domingo, 12 de marzo de 2017

Top 10: Mejores episodios de Buffy the Vampire Slayer


Este pasado 10 de marzo se cumplieron 20 años del estreno del primer episodio de Buffy the Vampire Slayer, una de las series más influyentes e importantes del género de terror. 

La cual, junto a Blade y From Dusk Till Dawn, marcó una evolución fundamental a finales de los 90s para entender el cine de vampiros como lo conocemos hoy en día y que a pesar de tener 14 años de haber terminado sigue siendo muy recordada por los fans; quienes todavía no pierden la esperanza de poderla ver de regreso algún día.

Así que para celebrar este acontecimiento dejo los que a mi parecer son los 10 mejores episodios de esta legendaria serie.

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Mención honorifica:

- “Tabula Rasa” (Temporada  6, Episodio 8)
- “Becoming: Part 1” (Temporada 2, Episodio 21)
- “Angel” (Temporada 1, Episodio 7)
- “Seeing  Red” (Temporada 6, Episodio 19)
- “The Zeppo” (Temporada 3, Episodio 13)
- “Restless” (Temporada 4, Episodio 22)
- "Doppelgangland" (Temporada 3, Episodio 16)


10.- “Chosen” (Temporada 7, Episodio 22)


Un final que tiene de todo: regreso de personajes, emociones, muertes sorpresivas, una batalla épica y, sobre todo, un desenlace que en verdad se siente como algo por el cual valió la pena seguir la serie por siete largos años.


9.-  “Passion” (Temporada 2, Episodio 17) 


Evil Angel en su máxima expresión para lograr uno de los primeros episodios en verdad oscuros que demostraban que la dirección de la serie iba por un camino distinto al que pensábamos.


8.- "Once More, with Feeling"(Temporada 6, Episodio 7)


Si, el episodio musical no debe de faltar aquí. Uno que pudiera parecer un simple ejercicio pintoresco, pero que en el fondo contiene mucha más sustancia al revelar secretos importantes de todos los personajes.


7.- “The Wish” (Temporada 3, Episodio 9)


Una versión alternativa de Sunnydale más oscura, violenta y salvaje. Donde por primera vez se juega con el “qué hubiera pasado” utilizando al personaje menos evidente y ¡que matan a la mitad del episodio!


 6.- "Graduation Day: Part 2” (Temporada 3, Episodio 22)


Un cierre de temporada espectacular que en cierta manera marca el brinco de la adolescencia a la “adultez” en todos los sentidos para el show y sus personajes. Además de que significó la última aparición de Angel y Cordelia.


5.- “The Gift” (Temporada 5, Episodio 22)


Irónicamente este episodio, que fue diseñado como un posible final definitivo para la serie, terminó siendo el que mejor manejó todo el concepto de lo que significaba ser una cazadora de vampiros con la impactante conclusión de la batalla más importante hasta ese momento para nuestra heroína. 


4.- “Innocence” (Temporada 2, Episodio 14)


Tal vez Innocence sea el episodio más desgarrador de todos gracias a su giro inesperado que nos trajo el renacer de Evil Angel y que presentó por primera vez a una Buffy emocionalmente quebrada ante el hecho de saber que uno de los momentos más felices de su vida desató un peligro para ella, sus amigos y el mundo entero.


3.- “Hush” (Temporada 4, Episodio 10)


Probablemente el episodio más original de toda la serie y también uno de los más tétricos (hola The Gentlemen). El cual se centra en el silencio para obligar a los personajes a actuar de una manera distinta a lo normal y así generar momentos que resultan genuinamente hilarantes de ver gracias a la creatividad mostrada por los escritores.


2.- “Becoming: Part 2” (Temporada 2, Episodio 22)


Un cierre magistral para la que es la mejor temporada de Buffy the Vampire Slayer.

No solo se trata de un episodio que juega con el tema de los grandes sacrificios que en ocasiones se tienen que hacer para salir adelante de una situación adversa, sino que además significó un punto de quiebre para la serie al establecer el tono que manejaría por las temporadas restantes y mandar un claro mensaje de que ya no sería únicamente un simple show de matar vampiros. 


1.- “The Body” (Temporada 5, Episodio 16)


Curiosamente el mejor episodio de la serie es uno que se sale por completo del esquema tradicional; donde la muerte sigue siendo el tema principal, pero en esta ocasión no tiene absolutamente nada que ver con vampiros o demás cuestiones supernaturales. Simplemente un recordatorio de que todos vamos a morir algún día y eso es inevitable.

La escena inicial es desgarradora y por 45 minutos se nos muestra a la Buffy más humana e indefensa posible ante una situación de la cual no tiene control alguno y que ninguna de sus cualidades como caza vampiros podrá resolver. 

jueves, 9 de marzo de 2017

Crítica: The Rezort (2016)


Película dirigida por Steve Barker (Outpost, Outpost: Black Sun), cuyo guión fue escrito por Paul Gerstenberger. Se estrenó en cines a mediados del año pasado en Asia y salió en formato físico en Alemania durante el mes de septiembre, mientras que en este lado del planeta ya se puede encontrar en Netflix.

