sábado, 14 de junio de 2014

Crítica: The Appearing (2014)


Película dirigida y co-escrita por Daric Gates, quien hace su debut dentro del género. Salió directamente a la venta en DVD y formato digital, así como en VOD, el pasado 25 de marzo dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Después de sufrir la trágica pérdida de su hijo, el detective Michael (Will Wallace) y su esposa se mudan a un pequeño pueblo en done él se une al departamento de policía. Su primer caso es el de una joven desaparecida, pero este será solo el inicio de un camino que revelará como dicho pueblo está sumido por el mal.



Comentarios generales:

No es extraño que en el cine de terror se utilicen aspectos religiosos dentro de una historia, es algo común. Sin embargo, el problema llega cuando esto se convierte en el único punto visible de lo que se presenta en pantalla y eso mismo es lo que ocurre con The Appearing.

Gates hace su debut dentro del género ofreciéndonos un thriller cuyo principal sustento para engancharte es la ya gastada fórmula de anunciar que está basada en “hechos reales” y esperar que eso sea suficiente para desatar la curiosidad del espectador dentro de una serie de eventos que no generan absolutamente nada en uno. Simplemente carece de emoción, terror, tensión o cualquier otra cosa que por lo general se buscan en esta clase de trabajos, además está llena de diálogos que no llevan a ningún lado y referencias bíblicas cuya integración en todo esto se notan por demás forzadas; como si el concepto original hubiera sido de un thriller totalmente enfocado en la investigación con algunos tintes paranormales, pero al darse cuenta de que resultaría muy genérico optaron por agregarle algo más e incrementar la originalidad.

Aunque para mí lo que más afecta a la película en si es su ritmo: es lento y exageradamente pausado. Realmente hubo lapsos en donde me costó trabajo mantener el interés (o los ojos abiertos) dado a que no pasaba absolutamente nada; de hecho, esto mismo afecta a los contados momentos en donde el ritmo se vuelve un poco más dinámico porque dichos cambios abruptos no funcionan con uno gracias a la pasividad con la ya estas recibiendo lo que te van presentado. A esto además hay que agregarle que las escenas de posesión no generan ningún tipo de impacto, son solo unas mas dentro de todo este mundo aburrido y ninguna sola imagen se te quedará grabada en la memoria como producto de estas.

El final es lo que la salva un poco, sobre todo por un giro que nunca me vi venir, pero tampoco es la gran cosa.

De las actuaciones no hay mucho que decir, aunque Wallace tiene una expresión de eterno sufrimiento durante hora y media que le debió de causar dolor en la frente. La producción definitivamente es lo mejor: tiene un buen trabajo de fotografía, en general está bien ambientada (salvo por el hecho de que utilizan la misma cruz para todo) y tiene un trabajo de sonido decente. El único detalle en contra es la poca imaginación con la caracterización en la posesión.

Opinión final: The Appearing no es pésima, pero si es aburrida como pocas cosas. Probablemente una buena opción para dormir una siesta.  

Ojometro:
**

jueves, 12 de junio de 2014

Crítica: SX_Tape (2014)


Película dirigida por Bernard Rose (Candyman) y escrita por el debutante Eric Reese. Se estrenó el pasado 16 de mayo dentro de los Estados Unidos tanto en cines como en iTunes, mientras que en formato físico estará llegando a varios mercados durante el mes de julio.

Sinopsis:

Jill (Caitlyn Folley) y Adam (Ian Duncan) son una pareja que no tienen ataduras, les gusta tener mucho sexo y además filmarlo con la cámara. Un día, ambos deciden adentrarse en un hospital abandonado del área, lugar en donde ella se queda por un breve periodo de tiempo sola; sin saber las fatales consecuencias que eso traerá.



Comentarios generales:

Oh, crap.

