miércoles, 19 de agosto de 2015

Crítica: The Lake on Clinton Road (2015)


Película escrita y dirigida por el debutante DeShon Hardy. Se estrenó directamente en DVD el pasado 15 de julio dentro de los Estados Unidos y de momento no parece que vaya a salir en otros formatos o llegar a otros mercados.

Sinopsis:

Cuando seis amigos de Massachusetts terminan el semestre, estos deciden realizar un viaje por carretera hacia la costa de New Jersey para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Su destino es una casa, pero contrario a lo que pensaban, esta no se encuentra en la playa sino a la orilla de un lago en medio del bosque ubicado en Clinton Road; un lugar que ha estado embrujado por los pasados 50 años.



Comentarios generales:

No suelo hacerle el feo a ninguna película por más espantosa que pinte en el tráiler, de hecho, trabajos con cierto toque de serie B me suelen hacer pasar ratos por lo menos divertidos ante lo malos que resultan. Sin embargo, siempre existirá un puñado que por más que trate no les puedo encontrar algo destacable y hacen de mi experiencia una verdadera tortura ante lo deprimentes que resultan, siendo este el caso con The Lake on Clinton Road.

Como punto de partida se utilizan unos supuestos hechos reales que, en efecto, están ligados con Clinton Road, pero estos son tan insignificantes y con tan poco sustento que no proporcionan el contenido suficiente como para poder ofrecer una historia convincente. Ante esta tremenda limitante lo que decide hacer Hardy es utilizar relleno… mucho relleno, ya que el primer acto básicamente consiste en los seis amigos bebiendo cerveza mientras van por la carretera, bebiendo cerveza en el lago, bebiendo cerveza en la casa y demás acontecimientos absurdos que para cuando te das cuenta ya han consumido casi treinta minutos sin mostrar gran novedad de lo que nos pretender contar.

Lo peor es que para el segundo acto las cosas no cambian en lo absoluto, por ahí existe alguno que otro esfuerzo por tratar de darle un poco más de sustancia al tema de la posesión de la protagonista, pero al no tener nada previo construido esto resulta como algo más metido para ganar tiempo. No existe la generación de sustos de ningún tipo, nunca se logra crear una atmósfera acorde a un sitio embrujado y la presencia de espíritus se limita a un niño con apariciones esporádicas; lo cual, aunado a un ritmo muy lento, origina un aburrimiento demasiado fuerte.

El último acto es prácticamente un chiste. Se podría decir que es la parte donde existen más elementos de terror pero están tan mal desarrollados que ni lo parecen y en la mayoría de los casos se ven opacados por situaciones absurdas que les proceden (un tipo que se pone a hacer ejercicio justo después de la muerte de uno de sus amigos es un claro ejemplo); además no profundizan nada en lo que respecta a las leyendas de Clinton Road.

Las actuaciones rayan en lo amateur, aunque para ser sinceros el guión no ayudaba demasiado e incluso por varios lapsos se nota un alto grado de improvisación por parte de los actores. La producción es muy pobre: la iluminación es nefasta, la decoración de la casa es desangelada, el sonido increíblemente sucio y los efectos, siendo probablemente lo más decente de todo esto, son muy básicos.

* Cuenta con una escena post-créditos (la más larga e irrelevante de la historia)

Opinión final: The Lake on Clinton Road es exageradamente mala, sin duda una gran candidata a ser la peor película del año.

Ojometro:
*