martes, 13 de julio de 2021

Crítica: Fear Street (Part Two): 1978

Segunda parte de la trilogía basada en los libros del mismo nombre del R.L. Stine, la cual está dirigida por Leigh Janiak (Honeymoon); quien además es co-escritora del guión junto a Zak Olkewicz. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial este pasado 9 de julio.

Sinopsis:

Shadyside, 1978. Es el verano y las actividades en el campamento Nightwing están por comenzar, pero cuando otro miembro de dicho pueblo es poseído para matar, la diversión pronto se convierte en una batalla por la supervivencia.


Comentarios generales:

El caso de Fear Street es muy particular porque al ser una trilogía cuyas partes se estrenan semanalmente su análisis se vuelve más como el de una miniserie, donde la experiencia se sustenta mucho en la pintura general y no tanto en lo que pueden ofrecer cada una de sus partes por si mismas. Por ello es que 1978 tenía una prueba interesante debido a que bajo esa diferenciación también tenía que servir como una buena continuación de la historia y al final, bajo un enfoque más simple, creo que sale bien librada.

Y es que si 1994 era un homenaje a los slashers de los 90s en general, ahora con esta segunda parte Leigh Janiak hace otro, pero centrándose en un filme en especifico: “Friday the 13th”.

Obviamente manteniendo el elemento sobrenatural ya establecido con lo referente al folclore que rodea a Shadyside, aunque apegándose de manera mucho más estricta al desarrollo de los slashers convencionales de aquella época. Algo que hace que el inicio de la historia sea lenta debido a que, más allá de seguir solidificando la rivalidad histórica entre los dos pueblos o mostrar alguna escena relacionada con los peligros que representa la bruja, realmente no existe nada fuera de lo común en la manera en la que se nos presentan a los personajes, sus personalidades o conflictos juveniles.

Siendo hasta pasados los 40 minutos cuando las acciones toman un rumbo más atractivo al iniciar la matanza, la cual de inmediato aporta las dosis de impacto necesarias e incrementa el ritmo de manera considerable; sin embargo, también hay que señalar que en ciertas situaciones no se atreven a cruzar la línea y realizan algunas muertes fuera de cámara que desentonan un poco. Detalle que compensan con una mayor profundización en lo que respecta a Ruby Lane, especialmente al darle más sentido a cuestiones específicas sobre cómo funciona su maldición o la manera en la que puede haber múltiples asesinos.

Esto último resultando vital para que la parte final logre tener mucha fuerza por medio del incremento en el nivel de violencia y con ello hacer que la tragedia se sienta como inevitable para los involucrados. Un aspecto que sin duda era importante lograr si consideramos que desde mucho antes ya se sabe cómo van a terminar las cosas.

En cuanto a las actuaciones nuevamente tenemos un elenco que destaca más por su labor en conjunto sobre lo individual, aunque hay que decir que Sadie Sink (Ziggy) y Emily Rudd (Cindy) logran una mancuerna de hermanas bastante efectiva. Sobre todo durante la parte final del filme.

Y en lo que respecta a la producción seguimos con una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es bastante buena, el score resulta agradable, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Fear Street 1978 me gustó. Un slasher mucho más convencional que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

viernes, 9 de julio de 2021

Crítica: In the Earth (2021)

Película escrita y dirigida por Ben Wheatley (Kill List). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de abril y en VOD durante el 7 de mayo, mientras que su salida en formato físico está confirmada el próximo 6 de agosto.

Sinopsis:

Mientras el mundo busca la cura para un virus desastroso, un científico y una exploradora se aventuran en lo profundo del bosque para realizar una prueba de rutina que termina saliendo bastante mal.


Comentarios generales:

Por lo que ha ocurrido en el último año y medio con la pandemia cualquier película que trate sobre un virus mortal sin duda alguna llamará la atención debido a que es un tema que se encuentra en boca de todos y hasta cierto punto resulta morboso, independientemente de si la película en cuestión haya tenido o no la intención de usarlo de dicha manera. Por ese motivo es que que In the Earth resultaba llamativa, ya que de lo contrario hubiera pasado de noche y más cuando te das cuenta que dicha temática no es tan relevante.

