sábado, 26 de septiembre de 2015

Crítica: Some Kind of Hate (2015)


Primer largometraje del director Adam Egypt Mortimer, quien además comparte créditos junto a Brian DeLeeuw como co-escritor del guión. Se estrenó el pasado 18 de septiembre dentro de los Estados Unidos de manera limitada en cines y VOD, mientras que su salida en DVD está programada para próximo 3 de noviembre.

Sinopsis:

Lincoln (Ronen Rubinstein) es un adolescente que sufre de bullying en su colegio, pero cuando por fin decide tomar cartas en el asunto su castigo es mandarlo a un campamento remoto para chicos problemáticos. Estando ahí las cosas no cambian y su pesadilla regresa, aunque en esta ocasión alguien más está observando: una chica de nombre Moira cuya única intención es desatar un baño de sangre sin igual.



Comentarios generales:

Ligar el tema del bullying a los slasher no es cosa nueva y desde hace unos años lleva siendo algo muy recurrente dentro dicho subgénero, por lo cual cada vez es más difícil encontrar trabajos con cierto grado de originalidad. Gracias a esto mis expectativas con Some Kind of Hate eran extremadamente bajas, sobre todo porque el tráiler no ayudaba mucho a venderla; sin embargo, una vez terminada todo eso quedó en el olvido y sin mayor problema puedo decir que se trata de una de las mayores sorpresas en el 2015.

Lo que nos trae Egypt Mortimer es un ejemplo perfecto sobre como mezclar de manera acertada un concepto viejo con uno más de moda al aplicar la fórmula usual para construir un slasher dentro de una historia que esencialmente trata sobre fantasmas (algo similar a lo que vimos en It Follows), centrándose inicialmente en los problemas del bullying para generar así una empatía muy fuerte con el protagonista por medio de diferentes sucesos en donde es la victima de constantes abusos. Un aspecto que podría parecer insignificante, pero en realidad es fundamental para que todo esto funcione debido a que es la base para que el espectador empiece sentir deseos por ver su venganza; no solo porque hay personajes creados específicamente para ser detestados, sino que además se cuenta con una historia secundaria que involucra a los empleados del campamento que agrega un misterio sólido y, de paso, los hace un poco más sospechosos con sus intenciones.

Hasta este punto todo es muy predecible y lineal, incluso por ciertos lapsos se pudiera sentir pesada, pero antes de caer en lo irrelevante el director demuestra un timing muy bueno al dar el giro presentando a Moira. Un personaje que desde el primer instante le imprime un tono mucho más oscuro a la película y que funciona como el medio perfecto para elevar el grado de violencia gracias a su original manera de matar a sus víctimas, la cual además ofrece algunas escenas visualmente llamativas.

Aunque no solo es eso, sino que agrega una complejidad mucho mayor al asunto debido a que no se trata del asesino convencional al que los protagonistas pueden enfrentar abiertamente dañándole en repetidas ocasiones. Aquí hay consecuencias para ellos también y esa sencilla variación hace que resulte complicado el poder descifrar como será lo que está por venir.

La parte final me pareció excelente. Es un baño de sangre como pocos en donde vemos diferentes muertes que logran un impacto justo para darte una sensación de desesperanza muy fuerte; además de que no presenta una conclusión convencional (incluso deja abierta la puerta para una secuela).

La actuación de Rubinstein no está mal, aunque por momentos cae en una repetitividad desesperante con su rol de chico deprimido; mientras que Sierra McCormick (Moira) está estupenda en cada escena en la que aparece, tiene una presencia enorme y la verdad si genera una sensación de terror importante. La producción no es precisamente la más ostentosa, pero cumple: el trabajo de fotografía logra darle un look único, el score es estupendo (sobre todo los últimos 15 minutos) y la cuestión de efectos/maquillaje es de primer nivel como era necesario considerando que es un punto vital de la película.

Opinión final: Some Kind of Hate es un slasher bastante original y sangriento que puede agradarle a diferentes tipos de fans. Totalmente recomendable.

Ojometro:
****