Sinopsis:

Los humanos vuelven a tener control del planeta después de haber sufrido una epidemia que desató una guerra contra los zombies, los cuales ahora ya se encuentra prácticamente erradicados, salvo por una isla en la que ahora se encuentra The Rezort. Un parque de lujo que les ofrece a sus visitantes la posibilidad de matar tantos como puedan.



Comentarios generales:

Ciertamente mi conocimiento sobre The Rezort era nulo y por ello no hubo oportunidad de verla durante el año pasado; sin embargo, una vez que estuvo disponible mi curiosidad se desató debido a que básicamente se trataba del equivalente de Jurassic Park con zombies. Una de esas ideas locas que por lo regular me harían dudar, pero que para mi sorpresa al final solo fue la excusa para tratar un tema más profundo que vuelve a este trabajo un tanto único dentro de un subgénero explotado hasta el cansancio. Aunque sin los mejores resultados posibles.

La verdad es que en un inicio Barker y Gerstenberger no dan señales de que quieran regalarnos algo diferente, ya que más allá de plantear el tema de la guerra y sus consecuencias, todo lo ocurrido durante el primer acto es muy aburrido. Primero con la introducción de personajes genéricos estereotipados que no te provocan mucho interés y, segundo, con la presentación del concepto de The Rezort; uno que como dije antes es bastante peculiar, pero que ciertamente no termina por ser tan llamativo gracias a que nunca logran generar esa sensación de extravagancia que esperas considerando los propósitos de su existencia.

Lo mejor de la película llega justo a la mitad, no solo porque es  donde se desata el caos, sino porque es aquí donde se logra apartar un poco del resto al hacer ciertas comparaciones entre la situación de los zombies y algunos temas delicados que ocurren en la actualidad. Evidentemente el propósito general es realizar un show de muerte y sangre, pero de manera muy sutil el director también trata de hacer un poco más humana la situación con las criaturas para lograr que el espectador sea más empático en ciertas cuestiones que pocas veces son tratadas en el género. Todo bajo el riesgo de perder su interés o, en algo que ocurre, no saber cómo darle un mejor seguimiento una vez puesto este tema sobre la mesa.

La parte final es en exceso predecible. No diría que es mala porque en realidad si presentan unas persecuciones intensas y siempre existe esa sensación de peligro constante, pero el hecho de prácticamente saber cómo va a ser el desenlace le quita interés; además de que no profundizan demasiado en el tema de los refugiados.

Las actuaciones no son desastrosas, en realidad diría que son pasables, pero el hecho de que los personajes sean tan planos y poco imaginativos origina que realmente no se tenga mucho con que trabajar para lograr algo más aceptable. La producción es decente: el trabajo de fotografía no es del todo efectivo (más que nada en las escenas nocturnas), la dirección de arte está ok, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje es acertada en lo que respecta a los zombies.

Opinión final: The Rezort es decepcionante. Una buena idea que jamás logran explotarla de manera adecuada.

Ojometro:
**

domingo, 5 de marzo de 2017

Crítica: Havenhurst (2017)


Película dirigida por Andrew C. Erin (Sam's Lake), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Daniel Farrands. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a inicios de febrero, mientras que en México hizo lo propio el pasado 3 de marzo.

Sinopsis:

Una mujer ex alcohólica se muda a un viejo edificio de apartamentos en donde la única condición para poderse quedar es no cometer los errores del pasado, ya que de lo contrario tendrá que confrontar algo más que un vergonzoso desalojamiento.



Comentarios generales:

Desde hace unos años a la fecha la presencia de Danielle Harris en ciertas películas se ha convertido en un imán publicitario de peso para venderlas, algo que tiene sentido considerando lo ligada que ha estado al género desde pequeña. Lo malo es que también se está convirtiendo en un método engañoso al solo utilizarla de manera breve y con Havenhurst tenemos un nuevo ejemplo de esto, ya que sin su presencia para la promoción este hubiera sido un trabajo sin tantos reflectores dada su naturaleza tan básica.

Y no es que piense que utilizar una fórmula simple sea malo, de hecho, lo que nos regalan Erin y Farrands se podría decir que es terror clásico en su máxima expresión; sin embargo, es indudable que esta es una historia a la que muchos puede que no le encuentren gran atractivo debido a que llega un punto en donde predecir lo que va a ocurrir se vuelve demasiado fácil. Lo cual en un inicio ciertamente el director intenta que no sea así, ya que durante todo el primer acto se juega de manera correcta con la duda en lo que respecta a la amenaza mientras se establecen las bases por las que esta existe y gracias a eso generar escenas agradables que te ayudan a apreciar de mucha mejor manera lo fundamental que será ese viejo edificio para el desarrollo de las acciones.

