sábado, 19 de marzo de 2016

Crítica: Cabin Fever (2016)


Remake de la película de 2002 del mismo nombre que está dirigido por Travis Zariwny (Intruder) y cuyo guión fue escrito por la dupla Eli Roth/Randy Pearlstein. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de febrero, pero todavía no hay información sobre si llegará a otros mercados o si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de cinco amigos rentan una cabaña en el bosque para pasar un fin de semana; sin embargo, su diversión pronto se convertirá en una pesadilla cuando se ven infectados por un virus come carne que desatará un verdadero infierno.



Comentarios generales:

Nunca he sido fan de la Cabin Fever original, pero debo de aceptar que sin duda alguna tiene una de las legiones de fans más apasionados y leales que existen dentro del género, lo cual motivó a muchos ejecutivos para tratar de hacer una franquicia a como dé lugar. Lo malo es que esto no fue por buen camino gracias a una secuela atroz y a una precuela que no tenía pies ni cabeza, obligando a cambiar los planes originales de una cuarta entrega por un remake de un trabajo de hace solo apenas 14 años. Idea que definitivamente terminó siendo mucho peor.

Esto porque lo que nos presenta Zariwny es casi una calca de la película de 2002, con algunas variaciones en ciertos detalles, pero en general es un "copy-paste" mediocre sin sustancia que durante todo el primer acto se siente larguísimo. Un problema que se acentuará mucho más con aquellos que vieron la original gracias a que el director no demuestra mucho esfuerzo por agregar un poco de dinamismo a las cosas y pretende llevar todo de manera más tranquila con algo de humor fallido por medio de un personaje en particular, así como con escenas de sexo y problemas amorosos que nunca permiten manejar un tono mucho más oscuro; afectando así al único momento de toda la película que en verdad logra generar un poco de impacto y que supone finalmente un cambio drástico a toda esta dinámica.

Lamentablemente dicho momento no cambia el ritmo tan cansino que se maneja y no es sino hasta casi llegada la hora de metraje cuando inicia el verdadero caos producido directamente por el virus, el cual para mi sorpresa resulta mucho más ligero de lo habitual. Y es que contrario a todas las entregas previas, en donde el shock mediante momentos verdaderamente grotescos era el principal atractivo, aquí realmente todo se quiere sustentar en base a la acción y espectacularidad; dejando de lado el factor visual característico sin importar que eso elimine cualquier intento por provocarle algo de tensión al espectador.

El final es ligeramente distinto al original, pero no hace demasiado por levantar las cosas debido a que nunca se logra generar ese impacto extremo esencial para lo que ocurre en pantalla, esto a pesar de que varias de las escenas más gráficas se dan durante esta parte.

Las actuaciones son muy malas, los actores se sienten increíblemente forzados todo el tiempo y debido a eso ninguno de los personajes resulta interesante. La producción está ok: tiene un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte tiene sus detalles, el score no es nada del otro mundo y los efectos son sólidos; sin embargo, el trabajo de maquillaje deja muchísimo que desear en comparación a lo que siempre se había manejado con la franquicia (y que en gran medida era lo único bueno que tenía).

Opinión final: Cabin Fever es de lo peor del año. Un remake que no cuenta con ningún tipo de justificación para existir.

Ojometro:
*