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martes, 28 de enero de 2025

Crítica: Wolf Man (2025)

Película dirigida por Leigh Whannell (The Invisible Man), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Corbett Tuck. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 17 de enero, mientras que en México hizo lo propio el pasado 23 de enero; recaudando hasta la fecha $27.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Mientras van en camino a una vieja granja, una familia es atacada por un misterioso animal del cual logran escapar. Aunque conforme transcurre la noche el padre empezará a transformarse en algo irreconocible para el ojo humano.


Comentarios generales:

Sabemos que para este punto Universal ha desistido por completo en su intento por crear un universo cinematográfico basado en sus icónicos monstruos y su enfoque más individual ha dejado buenos dividendos hasta el momento. Aunque también es innegable que existen personajes que representan un mayor riesgo dada su importancia histórica para el estudio y por lo mismo el lograr una visión más contemporánea de estos no es una tarea sencilla debido a que los cambios pueden llegar a ser polémicos, tal como lo demuestra Wolf Man.

Ya que Leigh Whannell toma la decisión de alejarse totalmente de la historia original al apostar por algo más minimalista para que la presencia del hombre lobo (se vea o no en pantalla) sea algo continuo desde temprano y así pueda generar grandes dosis de tensión que ayuden a establecer una atmósfera de peligro constante. Esto mientras se le da relevancia a una dinámica familiar un tanto quebrada que añade el tono depresivo suficiente para que el espectador sienta curiosidad por saber cómo sobrellevarán su apremiante situación dado a que poco a poco tendrán que lidiar con la inevitable transformación de Blake.

Y es precisamente la progresiva transformación del protagonista la que hace de esto algo interesante dado a que, contrario a lo habitual, acá se va dando por etapas y eso ayuda a que en los momentos en los que no hay tanta acción en pantalla se pueda contar siempre con la sensación de riesgo latente gracias a su naturaleza agresiva que simplemente en algún punto ya no podrá controlar. Todo bajo un ritmo agradable que evita que se caiga en lo repetitivo por el espacio tan limitado en el que se desarrollan las acciones, aunque también es cierto que existen algunas cosas que pueden resultar fastidiosas si se busca fidelidad con la película de 1941 y porque el conflicto resulta más o menos predecible en su ejecución.

Algo que afortunadamente no evita que existan buenas dosis de violencia y crudeza para acentuar el comportamiento salvaje del hombre lobo y así llevarnos a una parte final que juega mucho con la oscuridad, pero también con tratar de explotar el lado emocional de este desastre familiar. Lo cual no es tan potente como se pudiera esperar, pero ayuda a que el desenlace sea efectivo.

Las actuaciones están bastante bien y al tratarse de un elenco reducido la química que se logra entre los protagonistas es lo suficientemente sólida. Mientras que en producción tenemos una factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte simple, el score es genial, el trabajo de sonido espectacular, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Wolf Man me gustó. Una película sólida de hombres lobo que puede resultar polémica por su alejamiento del material original.  

Ojometro:
**** 

martes, 3 de marzo de 2020

Crítica: The Invisible Man (2020)


Reboot del clásico de 1933 escrito y dirigido por Leigh Whannell (Insidious: Chapter 3). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 28 de febrero, recaudando hasta la fecha $49.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando Cecilia (Elisabeth Moss) logra escapar de su abusivo novio, este comete suicidio y le hereda su fortuna. Sin embargo, ella sospecha que su muerte solo fue un engaño y pronto una serie de extraños eventos la convencerán de que de algún modo se ha vuelto invisible para poder atormentarla.



Comentarios generales:

Parecía que después de tres intentos fallidos por tratar de relanzar el universo de sus monstruos clásicos (The Wolfman, Dracula Untold y The Mummy) la suerte de Universal se había terminado y el futuro de estos volvería a quedar en el limbo hasta a nuevo aviso ante la cantidad de complicaciones que representaban dichos proyectos. Sin embargo, en esta industria las cosas cambian muy rápido y afortunadamente el estudio optó por una nueva estrategia para rescatar sus populares franquicias, centrándose en proyectos mucho más personales y no tanto en un universo expandido. Una decisión que después de ver The Invisible Man queda claro que fue la correcta.

