miércoles, 11 de octubre de 2017

Crítica: Verónica (2017)


Película dirigida por Paco Plaza (Rec), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a  Fernando Navarro. Se estrenó en cines dentro de España el 25 de agosto, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado.

Sinopsis:

Madrid, 1990. Una chica trata de hacer contacto con su padre por medio de una sesión con la tabla Ouija, pero ese aparente intento inocente solo hará que una presencia maldita la acompañe a todos lados y amenace con hacerle daño a su familia. 



Comentarios generales:

Cuando fuiste participe de una película tan importante para el género como lo fue Rec es prácticamente una garantía que todo lo que hagas causará grandes expectativas, son las consecuencias del éxito y por ello cuando se supo que Paco Plaza sacaría un nuevo trabajo se pudo percibir una gran emoción. Al final de cuentas por primera vez lo veríamos saliéndose de su zona de confort y hasta cierto punto esto provocó que se esperara algo mucho más grande de lo que se pretendía, ya que aunque Verónica es bastante buena, esta se queda lejos de ser la obra maestra que muchos anhelaban.

Y es que siguiendo el concepto que utilizó hace diez años atrás Plaza vuelve a tratar de poner una situación anormal en el escenario más cotidiano posible, sin recurrir a casas alejadas, cultos u aspectos religiosos extremos; simplemente nos pretende vender la idea de que una posesión puede ocurrirle a cualquiera estando en el lugar y momento equivocados. Aspecto que hace del personaje de Verónica uno con el cual puedas sentir empatía de inmediato, ya que todo el primer acto se encarga de vendernos cómo esta chica que no ha hecho realmente nada malo se convierte en un imán de situaciones raras que, al menos durante un corto periodo de tiempo, pueden ser signos de una posesión o simplemente los estragos que le causa el tener que hacerse cargo de sus hermanitos a tan corta edad.

Provocando así una situación de desgaste que se cocina a fuego lento, con un ritmo no tan caótico pero estable y que conforme van avanzando los minutos construye una atmósfera más oscura e incluso solitaria para nuestra protagonista; a pesar de que las acciones se desarrollan en un lugar que no refleja eso.

Lamentablemente a partir de los 40/45 minutos las cosas, si bien no se vuelven aburridas ni nada similar, entran en el territorio más convencional y es ahí cuando algo que marchaba perfecto baja un poco sus credenciales. Ya que una vez que queda establecido todo el tema de la posesión el director empieza a recurrir a fórmulas ya muy gastadas, a ciertos clichés que esta historia no daba señales de necesitar y al uso de sustos fáciles que después de unos minutos pierden efectividad o que simplemente no aportan nada a largo plazo.

Para nuestra suerte esto no afecta en lo más mínimo la parte final, una que lleva al extremo al personaje de Verónica en todos los sentidos porque ahora no solo tiene que lidiar con su delicado estado emocional, sino que también tiene que proteger a sus hermanos. Esto es lo que en general aporta las dosis de tensión necesarias y, al combinarse con todo el aspecto supernatural, hace que el desenlace tenga mucha fuerza.

En cuanto a las actuaciones quien se lleva todas las palmas es Sandra Escacena (Verónica), la verdad es que la joven está estupenda en su papel debido a que te preocupas por ella en instantes y no te suelta durante todo su sufrimiento; aunque me sorprendió ver a Ana Torrent con un papel secundario tan insignificante. La producción también es bastante buena: cuenta con un gran trabajo de fotografía, la dirección de arte cumple, la selección musical es la adecuada, tiene un muy buen trabajo de sonido, los efectos no son precisamente los mejores y la labor de maquillaje es limitada.

Opinión final: Verónica me gustó. Probablemente no sea la película de posesiones más original, pero en líneas generales es una muy sólida dentro del subgénero.