Esto porque lo que nos presenta Wheatley no se desarrolla en un escenario a gran escala y se centra más que nada en presentar una historia que se sostiene en los sonidos, la psicodelia y algunas ideas poco efectivas que terminan convirtiendo esto en una experiencia totalmente distinta a la esperada. Donde el tema del virus se deja de lado en cuestión de minutos para darle lugar a un viaje aburrido en el que no pasa nada relevante y solo se trata de ver a un par de individuos caminando por el bonito paisaje mientras tienen conversaciones entrecortadas hasta que se topan con otro personaje mucho más interesante.

Uno que con su simple presencia levanta un poco las cosas, más que nada porque es por medio de este que la temática del filme da un giro total para pasar de un virus mortal a algo más centrado en el folclore local involucrando un tipo de brujería poco convencional. Lo cual es sin duda el medio para brindar los que son los minutos más intensos y oscuros, pero también la manera en la que las acciones cada vez se vuelven más complicadas de entender debido a que conforme transcurren las acciones se van insertando ciertas cosas que nunca terminan por desarrollarse del todo bien y solo dejan la sensación de que eran ideas que se le ocurrieron al vuelo al director para ver si algunas de estas encajaban.

Algo que se magnifica incluso mucho más en la parte final cuando el aspecto psicodélico entra en juego y por lo consiguiente la explotación del estado mental de los protagonistas se vuelve más relevante. Dándole así a la sensación de desorientación y a los sonidos un rol más relevante para proporcionar algunos visuales interesantes, más no un desenlace suficientemente convincente.  

Sobre las actuaciones quien más destaca es Reece Shearsmith (Zach) con un papel de loco muy bien logrado que en gran medida es lo que termina rescatando la película de ser un potente somnífero. En cuanto a producción, tenemos una bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es la gran cosa, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son muy discretos y la labor de maquillaje saca adelante lo que debe.

Opinión final: In the Earth es decepcionante. Una película destinada a la polémica que gustará en mayor o menor medida dependiendo de que tan bien digieran la falta de claridad.

Ojometro:
**

martes, 6 de julio de 2021

Crítica: Fear Street (Part One): 1994

Primera parte de la trilogía basada la serie de libros del mismo nombre escritos por R.L. Stine, la cual está dirigida por Leigh Janiak (Honeymoon); quien además es co-escritora del guión junto a Phil Graziadei. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial este pasado 2 de julio.

Sinopsis:

Un grupo de adolescentes accidentalmente despierta a un ser maligno responsable de una serie de brutales asesinatos que han plagado su pueblo durante más de 300 años. Bienvenidos a Shadyside.


Comentarios generales:

Si crecieron en la década de los 90s como su servidor muy probablemente leyeron alguno de los libros de R.L. Stine al ser básicamente una lectura obligada para todos aquellos niños y adolescentes que fueran fans del terror. Así que cuando Netflix reveló su ambicioso proyecto de una trilogía basada en algunos de esos libros mi interés se fue por las nubes y rápidamente se convirtió en algo de lo más esperado por mi parte en 2021; con altas expectativas incluidas que podían ser contraproducentes, pero que al menos con Fear Street: 1994 se cumplieron de manera satisfactoria.  

Y es que con esta primera parte Janiak deja el listón muy alto para las dos siguientes al presentarnos lo que básicamente es un homenaje a los slasher noventeros realizado de manera impecable. Donde claramente la mayor inspiración es “Scream” (la introducción de la película es el ejemplo más evidente de esto), pero esta logra forjarse una identidad propia por medio de una historia que no solo se limita a explotar el factor nostalgia, sino que también busca tener un poco más de sustancia al combinar el slasher con un elemento sobrenatural para que así el importante contexto histórico del pueblo cuente con mayor relevancia.

Contexto que durante la primera media hora se explota más que nada por medio de un drama juvenil que sirve como introducción a un grupo de personajes con características conocidas y que pasando ese periodo de tiempo toma incluso mucho más relevancia al iniciar la masacre. La cual hace que el ritmo se vuelva dinámico y en general se incremente de golpe el nivel de intensidad de las acciones cuando empiezan a caer los cuerpos y, por lo consiguiente, empieza a brotar la sangre.