Esto porque el enfoque que adopta Whannell es perfecto para la época actual, centrando la atención en la victima y no tanto en el monstruo para así tener una historia que en todo momento toque el tema del abuso físico/mental que sufre nuestra protagonista. El cual se hace evidente desde una secuencia inicial brillante con la que se establece el tono y el grado de tensión que tendrán las acciones por medio de una problemática en la que el villano no aparece en pantalla, pero en todo momento se logra vender perfectamente bien la idea de que se trata de un psicópata dispuesto a hacer lo que sea por recuperarla gracias al pavor que ella misma manifiesta en cada movimiento que realiza.

Y es en base a esa premisa tan básica que se logra construir algo especial porque por medio del personaje de Cecilia y un trabajo de fotografía muy creativo se genera una sensación de peligro constante elevadísima al convertir los espacios vacíos en zonas de riesgo dado a que siempre existe la posibilidad de que la estén vigilando.

Siendo esto el punto fundamental para que todo funcione, no solo por lo aterrador que resulta la idea de ser perseguido por alguien que no puedes ver, sino porque además hace que el deterioro de Cecilia sea mucho más interesante durante la segunda mitad del filme debido a que la pone bajo un escenario donde tiene absolutamente todas las de perder. Incrementando poco a poco la intensidad con situaciones puntuales que añaden violencia e incluso algo de sangre para preparar el camino hacía una parte final que cambia el ritmo semi-lento predominante por uno ligeramente más veloz.

Ya que es en esta parte donde las cosas empiezan a obtener una dosis mayor de acción para darle, ahora sí, “exposición” al hombre invisible y poder presumir un poco el despliegue de efectos. Algo que sin duda añade potencia en el momento adecuado y lleva a un cierre satisfactorio para el personaje principal.

En el tema de las actuaciones todos están bien, pero este es el show de Elisabeth Moss. Ella es quien carga con el peso de la película y de principio a fin lo que hace es tremendo por medio de un personaje que todo el tiempo vive bajo una paranoia que poco a poco la va consumiendo, pero que nunca la logra quebrar por completo y gracias a eso se puede dar el lujo de ofrecer momentazos tanto en su etapa vulnerable como en su etapa de mujer plenamente convencida de que no está loca.

La producción también es de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno e imaginativo, la dirección de arte impecable, el score es fantástico, el trabajo de sonido sólido, la labor de maquillaje es discreta y los efectos no son los más complejos, pero están muy bien hechos.

Opinión final: The Invisible Man es una gran película. Una revisión de alto nivel para un clásico que sin duda se meterá de lleno a la conversación de lo mejor del año.

Ojometro:
*****

martes, 18 de septiembre de 2018

Crítica: Upgrade (2018)


Película escrita y dirigida por Leigh Whannell (Insidious: Chapter Three). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de junio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 14 de septiembre de manera limitada; recaudando $14.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.  Su salida en formato físico se dio el 28 de agosto.

Sinopsis:

En un futuro no tan lejano, la tecnología controla casi todos los aspectos de la vida cotidiana. Pero cuando un hombre negado a esta ve desmoronarse la suya por el asesinato de su esposa, la única que opción que le queda para vengarse es implantarse un chip experimental llamado Stem.



Comentarios generales:

No es tan raro que una película se vea encasillada dentro de un género al que no pertenece, en especial si su director lleva ligado a uno en específico durante años. Es por eso que cuando veías el trailer de Upgrade y luego te decían que era una película de terror había cierto conflicto inmediato porque algo no encajaba, claramente las influencias eran otras y después de verla es evidente que hubo cierto error de comunicación ahí.

Y no es porque no contenga elementos que estén ligados al terror, si los tiene, pero estos son tan superficiales al grado de que no representan gran cosa en el producto general y solo lo disimulan de una manera bastante inteligente para que el espectador tarde un tiempo en darse cuenta. Ya que lo que nos presenta Whannell es algo cuyo inicio puede considerarse como uno estándar en donde, más allá de la tragedia, solo se enfoca en tratar de hacer que uno sienta empatía hacia nuestro protagonista y quiera verlo obtener su venganza como sea; haciéndote suponer que una vez que obtenga los medios para lograrlo iniciará una cacería violenta en la que poco a poco se irá acumulando un nivel de tensión por medio de sus actos que desencadenarán en un baño de sangre.

