viernes, 24 de agosto de 2018

Crítica: Boar (2018)


Película dirigida por Chris Sun (Charlie's Farm), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Kirsty Dallas. Se estrenó en cines dentro de Australia durante el mes de junio, mientras que su salida en DVD y Blu-ray se dio el pasado 15 de agosto.

Sinopsis:

En la violenta, pero a la vez hermosa Australia vive una bestia, un animal de tamaño gigantesco con una sed de sangre y destrucción. No le importa nadie, defiende su territorio con brutalidad y mata a cualquiera que se ponga en su camino con una crueldad como nunca antes se había visto.



Comentarios generales:

Películas que involucren algún tipo de animal salvaje son muy comunes dentro del género de terror, llevan existiendo desde hace décadas y por lo general son consideradas de las más “fáciles” de realizar. Por eso mismo es que durante años vimos producciones hechas al vapor dedicadas principalmente a la TV que les hicieron mucho daño ante la percepción pública y no fue sino hasta hace poco tiempo que se empezó a querer revertir eso; sin duda una labor difícil y que llevará tiempo de lograr, pero al menos con trabajos como Boar se va por el camino adecuado.

Y no me malinterpreten, con esto no quiero decir que se trate de una maravilla porque está demasiado lejos de serlo, sin embargo, lo que nos ofrece Sun es una película que sabe desde un inicio lo que te quiere contar al presentar una historia simple en la que nunca se ofrecen grandes detalles con respecto a los orígenes de la criatura. Solo la presentan matando para establecer la tónica y añadir impacto inmediato mientras se trata de darle un poco de relevancia a unos personajes sumamente huecos en una fórmula que, si bien funciona, también provoca que el primer acto sea aburrido. 

Lo bueno es que para cuando se alcanza la media hora esto se olvida debido se le da rienda suelta a la bestia para que mate y eso hace que la dinámica se incremente de golpe. Ofreciendo así una serie de muertes llamativas que añaden sangre y shock muy valiosos para que se pueda considerar como una amenaza creíble a un cerdo gigante; en especial porque a partir de este punto dejan de esconderlo en la oscuridad para exhibirlo de manera más clara y así brindar cierta dimensión con respecto al peligro que representa.

Evidentemente lo que ocurre es muy básico y el camino a la parte final no presenta demasiada novedad, pero si resulta entretenida. Más que nada porque cuenta con una “pelea” única y nunca  escatiman en la violencia para llegar a una conclusión bastante estándar.

De las actuaciones no hay mucho que decir, por el tipo de película estas no tienen demasiado peso y las que más resaltan son las que se sustentan en ciertos estereotipos exagerados. La producción no está nada mal: el trabajo de fotografía es sólido, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje está ok y los efectos en general están bastante bien hechos (tanto los prácticos como los que involucran CGI).

Opinión final: Boar es aceptable. Película sin grandes pretensiones en la que uno sabe qué va a ver.

Ojometro:
***