martes, 11 de febrero de 2020

Crítica: The Assent (2020)


Película escrita y dirigida por Pearry Reginald Teo (The Curse of Sleeping Beauty). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de enero, mientras que hizo lo propio en México durante el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha solo $450,000 dólares en taquilla a nivel mundial.  

Sinopsis:

Después de una serie de perturbadores eventos sobrenaturales en su casa, un joven padre soltero empieza a sospechar que su pequeño hijo tal vez se encuentre poseído.



Comentarios generales:

La promoción lo es todo en la actualidad, el saber vender tu película es algo fundamental para obtener distribuidores y después para llevar gente a las salas de cine. Eso claramente lo tiene muy bien identificado la gente detrás de The Assent debido a que su póster es uno de los más llamativos que recuerde en años recientes y solo gracias a eso muchos la van a ver. Así de atractivo es, aunque todo será para llevarse una tremenda decepción.

Y es que lo que nos trae Pearry Reginald Teo es una historia de exorcismos en la que lo más interesante se da justo en la introducción, presentándonos breve información sobre las tres etapas que aparentemente involucra una posesión. Un aspecto que le da cierto toque de originalidad a las cosas (al menos yo no recuerdo algo similar) y que supones será parte fundamental para el desarrollo; sin embargo, no tiene que pasar demasiado tiempo para darte cuenta que solo se trata de algo que rápidamente será olvidado para dar pie a un concepto mucho más estándar que, de vez en cuando, tratará de añadir cierto nivel de complejidad por medio del uso superficial de la esquizofrenia.

Sin duda una idea que tampoco era tan mala debido que el lado medico cuando se trata de exorcismos siempre está presente y nunca se le brinda mucha atención, pero aquí solo sirve más que nada para propósitos visuales que generen una distracción. Ya que el exorcismo como tal es uno de los más pobres que recuerde, sin fuerza, sin ninguna clase de dinamismo que aumente el ritmo de la segunda mitad o vamos… algún momento que no se te olvide en un par de minutos; simplemente ocurre porque tiene que ocurrir hasta que por fin se establezca una problemática más compleja durante la parte final.

Una parte final que tampoco mejora en lo absoluto la experiencia gracias a que para este punto ya nada te importa y porque realmente empiezan a enredar las cosas a un grado absurdo para poderte sorprender con un giro que juega con las reglas iniciales. Dejando así un cierre muy precipitado y, sobre todo, anticlimático.

Las actuaciones son realmente malas y no es que estemos hablando de un elenco sin experiencia previa, siendo las de Robert Kazinsky (Joel) y Caden Dragomer (Mason) las que dejan peor sabor de boca. Su química no existe, lo cual es un terrible problema gracias a que su relación de padre e hijo es el sustento de todo lo que ocurre en pantalla y sin esta nada funciona.

En cuanto a producción la película si tiene una factura decente: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es buena, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje cumple y los efectos a base de CGI son bien manejados.

Opinión final: The Assent es bastante mala. Película de exorcismos con ideas prometedoras que se quedará en la total intrascendencia.

Ojometro:
**

viernes, 7 de febrero de 2020

Crítica: Gretel & Hansel (2020)


Película dirigida por Osgood Perkins (The Blackcoat's Daughter), cuyo guión fue escrito por Rob Hayes. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 31 de enero, recaudando hasta la fecha $9.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Hace mucho tiempo, en un pueblo lejano sacado de un cuento de hadas, una niña lleva a su hermano menor a un oscuro bosque desesperada por encontrar comida y trabajo. Solo para tropezar con algo sumamente aterrador.



Comentarios generales:

Cuando una obra ha sido adaptada tantas veces como es el caso de la creada por los hermanos Grimm siempre será complicado poder ofrecer algo que se sienta completamente fresco o que te sorprenda, así que el reto que representa es muy desafiante para cualquier director. Uno que puede llegar a obligar a realizar locuras con tal de diferenciarse del resto o a buscar reinvenciones que sacrifiquen el aspecto mainstream para convertirse en algo mucho más personal y que no siga los estándares esperados, siendo Gretel & Hansel un claro ejemplo de lo segundo.