El problema es que, si bien hay violencia muy gráfica, esta nunca termina por ser un elemento fundamental y queda nada más como un recurso para agregar impacto momentáneo a algo que básicamente se convierte en un thriller blando con peleas exageradamente coreografiadas que resultan graciosas de ver. Aunque a pesar de esto no diría que lo que ocurre es malo, en realidad las cosas avanzan de manera fluida gracias a las escenas de acción y porque la manera en la que se va construyendo la dependencia de Grey con Stem evita que esto se torne aburrido; sin embargo, ya para este punto queda claro que de terror no habrá demasiado que ver.  

La parte final deja mucho que desear. Todas las piezas caen en su lugar como deben para llevar a un encuentro decisivo que ofrece más de lo mismo, pero  además se agrega un giro que resulta muy forzado al pasar de lo predecible a lo absurdo.

De las actuaciones en realidad es el show de Logan Marshall-Green (Grey), quien está bastante bien en este rol de mitad humano/maquina incluso con las curiosas coreografías en las peleas. La producción es sólida: el trabajo de fotografía es adecuado, la dirección de arte está bien cuidada, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido es bueno, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Upgrade está aceptable. Es más sci-fi que terror, pero puede que le guste a quienes esto no les importe demasiado.

Ojometro:
***

viernes, 2 de marzo de 2018

Crítica: Keep Watching (2018)


Primer largometraje del director Sean Carter, cuyo guión fue escrito por el debutante Joseph Dembner. Se estrenó directamente en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de febrero, aunque parece que en algunos países podría llegar a cines próximamente.

Sinopsis:

Una familia es atrapada dentro de su propia casa por unos misteriosos intrusos, quienes los forzarán a ser parte de un juego de vida o muerte cuyas reglas se irán revelando con el transcurrir de la noche.



Comentarios generales:

Probablemente no exista una actriz en la actualidad que genere más morbo dentro del cine de terror que Bella Thorne, la sexualización que la ha rodeado desde muy joven provoca que la gente esté muy al pendiente de todo en lo que esté involucrada. Esto evidentemente no es algo que los estudios hayan ignorado y desde un tiempo a la fecha se han empeñado en sacar todas aquellas películas en donde aparece sin importar cuánto tiempo lleven en el olvido, siendo este el caso de Keep Watching; un trabajo de 2013 que se la había pasado en la congeladora y que después de verlo se entiende perfectamente el porqué de esto.

Esencialmente porque en este lapso han salido algunas otras películas similares que hacen que su premisa sea obsoleta, pero sobre todo porque carece de dos aspectos fundamentales para que funcione: personajes interesantes y que sea creíble.

Siendo lo primero algo bastante problemático debido a que durante el primer acto el director enfoca sus esfuerzos en tratar de que el espectador tome interés por esta familia de manera inefectiva gracias a que lo presentado no cuenta con la solidez suficiente como para lograrlo; simplemente todo resulta banal, sin nada que sientas que pueda ser fundamental más adelante y cuya única meta en grandes lapsos es hacer lucir muy sensuales tanto al personaje de Jamie como a su madrastra.

Luego está el tema de la credibilidad, algo que en esta ocasión simplemente no se logró porque la manera en la que están colocadas las cámaras es ridícula. Son demasiadas y además se encuentran en los lugares más inverosímiles posibles (botón de un horno de microondas, ventilador, drenaje o en un estante para especias), lo cual quita por completo la ilusión de que esto es un juego de invasión y provoca que uno como espectador se quede pensando más en lo imposibles que resultan dichas tomas y no sobre si los problemas de la familia son interesantes.

