martes, 23 de noviembre de 2021

Crítica: The Spore (2021)

Película escrita y dirigida por D.M. Cunningham, la cual significa su primer largometraje. Salió directamente en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de noviembre.

Sinopsis:

Las vidas de diez extraños se cruzan durante una aterradora cadena de eventos cuando un hongo mutante empieza a extenderse por una pequeña ciudad y transforma a todos los que entran en contacto con este.


Comentarios generales:

Una de mis debilidades son las películas de zombies o cualquier cosa que se les asemeje, así que es casi seguro que las veré sin importar si son blockbusters o proyectos independientes que no reciben tantos reflectores. Aunque obviamente esta debilidad conlleva un riesgo debido a que también se trata de un subgénero en el que la calidad varía demasiado y siempre existe la posibilidad de llevarse tremendas decepciones, tal como es el caso con The Spore.

Y la verdad esto es una pena debido a que aquí hay cosas con las que se podía trabajar y sacar algo más entretenido debido a que la visión de Cunningham es bastante innovadora en el sentido de que la infección producida por el hongo es el verdadero personaje principal de esta historia, la cual además se maneja bajo una estructura de segmentos conectados para contarla sin que se pueda catalogar a plenitud como una antología. Dándole así una identidad propia que además se magnifica ante el hecho de que durante al menos unos 40 minutos realmente no tenemos diálogos, siendo unas transmisiones de radio la única vía para brindar contexto en lo que claramente es una referencia/homenaje a Night of the Living Dead.

Lo malo es que dicho enfoque minimalista hace que la mayoría de los eventos que se desarrollan no parezcan relevantes dentro de una problemática a mayor escala, provocando así que el ritmo sea exageradamente lento. Y eso empeora cuando por diseño la mayoría de las acciones no tienen un nivel de intensidad tan elevado como para disimularlo y esto genera que la experiencia se vaya convirtiendo en una demasiado cansina ante la falta de avances concretos, incluso cuando todavía quedan más de treinta minutos de metraje.

Unos que para colmo son, sin lugar a dudas, lo peor de la película y en gran parte se debe a que llegan los diálogos por medio de situaciones más elaboradas que están actuadas de manera terrible. Las cuáles deberían de exponer los peligros de la infección de forma espectacular pero se quedan encasilladas en cosas muy básicas que nunca logran hacerte sentir interés por los personajes y que, salvo por aspectos técnicos visuales, no ofrecen nada que se pueda considerar de gran importancia para el desenlace.  

Sobre las actuaciones uno comprende rápidamente por qué la película tarda tanto en tener escenas con diálogos extensos fuera de las transmisiones de radio, ya que el elenco es bastante malo y les cuesta muchísimo lograr algo siquiera decente. Sobre todo a una señora a la que en todas sus apariciones se nota en exceso que se aguanta la risa en momentos de mucha seriedad.

En cuanto a producción es de muy bajo presupuesto, aunque un par de aspectos específicos resaltan: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte es simple, el score repetitivo, el trabajo de sonido cumple, la labor de maquillaje está bien cuidada y los efectos (prácticos) en general son de muy buena manufactura.

Opinión final: The Spore es mediocre. Película sumamente aburrida que quedará en el olvido en cuestión de semanas.

Ojometro:
**

viernes, 19 de noviembre de 2021

Crítica: The Stairs (2021)

Película dirigida por el debutante Peter 'Drago' Tiemann, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason L. Lowe. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en DVD se dio el pasado 19 de octubre.

Sinopsis:

Lo que inició como una aventura de fin de semana en el bosque pronto se convertirá en una batalla por la supervivencia para un grupo de amigos, quienes tendrán que lidiar con peligros ligados a una misteriosa escalera.


Comentarios generales:

La única razón por la que The Stairs entró en mi radar fue más que nada porque su concepto de la escalera me recordaba un poco a la tercera temporada de Channel Zero (Butcher's Block), ya que de lo contrario muy probablemente la hubiera dejado pasar. Simplemente dicha rareza era demasiado atractiva como para echarle un vistazo, a pesar de que el resultado como tal es por demás decepcionante.

