lunes, 2 de octubre de 2017

Crítica: Phoenix Forgotten (2017)


Primer largometraje del director Justin Barber, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a T.S. Nowlin. Se estrenó de manera limitada en cines durante el mes de abril dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico se dio el 1 de agosto pasado.

Sinopsis:

20 años después de que tres adolescentes desaparecieran en medio de los sucesos que involucraron extrañas luces en el cielo de Phoenix, Arizona, la hermana de uno de ellos se dispone a realizar un documental para tratar de encontrar respuestas de este misterioso caso.



Comentarios generales:

Por lo general suelo ser muy selectivo con los found footage que involucran extraterrestres debido a que casi todos son iguales y en el caso de Phoenix Forgotten era muy claro que seguiría cada uno de los convencionalismos conocidos. Sin embargo, el que por alguna razón Ridley Scott decidiera ser el productor de algo como esto no podía pasar inadvertido y eso me dio el impulso final para checarla, tal vez me encontraría con alguna sorpresa, aunque en lugar de eso lo que me encontré fue prácticamente una combinación de “Blair Witch Project” y “Blair Witch”.

Obvio el escenario en el que se desarrollan las acciones es distinto, pero el argumento es prácticamente el mismo y Barber tampoco hace demasiado para ocultarlo. Una situación que al menos de inicio no resulta tan grave gracias a que son en los primeros 20 minutos en donde esta película resulta agradable de ver debido a que la recreación de vídeos viejos está bien hecha y toda la serie de entrevistas iniciales con respecto a la investigación, ya sea con autoridades o familiares, logran un nivel de realismo decente como para que uno llegue a tener la curiosidad suficiente  y quiera ver qué fue lo que ocurrió con estos adolescentes.

Lo malo es que dichos aspectos positivos se desgastan rápido y una vez que se rebasa esa barrera de tiempo lo que ocurre es simplemente aburrido, muy aburrido. Las cosas avanzan de manera lenta y los detalles para seguir generando misterio empiezan dar vueltas hasta que inevitablemente se topan con pared, provocando con esto que todo sea simple relleno hasta que deciden mostrar una última cinta vieja que sigue la fórmula que ya conocemos y que no contiene grandes elementos como para poder construir escenas efectivas de suspenso. Además de que se ve afectada por unos personajes que nunca te generan gran empatía.

La parte final tampoco ayuda mucho. El formato se empieza a volver un auténtico dolor de cabeza gracias a que no se puede apreciar con claridad lo que ocurre, simplemente ves caminar o correr a estos chicos hasta que “algo” se lleva a uno de estos y a partir de ahí se sigue un patrón similar hasta que termina la película; siendo los últimos 5 minutos los únicos rescatables gracias a que son donde la sensación de peligro es más palpable.

Sobre las actuaciones lo que más resalta son los entrevistados, pero en lo que se refiere a los tres actores principales ninguno realiza una labor que se pueda destacar. La producción no está tan mal para ser un found footage: los vídeos caseros viejos están bien hechos (a pesar de la pobre iluminación), el score es aceptable, el sonido es limpio y los efectos, para lo que son, están ok.

Opinión final: Phoenix Forgotten es un found footage del montón. Una cuasi copia de otras dos películas que no vale la pena.

Ojometro:
** 

viernes, 29 de septiembre de 2017

Crítica: The Houses October Built 2 (2017)


Secuela dirigida nuevamente por Bobby Roe, quien además vuelve a compartir créditos como co-escritor del guión junto a Zack Andrews. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 22 de septiembre, mientras que su salida en formato físico está planeada para enero de 2018.

Sinopsis:

Mientras se recuperan del trauma de haber sido secuestrados el Halloween anterior por el grupo de Blue Skeleton, los mismos cinco amigos deciden que deben de enfrentar sus miedos para poder salir adelante. Por ello planean seguir visitando atracciones a lo largo del país aprovechando su nueva fama, aunque pronto habrá señales de que sus antiguos captores no se han olvidado de ellos.



Comentarios generales:

La primera entrega me pareció bastante mala, así que cuando escuche que estaban desarrollando una secuela me sorprendí, ya que no era un concepto que pareciera tener demasiada tela de donde cortar y la verdad tampoco vi mucho clamor popular para que existiera. Pero lo hecho, hecho está, así que le di una oportunidad debido a que suele ser común que las segundas partes sean mejores gracias a que los creadores aprenden de los errores que tuvieron con la original y eso con The Houses October Built 2 no fue la excepción; aunque en este caso dichas mejoras son apenas perceptibles como para poder decir con toda seguridad si superó o no a su antecesora.