Esto porque lo que nos regala Perkins bien podría clasificarse como cine de arte debido a que en verdad experimenta bastante al momento de contarnos una historia de la cual aparentemente sabemos todo. Teniendo como principal diferenciador el hecho de que Gretel es la protagonista y lo que vemos es su camino hacía a la adultez, pero sin nunca dejar de lado el aspecto inocente del material original (representado principalmente por Hansel) y todo el elemento fantástico que involucra. Siendo lo último la base principal para ir creando una atmósfera realmente oscura que es explotada desde el primer instante por medio de una impresionante presentación visual. 

Y es que es imposible no hablar del fenomenal aspecto visual de la película. El cual, al ser combinado con un increíble score, logra que la experiencia sea tan atrapante al grado de ocultar algunos puntos negativos como el tremendamente fastidioso personaje de Hansel o el hecho de que durante el primer acto el ritmo no es el mejor. Aunque también ayuda a magnificar ciertos aspectos como lo es la aparición de Holda.

Ya que una vez que la bruja hace acto de presencia las cosas adquieren un tono más tenebroso y cada interacción con los hermanos resulta muy interesante debido a que en todo momento se puede percibir el peligro que esta significa, pero además que sus verdaderas intenciones van más allá de simplemente comérselos. Desencadenando así una serie de eventos que, además de proporcionar algunas de las escenas más perturbadoras del filme, también ayudan a brindar más información con respecto a Gretel y su conexión con el mundo de lo oculto.

Preparando así el camino para un final que, al menos en esencia, si es similar al que todos conocemos. Pero no sin añadir su toque personal al profundizar un poco más sobre la historia de Holda y brindar un cierre que deja entrever que, tal vez, este es un universo mucho más extenso de lo que parece.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que Sophia Lillis (Gretel) y Alice Krige (Holda) están estupendas, su trabajo en conjunto funciona a la perfección encontrando un balance adecuado para que ambas brillen a pesar de que es la segunda quien comanda las acciones una vez que aparece en pantalla. Sin embargo, no puedo decir lo mismo de Sammy Leakey (Hansel); quien en verdad resulta frustrante todo el tiempo.

La producción es de una nota altísima: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte está impecable, el score es brutal, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Gretel & Hansel me gustó. Un espectáculo visual y sonoro increíble que en definitiva no será del agrado de todos, pero que vale la pena checar.

Ojometro:
****

martes, 4 de febrero de 2020

Crítica: Countdown (2019)


Película escrita y dirigida por Justin Dec, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de octubre, aunque a México apenas llegó el 31 de enero. Recaudando hasta la fecha $43 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Quinn (Elizabeth Lail) es una enfermera que descarga una aplicación que predice el momento en el que una persona morirá y en su caso dice que solo le quedan tres días de vida. Al inicio no parece creerlo, pero cuando el reloj empieza a correr y una extraña presencia empieza a perseguirla comprende que tendrá que descubrir una manera de salvar su vida antes de que se le acabe el tiempo.



Comentarios generales:

Una de las metas para muchos estudios es poder crear una franquicia que les resulte redituable y sin duda el género de terror ha sido una vía importante para lograr eso debido a que el costo de estas películas por lo regular les permite invertir poco y ganar bastante dinero si tienen éxito. En general parece algo simple, pero en la práctica resulta más complicado de lo que se cree debido a que existen muchas variantes para lograrlo y en el caso de Countdown las probabilidades de que eso se dé parecen muy pocas.

Y es que lo que nos trae Dec en todo momento grita que quiere ser el inicio de una franquicia y para obtener dicha meta no se centra en sus propias fortalezas, sino que utiliza muchas cosas que hemos visto en otros lados que solo la hacen carecer de identidad. Lo cual es una pena porque en la introducción más o menos se te muestra un poco de lo que podría ofrecer el tema de la aplicación y las variantes al momento de jugar con las muertes predestinadas; sin embargo, la historia muy pronto toma un camino lineal en el que todo se centra en una sola persona.