Ojometro:
****

lunes, 9 de octubre de 2017

5 años del Ojo del Horror



Muchas gracias a todos los que semana tras semana visitan este blog que pasó de ser un simple proyecto bastante improvisado a una parte integral de mi vida cotidiana y que espero pueda seguir varios años más.

domingo, 8 de octubre de 2017

Crítica: Amityville: The Awakening (2017)


Película escrita y dirigida por Franck Khalfoun (Parking 2, Maniac). Se estrenó en cines dentro de México durante el pasado mes de agosto, mientras que en los Estados Unidos estará disponible directamente en VOD por medio de diferentes servicios durante este mes. Su salida en formato físico está planeada para el 15 de noviembre.

Sinopsis:

Junto a su madre, su hermanita y su hermano en coma, Belle (Bella Thorne) se muda a una nueva casa. Sin embargo, cuando la milagrosa recuperación de su hermano se junta con ciertos sucesos extraños empezará a sospechar que algo no anda mal y pronto descubrirá que a donde se mudaron es nada más y nada menos que la infame casa de Amityville.



Comentarios generales:

Cuando en el transcurso de dos años se retrasa la fecha de estreno no una, no dos, no tres, no cuatro, sino en CINCO ocasiones es claro que algo grave pasa y las expectativas para la película en cuestión deben de ser bajadas al mínimo. Por si esto no fuera suficiente, también se trata de un trabajo perteneciente a una franquicia que ha sido pisoteada como pocas, así que las esperanzas de ver algo decente eran prácticamente inexistentes y con Amityville: The Awakening, en efecto, dichas predicciones se cumplieron al pie de la letra.

La verdad es que Khalfoun no toma demasiados riesgos y sigue un procedimiento estándar para contar su historia, una que técnicamente se desempeña como secuela de la original y en donde el único elemento diferente es el hermano en coma. Sin duda un enfoque del cual no se le puede culpar considerando lo difícil que es tratar de sacarle jugo a la franquicia, pero en este caso resulta inefectivo debido a que el desarrollo lento del primer acto y la poca originalidad existente para construir la sensación de peligro dentro de la casa hacen imposible a uno como espectador el poder involucrarse de lleno en el proceso de relevación para nuestra protagonista.

Situación que se pretende lograr incluso por medio del metacine al hacer referencia de algunas de las películas existentes, aunque eso solo termina sirviendo para burlarse del espantoso remake de 2005. Lo cual ejemplifica a la perfección casi todo lo que ocurre aquí debido a que, cuando parece que por fin se tomará algún riesgo, de inmediato el director recula y mejor opta por utilizar elementos por demás vistos que no te llevan a ningún lado; especialmente cuando se trata de generar sustos o situaciones que añadan algo de suspenso.

Cada aspecto es predecible, sin chispa alguna y en general las esperanzas están puestas en que el personaje de James resulte lo suficientemente tétrico para que lo relacionado con el aspecto supernatural no se pierda en medio de un drama familiar que con el pasar de los minutos se vuelve más y más ridículo.  

La parte final al menos trata de ser intensa, contiene todos los elementos que usualmente sirven para lograr eso, pero simplemente nunca obtiene los resultados deseados. El conflicto entre hermanos no resulta desgarrador como debería y el hecho de que decidan ocultar de cierta manera las pocas muertes que hay le quita mucho impacto a algo que por naturaleza lo necesita, convirtiendo así el desenlace en uno blando e incluso irrelevante.

De las actuaciones por ahí Cameron Monaghan (James) creo que logra algo decente, principalmente porque el tipo únicamente con expresiones genera mucha incomodad; mientras que Bella Thorne hace lo horrible acostumbrado, aunque sin estar tan sexualizada. La producción es genérica: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es intrascendente, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son muy discretos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Amityville: The Awakening es aburridísima y mala. Otro trabajo que simplemente confirma que a esta franquicia ya deben dejarla morir.

