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jueves, 12 de mayo de 2016

Crítica: The Other Side of the Door (2016)


Película dirigida por Johannes Roberts (Hellbreeder), quien además es co-escritor del guión junto a Ernest Riera. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos en el mes de marzo, mientras que en México hizo lo propio durante el 6 de mayo; recaudando hasta la fecha $10.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de que su hijo muriera en un trágico accidente, María (Sarah Wayne Callies) se entera de un antiguo ritual para traerlo de vuelta y así brindarle su despedida final. Para ello tiene que viajar a un templo donde una puerta sirve como un misterioso portal entre los dos mundos; sin embargo, cuando ella viola la regla de no abrirla, el balance entre la vida y la muerte se verá perturbado.



Comentarios generales:

Sinceramente cuando salió la primera información sobre The Other Side of the Door mi reacción fue muy tibia debido a que la película lucia increíblemente familiar a otros tantos trabajos anteriores y encontrar algo diferente parecía complicado de lograr. Todo esto cambio cuando me puse a investigar un poco más y supe que estaba ligada con temas de la cultura hindú, a partir ese momento fue cuando llamó mi interés de manera importante; aunque al final terminó siendo un trabajo sin demasiadas sorpresas.

Y es que lo que nos trae Roberts es una historia que para muchos será complicada de digerir, no tanto por su complejidad o rareza, sino porque más bien se trata de una cuyo principal atractivo radica en la mezcla de dos culturas (occidental e hindú) que en algún punto provocarán un suceso aterrador gracias a las diferentes formas en las que lidian con la muerte. Una mezcla que por momentos funciona y por otros no, teniendo como resultado un primer acto ciertamente pesado, el cual se sustenta principalmente en un lado más espiritual que hace que las cosas avancen de manera lenta mientras el espectador tiene que adquirir empatía hacia esta pobre mujer a la que el mundo se le vino encima tras la muerte de su hijo en muchos sentidos y que comete un error hasta cierto punto entendible.

Ya para el segundo acto la película entra en un territorio más familiar y debo de decir que el director logra construir una atmósfera oscura bastante interesante, donde utiliza trucos y sustos fáciles de rutina, pero también se encarga de implementar una dinámica adecuada para seguir entrelazando el tema cultural y de los mundos con el propósito de no caer en lo repetitivo; brindándole así un buen ritmo a las cosas. Además de que le añade una dosis considerable de suspenso por medio del espíritu del hijo, el cual ciertamente es mucho más amenazante de lo que esperas.

Lamentable todo esto no se ve redondeado por momentos de impacto memorables, ya que a pesar de que el filme tiene elementos de sobra para ofrecerlos (sobre todo en el aspecto visual), realmente nunca estalla en este tema; manteniendo todo de manera mucho más íntima y solo recurriendo a algunas pocas escenas con alguno que otro efecto producto del CGI.

La parte final es por mucho la más intensa al involucrar una posesión con la cual pueden jugar con el estado mental de María y añadir un poco de violencia para construir un desenlace potente que ciertamente no te esperas e, incluso, proporciona una última escena que te brinda una respuesta ligada a un punto vital de la película.

Las actuaciones son bastante sólidas, obviamente Sarah Wayne Callies es quien se lleva todos los reflectores en su papel de madre angustiada y potencialmente loca, pero la que termina destacando realmente de manera sorpresiva es la pequeña Sofía Rosinsky (Lucy); quien, a diferencia de otros niños actores, muestra bastante naturalidad. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, el score es excelente, el trabajo de sonido limpio, los efectos cumplen y el trabajo de maquillaje no presenta mayores complicaciones.

Opinión final: The Other Side of the Door está ok. Es bastante genérica, pero tiene algunas cosas que pueden agradarle a varios.

Ojometro:
***

martes, 10 de noviembre de 2015

Crítica: Pay the Ghost (2015)


Adaptación del cuento del mismo nombre escrito por Tim Lebbon, la cual está dirigida Uli Edel y cuyo guión fue escrito por Dan Kay. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 25 de septiembre, aunque no hay información sobre cuando podría salir en formato físico.

Sinopsis:

Un año después de que su hijo desapareciera en la noche de Halloween, Mike Lawford (Nicolas Cage) empieza a tener extrañas visiones que no puede explicar. Pensando que se trata de una señal, él junto con su esposa no parará hasta resolver el misterio que los ayudará a encontrar a su hijo; aunque en el camino sacará a luz una leyenda que se niega a quedar enterrada en el pasado.



Comentarios generales:

Sinceramente nunca había escuchado sobre el cuento, así que todo lo que sabía con respecto a Pay the Ghost se debía exclusivamente al tráiler. Uno que la verdad te la vendía de manera efectiva y sin duda hacía que quisieras verla a pesar de contar con la participación de un actor tan polémico, además de que estaba ambientada en Halloween para darle algunos puntos extra; sin embargo, como suele ocurrir con muchos trabajos, al final solo el tráiler fue lo que valió la pena debido a que estamos ante algo que difícilmente recordarán en un par de meses.

Lo cierto es que la película tiene un inicio sólido gracias a que Edel no se anda con muchos rodeos y establece de manera rápida ciertos conflictos existentes en el matrimonio para no pintarlos como la familia feliz, generando así cierta tensión que logre complementar un poco el tibio suspenso que gira alrededor de las extrañas experiencias del niño. Algo que, aunado al entorno neoyorkino (poco común en películas que se desarrollan durante Halloween), le brinda un escenario ideal para manejar una desaparición lo suficientemente creíble que te haga sentir compasión por el matrimonio y así añadir dinamismo a una historia que realmente durante los primeros 20/25 minutos carece de grandes emociones.

Lamentablemente esto es todo lo emocionante con lo que cuenta, ya que una vez que se da el salto de tiempo la película cae en una pasividad desesperante al no presentar grandes avances sobre la desaparición del niño; incluso se siente como lentamente va perdiendo el rumbo cuando le añaden una historia alterna con un detective que con el paso de los minutos te das cuenta que no aporta absolutamente nada. Dejando todo en manos de los padres, quienes se ven involucrados en situaciones anormales sin suficiente fuerza y que la verdad no logran que el espectador se interese con el tema de la leyenda; la cual se sabe que trata sobre algún tipo de bruja pero que gran parte del tiempo está representada por unos buitres muy falsos, que carece de folklore convincente y cuyas mayores revelaciones se dan en un lapso no mayor a tres minutos por medio de una líder de culto que supuestamente “no sabe nada”.

La parte final es tal vez lo que más logra reflejar un verdadero terror en todo esto. No porque te vaya a tener al borde del asiento o te brinde un desenlace nunca antes visto (en realidad es en extremo predecible), sino porque visualmente es donde se trabaja mejor con todo el concepto de la leyenda a pesar del excesivo uso de CGI; aunque desgraciadamente optan por un final feliz.

De las actuaciones lo único que me sorprendió fue ver a Nicolas Cage en un rol mucho más pasivo al que nos tiene acostumbrados, algo ciertamente extraño si consideramos que a la película le urgía alguien con mayor intensidad. La producción se nota que tuvo un presupuesto relativamente alto, pero casi no se refleja en pantalla: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte es muy discreta, y el score no tiene nada de destacado; realmente gran parte de los recursos fueron destinados a los efectos y pues estos tampoco son la gran cosa, abusan de un CGI que por varios momentos luce ya viejo.

Opinión final: Pay the Ghost es decepcionante. Una película muy hueca y poco emocionante, cuya historia tenía potencial para algo más.

Ojometro:
**