Resulta complicado entender que alguien tan experimentado como Bernard Rose esté detrás de esta enorme atrocidad, ya que SX_Tape no solo nos muestra el lado más siniestro de los found footage, sino que además lo hace con la presentación más genérica posible; casi similar a la que nos regalaría un director debutante. Una situación que afecta de inmediato al supuesto lado “controvertido” de la historia debido a que todo el trabajo con la cámara esta mal diseñado y lo que se ve de sexo son migajas, provocando así que un aspecto supuestamente tan fundamental (y con cierto potencial) termine teniendo cero relevancia dentro de una serie de sucesos cuyo único propósito es trazar lenta y dolorosamente un camino que ya es obsoleto en 2014.

Aunque decir que esa es su única falla seria una mentira de mi parte, esto gracias a que ya tenía bastante tiempo que no veía en pantalla a unos personajes tan desesperantes como los presentados aquí: unos con cero carisma y cuyas conversaciones son banales como pocas.

Esto, aunado al hecho de que durante casi una hora lo único que ves es como recorren el hospital mientras se pelean por todo, hace exageradamente pesada la experiencia. La cual además carece por completo de suspenso y eso mismo origina que los limitados sustos planeados no tengan ningún tipo de efectividad.

El final es digamos… lo menos malo. Muestra cierto grado de violencia que anima ligeramente las cosas.

De las actuaciones hay poco que decir debido a que Duncan siempre está detrás de cámara y Folley no ofrece nada excepcional con un personaje que no ve ningún tipo de evolución conforme pasan los minutos. La producción es muy limitada: el sonido está bien y por ahí tiene unos usos de la sangre interesantes; aunque me sorprendió la poca imaginación que se muestra para tratar de ocultar una locación que ya se ha visto hasta el cansancio en los últimos meses.

Opinión final: Eviten SX_Tape a toda costa, es una de esas porquerías grandes del found footage. Ni por dinero la vean.

Ojometro:
*

lunes, 9 de junio de 2014

Crítica: Stage Fright (2014)


Película escrita y dirigida por Jerome Sable, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó dentro de los Estados Unidos durante el pasado mes de abril vía VOD, iTunes y otras plataformas digitales; mientras que tuvo un estreno limitado en cines durante mayo. No se sabe si llegará a otros países, pero su salida en formato físico está planeada para el próximo 8 de julio.

Sinopsis:

Camilla Swanson (Allie MacDonald) quiere seguir los pasos de su madre y convertirse en una diva de Broadway, pero su trabajo dentro de una cocina en un campamento de artes no se lo permite. Sin embargo, un día decide tomar el riesgo y consigue el papel principal dentro de un musical organizado ahí; uno que desatará un baño de sangre ligado a su pasado.



Comentarios generales:

Sin duda alguna muchos fans se alejarán inmediatamente cuando vean la frase promocional "Scream meets Glee", yo al principio me vi tentado a hacerlo. Y es que aceptémoslo, los musicales no son para cualquiera; mucho menos para los fans de este género debido a que representa algo totalmente opuesto a lo que generalmente estamos acostumbrados, pero creo que en esta ocasión dicha mezcla está bien justificada.

Con Stage Fright lo primero que encontraremos es un reto bastante fuerte para el espectador, ya que el contraste entre la brutal escena inicial y el musical que le procede resulta en un choque de estilos casi irreal que te hará pasar del “Oh’ cool” al “Me largo de aquí” en un abrir y cerrar de ojos, pero Sable tiene la habilidad de ir presentando diferentes aspectos que le atraerán a diferentes clases de personas para que le presten atención. Por ejemplo: contiene todos los elementos de los slashers ochenteros y sangre para los fans del terror; musicales y estereotipos de Broadway para los que gusten de ese mundo; humor y Meat Loaf (para sus fans) e, incluso, una bella protagonista que hará que varios se queden atentos solo por ella. Simplemente cubre varios rubros que hacen casi imposible ignorarla.

Aunque a mi juicio lo más importante de todo es que sabe cómo crear un balance apropiado entre el terror, el humor y los musicales, ya que especialmente estos últimos no se sienten forzados o te distraen por completo de la parte violenta; así como el humor nunca cae en la simpleza absurda de muchos otros trabajos. Igualmente, tiene un ritmo bastante dinámico que tristemente no logra mantener todo el tiempo, ya que a la mitad se da un bajón muy evidente; lo cual irónicamente se debe a la falta de musicales y por dejar casi inactivo al asesino, limitándolo solo a breves números de heavy metal un tanto absurdos.