Convirtiendo esto en una persecución que con los minutos se va volviendo más y más grande al ir involucrando múltiples asesinos cuyo accionar parece el típico de esta clase de películas en el que todo es matar por matar, pero en realidad cuentan con una diferencia fundamental que cambia por completo la manera en la que las víctimas tienen que enfrentarlos. Estableciendo así un mayor nivel de peligrosidad por medio del aspecto sobrenatural previamente mencionado y a la vez brindando la oportunidad de presentar situaciones de riesgo en las que el caos o la acción siempre estén presentes para que la experiencia no se vuelva monótona.

Algo que se mantiene de manera estable hasta llegar a una parte final que logra generar muchísima tensión y además se da el lujo de contar con momentos sorpresivos que le brindan mayor impacto visual e, incluso, cierto toque depresivo. Aunque dejando todo abierto para que las secuelas complementen lo que hace falta.

En el tema de las actuaciones tenemos un elenco que hace una buena labor, no podría decir que alguien destaca en especifico pero todos generan una buena química y cumplen con sus roles de manera sólida. Mientras que en el tema de producción tenemos una gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, el soundtrack es fantástico, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son de gran nivel y la labor de maquillaje está bien cuidada.

Opinión final: Fear Street 1994 es genial. Un homenaje a los slasher de los 90s que sin duda se posiciona como una de las mejores películas en lo que va del año. 

Ojometro:
*****

viernes, 2 de julio de 2021

Crítica: The Djinn (2021)

Película dirigida por David Charbonier y Justin Powell, quienes además son los escritores del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 14 de mayo, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un chico mudo de nombre Dylan (Ezra Dewey) se queda atrapado en su departamento con un siniestro monstruo cuando pide un deseo para obtener lo que más quiere desde lo más profundo de su corazón.


Comentarios generales:

Películas sobre genios malvados no son nada nuevo, hay varias por ahí regadas a lo largo de las décadas, pero jamás ha sido un tópico que se haya explotado de manera regular como algunos otros. En gran medida porque se le considera como algo demasiado simple y por ello no se pueden hacer cosas tan complejas o elaboradas, lo cual es entendible; sin embargo, The Djinn demuestra que incluso las cosas simples todavía pueden ser muy interesantes.

Y es que lo que nos presentan Charbonier y Powell no es una historia apta para el público que solo busque grandes cantidades de sangre, apostando más por un enfoque minimalista que le dé mucha importancia a la generación de suspenso y a la propia construcción del protagonista. Lo cual hace que el primer acto no resulte el más emocionante de todos, pero que sirve perfectamente para conocer bien a Dylan; quien resulta tener unos traumas complejos y a la misma vez ser bastante autosuficiente a pesar de su discapacidad, sin dejar de ser un niño con la inocencia que eso conlleva.

Esto último siendo precisamente el medio por el que hace acto de presencia el genio, cuya aparición rápidamente establece el tono y la atmósfera para lo que resta de la película. Todo bajo un ritmo fluido que se da en gran parte por la manera tan creativa en la que los directores utilizan la cámara para presentar las situaciones de riesgo en un espacio muy pequeño, las cuales por momentos caen en lo repetitivo ante la limitante de recursos, pero en realidad, al llevarse a cabo bajo una dinámica vertiginosa la mayor parte del tiempo, eso casi ni se nota y la sensación de peligro que se logra generar es fuerte.

Dejando así una parte final intensa en la que el incremento de la violencia se da en cantidades suficientes como para alcanzar un nivel de tensión adecuado y con ello hacer que el conflicto se siga sintiendo desventajoso para Dylan. Además de que el desenlace resulta muy satisfactorio, no solo porque está bien justificado gracias a algo mencionado casi al inicio, sino porque no tiene problemas en ser más oscuro de lo que uno esperaría.

Sobre las actuaciones hay que decir que lo de Ezra Dewey es muy destacado, el chico no habla en el 99% de la película y aún así logra que uno se preocupe por él de manera importante una vez que inicia su encuentro con el genio. En cuanto a producción es de una factura muy discreta: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte simple, cuenta con un score efectivo, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Djinn me gustó. Película con un concepto simple que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****