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martes, 19 de abril de 2022

Crítica: No Exit (2022)

Película dirigida por Damien Power (Killing Ground), cuyo guión fue co-escrito por Andrew Barrer y Gabriel Ferrari basándose en la novela del mismo nombre. Se estrenó a mediados de febrero por Hulu en Estados Unidos y tanto en Disney+ como Star+ en otros mercados.

Sinopsis:

Durante una fuerte nevada y atrapada en una alejada área de descanso en las montañas, Darby (Havana Rose Liu) descubre a una niña secuestrada dentro de un auto que pertenece a una de las personas que recién acaba de conocer.


Comentarios generales:

No Exit es una de las primeras películas hechas por 20th Century Studios bajo el mando total de Disney y eso la convertía en un punto de referencia importante para saber qué clase de propuestas ligadas al género podemos esperar a partir de ahora con este estudio. Ya que al final de cuentas sabemos que la empresa del ratón sigue una línea muy específica en todo lo que hace y probablemente el género de terror no sea una de sus máximas prioridades gracias a eso, aunque aquí el resultado no es tan desalentador.

Y es que lo traído por Damien Power es un thriller competente que no aspira a nada más allá que entretener y en términos generales logra su cometido de buena forma. Incluso teniendo un primer acto que en definitiva no es el más emocionante en cuanto a la presentación del grupo de personajes, pero que afortunadamente establece de manera sólida una atmósfera tensa desde muy temprano para que la sensación de peligro juegue un papel importante en la efectividad del misterio, a pesar de que este no es tan difícil de descifrar.

Aunque realmente es hasta pasados los treinta minutos cuando la película empieza a caminar de manera adecuada al añadir una sorpresa que ayuda a que la peligrosidad se incremente y por lo consiguiente la dinámica que parecía muy definida varié un poco. Además de que con esto el uso de la locación se vuelve más determinante para lograr que las acciones puedan mantenerse interesantes considerando que hasta este punto la presencia de sangre o momentos de gran intensidad es limitada y mucho se sustenta en ir acumulando la mayor tensión posible para que todo explote durante la parte final.

Algo que sin duda logran con éxito debido a que esta parte resulta mucho más violenta de lo que uno esperaría, obvio sin llegar a ser un gorefest, pero si con los momentos de impacto necesarios para que tenga bastante fuerza y gracias a eso su resolución te resulte satisfactoria.

En cuanto a las actuaciones tenemos a una Havana Rose Liu que hace un buen trabajo como la protagonista, mientras que Danny Ramirez (Ash) y David Rysdahl (Lars) resultan el complemento perfecto para ella. La producción tampoco está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, el score cumple, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: No Exit está entretenida. Thriller correcto que te hace pasar un rato ameno.

Ojometro:
*** 

jueves, 7 de septiembre de 2017

Crítica: Killing Ground (2017)


Primer largometraje del director Damien Power, quien además es el escritor del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que en Australia hizo lo propio en cines a mediados de agosto.

Sinopsis:

El fin de semana para acampar de una feliz pareja se convierte en su peor pesadilla cuando se encuentran con la escena de un brutal crimen.



Comentarios generales:

El cine de terror australiano no es precisamente ajeno a las películas de supervivencia en lugares remotos; de hecho, gran parte de su renacer se ha sustentado en esta clase de trabajos y en cierta medida eso se ha vuelto un sello característico. Han perfeccionado la fórmula a tal grado de que uno sabe de antemano que se va a encontrar con algo entretenido y Killing Ground no fue la excepción, aunque esta obtiene su gracia de una manera un tanto distinta a la acostumbrada.

Con esto no me refiero a que Power no siga la línea de la crudeza o deje de lado a sanguinarios asesinos que gustan de hacer sufrir lo más posible a sus víctimas, eso está presente, pero en lugar de golpearte de lleno desde el primer instante mejor opta por construir una historia que lentamente va a ir despertando tu curiosidad. Ya que el primer acto combina el pasado con el presente en una sola narrativa en la que dos grupos de personas se encuentran exactamente en el mismo lugar pero bajo tiempos distintos, construyendo así un suspenso muy sólido debido a que conforme pasan los minutos uno trata de descifrar qué fue lo que ocurrió, cómo se van a unir ambas historias y, sobre todo, cómo afectará a cada uno de los personajes esto.

Lo cual no suena tan atractivo, pero lo cierto es que la manera en la que se construye todo hace que la tensión se vaya incrementando de manera constante y eso a ayuda a que el nivel de impacto sea realmente elevado cuando las dos líneas de tiempo tengan que converger. No tanto porque sea extremadamente gráfico, sino porque el director por medio de ciertas imágenes te deja en claro que acaba de ocurrir una situación por demás brutal y en base a esta va revelando la propia naturaleza de los asesinos; quienes cuentan con personalidades bastante frías e intimidantes, alejándose por completo de los psicópatas extravagantes de cajón.  

Los últimos treinta minutos son los que se centran por completo en tema de la supervivencia, aquí es donde el ritmo se vuelve muy mucho más dinámico y la violencia se incrementa en todos los sentidos, aunque está lejos de ser un gorefest.

Básicamente en esta parte el mensaje es que en estos casos los seres humanos están dispuestos a hacer lo que sea para mantenerse con vida, dejando de lado los lazos existentes o cuestiones morales que, en teoría, uno no debería de poner a discusión. Eso convierte la película en una muy interesante; sin embargo, la manera en la que se desarrollan ciertas cosas no resulta tan efectiva y hacen que el desenlace no sea convincente.

Las actuaciones en general son bastante buenas, aunque quienes se llevan todos los reflectores son Aaron Pedersen (Sam) y Aaron Glenane (Chook) como los asesinos; en especial este último hace un trabajo estupendo. La producción es discreta: cuenta con un buen trabajo de fotografía, el score cumple, el trabajo de sonido es sólido y la labor de maquillaje es sencilla.

Opinión final: Killing Ground me gustó. Una película de supervivencia potente que resalta por varias cosas y no solo por su crudeza.

Ojometro:
****