miércoles, 2 de septiembre de 2015

Crítica: Stung (2015)


Co-producción alemana/estadounidense escrita por Adam Aresti y dirigida por Benni Diez, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el pasado 3 de julio, aunque aún no se sabe cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Julia (Jessica Cook), quien recién acaba de hacerse cargo del negocio de cátering de su padre, se dirige a su primer evento junto a su socio Paul (Matt O’Leary). Dicho evento es una fiesta organizada por una anciana en su mansión en el campo, donde todo marcha según lo planeado como cada año... hasta que un enjambre de avispas sale a la superficie y empieza a desatar un caos sin igual.



Comentarios generales:

Las películas sobre insectos por lo general son sinónimo de exageración, así ha sido desde los 40s/50s y no parece que eso vaya a cambiar nunca, lo cual se escucha como algo malo pero en realidad creo que termina dándoles cierta identidad que otros sub-géneros no tienen o lo han perdido a través de los años. Por ello con Stung ya sabía que esperar y para mi agrado me encontré con ese trabajo tipo serie B lleno de animatronics que imaginaba.

Desde le primera escena en donde vemos a una avispa persiguiendo a una abeja es muy evidente cual será el tono general de la película y ciertamente Diez no se complica la existencia para seguir ese camino debido a que los primeros 15/20 minutos no te dicen mucho; de hecho, lo que predomina es un humor simple para introducir a todos los personajes mientras el espectador es quien asume más o menos lo que está por ocurrir. Algo que podría parecer un problema, pero en realidad no lo es y en gran parte se debe a que una vez que hace acto de presencia el enjambre todo se vuelve un caos entretenido que deja poco tiempo para estar pensando sobre la coherencia de lo que está ocurriendo en pantalla; centrándose más en un espectáculo visual lleno de sangre, líquidos viscosos y muertes que no son tan gráficas como me hubiera gustado.

Realmente carece de grandes momentos de terror pero su ritmo frenético y situaciones absurdas complementan ese aspecto; igualmente no tiene gran ciencia en cuanto a la propia historia detrás de la mutación de las avispas, solo tocan por breves instantes ese tema sin que tenga mucha relevancia en los sucesos posteriores. Una decisión que termina afectando parte del segundo acto debido a que lo vuelve sumamente repetitivo, con secuencias casi idénticas que lo único que las diferencia es el numero de humanos que siguen con vida.

El final es acción pura. Básicamente se trata de un escape extendido del nido de avispas que en un punto presenta un suceso bastante bizarro que ponía en riesgo de volver mucho más absurda a la ya de por si frágil premisa, pero afortunadamente el director no se centra demasiado en este y sigue con su línea de darle relevancia solo a los insectos. Incluso se deja abierta la posibilidad de una secuela.

Las actuaciones están ok, realmente no puedo decir que alguien destaque por encima del resto y en gran medida es porque casi todos son utilizados como personajes de relleno; además de que la historia no es tan profunda como para ofrecer grandes cosas con los únicos dos que si importan.

La producción es sólida a pesar de su corto presupuesto: el trabajo de fotografía captura una variedad de colores agradable, la dirección de arte es simple pero efectiva y el maquillaje, si bien no es tan determinante como hubiera esperado, presenta buenas cosas. Sin embargo, lo llamativo de todo esto son los efectos: es una combinación de CGI con animatronics muy bien balanceada (con mucha sangre y sustancias pegajosas de por medio) que le agradará a los amantes de lo retro.

Opinión final: Stung es entretenimiento ligero sin muchas pretensiones. Buena opción para pasar el rato.

Ojometro:
***