viernes, 10 de enero de 2020

Crítica: Killer Sofa (2019)


Producción neozelandesa que significa el primer largometraje para el director Bernie Rao, quien además es el escritor del guión. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado mes de octubre.

Sinopsis:

Un sillón reclinable asesino se obsesiona con una chica y empieza a cometer crímenes por pasión.



Comentarios generales:

Existen películas con las que no sabes que esperar y su visionado es un volado, pero hay otras que se encargan desde el primer instante en hacerte saber cuál es su apuesta y en el caso de Killer Sofa creo que no era nada difícil darse cuenta de esto. Ya que cuando se trata de un SOFÁ ASESINO claro que estamos ante un trabajo al que no hay que tomar demasiado en serio, aunque para mi sorpresa no todo lo presentado se maneja con el nivel de ridiculez que esperaba.

Y con esto no quiero decir que lo que nos trae Benie Rao no sea ridículo, porque si lo es; sin embargo, desde el primer acto establece que la historia como tal se va a manejar más como un tipo de thriller serio y no tanto como cine serie b, lo cual genera un conflicto evidente a la hora de presentar ciertas situaciones. Ya que no solo se tiene a un sofá asesino rondando por ahí, sino que además se incluyen elementos fantasiosos que involucran brujería y visiones que nunca pueden ser expuestas de manera exagerada por tratar de contener lo más que se pueda ese lado absurdo.

Un lado absurdo que para el bien de la película empieza a ser liberado con el pasar de los minutos y ya en el segundo acto se expone sin demasiados problemas, brindándole así una identidad de la que había carecido. Algo que además se logra con muchos momentos que en realidad parecen no estar diseñados con la intención de hacerte reír pero que lo logran de todas maneras debido a que, cuando se entra en la etapa donde el sofá tiene más exposición y empieza a matar, las cosas simplemente obtienen un tono mucho más ligero.

Llegando así a una parte final en donde pasa de todo, principalmente para mal. Por ahí incluyen una sorpresa que si resulta efectiva, aunque el resto de lo que ocurre solo enreda demasiado una premisa simple y en general te deja con la sensación de que lo presentado durante la hora previa no tuvo mucha relevancia.

Las actuaciones por lo menos no lucen como algo totalmente amateur, pero tampoco cuentan  con demasiada brillantez como para considerarlas más allá de algo apenas decente. La producción es adecuada para el presupuesto: el trabajo de fotografía es correcto, la dirección de arte cumple, el score está ok, el trabajo de sonido no es precisamente el mejor, la labor de maquillaje es simple y los efectos tienen una calidad dispar dependiendo del tipo que sean.

Opinión final: Killer Sofa es mediocre. Una de esas cosas absurdas que solo el género de terror es capaz de ofrecer y que algunos seguramente le encontrarán cierto encanto. 

Ojometro:
**