lunes, 31 de agosto de 2015

Crítica: What We Do in the Shadows (2015)


Película escrita y dirigida por la dupla Jemaine Clement / Taika Waititi, quienes además actúan en la misma. Se estrenó en cines dentro de Nueva Zelanda a mediados del año pasado e hizo lo propio en los Estados Unidos (febrero) y México (julio) durante este 2015. También ya está disponible en DVD, Blu-ray o formato digital.

Sinopsis:

Viago, Deacon, Vladislav y Patyr son cuatro roomates que solo tratan de acostumbrarse a la sociedad moderna, aunque existe un pequeño problema: todos son vampiros inmortales. Hasta ahora se habían mantenido en las sombras, pero por medio de un documental pretenden mostrar como su vida puede seguir siendo la misma a pesar de tener que pagar renta o no poder entrar a ningún club nocturno sin invitación.



Comentarios generales:

Creo que los vampiros no pueden ser más ridiculizados de lo que ya están, sin duda lo que han hecho con estos en los últimos años ha dañado su reputación con muchísimos fans de manera importante. Por eso cuando supe por primera vez de What We Do in the Shadows no me entusiasme demasiado, al final de cuentas parecía ser una comedia más cuyo único objetivo era presentar humor fácil; sin embargo, después de estarme riendo durante casi 90 minutos me ha quedado claro que esta es una de las películas más divertidas que he visto últimamente.

Esto porque Clement y Waititi nos traen una historia con la cual no solo piensan mofarse de los chupasangre, sino también homenajearlos por medio de situaciones cómicas en las cuales nunca los hemos visto y cuyo grado de originalidad es sorprendente en una época donde todo parece estar reciclado. Desde la propia introducción de los personajes centrales se pueden notar las constantes referencias a otros trabajos u situaciones históricas ligadas a los vampiros, generando así una mezcla de personalidades única que sirve como el detonante perfecto para desatar extrañas fricciones que poco a poco se encargarán de irle dando forma a algo que en el papel no tiene mucha sustancia.

El ritmo nunca baja, siempre es fluido a pesar de que esto se maneja como un “documental”; tampoco cuenta con grandes sustos y los momentos que pretenden acercarse más al lado del terror terminan resultando muy cómicos ante las excentricidades de los vampiros. Realmente es hasta la aparición de un quinto personaje cuando la dinámica cambia debido a que esto trae consigo nuevas experiencias para todos los protagonistas que involucran a la modernidad y de paso un conflicto que lleva a una de las peleas más peculiares que haya visto en mi vida.

La parte final es muy entretenida. Todo el tema que rodea al baile de mascaras es hilarante (ojo con una referencia a Blade genial) por lo extremadamente cuidado que esta cada detalle y, sobre todo, porque presenta una situación con los humanos involucrados que no esperas se vaya a dar de esa manera; además es gracias a esto que el tono cómico se ve reemplazado por algunos instantes para mostrarte el lado más cruel de ser un vampiro y así construir un desenlace bastante satisfactorio para todos.

Las actuaciones son estupendas, desde los protagonistas hasta los secundarios están muy bien; aunque a mi parecer quien se lleva las palmas es Waititi con su personaje de Viago: él es quien de alguna manera sirve como enlace y muchas de las situaciones más graciosas ocurren en sus escenas. La producción es discreta en general, pero efectiva: el trabajo de fotografía está ok, la casa cuenta con una dirección de arte muy buena, el score me agradó bastante, los efectos son simples y el trabajo de maquillaje, si bien un tanto caricaturesco, es sólido.

Opinión final: What We Do in the Shadows es original, pero sobre todo muy divertida. Sin duda una de las mejores comedias de terror de los últimos años.

Ojometro:
*****