Otro punto negativo que le encontré fue que de algún modo se contienen con las muertes. Un aspecto que normalmente no me molestaría mucho, pero en este caso resalta porque por varios momentos te venden la idea de que habrá una masacre épica en el campamento, pero en realidad todo se limita a un puñado de jóvenes.

El final es caótico, donde todo explota y la sangre fluye. Además resulta bastante efectivo gracias a que las dudas creadas hacen que uno en realidad no tenga mucha certeza sobre cuál es la identidad del asesino.

En las actuaciones no hay realmente alguien que destaque sobre el resto. Por otra parte, el nivel producción si me sorprendió: tiene buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es sólida, su score es llamativo y los efectos prácticos están impecables.

Opinión final: Stage Fright en términos generales me pareció buena. Aunque si su nivel de odio hacia los musicales es muy fuerte lo mejor es que la dejen pasar.

Ojometro:
****

sábado, 7 de junio de 2014

Crítica: Joy Ride 3: Road Kill (2014)


Tercera entrega de la franquicia, la cual ahora está escrita y dirigida por Declan O'Brien (Wrong Turn 3, 4 & 5). La película se estrenó oficialmente el pasado 3 de junio en VOD dentro de los Estados Unidos y saldrá directamente en formato físico el próximo 17 de junio.

Sinopsis:

Un grupo de amigos piensa competir en el Road Rally 1000 y para ello viajan por una desoladora carretera por la cual creen que pueden cortar camino, donde se cruzan con un tráiler al que casi sacan de la carretera. Para su mala fortuna el conductor de dicho tráiler es el sádico Rusty Nail (Ken Kirzinger), quien los hará pagar por lo que hicieron.



Comentarios generales:

Ah, Declan O'Brien, ¿Qué seriamos sin ti? Después de que ya no fue requerido para la nueva Wrong Turn ahora enfocó su energía en una secuela de otra improbable franquicia, aunque para mi sorpresa los resultados no fueron tan atroces como esperaba.

Joy Ride 3 es muy básica, tal vez la entrega más básica de todas las películas de la franquicia, pero en esta ocasión sin duda eso es lo que juega a su favor debido a que no pretenden enredar al espectador con demasiadas cosas que pudieran quitarle interés a la fórmula ya conocida y mejor se centran en hacer sentir todo lo que ocurre en pantalla como algo mucho más grande o espectacular (a pesar de que sigue siendo un proyecto pequeño). Y eso se puede notar inmediatamente desde la primera escena, la cual es la que dicta el ritmo frenético de toda la película; al grado de que realmente solo deben de ser a lo mucho unos ocho minutos en donde este baja un poco para poder presentar de mejor manera las personalidades de las convencionales victimas.

Básicamente es una larga persecución con algunas torturas y muchos huecos evidentes en la trama, especialmente en aspectos que involucran directamente a Rusty (¿Cómo diablos le hace para moverse tan rápido?), pero estos pasan a segundo término considerando que el propósito es más que nada engancharte con los creativos métodos de tortura que utiliza con únicamente elementos de su camión y que le agregan un nivel de tensión, sangre e impacto decentes a la historia. Aunque igualmente esta se ve perjudicada no solo por lo totalmente vacíos que son todos los demás personajes, sino porque además cuenta con un aspecto detectivesco cuya relevancia es prácticamente nula.

El final es entretenido, Aunque por otra parte deja parado como alguien invencible al villano y eso no me agradó demasiado considerando que este es un simple mortal sin ningún tipo background que lo justifique.

Las actuaciones están decentes para un trabajo pequeño como este. La producción es lo que más resalta y hace que la película luzca mucho más grande de lo que es; especialmente porque su trabajo de efectos especiales es bastante sólido.

Opinión final: Road Kill es una película para pasar el rato sin esperar realmente mucho a cambio.

Ojometro:
***