lunes, 30 de abril de 2018

Crítica: The Lodgers (2018)


Película dirigida por Brian O'Malley (Let Us Prey) y escrita por David Turpin. Se estrenó en cines y VOD dentro de los Estados Unidos al pasado 23 de febrero, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En 1920, dentro de la Irlanda rural, los gemelos Rachel (Charlotte Vega) y Edward (Bill Milner) conviven con extrañas fuerzas dentro de la enorme mansión que les heredaron sus fallecidos padres. Ambos tienen que seguir estrictas reglas para no correr peligro, pero cuando ella se enamora de un joven del exterior se desencadenarán una serie de mortales eventos.



Comentarios generales:

Cualquier película sobre grandes mansiones con un estilo gótico siempre va a llamar mi atención, incluso si ya sé de antemano más o menos cómo va a desarrollarse debido a que todas estas suelen tener una estructura similar (incluso nombres que casi siempre inician con “The”). Es por eso que tenía bastante interés en The Lodgers, se le notaba cierto potencial, pero al final solo se trata de un trabajo decente que nunca logra llegar a niveles mucho más importantes.

En gran medida porque O’Mailley nos regala una historia con tintes sobrenaturales que también se centra mucho en los deseos sexuales reprimidos de un par de hermanos y eso provoca desde temprano cierto conflicto al balancear lo que ocurre en pantalla. Ya que por un lado sabemos perfectamente las reglas por las cuales este par de personajes están “malditos” y en base a estas se logran construir una serie de eventos interesantes que añaden un misterio sólido, pero por el otro nos presentan una parte amorosa que en todo momento se siente un tanto hueca debido a que los personajes secundarios que se encuentran fuera de la mansión en general solo están de adorno con alguno que otro dialogo genérico y por ello resulta complicado desarrollar situaciones de interés.

Esto hace que el ritmo de la película sea uno no precisamente cansino, pero si demasiado pausado; provocando lapsos en los que no se siente que ocurra algo relevante y ante eso mejor se opte por explotar el aspecto visual en exteriores o dentro de la mansión. Aunque afortunadamente las cosas mejoran con el pasar de los minutos cuando se empieza a hacer presente la cuestión del incesto y todo lo que se construye a su alrededor para irle dando más relevancia al personaje de Edward, así como a los elementos sobrenaturales para generar cierto nivel de suspenso.

La parte final está bien. Ya para este punto resulta claro cuál es la apuesta principal y el tono es lo suficientemente oscuro como para hacer perturbador lo que hay detrás de la maldición, además de que me agradó que no se fueran por un desenlace precisamente feliz.

Las actuaciones no están mal, Charlotte Vega hace un buen trabajo cargando el peso de la película y Bill Milner, aunque exagerado por momentos, resulta un complemento adecuado para ella (aunque el que la aparición de David Bradley fuera tan irrelevante me decepcionó). En el tema de la producción es sin duda donde más destaca: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es sólida, el score resulta agradable, tiene un buen trabajo de sonido, los efectos no son precisamente los más llamativos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Lodgers está ok. Una película estándar de mansiones embrujadas para ver cuando no se tenga nada que hacer.

Ojometro:
***