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martes, 3 de mayo de 2022

Crítica: The Cursed (2022)

Película escrita y dirigida por Sean Ellis. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de febrero y en VOD durante el mes de marzo, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 10 de mayo.

Sinopsis:

A finales del siglo XIX, el patólogo John McBride (Boyd Holbrook) llega a un apartado pueblo para investigar el ataque de un misterioso animal salvaje. Sin embargo, pronto descubrirá que lo que tiene en vilo a todos los habitantes es algo mucho más siniestro de lo que esperaba.    


Comentarios generales:

No es extraño que las películas sobre hombres lobo pasen por procesos tumultuosos para encontrar distribución, ya que se trata de un subgénero al que se le tiene cierta mala espina desde hace algún tiempo y por ello varios proyectos suelen perderse en la intrascendencia. Un escenario del cual parecía que The Cursed no se iba a librar al no saberse mucho de esta después de su positivo paso por el festival de Sundance 2021 (bajo el nombre de “Eight for Silver”), pero afortunadamente ese no fue el caso.

Ya que lo traído por Sean Ellis no es precisamente la típica película de hombres lobo que se suele esperar, obvio contiene elementos estándar de dichas historias, pero en este caso vemos algo mucho más enfocado en el misterio para explotar el folclore, la religión o las maldiciones del lugar en el que se desarrolla. Siempre bajo una atmósfera tétrica y una dinámica meticulosa que desde el primer acto dejan en manifiesto que esto no está pensado solo para explotar jump scares a diestra y siniestra, sino que se pretende ir construyendo una experiencia hasta cierto punto cruda en la que cada ataque de la criatura tenga una razón de ser.

Algo que sin duda puede sonar aburrido, sin embargo, en la práctica es mucho más entretenido de lo que parece debido a que el ritmo siempre es uno muy fluido y conforme se revelan los detalles las cosas se van volviendo incluso más oscuras, lo cual se pone de manifiesto una vez pasada la primera hora con el momento clave que revela el punto de diferenciación con otras películas. Proporcionando así un gran impacto visual pero también añadiéndole un mayor nivel de complejidad a la amenaza para lograr que durante la parte final se tenga un toque depresivo y una sensación de peligro elevada.

Logrando esto último de buena manera, aunque también hay que decir que esta parte dura unos cuantos minutos más de lo que debería. Una problemática que para nuestra suerte no resulta tan importante y por ello podemos ver un desenlace potente que además tiene su dosis de espectacularidad e incluso un cierre que es de todo, menos feliz.

Sobre las actuaciones la verdad es que tiene un elenco muy sólido que es básicamente la razón por la cual la película funciona. Todos lo hacen bien, aunque sin duda son Boyd Holbrook y Kelly Reilly (Isabelle Laurent) quienes más destacan gracias al peso de sus personajes dentro de la historia.

En cuanto a producción también tenemos algo de gran factura: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos (tanto prácticos como CGI) son bastante buenos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Cursed me gustó. Buena película que trata de brindar algo fresco dentro del cine de hombres lobo sin dejar de lado la esencia que lo caracteriza.

Ojometro:
**** 

viernes, 25 de octubre de 2019

Crítica: Eli (2019)


Película dirigida por Ciarán Foy (Citadel, Sinister 2), cuyo guión fue co-escrito por David Chirchirillom, Ian Goldberg y Richard Naing. Se estrenó en Netflix a nivel mundial pasado 18 de octubre.

Sinopsis:

Un niño que se encuentra recibiendo un tratamiento para su enfermedad autoinmune descubre que la casa en donde se está quedando no es tan segura como le hicieron pensar.



Comentarios generales:

Seguimos con la oferta de Halloween por parte de Netflix y ahora toca el turno de una película que en el papel lucía como su propuesta más importante, pero que contaba con cierta turbulencia detrás que dejaba varias dudas. Ya que antes de ser exclusiva del servicio de streaming, Eli estaba planeada para salir en cines gracias a Paramount; sin embargo, por razones poco convincentes decidieron ceder los derechos y eso nunca es precisamente una buena señal porque significa que el producto en general tiene distintos problemas.

Problemas que en este trabajo de Ciarán Foy no son tan catastróficos como me lo temía, aunque si son notorios y eso convierte el visionado en un reto desde temprano. Esto porque estamos ante una historia que se desgasta rápido al no dedicarle mucho tiempo a la condición de Eli o en explicar qué fue lo que la originó, dando pie a que el director simplemente empiece a soltar susto tras susto una vez que se llega a la casa esperando que eso sea suficiente como para generar interés y con ello producir una dinámica que te haga olvidar la falta de contexto.

Algo que logra por un periodo de tiempo limitado gracias a que algunos sustos están bien hechos y en general la atmósfera construida ayuda a que tengan peso, pero rápidamente se vuelven un tanto fastidiosos ante los constantes gritos de nuestro protagonista. Ocasionando con esto que el ritmo vaya decreciendo hasta llegar a un segundo acto en el que se podría decir que pasa mucho y a la misma vez no pasa nada, ya que a partir de este punto la película empieza a dejar todo a medias en un intento por querer generar confusión con respecto a lo que ocurre.

Tocando apenas con pinzas la evidente tensa relación de los padres, dejando en un plano secundario el tema del tratamiento y haciendo que todo lo que involucra a los fantasmas poco a poco se vuelva repetitivo dado a que no existe ningún tipo de avance palpable. Aunque, por otra parte, si se logra establecer de manera más o menos decente que existe algo más siniestro detrás de lo que ocurre en esa casa.

Dejando así todo preparado para una parte final que significa un cambio radical y por lo consiguiente agrega un factor sorpresa importante. La cual sin ninguna duda será lo que genere más polémica debido a que, siendo sinceros, si se siente como una enorme improvisación de último minuto que cuesta trabajo tomar en serio, pero por lo menos hace que el desenlace tenga más fuerza y brinde cierta frescura a algo que estaba totalmente estancado.

Las actuaciones son regulares. La verdad es que Charlie Shotwell (Eli) durante gran parte de la película resulta desesperante con tantos gritos, mientras que actrices con mucho talento como Kelly Reilly (Rose) y Lilli Taylor (Dr. Isabella Horn) se encuentran bastante desaprovechadas ante la falta de claridad.

Es en la producción donde tiene sus cartas más fuertes: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es estupendo, el trabajo de sonido impecable, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Eli me pareció aburrida. Si gusta o no realmente va a depender mucho de que tan fans sean de la parte final.

Ojometro:
**