martes, 15 de octubre de 2013

Crítica: Brain Dead (1990)


Película de 1990 dirigida por Adam Simon, cuya carrera se vino a pique después de esta; al grado de que no ha hecho otro largometraje desde 1993. En su momento fue un gran fracaso en taquilla gracias a que no pudo siquiera recaudar lo que gastaron en presupuesto, pero con el paso de los años se ha convertido en una película de culto.

Sinopsis:

Rex Martin (Bill Pullman) es un neurocirujano que se dedica a estudiar los males del cerebro que causan enfermedades mentales. Por pedido de su amigo Jim Reston (Bill Paxton), Martin empieza a tratar a un genio matemático paranoico que pudiera revelar algunos secretos corporativos, pero esto lo llevará a vivir una experiencia caótica durante la búsqueda de su verdadera identidad.  



Comentarios generales:

Yo vi por primera vez Brain Dead como por 1998 y recuerdo perfectamente que no le entendí en lo absoluto, lo cual evidentemente ya no ocurrió cuando la volví a ver años después, pero aún así nunca la he considerado como algo realmente importante.

En esta película Adam Simon básicamente nos trae un thriller psicológico que está atascado de trucos para que el espectador siempre se encuentre atento a lo que está ocurriendo en pantalla, lo cual no es de extrañar considerando que uno de los guionistas es Charles Beaumont, quien fue uno de los escritores originales de Twilight Zone y cuyas influencias son más que notorias. Ya que esto durante los primeros 30 minutos es algo muy simple, incluso yo diría que hasta aburrido; donde todo te hace suponer una historia de un lunático sin mucho chiste hasta que empiezan las locuras y te cambia por completo el panorama.

Es cuando llega toda esta parte de locura en donde las cosas se ponen interesantes, ya que el trabajo que se hace para mantener la duda sobre la verdadera personalidad de Rex Martin está muy bien lograda; cada escena esta brillantemente filmada para confundirte en todo momento a pesar de que pareciera que lo que estás viendo simplemente no tiene sentido.

Lamentablemente entrando en la parte final se vuelve en exceso repetitiva, provocando que el desenlace sea, si bien algo triste, un tanto intrascendente e inclusive predecible.

Pullman está perfecto en su interpretación, maneja muy bien todas las situaciones en las que lo involucran; aunque personalmente creo que es Bud Cort bajo el rol de Jack Halsey quien se come la pantalla cada vez que aparece. En producción lo que más destaca es toda la dirección de arte que presenta: manejan varios sets que mantienen un diseño muy similar, pero transmiten perspectivas totalmente diferentes. En efectos y maquillaje no es nada ostentosa, tiene un par de escenas en donde se exponen los cerebros pero no son nada espectacular; de hecho, creo que lo mejor en este aspecto es precisamente cuando aparece el rostro del póster promocional.

Opinión final: Brain Dead es una película ideal para aquellos amantes de Twilight Zone y cosas similares. Para el resto puede resultar interesante o algo aburrida.

Ojometro:
***

domingo, 13 de octubre de 2013

Crítica: Curse of Chucky (2013)


Sexta entrega de la franquicia y segunda en donde su creador Don Mancini regresa tras la cámara. La película se estrenó en formato físico el pasado 8 de octubre en los Estados Unidos, mientras que en países de Latinoamérica como México y Argentina llegará el próximo 31 octubre en DVD y BR.

Sinopsis:

Tiempo después de los eventos ocurridos en Seed of Chucky, un misterioso paquete llega a la casa de Sarah (Chantal Quesnelle) y su hija parapléjica Nica (Fiona Dourif). En este hay un muñeco que no se sabe quien lo mando, pero después de la misteriosa muerte de su madre, Nica y sus familiares se verán envueltos en el caos generado por Chucky (Brad Dourif), quien tiene en la mira a la pequeña sobrina de esta.



Comentarios generales:

Debo de confesar que no tenía muchas esperanzas con esta nueva entrega, más que nada porque en un inicio no tenían muy definido como querían que regresara: primero iba a ser un reboot, después un remake, pero al final se decidió hacer una secuela y sin duda termino siendo una decisión acertada.

Ya que Mancini no solo trae de regreso exitosamente a Chucky, sino que además ofrece la que puede ser la mejor entrega de la serie desde la original, esto en base a dejar de lado la comedia y centrarse nuevamente más en la tensión y los sustos fáciles, así como en darle un toque más oscuro e inclusive un poco “realista” (si es que se puede hacer eso con una historia sobre un muñeco asesino). Aunque sin dejar totalmente en el olvido las puntadas que le dan su personalidad al pequeño bastardo.

