martes, 20 de julio de 2021

Crítica: Fear Street (Part Three): 1666

Tercera y última parte de la trilogía basada en los libros del mismo nombre del R.L. Stine, la cual está dirigida por Leigh Janiak (Honeymoon); quien además es co-escritora del guión junto a Phil Graziadei y Kate Trefry. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial este pasado 16 de julio.

Sinopsis:

Los orígenes de la maldición de Sarah Fier son finalmente revelados cuando la historia se completa en una noche que cambiará las vidas de los habitantes de Shadyside para siempre.


Comentarios generales:

Después de dos slashers uno se tenía que preguntar si la tercera entrega seguiría el mismo camino a sabiendas de que probablemente la misma fórmula no iba a funcionar por tercera vez consecutiva, sobre todo tomando en cuenta que en esta ocasión el periodo elegido no encajaba del todo con ese concepto. Por eso mismo es que Fear Street 1666 era la parte de la trilogía que más dudas me generaba, pero la verdad terminó pareciéndome bastante buena.

Y es que ahora Janiak se va a algo totalmente opuesto a lo visto previamente, dejando el slasher de lado (al menos durante los primeros dos actos) para dar paso al tema satánico que hasta este punto había sido tratado de manera un tanto superficial. Algo que sin duda es una decisión coherente considerando la época en el que se desarrolla la historia, aunque también representa cierto obstáculo debido a que, al estar obligado a ofrecer trasfondo, el inicio puede sentirse un tanto pesado al no contar con demasiados momentos de grandes emociones y estar principalmente enfocado en la relación amorosa de Sarah con Hannah, así como en todos los problemas que eso atrae.

Afortunadamente cuando este tema se asienta las cosas mejoran al no solo ir estableciendo un tono mucho más oscuro y siniestro por medio de la maldición, sino también al ir colocando cada pieza del rompecabezas presentada en 1994 y 1978 de forma muy natural. Lo cual ayuda a que todo fluya de manera ágil para que el espectador pueda ir identificando situaciones o escenarios relevantes que poco a poco van esclareciendo el misterio que rodea Shadyside y de paso incrementan el nivel de intensidad para un acto final que resulta muy bueno.

En gran parte porque representa un cambio radical a lo que habíamos estado viendo, regresando a la naturaleza slasher para ofrecer un caos total dentro de un enfrentamiento definitivo en donde la originalidad es un factor determinante. Ya que aunque en esencia si se termina centrando en el tema de la “final girl”, lo cierto es que cuenta con situaciones que le dan juego al resto de los personajes para que así exista cierta variedad y, sobre todo, le dé un cierre definitivo a todos los involucrados.

En el tema de las actuaciones ahora si tenemos a alguien para destacar de manera individual, ya que Kiana Madeira (Deena/Sarah) hace una gran labor con un doble papel que representa mayor exigencia y es vital para revelar los secretos ligados a Sarah Fier. Aunque la decisión de utilizar a los mismos actores de las dos entregas anteriores para representar a otros personajes en el pasado puede que no sea del todo atractiva para algunos.

En cuanto a producción la película, otra vez, es de factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte resulta efectiva, el score es buen complemento, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien cuidados y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Fear Street 1666 me gustó. Una película diferente a las dos anteriores que le brinda un cierre sólido a la trilogía.

Ojometro:
****

viernes, 16 de julio de 2021

Crítica: Queen of Spades (2021)

Remake de “Queen of Spades: The Dark Rite” dirigido por Patrick White y escrito por John Ainslie. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Según la leyenda, una entidad siniestra conocida como la reina de espadas puede ser invocada al realizar un viejo ritual. Uno que cuatro adolescentes deciden hacer como una simple broma para pasar el rato, pero pronto se darán cuenta del terror que los acechará a ellos y a sus seres queridos.


Comentarios generales:

Guste o no, los remakes ya son algo totalmente aceptado dentro de la industria y conforman una parte importante dentro del género de terror desde hace varios años, así que realmente no tengo ningún tipo de problema con que existan e incluso hay algunos que verdaderamente me emocionan. Sin embargo, también es un hecho que estos muchas veces solo son un medio para generar dinero sin demasiado esfuerzo y Queen of Spades es tal vez uno de los ejemplos más descarados de esto.

Y es que White realmente nos trae una calca del material original con la que demuestra poco interés por darle algún tipo de toque distintivo y solo se limita a rehacer las mismas cosas sin los mejores resultados (incluso creo que utilizan las mismas tomas de exteriores en determinados momentos). Logrando con esto que una historia cuya mayor virtud no es la originalidad se sienta genérica desde muy temprano; en donde la única meta es sacar las escenas sin importar si estas logran o no construir de manera efectiva una situación en la que se solidifique una amenaza que, en teoría, significa un riesgo enorme para los involucrados.

