jueves, 25 de septiembre de 2014

Crítica: Scream Park (2014)


Película escrita y dirigida por Cary Hill, la cual representa su debut tras la cámara. Su salida en DVD dentro de los Estados Unidos se dio en el mes de abril, pero desde el pasado 30 de julio también está disponible en VOD e iTunes.

Sinopsis:

Los empleados de un parque de diversiones que está a punto de cerrar deciden hacer una fiesta dentro de este a escondidas. Lo que no saben es que un par de asesinos se han infiltrado y harán de su noche una pesadilla como parte de un plan para atraer más gente.



Comentarios generales:

Siempre he pensado que los parques de diversiones son de los mejores escenarios para desarrollar una película de terror gracias a que añaden una atmósfera muy peculiar. Muchos trabajos que los involucran suelen dejar cosas originales en el camino o al menos un entretenimiento ligero para pasar el rato; aunque ese no es el caso con Scream Park.

En su ópera prima lo que nos ofrece Hill es un slasher con una falta de inspiración y originalidad como pocos; en donde tratando de hacer un tributo a trabajos del género en los 80s se olvida por completo de la sustancia para simplemente quedarse con lo visual en su intento de querer generar algún tipo de reacción por parte del espectador. Es una historia random con personajes random de los que no sabemos nada y que son perseguidos por un par de asesinos igualmente random sin ningún motivo aparente hasta los últimos 15 minutos, donde al parecer se acordaron de que tenían que utilizar la escena con Doug Bradley para justificar su presencia en la película.

No solo no sigue la estructura clásica de los slasher, sino que además nunca te importa quienes son los asesinos (de hecho, ni siquiera se esfuerzan en decirnos quienes son en realidad) y eso es pésimo para esta clase de trabajos. Aunado a que no tienen ni un solo momento de tensión o de suspenso, y las muertes están tan mal hechas que incluso la cuestión de impacto se siente blanda a pesar de que exponen situaciones un tanto gráficas.

Al final le añaden un giro que, si bien no me lo esperaba, realmente termina por importar poco debido a que está ligado a una situación que con el paso de los minutos dejan de tratar.

Las actuaciones rayan un nivel de amateurismo muy elevado y Bradley solo aparece un par de minutos en pantalla. La producción es muy pobre en todos los sentidos; sin embargo, el trabajo de sonido se lleva la atención por ser una auténtica pesadilla: se notan los cortes para integrar los diálogos, por momentos no se escucha nada e incluso en un breve momento se pueden escuchar voces ajenas de la gente detrás de cámara.

Opinión final: Scream Park es horrible. No desperdicien su tiempo con este intento de slasher.

Ojometro:
*