lunes, 7 de marzo de 2016

Crítica: Flight 7500 (2014)


Película dirigida por Takashi Shimizu (Ju-On), cuyo guión fue escrito por Craig Rosenberg. Ha contado con diferentes estrenos en cine y formato físico desde el 2014 tanto en Asia como en Europa, pero su llegada a los Estados Unidos se espera apenas para el próximo 12 de abril en VOD.

Sinopsis:

El vuelo 7500 parte desde el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles hacia la ciudad de Tokio en Japón. Al inicio parece un vuelo de rutina, pero mientras el avión realiza su ruta de 10 horas sobre el océano pacifico, los pasajeros empezarán a experimentar extraños sucesos que al parecer tienen que ver con una fuerza sobrenatural ligada a uno de ellos.



Comentarios generales:

Si nunca antes habían escuchado hablar de Flight 7500 no se preocupen, probablemente no sean los únicos debido a que esta es una película que sufrió una cantidad de retrasos impresionante desde que se dio a conocer en 2011. Era uno de esos trabajos que parecían estar destinados a quedarse en la congeladora para siempre y la verdad eso resultaba un tanto frustrante considerando todo el talento que estaba involucrado; sin embargo, una vez vista no solo entenderán los motivos del retraso, sino que además lamentarán el que haya salido al público.

Ya que esta es una película que desde el inicio se siente con una falta de identidad tremenda, donde Shimizu tiene a su disposición un grupo de personajes que en cuanto a personalidad y fondo son atractivos (a pesar de los estereotipos), pero que se ven atrapados en una historia que nunca parece seguir un camino definido al quedarse atascada entre el estilo japonés y el americano. Especialmente durante un primer acto que cuenta con un grado de intensidad muy bajo para poder hacer resaltar el primer evento extraño del vuelo que servirá como detonante de los misterios que están por venir, apostándole todo a la generación de una atmósfera tétrica similar a la que se usa en el cine de terror asiático, pero que en esta ocasión nunca se logra dar ante las limitaciones del escenario en donde se desarrolla la historia.

A esto hay que añadirle que las acciones transcurren de manera muy lenta y con poca variedad, cayendo así en una monotonía desesperante que tratan de romper por medio de sustos fáciles totalmente inefectivos. Sustos que sabes están ahí, pero a los que les falta “algo” a la hora de aplicarlos y eso tiene mucho que ver con la pobre ejecución del director al momento de vender la amenaza a la que se enfrentan los pasajeros; simplemente no hay una construcción detallada de las cosas, algunas pasan porque si y otras están metidas a la fuerza (como es el caso de la muñeca), provocando que el espectador no se involucre de lleno y, por ende, no pueda verse inmerso en una experiencia que lo mantenga en un nivel de tensión aceptable como para que los elementos de impacto logren su cometido.

Para el último acto presentan un giro que muchos podrán descifrar desde antes, ya que la verdad se trata de uno que ha sido muy utilizado en los últimos 15 años. Además, termina dejándote con la sensación de que realmente todo lo que ocurrió durante la segunda mitad de la película no tuvo importancia alguna debido a lo acelerado que resulta.

Las actuaciones son decentes a lo mucho y eso gracias a que la mayoría del elenco se compone de buenos actores que tratan de exprimirle al máximo a unos personajes que no dan para más. La producción es pobre: el trabajo de edición deja mucho que desear, la dirección de arte es correcta, el score no aporta mucho, los efectos especiales parecen de película de TV y toda la cuestión de maquillaje es muy básica.

Opinión final: Flight 7500 es una abominación de esas grandes. Lo mejor que pueden hacer es mantenerse alejados de esta.

Ojometro:
*