición, en el género de terror suele pasar de manera frecuente y ya me he acostumbrado a eso. Lo que si no es muy común es encontrarse trabajos que lo hagan de manera tan descarada como The Strange Ones, una película que de terror no tiene nada y que a lo mucho califica como un thriller; uno al que claramente hubiera sido muy complicado vender sin esta práctica.

Esto porque lo que nos regalan Radcliff y Wolkstein es una clase de historia que se desarrolla a fuego muy lento, en donde el propósito principal no es precisamente generar terror, sino más bien una gran distracción con respecto a lo que está ocurriendo en pantalla. Ya que desde un inicio nos venden a estos personajes principales como hermanos pero uno puede asumir sin demasiados problemas que no lo son y en base a esto se empiezan a dar una serie de dudas que establecen el principal misterio; del cual nos dan solo unas cuantas pistas mientras vemos como la interacción entre ambos individuos empieza a provocar ciertas fricciones que ayudan a creer que, tal vez, si sean hermanos.

Es hasta llegar a la media hora cuando las cosas se empiezan a hacer monótonas y cuando uno como espectador entiende que la película no va a tener mucho que la ligue al género, especialmente porque aquí empezamos a vernos bombardeados con escenas dominadas por largos diálogos que se sienten huecas por la falta de contexto. Todo es dejado en este punto a la propia interpretación porque los directores siguen sin sacar a la luz los secretos que hay detrás, no construyen nada alrededor de estos y por lo consiguiente lo que ocurre resulta muy aburrido de ver. Incluso cuando tratan de añadir cierta emoción los resultados no son nada favorables.

Los últimos 20/25 minutos se podría decir que son los más “impactantes” porque es aquí donde se empiezan a revelar los secretos que por más de una hora llevan ocultando; sin embargo, aunque el principal si involucra un tema complejo (que tampoco es tan difícil de descifrar), la verdad es que para ese punto te importa tan poco este niño con actitud de zombie que al final no termina siendo lo suficientemente impactante como debería.

Las actuaciones no me convencieron,  James Freedson-Jackson (Sam) resulta desesperante con la misma expresión durante toda la película y Alex Pettyfer (Nick) solo hace lo mínimo necesario. La producción es la típica de un proyecto de este tamaño: trabajo de fotografía bien cuidado, un score no tan llamativo, un trabajo de sonido efectivo y cosas mínimas en lo que respecta efectos/maquillaje.

Opinión final: The Strange Ones es muy aburrida. Un thriller flojo del cual se pueden rescatar pocas cosas.  

Ojometro:
**