Un aspecto que es interesante de ver, pero que también se convierte en un arma de doble filo gracias a que por eso mismo todo el misterio se pierde de manera rápida y se pueden empezar a unir los hilos sin demasiados problemas apenas entrando al segundo acto. Uno que se sustenta principalmente en la cuasi relación de madre e hija entre los dos personajes centrales y que ciertamente ofrece algunos de los momentos más interesantes de la película, pero que nunca logra establecerse de manera sólida debido a que se le da paso a una investigación que lo deja todo a medias.

De hecho, a partir de este momento todo se siente hecho sin ningún tipo de objetivo fundamental más que por añadir contenido y cierto impacto visual gracias a algunas muertes, ocasionando así que se entre en un lapso en el que las cosas avanzan lentamente.

La parte final me entretuvo. Cuenta con la intensidad necesaria y optan por un camino no convencional, pero lamentablemente tampoco se esfuerzan por contestar varias preguntas que hubieran redondeado de mucha mejor manera la historia.

Las actuaciones están bien, tanto Julie Benz (Jackie) como Belle Shouse (Sarah) cumplen con sus respectivos roles y logran generar una química en pantalla que te hace preocuparte lo suficiente por ellas. La producción también está bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es probablemente lo mejor de la película, el score está ok, cuenta con un buen trabajo de sonido, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es bastante bueno.

Opinión final: Havenhurst está aceptable. Es una película muy simple que resultará ideal para ver en Netflix y demás servicios en unos cuantos meses.

Ojometro:
***

jueves, 2 de marzo de 2017

Crítica: A Cure for Wellness (2017)


Película dirigida por Gore Verbinski (The Ring), cuyo guión fue escrito por Justin Haythe. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 17 de febrero y en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $16.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un ambicioso joven ejecutivo es mandado a una remota locación en los Alpes Suizos para que traiga de regreso al CEO de su empresa, quien se encuentra en un misterioso “centro de bienestar”. Sin embargo, al sufrir un accidente, él se convertirá en un interno más dentro del lugar y poco a poco irá descubriendo secretos que le harán sospechar de sus verdaderos propósitos.



Comentarios generales:

A Cure for Wellnes era una de las películas más esperadas de mi parte para este 2017, no solo por su temática, sino porque significaba el regreso al género de un director que en su momento demostró saber cómo lidiar con este de manera decente. Además, su paso por el mundo mainstream podía ser sinónimo de algo mucho más grande a lo acostumbrado y daba esperanzas de ver algo de nivel; sin embargo, al final lo que nos dejó es un trabajo con algunas cosas positivas que no son suficientes para ocultar los problemas que lo rodean.

Realmente lo que nos trae Verbinski es una película que desde el primer instante impacta la pupila por medio del aspecto visual para crear un contraste muy marcado con las acciones de unos ejecutivos a los que nos les interesa nada más que su dinero y que se encuentran representados por el personaje de Lockhart: un tipo frío y sin ningún remordimiento que, al menos de inicio, te cae extremadamente mal.

Todo está perfectamente planeado para que uno se siga asombrando con cada locación en base al trabajo de fotografía y a la impecable dirección de arte, pero a la vez sienta esa sensación de que algo no está bien con este lugar aparentemente paradisíaco; que detrás de tan peculiar comportamiento existe algo mucho más siniestro. Un aspecto que se magnifica a partir del accidente para así ofrecer un primer acto que está cargado de contenido bizarro bajo el propósito de que el espectador se vea atrapado en un tipo de pesadilla de la cual no puede salir y cuya única guía para entender lo que ocurre dentro de este mundo lleno de cosas raras es un alguien tan poco emocional como Lockhart.

El problema llega con el 2do acto, ya que es a partir de aquí cuando queda en evidencia que se le quieren dar muchas vueltas a algo que no es tan complejo y eso vuelve a la película no solo muy repetitiva, sino también demasiado lenta. Ocasionando así que al menos le sobren unos 30 minutos, los cuales califican como puro relleno a pesar de que el director sigue siendo lo suficientemente hábil para generar cosas muy llamativas, pero que ya no resultan tan hipnotízantes como para lograr que uno no se dé cuenta que la historia no progresa de manera importante y que los retos por los que atraviesa el personaje principal en ciertos casos no aportan demasiado.

La parte final no está mal, aunque tanto enredo previo y excesiva elaboración prohíben que pueda tener un impacto mucho mayor al que se esperaría. Obviamente cuenta con escenas llamativas (incluso para algunos podrían resultar incomodas) y la manera en la que se resuelve el conflicto, así como el tema de la “cura”, deja unos visuales impresionantes que ayudan a darle un toque de majestuosidad cuando en realidad es uno un tanto simple.

Las actuaciones están correctas, Dane DeHaan (Lockhart) por momentos sufre para poder demostrar diversas emociones pero saca adelante al personaje; mientras que Jason Isaacs (Volmer) y Mia Goth (Hannah) lo hacen bien como los complementos principales. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es grandioso, la dirección de arte estupenda, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido cumple, los efectos en su mayoría están bien cuidados y la labor de maquillaje consiste principalmente de detalles muy puntuales.

Opinión final: A Cure for Wellness está ok. Una experiencia visual apabullante que dura demasiado para lo que pretende contar.

Ojometro:
***