Y es que en todo momento se nota la falta de experiencia de Tiemann y Lowe, quienes logran construir una introducción lo suficientemente sólida como para generar interés, pero después de eso no saben cómo expandir de manera sostenida lo planteado. Ofreciéndonos una historia que durante el primer acto no presenta gran complejidad y tampoco le da seguimiento a lo que mostraron en los primeros minutos por enfocarse en otras cosas.

Ya que las escaleras como tal no vuelven a aparecer sino hasta más avanzado el metraje y en general la sensación es que a partir de la media hora solo se trata de meter ideas una tras otra para ver cuál de estas funciona de alguna manera, aunque sin profundizar en lo absoluto para añadirles sustancia. Lo cual deja algunas escenas que en definitiva aportan sangre y violencia, sin embargo, en ningún momento se percibe que tengan algún propósito definido para el desarrollo dado a que nunca explican si tienen conexión ya sea con las escaleras o con un algún tipo de fenómeno supernatural que rodea al bosque.

Simplemente todo se siente hueco y eso continúa incluso durante una parte final en la que por fin se unen algunos puntos vistos en el inicio, pero que solo quedan como mera anécdota ante el nulo peso que tienen en la dinámica general. Dejando así un desenlace sin impacto o grandes respuestas, más si con cierto factor de entretenimiento gracias a las muertes y a la criatura que se presentan.

En lo que se refiere a las actuaciones no hay mucho para destacar más allá de la fugaz aparición de John Schneider. Mientras que en producción tenemos algo por lo menos cuidado: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte cumple, el score no destaca, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es sólida.

Opinión final: The Stairs es mala. Película sin demasiado sentido que refleja la novatez de sus creadores.

Ojometro:
**

sábado, 13 de noviembre de 2021

Crítica: The Deep House (2021)

Película dirigida por Alexandre Bustillo y Julien Maury, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Rachel Parker y Julien David. Se estrenó en cines dentro de Francia a mediados de año, mientras que en los Estados Unidos salió directamente en VOD el pasado 5 de noviembre.

Sinopsis:

Una joven pareja viaja a Francia para explorar una casa que se encuentra en el fondo de un lago artificial y compartir sus hallazgos para conseguir más visitas en su canal de YouTube. Aunque estando ahí su presencia despertará algo maligno que no tiene intenciones de dejarlos volver a la superficie con vida.


Comentarios generales:

La verdad no es sencillo que un found footage me llame la atención si no se trata de alguna entrega de una franquicia ya establecida o alguna propuesta con una labor promocional que haga imposible no saber de su existencia. Casi siempre las termino viendo por el compromiso que representa el blog, pero en el caso de The Deep House mi interés si era elevado desde que supe de esta y más que nada por el concepto tan peculiar que maneja considerando el subgénero al que pertenece.

Eso la hacía más llamativa de lo usual, pero tristemente lo que nos traen Bustillo y Maury solo se queda en eso debido a que las limitaciones del found footage y la propia naturaleza lenta de las escenas filmadas bajo el agua hacen que esta sea una película con la que nunca sientes que termine por explotar. Contándonos una historia que realmente sigue la estructura habitual conocida y sustenta todo el interés en la novedad de una locación que, por increíble que parezca, tarda casi media hora en aparecer sin dejar nada que destaque en el camino.

Obviamente ya con eso el visionado se empieza a tornar aburrido y el ritmo se ve afectado desde muy temprano, aunque una vez que se presenta la casa esa novedad en la que se sustentan tantas cosas funciona por un determinado periodo tiempo. En gran parte porque el nivel de producción hace que el interior de esta sea al menos interesante de ver. 

Lo malo es que una vez que se te pasa la curiosidad los problemas empiezan a ser evidentes, los cuales van desde jump scares forzados e inefectivos hasta dificultades para ver qué es lo que ocurre en los momentos de más acción debido a los retos con la iluminación y a la inestabilidad con la cámara que conlleva el formato. Además a eso hay que agregarle que la amenaza principal se siente totalmente improvisada y por lo consiguiente no existe el impacto necesario para construir situaciones de riesgo entretenidas. 

Dejando así una parte final en la que lo más peligroso termina siendo la falta de oxigeno y donde la mayoría de las cosas que suceden se sienten con poca importancia.

