Creo que pocas cosas me agradan
más que ir al cine, no existe nada mejor que ver una película en una enorme
pantalla dentro de una sala totalmente oscura y con un sonido espectacular, ya que aunque existen otras formas para poder
disfrutarlas (TV, PC, tablets, consolas portátiles e inclusive celulares) nada
se le llega a comparar. Sin embargo, con el pasar de los años para un fanático
del cine de terror el ver una película del género en una sala cine se ha
convertido cada vez en una experiencias más y más extraña; en mi caso puedo
decir que tal vez un 20% del total de películas que llego a
ver en el cine son de terror, no porque no capten mi interés, sino porque
generalmente ese es el porcentaje de trabajos que llegan a exhibirse de manera
comercial aquí en México.
Y es que para nadie es un secreto que la
popularidad del cine de terror ha ido decayendo de manera estrepitosa con el
paso de las décadas, evidentemente existen casos aislados de éxitos en taquilla
como Paranormal Activity o The Conjuring, pero en su mayoría las películas que se
estrenan suelen tener números poco sorprendentes.
Todo esto ha provocado que la distribución sea cada vez más limitada y para que un trabajo pueda recibir una decente por lo general debe de ser una secuela de una franquicia exitosa, un remake de una franquicia exitosa o tener un director u actores con renombre. Inclusive. aún reuniendo algunos de estos requisitos muchas veces no tienen suerte, tal como le ocurrió a Curse of Chucky.
Todo esto ha provocado que la distribución sea cada vez más limitada y para que un trabajo pueda recibir una decente por lo general debe de ser una secuela de una franquicia exitosa, un remake de una franquicia exitosa o tener un director u actores con renombre. Inclusive. aún reuniendo algunos de estos requisitos muchas veces no tienen suerte, tal como le ocurrió a Curse of Chucky.
(Si! Hasta Chucky sufrió las consecuencias)
Ante todas estas limitantes en
los últimos dos o tres años hemos visto como muchos estudios han optado por
lanzar las películas de terror directamente en formato físico y/o digital,
convirtiéndose así para muchos fans en la forma más rápida para poder
apreciarlas y en un relativo éxito para los propios estudios gracias a que su
exposición es mucho más extensa de la que pudieran llegar a tener con estrenos
limitados en determinadas ciudades dentro de los Estados Unidos u algún otro
país. Por todo esto no es nada raro preguntarnos: ¿En verdad sacar las
películas de terror de las salas de cine será, por más contradictorio que
suene, su salvación?
En mi opinión totalmente
personal, yo creo que sí. Obviamente seguirán exhibiéndose películas en los
cines, eso nunca cambiará, pero las tendencias de los últimos años indican que
estas seguirán disminuyendo su número y los proyectos con luz verde serán cada
vez más selectos; de hecho, la prueba más contundente está en que para este 31
de octubre no se tiene programado ningún estreno a pesar de que históricamente es
la fecha en donde más publico convencional suele ir a ver cine de terror. Salvo
que retrasen el remake de Carrie (cosa que dudo), al final lo más atractivo en
la cartelera dentro de Estados Unidos serán las exhibiciones de Halloween, Halloween
4 y Halloween 5 por sus respectivos aniversarios.
Evidentemente todo este cambio no
se dará de la noche a la mañana, si bien prácticamente cualquiera puede sacar
sus trabajos en DVD y Blu-ray, así como colocarlos en todas las plataformas
digitales existentes, lo cierto es que las tácticas de promoción tienen que
evolucionar por parte de las personas que está detrás de estos. Nosotros como
fans hacemos lo imposible para poder checarlos, pero muchas veces se cree que
por el simple hecho de tener pagina de Facebook y cuenta de Twitter es más que
suficiente para generar interés en el público general, algo que es totalmente erróneo.
Esto lleva su tiempo, se necesita ser más creativo a la hora de vender lo que al final de cuentas es un producto y creo que uno de los mejores ejemplos lo puso Darren Lynn Bousman con The Devil’s Carnival el año pasado; cuya táctica de promoción fue única, así como ambiciosa, para que al final las ventas en formato físico fueran bastante buenas y la película gozara de una aceptación importante (a pesar de que era un musical).
Esto lleva su tiempo, se necesita ser más creativo a la hora de vender lo que al final de cuentas es un producto y creo que uno de los mejores ejemplos lo puso Darren Lynn Bousman con The Devil’s Carnival el año pasado; cuya táctica de promoción fue única, así como ambiciosa, para que al final las ventas en formato físico fueran bastante buenas y la película gozara de una aceptación importante (a pesar de que era un musical).
(Calendario promocional de The Devil's Carnival Road Tour)
Al final el género está
evolucionando y probablemente este sea el paso que necesita para que el nuevo talento
no esté presionado por el monstruo que representa Hollywood, brindándoles la
creatividad que tanto le urge al cine de terror y, ¿Por qué no?, ser el primer
paso para una nueva época dorada en un futuro.