Esto porque lo que nos traen Roe y Andrews es básicamente una calca de la primera entrega, con la única diferencia de que ahora cuentan con un argumento que les permite elaborar un poco más la historia por medio de los temores del personaje de Brandy. Aspecto que no hace mucha diferencia debido a que, si bien es tratado de manera esporádica, en general la película vuelve a ser un tipo de documental sobre atracciones de Halloween que se torna demasiado aburrido en poco tiempo y en donde la única novedad es presentar muchísimas tomas aéreas realizadas con un dron.

Y es que se nota que los creadores obtuvieron cierta notoriedad con la primera entrega como para poder acceder a atracciones un poco más elaboradas, pero lamentablemente esto no se aprovecha de mejor manera porque las que salen en pantalla te generan poco interés y en gran medida se debe a que, al ser un found footage, resulta complicado para uno como espectador el poder involucrarse con las experiencias que ofrecen. Simplemente resulta imposible traspasar a la pantalla lo que supuestamente deben de provocar estas situaciones en su propia atmósfera artificial y, en lugar de ver algo al menos interesante, solo te quedas con la imagen de tipos caminando (o corriendo); además de que tampoco las utilizan de manera importante para elaborar algo de suspenso.

Los 20 minutos finales son donde la parte ficticia toma las riendas y no hace demasiado para mejorar el aburrimiento previo. Si se logra construir una atmósfera tensa, además de que es la única parte en donde lo visual está más cuidado; sin embargo, todo lo que le ocurre a Brandy se siente falto de intensidad y exageradamente genérico, lo cual quieren arreglar añadiendo un giro que realmente te termina importando poco.

Las actuaciones siguen la misma línea de la primera, ósea… totalmente desechables. La producción tampoco varía mucho: nuevamente son las propias atracciones las que aportan el aspecto visual (salvo por los últimos 20 minutos), la iluminación mejora, el score pasa desapercibido, el trabajo de sonido no es el mejor y tiene algunos discretos efectos prácticos que funcionan.

Opinión final: The Houses October Built 2 es simplemente mala. Una secuela que nadie pidió y que no es precisamente un gran avance con respecto a la primera entrega.

Ojometro:
**

martes, 26 de septiembre de 2017

Crítica: Mother! (2017)


Película escrita y dirigida por Darren Aronofsky (Black Swan). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de septiembre, mientras que en México hizo lo propio este fin de semana. Recaudando hasta la fecha $25.9 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

El matrimonio de una pareja se ve puesto a prueba cuando un par de invitados no deseados llegan a su casa para interrumpir su tranquila existencia.



Comentarios generales:

Cuando Aronofsky reveló que se adentraría de manera más seria al género de terror con su nueva película rápidamente captó mi atención, ya que hace siete años atrás tuvo un ligero acercamiento bastante interesante con “Black Swan” y siempre me quedé con la duda sobre lo que podría hacer si se metía de lleno. Obvio no esperaba algo convencional conociendo su filmografía y eso se confirmó cuando salieron las primeras reacciones en diversos festivales, ya que Mother! está destinada a generar opiniones encontradas debido a que es rara, muy rara. De esas películas con las cuales cada quien tendrá su propia forma de interpretarla.

Y es que a pesar de que existe una clara inspiración en “Rosemary´s Baby”, lo que nos regala Aronofsky es una historia que solo él parece entender de manera exacta debido a que con el pasar de los minutos va mutando no solo en cuanto a los temas que trata, sino también en el tono bajo el cual pretende desarrollarlos. Esto porque lo que vemos en el primer acto se puede decir sin muchos problemas que es una película que camina por los territorios del thriller psicológico al presentarnos a una pareja (de la cual nunca se revelan los nombres) que se ve expuesta a una situación poco común, la cual sirve para ir desarrollando sus personalidades tan opuestas y, además, para generar misterios que todavía mantienen un grado del lógica razonable.

Realmente la intención del director nunca es provocar sustos o algo similar, su meta más que nada es ir construyendo una sensación de soledad muy marcada por medio del personaje de Jennifer Lawrence y así insertarle la duda al espectador sobre qué es lo que puede ocurrirle a ella al quedar envuelta en un conflicto del cual, haga lo que haga, parece no podrá salir gracias al comportamiento ilógico de su esposo. Siendo esa soledad la que ayuda a crear una atmósfera oscura, a desarrollar un nivel de suspenso adecuado y a creer que en todo momento existe un peligro latente dentro de esta casa que se convierte en una jaula claustrofóbica.