Además, para mi sorpresa, los personajes presentados en verdad cuentan con una historia detrás que evita que sean simples pedazos de carne sin sentido; Mancini se toma su tiempo para revelar varias cosas sobre ellos que al final terminan haciendo que la historia no se sienta hueca y eso se agradece. Aunque igualmente al realizar esto se deja un poco de lado a Chucky, quien se ve limitado durante al menos los primeros 20/5 minutos a solo verlo correr a lo lejos o tomado cosas sin ser enfocado de manera total, pero una vez pasado este lapso el ritmo se vuelve estupendo.

Tampoco es perfecta. Tiene errores principalmente en la explicación concreta de ciertas cuestiones, siendo la mas evidente el por qué ahora Chucky está interesado en una niña (¿?); otro punto bajo es el hecho de que algunas muertes son fuera de cámara, lo cual le quita un poco de violencia. Igualmente , creo que el final es algo blando, aunque tuvieron la habilidad de volver a hacer las cosas interesantes rápidamente y con ello prácticamente asegurar una continuidad para futuras entregas.

Brad Dourif sigue manteniendo su toque intacto al prestar su voz y parece como si los años no pasaran en él, mientras que su hija, Fiona Dourif, me sorprendió gratamente en su papel de Nica debido a que es por mucho el personaje mejor logrado.

En producción tiene muy buena factura: el trabajo de fotografía ayuda a establecer la atmósfera oscura que mencione previamente desde el inicio; la dirección de arte también es muy sólida gracias a que la casa está perfectamente ambientad y cuenta con muchos detalles que la vuelven un lugar ideal para esta historia. Por último, los efectos especiales y maquillaje en términos generales son bastante buenos, por ahí hay algunos detalles que se ven de pobre calidad en unas muertes, pero todo lo que tiene que ver con la animación de Chucky quedo muy bien.

Opinión final: Curse of Chucky probablemente no es la mejor película del 2013, pero sin duda es una de las mas entretenidas. Muy buen regreso para la franquicia y sin duda el renacer de Chucky.

* Les recomiendo que se queden viéndola hasta después de los créditos.

Ojometro:
****

viernes, 11 de octubre de 2013

Crítica: Dark Touch (2013)


Producción realizada entre Francia, Irlanda y Suecia que está dirigida por la francesa Marina de Van (In My Skin). Obtuvo notoriedad en el Tribeca Film Festival de este año y se estrenó en VOD, así como en plataformas digitales, el pasado 27 de septiembre. Su salida en formato físico aún no está definida, pero es probable que se dé hasta el próximo año.

Sinopsis:

En un pueblo de Irlanda, una pequeña niña de 13 años de nombre Niamh (Missy Keating) es la única sobreviviente de una brutal masacre que terminó con la vida de sus padres y hermano. Para ayudarla a recuperarse de su trauma, unos vecinos aceptan acogerla en su hogar; sin embargo, estos no saben que esta pobre y aparentemente indefensa niña guarda un oscuro secreto.



Comentarios generales:

Marina de Van es una directora con una visión muy peculiar y Dark Touch es un buen ejemplo de ello, ya que aunque es muy evidente que está inspirada en Carrie, ella se encarga de darle un tono mucho más oscuro al filme y pone al espectador a cuestionarse seriamente algunas cosas.

Aquí se tocan temas que siempre son complicados como el abuso sexual, el maltrato a menores o la exclusión social, pero la directora (quien también es la guionista) nunca trata de irse por un camino en donde todo tenga una solución feliz, sino al contrario; aquí se te muestra un lado mucho más perturbador utilizando el personaje de Niamh como la plataforma perfecta para dejar en claro los traumas permanentes de estos sucesos y la incapacidad de esta para distinguir el bien del mal, siendo el detonante de sus poderes en base a secuencias estremecedoras.

Lo malo es que la historia deja varios sucesos sin una explicación, se olvidan de ellos y por momentos daba la sensación de que no tenía mucho sentido lo que estaba viendo; además de que se llega a tornar un tanto repetitiva en algunas situaciones.

Los últimos 15 minutos de la película son brutales. Hay una escena de una escuela que aunque no es muy gráfica si te mueve bastante y ni que decir del final, simplemente la tensión que maneja es estupenda.

Missy Keating está muy bien en su papel a pesar de que tiene una cantidad muy limitada de diálogos, es prácticamente imposible no sentir compasión y cariño hacia su personaje inclusive después de su cambio de personalidad. En producción lo primero que resalta es el estupendo score, el cual encaja de manera perfecta con cada escena y siempre está acorde con el tono de la historia; el trabajo de fotografía también es muy agradable, en especial cuando toca mostrar paisajes o estructuras. Por último, los efectos especiales no tienen mucha ciencia, pero son efectivos para los propósitos básicos.