Ojometro:
**

jueves, 5 de octubre de 2017

Crítica: Cult of Chucky (2017)


Séptima entrega de la franquicia, la cual fue nuevamente escrita y dirigida por Don Mancini (Curse of Chucky). Salió directamente en DVD, Blu-ray y formato digital este 3 de octubre; aunque en Estados Unidos también lo hizo por medio de Netflix (en su versión censurada).

Sinopsis:

Cuatro años después de ser culpada por los asesinatos de su familia, Nica Pierce (Fiona Dourif) es enviada a un sanatorio de mínima seguridad donde su psiquiatra planea curarla. Lo malo es que su método involucra al propio muñeco que la atormentó en el pasado y ella sabe que, tarde o temprano, Chucky despertará para tratar de matarla una vez más.



Comentarios generales:

Hace cuatro años con “Curse of Chucky” fue evidente que Don Mancini quería que su creación regresara a sus raíces al anteponer el terror sobre la comedia, teniendo como resultado una de las mejores entregas dentro de la franquicia; la cual además le inyectó nueva vida cuando parecía condenada a desaparecer. Sin embargo, el que perdiera su toque cómico no fue del agrado de todos y por ello temía que Cult of Chucky volviera a centrarse en ese aspecto para satisfacer a un sector de los fans, algo que afortunadamente no pasó y gracias a eso estamos ante la que es sin duda la entrega más sangrienta y rara de todas.

Obvio con esto no quiero decir que Mancini se haya olvidado por completo de la parte cómica debido a que ni él mismo se toma tan en serio a Chucky, pero al menos durante la primera media hora de la película elige seguir un camino mucho más elaborado en donde pretende jugar un poco con el lado psicológico y hacer del personaje de Nica el centro de atención. Esto porque realmente nuestro peculiar asesino aparece poco durante este periodo de tiempo, uno en el que el principal objetivo es el tratar de insertar sin mucho éxito la duda sobre que, tal vez, lo ocurrido fue producto de su imaginación y en verdad es una asesina.

Hasta aquí todo es un tanto convencional y no tan efectivo en ciertos aspectos, pero nunca te aburre lo que estas viendo, sobre todo porque en un punto empieza a ser evidente que la historia tiene mucho más de lo que te han contado. Y eso es lo que vemos durante toda la segunda mitad, ya que es a partir de pasados los primeros 35 minutos cuando las acciones toman un rumbo bastante loco; uno en donde no solo Chucky empieza a lucir, sino también empieza a ser claro que con este se vale hacer cualquier cosa para mantenerlo relevante.

Las muertes empiezan a ser más gráficas y se logran generar algunas escenas que resultan por demás bizarras (mamá amamantando, es lo único que tengo que decir). Igualmente, poco a poco se le empieza a dar sentido a la presencia de personajes del pasado que hasta este punto no tenían un propósito claro; quienes sirven como la vía definitiva para establecer la nueva idea que diferencia a esta entrega de todas las demás.

Una idea que vuelve la parte final muy entretenida al mantener con lo mínimo el balance entre lo que resulta original y lo que es sumamente ridículo; presentando un nivel de violencia mucho mayor y, ahora sí, integrando el humor bien dosificado por medio de Chucky. Además de que logra ofrecer un desenlace que me tomó totalmente por sorpresa debido a que puede expandir la franquicia o terminarla de una vez por todas.

En las actuaciones Fiona Dourif sigue estando muy bien y Brad Dourif cumple nuevamente siendo la voz de Chucky; aunque me decepcionó que Alex Vincent (Andy) y Jennifer Tilly tuvieran roles tan limitados e incluso un tanto intrascendentes. La producción es de buena factura a pesar del bajo presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte genial, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido cumple y los efectos en su mayoría lucen bastante bien, salvo por algún uso cuestionable de CGI.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Cult of Chucky me gustó. Es la entrega que menos se toma en serio de toda la franquicia y eso, junto con su nivel de violencia, hace que valga la pena.

Ojometro:
****