Tratando así de generar una sensación de desesperación por parte de nuestra protagonista a base de sustos fáciles que nunca resulta demasiado convincente y que poco a poco se va diluyendo conforme se establecen problemáticas que no se sienten integradas de manera orgánica. Introduciendo así a más personajes (o dándole más protagonismo a otros) para aportar contexto al elemento sobrenatural detrás de la aplicación por medio de situaciones que parecieran estar destinadas a generar un tono más oscuro pero, entre que son mezcladas con algo de humor forzado y que se muestra poco compromiso por llevar las cosas al próximo nivel en cuanto a la violencia se refiere, estas no logran del todo su cometido.

La parte final es lo más entretenido. Principalmente porque existe un poco más de atrevimiento para mostrar a lo que hay detrás de todo esto y eso origina que el sentimiento de urgencia sea palpable y el ritmo se incremente ligeramente para lograr una conclusión que por lo menos tenga cierta intensidad.

Las actuaciones son promedio, Elizabeth Lail cumple con lo que la ponen a hacer pero en realidad nada es para llamar la atención. La producción es de factura decente: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es genérica, el score no resalta, el trabajo de sonido es sólido y los efectos están bien hechos. 

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Countdown es bastante mediocre. Película del montón que no tardará mucho en invadir la TV y los servicios de streaming.

Ojometro:
**

viernes, 31 de enero de 2020

Crítica: Inmate Zero (2020)


Película dirigida por Russell Owen (Welcome to the Majority), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Matthew J. Gunn. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de enero, mientras que su salida en formato físico está programada para próximo 11 de febrero.

Sinopsis:

En la isla de St. Leonards se encuentra una prisión donde están recluidos algunos de los criminales más violentos del planeta y se realizan extraños experimentos. Sin embargo, cuando uno de estos sale mal, la isla se convertirá en un aterrador laberinto lleno de enfermedades para los desesperados sobrevivientes.



Comentarios generales:

Las películas sobre infectados viven horas bajas después de muchos años de gozar de relativo éxito ya que, a diferencia de las zombies tradicionales en las que cada vez se encuentran nuevas maneras de explotarlos, en estas casi siempre se sigue un mismo patrón. Por eso es que vender un trabajo como Inmate Zero (también conocida como Patients of a Saint) es tan complicado debido a que con solo ver el titulo se sabe un porcentaje importante de la trama y si no existe algo que la diferencie del resto los resultados no serán buenos, tal como ocurre aquí.

Y es que lo que nos trae Owen desde el primer instante se siente como algo que ya has visto muchas veces, siendo el único punto de diferenciación la locación e incluso eso no resulta lo suficientemente fresco. Contándonos así una historia que por lo menos no tarda demasiado tiempo en exponer el tema de los infectados al darnos las bases para entender lo básico de su existencia y después empezar a presentar el caos por medio de escenas que manejan de buena manera su peligrosidad, así como una aparente debilidad. Aunque dicha inercia inicial posivita no dura demasiado.

Esto porque una vez que se establece al grupo de sobrevivientes la película cae en una dinámica repetitiva que en ningún punto permite conocerlos de mejor manera o generar conflictos interesantes entre ellos que bien podrían haber añadido cierta tensión considerando sus estatus. Simplemente se les deja en un mismo lugar durante un periodo prolongado de tiempo mientras se improvisan recorridos por la prisión para lograr ciertos objetivos que no parecen llevar a ningún lado y ni siquiera aportan grandes momentos que exploten a la amenaza.

Siendo este un problema importante porque realmente los infectados nunca son utilizados de buena manera, ya que muchas de las muertes se dan fuera de cámara y la mayoría del tiempo se la pasan entre las sombras o solo se escuchan a lo lejos. Inclusive su aparente debilidad termina siendo un punto irrelevante que nunca se utiliza de manera creativa.

Llevando así a una parte final bastante predecible y aburrida en la que los sucesos quedan parados como algo meramente anecdótico y la presencia de los infectados se ve mucho más reducida. Provocando con esto que el cierre carezca de fuerza y deje la sensación de que fue sumamente acelerado.

Las actuaciones no son terribles, pero tampoco son nada particularmente especial y eso termina influyendo para que todo te resulte tan indiferente. La producción cumple en la mayoría de las aéreas: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte está ok, el score es bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son muy elaborados y la labor de maquillaje es de buen nivel. 

Opinión final: Inmate Zero es bastante aburrida. Película genérica de la que se olvidarán en un par de semanas.

Ojometro:
**