Opinión final: Dark Touch tiene cosas geniales que tristemente no son del todo explotadas, pero indudablemente es un trabajo que vale la pena checarlo. Especialmente si el remake de Carrie no los tiene tan emocionados.

Ojometro:
***

jueves, 10 de octubre de 2013

¿Los formatos físicos y digitales son la salvación para el cine de terror?




Creo que pocas cosas me agradan más que ir al cine, no existe nada mejor que ver una película en una enorme pantalla dentro de una sala totalmente oscura y con un sonido espectacular, ya que aunque existen otras formas para poder disfrutarlas (TV, PC, tablets, consolas portátiles e inclusive celulares) nada se le llega a comparar. Sin embargo, con el pasar de los años para un fanático del cine de terror el ver una película del género en una sala cine se ha convertido cada vez en una experiencias más y más extraña; en mi caso puedo decir que tal vez un 20% del total de películas que llego a ver en el cine son de terror, no porque no capten mi interés, sino porque generalmente ese es el porcentaje de trabajos que llegan a exhibirse de manera comercial aquí en México.

Y es que para nadie es un secreto que la popularidad del cine de terror ha ido decayendo de manera estrepitosa con el paso de las décadas, evidentemente existen casos aislados de éxitos en taquilla como Paranormal Activity o The Conjuring, pero en su mayoría las películas que se estrenan suelen tener números poco sorprendentes.

Todo esto ha provocado que la distribución sea cada vez más limitada y para que un trabajo pueda recibir una decente por lo general debe de ser una secuela de una franquicia exitosa, un remake de una franquicia exitosa o tener un director u actores con renombre. Inclusive. aún reuniendo algunos de estos requisitos muchas veces no tienen suerte, tal como le ocurrió a Curse of Chucky.

                                    (Si! Hasta Chucky sufrió las consecuencias) 

Ante todas estas limitantes en los últimos dos o tres años hemos visto como muchos estudios han optado por lanzar las películas de terror directamente en formato físico y/o digital, convirtiéndose así para muchos fans en la forma más rápida para poder apreciarlas y en un relativo éxito para los propios estudios gracias a que su exposición es mucho más extensa de la que pudieran llegar a tener con estrenos limitados en determinadas ciudades dentro de los Estados Unidos u algún otro país. Por todo esto no es nada raro preguntarnos: ¿En verdad sacar las películas de terror de las salas de cine será, por más contradictorio que suene, su salvación?

En mi opinión totalmente personal, yo creo que sí. Obviamente seguirán exhibiéndose películas en los cines, eso nunca cambiará, pero las tendencias de los últimos años indican que estas seguirán disminuyendo su número y los proyectos con luz verde serán cada vez más selectos; de hecho, la prueba más contundente está en que para este 31 de octubre no se tiene programado ningún estreno a pesar de que históricamente es la fecha en donde más publico convencional suele ir a ver cine de terror. Salvo que retrasen el remake de Carrie (cosa que dudo), al final lo más atractivo en la cartelera dentro de Estados Unidos serán las exhibiciones de Halloween, Halloween 4 y Halloween 5 por sus respectivos aniversarios.

Evidentemente todo este cambio no se dará de la noche a la mañana, si bien prácticamente cualquiera puede sacar sus trabajos en DVD y Blu-ray, así como colocarlos en todas las plataformas digitales existentes, lo cierto es que las tácticas de promoción tienen que evolucionar por parte de las personas que está detrás de estos. Nosotros como fans hacemos lo imposible para poder checarlos, pero muchas veces se cree que por el simple hecho de tener pagina de Facebook y cuenta de Twitter es más que suficiente para generar interés en el público general, algo que es totalmente erróneo.

Esto lleva su tiempo, se necesita ser más creativo a la hora de vender lo que al final de cuentas es un producto y creo que uno de los mejores ejemplos lo puso Darren Lynn Bousman con The Devil’s Carnival el año pasado; cuya táctica de promoción fue única, así como ambiciosa, para que al final las ventas en formato físico fueran bastante buenas y la película gozara de una aceptación importante (a pesar de que era un musical).

  (Calendario promocional de The Devil's Carnival Road Tour)

Al final el género está evolucionando y probablemente este sea el paso que necesita para que el nuevo talento no esté presionado por el monstruo que representa Hollywood, brindándoles la creatividad que tanto le urge al cine de terror y, ¿Por qué no?, ser el primer paso para una nueva época dorada en un futuro.