Lo anterior sin duda afecta, pero incluso con estos detalles la película podía salir adelante considerando que el juego que plantean daba el material suficiente como para brindar una segunda mitad entretenida; sin embargo, esto tampoco se da. En gran medida porque es una serie de eventos sin gran originalidad que, para colmo, no se complementan con muertes llamativas que justifiquen la supuesta brutalidad que te vendieron al inicio. Todo lo que ocurre es correr del punto A al punto B bajo un ritmo acelerado y una edición pobre, sin momentos que te permitan desarrollar cierta empatía por las victimas en su búsqueda por sobrevivir y con una presencia asesina omnipotente de la cual tampoco llegas a saber demasiado.

Ya con todo lo anteriormente mencionado uno llega fastidiado a la parte final y sin que le importe lo que pueda ocurrirle a los sobrevivientes. Para empeorar las cosas el enfrentamiento definitivo es muy desangelado al carecer de intensidad, de momentos agobiantes y dejar como pago algo demasiado decepcionante.

Sobre las actuaciones no puedo decir que sean terribles o malas porque no lo son, están aceptables, pero el hecho de que los personajes sean tan planos y se vean obligados a realizar cosas tan tontas no les ayuda. La producción es del estándar en este tipo de filmes: un trabajo de fotografía práctico, score cumplidor, trabajo de sonido efectivo y unos efectos medio pobres.

Opinión final: Keep Watching es bastante aburrida. Otro intento fallido por querer explotar la popularidad de Bella Thorne.

Ojometro:
**

viernes, 5 de enero de 2018

Crítica: Insidious: The Last Key (2018)


Cuarta entrega de la franquicia, ahora dirigida por Adam Robitel (The Taking of Deborah Logan) y cuyo guion fue nuevamente escrito por Leigh Whannell. Se estrenó en cines aquí en México el pasado 4 de enero e hizo lo propio dentro de los Estados Unidos y otros países el día 5.

Sinopsis:

La doctora Elise Rainier (Lin Shaye) y su equipo enfrentan al espíritu más temible con el que se hayan topado. Uno que llevará las cosas a un nivel mucho más personal por el lugar que habita: la casa en donde ella creció.



Comentarios generales:

A más de uno nos sorprendió el anuncio de que habría una cuarta entrega, no tanto porque fuera algo imposible, sino porque realmente parecía que no era necesario que Insidious tuviera una nueva película considerando lo que ya habían mostrado y que con Chapter 3 parecía que sería el final de la franquicia. Sin embargo, con The Last Key su creador nos demuestra que todavía quedaba espacio para contar algo importante dentro de este universo, a pesar de que eso signifique el tener que sacrificar ciertas cosas características para que funcione.

Esto principalmente se debe a que el centro de la historia es Elise, lo cual hace que la dinámica acostumbrada varié de cierta manera debido a Robitel y Whannell ahora tienen que lidiar con el hecho de que el personaje afectado es uno al que difícilmente se le puede colocar como una víctima indefensa y por lo consiguiente el uso de sustos, así como la construcción lenta de momentos de suspenso, se ve mucho más limitado. Provocando así un primer acto que se sustenta en mezclar eventos del pasado con el presente para que, por medio de la Elise niña, se pueda ir desarrollando un interesante caso que no solo va revelando la vida de nuestra protagonista, sino que también establece al demonio como uno mucho más complejo por medio de los sucesos de mayor tensión.

Situación que inmediatamente hace que el ritmo sea más pausado de lo acostumbrado debido a que la elaboración requiere un poco más de tiempo para ir juntando los puntos que liguen cada suceso de la infancia de Elise con lo que sucede en la casa. Brindándole así cierto toque detectivesco mucho mayor que funciona, pero que nunca termina por solidificarse gracias a un giro que cambia la dinámica al involucrar de manera más profunda a nuevos personajes que se sienten metidos con calzador para seguir explotando un tema familiar que, en general, hacen ver a lo ocurrido previamente como algo con poca relevancia (a pesar de que si tiene una explicación lógica) y que lo verdaderamente importante apenas está por venir.

La parte final logra su cometido al colocar cada pieza en su lugar para que no queden tantas dudas con respecto a la revoltosa línea de tiempo de la franquicia, aunque no tiene tanta fuerza como los anteriores. Evidentemente es un poco más emocional, pero en general la sensación de peligro nunca alcanza niveles tan elevados.

