viernes, 17 de agosto de 2018

Crítica: Elizabeth Harvest (2018)


Película escrita y dirigida por Sebastián Gutiérrez (Rise). Se estrenó en VOD y de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 10 de agosto, pero todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Elizabeth (Abbey Lee) se acaba de casar con un brillante científico (Ciarán Hinds) que se la lleva a vivir a su espectacular casa. Ahí contará con todos los lujos posibles y podrá hacer uso de esta como le plazca, salvo por una misteriosa habitación en la que tiene absolutamente prohibido entrar.



Comentarios generales:

Cuando una película empieza a ser comparada con la magnífica “Ex Machina” obviamente va a llamar la atención, es una comparación que difícilmente se puede ignorar y a la vez termina generando expectativas mucho más altas de las que debería. Una situación sin duda perjudicial debido a que cada trabajo tiene intenciones distintas y añadirle esa carga extra solo complica las cosas, lo cual sin duda es el caso con Elizabeth Harvest.

Esto porque, más allá de las similitudes que pudiera llegar a tener con la película de 2015, es claro que Gutiérrez tiene otra clase de inspiración (Argento) con la que construye una historia distinta que se sustenta mucho más en lo visual y lo cual en los casi 105 minutos que dura termina salvándola en diversas ocasiones. Algo que durante el primer acto no te imaginas que vaya a ocurrir ante lo bien logrado que resulta, ya que aquí el director rápidamente logra establecer una sensación de incertidumbre importante y, cuando revela el misterio, lo hace con muchísima fuerza para hacerte suponer que te encuentras ante una experiencia muy violenta.

Suposición que resulta errónea no tanto porque no cuente con escenas violentas (que las hay), sino porque una vez que se da un suceso trascendental la película se vuelve mucho más un thriller con ideas débilmente definidas que poco a poco van afectándola. De pronto lo que inició con un ritmo ágil se estanca al grado de volverse tedioso y gracias a ello es que se empieza a recaer en lo visual para tratar de que el espectador se distraiga con una estética muy bien lograda mientras se le dan muchas vueltas a un tema que nunca termina por sentirse como algo que vaya desarrollándose de manera orgánica.  

A pesar de esto la parte final sale bien librada. Para este punto ya es evidente que hay varios minutos de sobra pero gracias a una revelación en particular se le brinda cierta frescura a una dinámica que ya no daba para más y que al menos si ofrece una conclusión, no solo con algo de sangre, sino con cierto factor sorpresa.

En cuanto a las actuaciones la verdad se trata de una película con buenos trabajos, tanto Ciarán Hinds (Henry) como Carla Gugino (Claire) y Matthew Beard (Oliver) en sus roles secundarios cumplen a la perfección; sin embargo, Abbey Lee como la protagonista no me terminó por convencer. Su personaje tiene ciertas restricciones, eso es claro, pero cuando tiene que empezar a reflejar más emociones nunca puede hacerlo; quedándose con una expresión de zombie permanente.

La producción es de nota alta: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte es sólida, el score es muy bueno, el trabajo de sonido se encuentra bien cuidado y todo lo referente a efectos/maquillaje es mínimo.

Opinión final: Elizabeth Harvest está ok. Es otra de esas películas que van a dividir mucho a los fans que por lo menos merece una oportunidad.

Ojometro:
***