De las actuaciones se puede decir poco debido a las limitantes que afrontan, pero tampoco hay nada que te haga suponer que pudieron ser mejores. Mientras que en el tema de producción hay cosas interesantes: el trabajo de fotografía tiene altibajos (provocados principalmente por la locación), la dirección de arte es bastante buena, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje efectiva.

Opinión final: The Deep House es decepcionante. Un concepto interesante que se pierde en lo genérico del found footage.

Ojometro:
**

martes, 9 de noviembre de 2021

Crítica: Last Night in Soho (2021)

Película dirigida por Edgar Wright (Shaun of the Dead), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Krysty Wilson-Cairns. Se estrenó en cines el pasado 28 de octubre en México e hizo lo propio un día después en los Estados Unidos; recaudando hasta la fecha $12.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Eloise (Thomasin McKenzie) es una aspirante a diseñadora de modas que misteriosamente puede transportarse mientras duerme a la década de los 60s, donde se encuentra a una deslumbrante aspirante a cantante. Sin embargo, el glamur no es lo que aparenta ser y los sueños del pasado empiezan a sacar a la luz algo mucho más siniestro.


Comentarios generales:

El que Edgar Wright regresara al género de terror después de tantos años fue algo que provocó mucha emoción debido a que su forma de hacer cine suele ser del agrado de fans de distintas edades y eso provoca que sus películas se vuelvan cuasi mainstream sin que realmente lo sean. Tiene un sello único que atrae miradas y ciertamente con Last Night in Soho desde que se supo de su existencia las tuvo, convirtiéndola así en un trabajo sumamente trascendente dentro de este 2021 y que sin duda generará de todo, menos indiferencia.

Y no es porque lo presentado tenga intenciones de ser divisivo o sumamente polémico, sino mas bien porque nos topamos con una historia que por grandes lapsos resulta vibrante y con un potencial para lograr cosas importantes, pero también cuenta con algunas decisiones creativas que pueden causar una gran frustración dependiendo de lo que cada quien espere.

Con una primera mitad que se maneja de una manera casi perfecta al ponernos ante el personaje de Eloise y los contrastes que tiene de manera natural con su nuevo entorno, así como con la glamorosa Sandie. Logrando así una dinámica extremadamente atractiva por medio de la conexión que existe entre ambas durante los sueños, lo cual aporta glamur y mucha energía por la forma en que dichas escenas se encuentran construidas; dándole su debida importancia a cada personaje mientras de a poco se van soltando detalles con respecto al misterio que existe detrás de tanta aparente felicidad y perfección.

Un misterio que conforme se va develando hace que el tono de la película se torne más oscuro e incluso algo deprimente gracias al tema retratado (la explotación), además de que detona la aparición de fantasmas para incrementar los elementos de terror cuya presencia había sido limitada. Lo malo es que con dicha aparición llegan los problemas debido a que una vez que se establece su presencia el personaje de Eloise inicia una espiral descendente hacia la locura con la que, si bien se generan algunos momentos de gran intensidad, también se empieza a provocar una dinámica repetitiva que afecta el ritmo y hace que la parte final no sea tan interesante.

No al grado como para convertirla en una película del montón o mala ya que si cuenta con situaciones que valen la pena y añaden bastante fuerza; sin embargo, si se recurre al mismo recurso de forma exagerada hasta el punto en que se vuelve fastidioso. Sobre todo porque le quita importancia al tema de la explotación para enfocarse en un cierre más genérico.

Sobre las actuaciones la verdad es que Thomasin McKenzie lleva el peso de la película de manera destacada, combinando ese toque de inocencia y locura de manera muy bien balanceada para involucrarte de lleno con el personaje incluso durante la repetitiva parte final. Mientras que Anya Taylor-Joy (Sandie) aporta una dosis de elegancia y sufrimiento que hace su presencia muy relevante a pesar de que su tiempo en pantalla no es tan constante.

En cuanto a producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, el score es genial, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos no son tan complejos pero están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.  

Opinión final: Last Night in Soho me gustó. Buena película que, como casi todo lo que ha hecho su director, te deja con la sensación de que pudo ser algo incluso más importante.

Ojometro:
****