En las actuaciones este es el show de Lin Shaye, quien como en las entregas anteriores está estupenda y solo reafirma a su personaje como uno verdaderamente entrañable dentro del género. La producción no cambia demasiado con lo anteriormente visto, aunque hay ciertos aspectos que ahora no destacan tanto: el trabajo de fotografía mantiene su sello, la dirección de arte no presenta grandes cambios, el score en esta ocasión no resalta demasiado, el trabajo de sonido es impecable, los efectos siguen estando bien hechos y la labor de maquillaje cumple. 

Opinión final: The Last Key me gustó. Un cierre digno para una de las franquicias más estables del género de terror en la década actual.  

Ojometro:
****

martes, 30 de junio de 2015

Crítica: Insidious: Chapter 3 (2015)


Tercera entrega de la franquicia que recae totalmente en las manos de Leigh Whannell, quien además de escribir el guión ahora también se desempeña como director. Se estrenó a inicios de junio dentro de los Estados Unidos y en México durante el fin de semana pasado; recaudando hasta la fecha $86.8 millones de dólares en taquilla.

Sinopsis:

Quinn Brenner (Stefanie Scott) busca los servicios de Elise (Lin Shaye) para contactar a su fallecida madre, pero la sesión termina siendo un fracaso. Después de esto la joven empieza a notar eventos paranormales en su casa y sufre un terrible accidente, volviéndola un blanco fácil para un terrible demonio cuyas intenciones no son nada buenas.



Comentarios generales:

La verdad no supe cómo reaccionar cuando me enteré que realizarían una nueva entrega de Insidious, las dos primeras me gustaron pero la historia central fue debidamente concluida y gracias a eso mi temor de que sacaran cualquier cosa por compromiso era muy fuerte. Afortunadamente con el tiempo se dio a conocer que Chapter 3 sería una precuela, noticia que cambiaba el panorama por completo gracias a que esto abría la puerta para explorar ciertas cosas y sin duda termino siendo la mejor decisión que pudieron tomar.

Esto porque Whannell no pretende contarnos una historia sobre los orígenes de los personajes que se lleve gran parte del metraje, sino más bien expandir un poco más lo que ya sabíamos de estos por medio de pequeños detalles mientras introduce una amenaza distinta que todo el tiempo se siente en extremo peligrosa. Nuevamente es el lado humano lo que tiene más importancia y a partir de este se construye todo lo relacionado con el terror, lo cual evidentemente hace que el ritmo durante el primer acto no sea precisamente el más dinámico pero el director se las ingenia para ir generando poco a poco sustos muy efectivos por medio de trucos conocidos (así como por el uso de sonidos) que establecen una dinámica agradable; además demuestra bastante capacidad para tomar por sorpresa al espectador en situaciones que pareciera no llevan a nada.

Otro punto notorio es que los elementos de poltergeist vuelven a estar muy presentes como ocurrió con la primera película, aunque en esta ocasión cuentan con un mayor grado de impacto gracias a lo indefenso que se va convirtiendo el personaje de Quinn con el paso de lo minutos; realmente te preocupas por ella, no ves cómo diablos pueda salir intacta de esta situación y eso ayuda a que el nuevo demonio resulte muy efectivo. Igualmente, este punto es lo que termina por unir todas las piezas en lo que respecta a la relación de Elise con Specs/Tucker, la cual se integra de manera natural, sin sentirse forzada y que aporta las pequeñas dosis de humor necesarias para darle un buen balance a la trama.

El final tal vez sea el mejor y más emocional de las tres entregas. La lenta construcción termina beneficiándole en demasía gracias a que se siente con mucha fuerza; donde el enfrentamiento final con el demonio resulta muy gratificante debido a que se le imprime un ritmo más ágil para darle un toque de espectacularidad, pero siempre manteniendo el aspecto tétrico intacto.

