Mostrando entradas con la etiqueta Lars Klevberg. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Lars Klevberg. Mostrar todas las entradas

martes, 30 de julio de 2019

Crítica: Polaroid (2019)


Película basada en el cortometraje del mismo nombre, la cual está dirigida por Lars Klevberg (Child´s Play) y escrita por Blair Butler. Se estrenó directamente en formato físico y VOD dentro de Alemania, Austria y otros mercados europeos a inicios de año, aunque su salida de este lado del planeta todavía sigue siendo un misterio.

Sinopsis:

Bird Fitcher (Kathryn Prescott) no tiene idea de los oscuros secretos que se encuentran ligados a una misteriosa cámara Polaroid que llega a sus manos, aunque no necesitará de mucho tiempo para descubrir que aquellos a quienes les toma fotografías suelen encontrar un trágico final.



Comentarios generales:

En 2017 parecía que Polaroid sería una de las películas de las cuales se estaría hablando bastante, pero como suele ser habitual con Dimension Films las cosas poco a poco se fueron complicando y los múltiples retrasos se hicieron presentes ante distintas problemáticas. Por si esto no fuera suficiente, cuando parecía que Netflix la rescataría, el servicio de streaming se hizo a un lado para dejarla naufragando en la irrelevancia hasta que alguien en Europa obtuvo los derechos y gracias a eso es que por fin se puede saber si el ruido original en torno a este proyecto estaba justificado.

Algo que definitivamente se puede decir que no lo estaba y no tanto porque lo que nos trae Klevberg sea una atrocidad, sino porque realmente esta es una historia del montón que probablemente en un día o dos se les olvide. Rozando muy peligrosamente el ser un plagio a “Final Destination” que por lo menos nunca tiene miedo de dejar en claro cuál es su propósito y desde muy temprano establece el peligro central para que así las cosas fluyan con relativa rapidez ante una serie de eventos genéricos que aportan la dosis de sustos fáciles necesaria y trazan un camino lineal del cual difícilmente se salen al momento de ir desarrollando todo esto.

Y es que realmente lo que vemos es predecible y sin demasiada complejidad, sobre todo durante un segundo acto en el que el grupo de jóvenes toma más relevancia en la dinámica general para hacer exactamente todas las cosas que uno espera que hagan. Lo cual sin duda provoca que la película entre en un lapso letárgico donde parece que ocurre mucho pero en realidad solo son acciones sin gran peso; especialmente en el aspecto de las muertes que no representan ningún tipo de shock y no ayudan a añadir fuerza a una amenaza que visualmente deja mucho que desear.

Es en la parte final cuando por fin se puede notar cierta intención de salirse de la línea por medio de un giro que tampoco produce gran impacto, pero al menos ayuda darle más vida al desenlace. Uno que cuenta con mayor intensidad y con un conflicto cuya resolución debo de decir que resulta bastante original.

Las actuaciones tampoco tienen mucho para destacar, Kathryn Prescott está correcta en un papel poco exigente y el resto del elenco solo está ahí para propósitos muy específicos que no aportan demasiado a la historia. La producción es discreta: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es la gran cosa, el score no resalta, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son de pobre calidad y la labor de maquillaje es ínfima.

Opinión final: Polaroid está ok. Película genérica por excelencia para perder el tiempo un día que no tengan nada más que hacer. 

Ojometro:
***

martes, 16 de julio de 2019

Crítica: Child’s Play (2019)


Película dirigida por Lars Klevberg (Polaroid) y escrita por Tyler Burton Smith, la cual representa un reboot para la franquicia. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 21 de junio, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $35.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de mudarse a una nueva ciudad, Andy Barclay (Gabriel Bateman) recibe un regalo de su madre: un muñeco Buddi. Este pronto se convierte en su mejor amigo, pero cuando dicho muñeco empieza a tomar decisiones por cuenta propia las cosas empezarán a salirse de control.



Comentarios generales:

* Contiene spoilers

Ver una Child’s Play donde Don Mancini no estuviera involucrado parecía algo imposible; sin embargo, vivimos en una época en la que los grandes estudios quieren sacar nuevas versiones de todo sin importar los vínculos del pasado y MGM no es la excepción. Así que cuando anunciaron esta nueva versión inmediatamente se convirtió en una de las películas más odiadas por los fans, sobre todo por el tremendo lio que se armó con el tema de los derechos y la clara tensión existente con Mancini; condenándola a ser producto que difícilmente logrará ser del agrado de muchos.

Y es que es claro que Klevberg y Smith tenían la encomienda de hacer este reboot lo más distinto posible a la película original, tomando así decisiones complicadas que en un inicio ciertamente no resultan tan atractivas considerando que eliminan por completo el elemento del vudú y hacen que lo relacionado a la maldad de Chucky, si bien tenga un sustento más “lógico”, carezca de viveza.

Lo cual genera como resultado una primera media hora en donde no pasa gran cosa y en la que la dinámica de Andy con el muñeco en ningún punto genera gran interés a pesar de que desde muy temprano se establece que Chucky tiene tendencias violentas. Aspecto que debería de ser suficiente para construir algunos momentos de tensión pero que solo se quedan en burdos intentos cómicos que cansan después de algunos minutos y no ayudan a establecerlo como un personaje de interés.

Realmente hasta aquí todo parece destinado al fracaso, sin embargo, una vez entrado el segundo acto las cosas cambian de manera radical y es a partir de aquí cuando la película logra establecer su propia marca. Más que nada porque la violencia se incrementa de manera considerable, al igual que el ritmo, haciendo así que la personalidad robótica de Chucky no resulte tan pesada y empiece a ser precisamente ese personaje creepy a su modo que proporciona muertes con un nivel de impacto considerable. Las cuales además sirven para el propósito dentro de la historia de perjudicar a Andy, que responde a dichas acciones como el niño que es.

En la parte final es donde se desata la locura y se deja claro el mensaje de que esto no tiene nada que ver con la original al ofrecer un cierre que literalmente es su antítesis. Trasladando esto a un escenario mucho más grande con el que se diseña una situación para ofrecer una masacre muy divertida que hace bastante dinámico el desenlace.

Las actuaciones están bien, Baterman y Aubrey Plaza (Karen) tienen buena química como madre e hijo; mientras que Mark Hamill hace buena labor para el tipo de Chucky más robótico al que le toca dar voz. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte sencilla, el score cumple, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Esta nueva versión de Child’s Play difícilmente convencerá a los fans de la original, pero al menos te brinda entretenimiento con mucha sangre.

Ojometro:
***