Hasta aquí las cosas son extrañas pero algo entendibles; sin embargo, llega el último acto y eso deja de existir. Ya que a partir de aquí todo es, literalmente, un caos; uno en donde el director hace una clara alusión a lo que significa estar casado con alguien famoso y empieza a realizar muchísimas referencias a la biblia o a Dios bajo un ritmo vertiginoso que sin duda convierten a estos minutos en los más bizarros que he visto en el cine durante mucho tiempo. Aunque lamentablemente deja las cosas abiertas a la total interpretación y eso termina dañando muchísimo el producto general.  

En cuanto a las actuaciones esta es una película con un reparto de primer nivel y no decepcionan. Lawrence es el alma al aparecer en un 99% de las escenas y por grandes lapsos te involucras de lleno con lo que le pasa debido a que parece ser la única persona cuerda en todo esto; mientras que Javier Bardem, Ed Harris y Michelle Pfeiffer logran por medio de sus personajes generar diversas sensaciones que van desde locura hasta peligro.

La producción también es de nota alta: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score me agradó bastante, el trabajo de sonido es espectacular y un elemento fundamental para la efectividad de varias escenas. Lo único que deja algo que desear son algunos de los limitados efectos que se utilizan.

Opinión final: Mother! definitivamente es difícil de calificar. Una película en verdad extraña con momentos muy buenos, pero que en su conjunto no me terminó de convencer.

Ojometro:
***

sábado, 23 de septiembre de 2017

Crítica: Jackals (2017)


Película dirigida por Kevin Greutert (Saw VII 3D, Jezabel), cuyo guión fue escrito por Jared Rivet. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de septiembre, mientras que su salida en formato físico está planeada para el próximo 3 de octubre.

Sinopsis:

En la década de los 80s una familia secuestra en una cabaña en el bosque a su propio hijo para tratar de recuperarlo de un culto asesino, pero pronto se encontrarán en una situación de vida o muerte cuando miembros de dicho culto los rodean demandando la liberación de su preciado “hermano”.



Comentarios generales:

Mientras realizaba la investigación de cajón que hago cuando una película está supuestamente basada en “hechos reales” no encontré información al respecto, pero lo que si pude encontrar fue que el guión de Jackals fue terminado en 2006. Esto me pareció interesante debido a que son dos años antes de que saliera The Strangers, un filme que para muchos revitalizó el subgénero de invasión de hogares, así que existía la posibilidad de poder tener algo fresco ante mi considerando que estaba exento de la fórmula que hoy ya está por demás explotada, pero al final lo que vi fue en extremo decepcionante.

La verdad es que lo que nos trae Greuter es un trabajo que se siente sin nada especial, el cual inicia con una secuencia filmada en primera persona cuyo único propósito es hacerte notar que la historia se realiza en la década de los 80s y pasar inmediatamente de ahí al evento central con el cual realmente no tiene (ni tendrá) ningún tipo de conexión. Simplemente es una serie de ideas que se van desarrollando sin ningún tipo de complejidad, en donde lo más importante es no salirse de una línea segura y no retar a un grupo de personajes que desde el primer minuto se la pasan a la defensiva mientras tratan de salvar a alguien que los odia, pero que nunca sabes exactamente por qué.

Y es ahí donde radica el problema, ya que en lugar centrarse en el culto mejor se opta por seguir una historia plana de supervivencia en la que pasan muchas cosas pero ninguna tiene la suficiente importancia como para cambiar el rumbo de estas. Todo ocurre de manera caótica, sin freno alguno y por lo consiguiente eso genera un ritmo fluido; sin embargo, esto resulta irrelevante al ver que cada escena es prácticamente una calca de la anterior y que la amenaza que se encuentra en las afueras de la cabaña te genera poco interés porque simplemente no tienes idea de quienes son o sobre las razones por las que están dispuestos a llegar tan lejos para rescatar a uno de sus miembros.

La parte final tampoco hace mucho para arreglar el desastre. Ya para este punto te queda claro que no hay intención alguna de revelar a detalle lo que hay detrás del culto y mejor se dedican a elevar un poco más el nivel de intensidad por medio de muertes o peleas que no están mal, pero que no añaden demasiado; dejando que el desenlace sea uno bastante hueco.

En el tema de las actuaciones quienes más sobresalen son Ben Sullivan (Justin) y Johnathon Schaech (Andrew Powell); siendo el segundo el que hace la labor más sólida, mientras que el primero solo se limita a hacer la misma expresión todo el tiempo. La producción no está mal: cuenta con un trabajo de fotografía sólido, la dirección de arte no tiene mucho, el score cumple, el trabajo de sonido está ok y los efectos no son la gran cosa.

Opinión final: Jackals es bastante mala. Una película de invasión de hogares que llega muy tarde y sin nada relevante que ofrecer.

Ojometro:
**