Tiene buenas actuaciones en general: Scott sabe aprovechar su tiempo en pantalla para ganarse el afecto del espectador, mientras que Lin Shaye finalmente puede hacer del personaje de Elise uno mucho más interesante y con ciertos aires de heroína que se te quedaran grabados en la memoria. La producción no cambia mucho con respecto a las anteriores entregas: un sólido trabajo de fotografía para mantener la atmósfera ya característica, buena dirección de arte, un score estupendo y un maquillaje discreto; aunque toda la cuestión de efectos si se nota un poco más elaborada, con más uso de CGI sin caer en el exceso.

Opinión final: Insidious: Chapter 3 me gustó. Es mejor que la 2 y definitivamente un pasó en la dirección correcta dentro de la franquicia... si es que pretenden mantenerla con vida más tiempo.

Ojometro:
****

jueves, 5 de febrero de 2015

Crítica: Dead Silence (2007)

Película dirigida por James Wan y escrita por Leigh Whannell, la cual significó su segunda colaboración después del gran éxito que tuvieron con Saw tres años antes. En 2007 fue un fracaso en taquilla al solo recaudar $22 millones de dólares a nivel mundial (en muchos países salió directamente en DVD), aunque con el paso de los años ha generado grandes ganancias debido a que es muy fácil de conseguir.

Sinopsis:

Jamie Ashen (Ryan Kwanten) regresa a su pueblo natal en busca de respuestas por el asesinato de su esposa cuando descubre que todo puede estar conectado con un misterioso muñeco que le perteneció a una famosa ventrílocua de nombre Mary Shaw.

Comentarios generales:

En estos últimos días no he tenido muchos deseos de ver películas gracias a unos ligeros problemas de salud, sin embargo, ayer me encontré esta por TV y me pareció una buena oportunidad para hacer una crítica considerando que no la veía desde que se estreno hace ocho años atrás. Realmente mi recuerdo era más que nada que se trataba de un trabajo muy flojo con el cual pensaba que Wan iba a hundir su carrera, pero evidentemente me equivoque.

Y es que analizar Dead Silence ya con más años encima resulta bastante interesante porque uno se puede dar cuenta sobre cómo esta marcó básicamente la línea que el director seguiría durante el resto de su carrera y sobre como el cambio abrupto que presentó con respecto a Saw en el tema de la brutalidad jugo un factor en su contra. Esto porque aquí lo que nos trae es una historia cuya premisa bien pudo caer en los terrenos de Childs Play, con pretensiones de crear un nuevo muñeco asesino, pero en lugar de eso se va más por el lado del thriller detectivesco en donde su principal sustento es la impresionante atmósfera generada para hacer sentir una sensación de peligro constante en cada rincón del pueblo de Ravens Fair; logrando así algunas escenas sumamente tétricas que, aunque no son excesivamente memorables, si terminan marcando el tono general de la historia.

Sus problemas más que nada se encuentran en la cuestión del ritmo y, sobre todo, en el interés mismo de la investigación. La verdad es que todo avanza muy lento una vez que se establecen los puntos centrales con respecto a Mary Shaw, volviendo así un tanto repetitivas las cosas mientras esperas a que finalmente decidan brindarle un rumbo concreto al misterio. Simplemente parece como si nunca supieran cuando empezar a integrar la parte paranormal en todo esto sin caer en lo ridículo y alargan lo más que se pueda este aspecto, quitándole así cierto interés.

El final claramente se vio afectado por el hecho de que se tenía pensado realizar una secuela que ya nunca vio la luz, pero en general creo que cumple con ese grado de sorpresa necesario para aquellos que la ven por primera vez.

Las actuaciones están ok, realmente no hay mucho, pero la química mostrada por Kwanten y Donnie Wahlberg genera algunos momentos entretenidos. La producción es sin duda su punto más fuerte: el trabajo de fotografía y dirección de arte son espectaculares, prácticamente son lo que le dan vida a la película; el score está muy bien elegido y los efectos son bastante sólidos en general.

Opinión final: Sin duda Dead Silence es el punto más flojo en la carrera de Wan, aunque aún así sigue estando por encima del promedio y resulta interesante ver cómo representó un punto de quiebre en su estilo.
 
Ojometro:
***