Simplemente todo avanza de manera lenta y sin demasiados sobresaltos bajo una atmósfera depresiva bien lograda que nunca logra ser explotada de la mejor forma, esperando a que sean los sustos fáciles los que logren levantar las cosas. Algo que consiguen por unos breves periodos sin que esto represente una gran diferencia en el desarrollo, el cual sigue siendo muy soso en la forma en la que va revelando lo referente al demonio y especialmente con las muertes que este provoca.

Dejándonos así ante una experiencia en la que no hay mucho para destacar y que no es sino hasta que llega a su parte final cuando se puede decir que se logra generar algo mínimamente interesante. Más que nada porque en este punto por fin la sensación de peligro es más marcada y los elementos ligados a las películas de exorcismos que se añaden le dan cierta frescura a un desenlace que resulta por demás predecible.

En lo que se refiere a las actuaciones es donde tenemos tal vez lo más destacado de la película, ya que Ava Preston (Anna), Kaelen Ohm (Mary) y Daniel Kash (Smirnov) logran que por lo menos sus personajes te importen un poco hacia la parte final. Mientras que en el tema de producción no hay mucho que recriminar: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score está ok, el trabajo de sonido está bien hecho, los efectos no presentan demasiada complejidad y la labor de maquillaje es aceptable. 

Opinión final: Queen of Spades es mediocre. Remake demasiado aburrido que quedará en el olvido en unos cuantos meses.

Ojometro:
**

martes, 13 de julio de 2021

Crítica: Fear Street (Part Two): 1978

Segunda parte de la trilogía basada en los libros del mismo nombre del R.L. Stine, la cual está dirigida por Leigh Janiak (Honeymoon); quien además es co-escritora del guión junto a Zak Olkewicz. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial este pasado 9 de julio.

Sinopsis:

Shadyside, 1978. Es el verano y las actividades en el campamento Nightwing están por comenzar, pero cuando otro miembro de dicho pueblo es poseído para matar, la diversión pronto se convierte en una batalla por la supervivencia.


Comentarios generales:

El caso de Fear Street es muy particular porque al ser una trilogía cuyas partes se estrenan semanalmente su análisis se vuelve más como el de una miniserie, donde la experiencia se sustenta mucho en la pintura general y no tanto en lo que pueden ofrecer cada una de sus partes por si mismas. Por ello es que 1978 tenía una prueba interesante debido a que bajo esa diferenciación también tenía que servir como una buena continuación de la historia y al final, bajo un enfoque más simple, creo que sale bien librada.

Y es que si 1994 era un homenaje a los slashers de los 90s en general, ahora con esta segunda parte Leigh Janiak hace otro, pero centrándose en un filme en especifico: “Friday the 13th”.

Obviamente manteniendo el elemento sobrenatural ya establecido con lo referente al folclore que rodea a Shadyside, aunque apegándose de manera mucho más estricta al desarrollo de los slashers convencionales de aquella época. Algo que hace que el inicio de la historia sea lenta debido a que, más allá de seguir solidificando la rivalidad histórica entre los dos pueblos o mostrar alguna escena relacionada con los peligros que representa la bruja, realmente no existe nada fuera de lo común en la manera en la que se nos presentan a los personajes, sus personalidades o conflictos juveniles.

Siendo hasta pasados los 40 minutos cuando las acciones toman un rumbo más atractivo al iniciar la matanza, la cual de inmediato aporta las dosis de impacto necesarias e incrementa el ritmo de manera considerable; sin embargo, también hay que señalar que en ciertas situaciones no se atreven a cruzar la línea y realizan algunas muertes fuera de cámara que desentonan un poco. Detalle que compensan con una mayor profundización en lo que respecta a Ruby Lane, especialmente al darle más sentido a cuestiones específicas sobre cómo funciona su maldición o la manera en la que puede haber múltiples asesinos.

Esto último resultando vital para que la parte final logre tener mucha fuerza por medio del incremento en el nivel de violencia y con ello hacer que la tragedia se sienta como inevitable para los involucrados. Un aspecto que sin duda era importante lograr si consideramos que desde mucho antes ya se sabe cómo van a terminar las cosas.

En cuanto a las actuaciones nuevamente tenemos un elenco que destaca más por su labor en conjunto sobre lo individual, aunque hay que decir que Sadie Sink (Ziggy) y Emily Rudd (Cindy) logran una mancuerna de hermanas bastante efectiva. Sobre todo durante la parte final del filme.

Y en lo que respecta a la producción seguimos con una factura de primer nivel: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es bastante buena, el score resulta agradable, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Fear Street 1978 me gustó. Un slasher mucho más convencional que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

viernes, 9 de julio de 2021

Crítica: In the Earth (2021)

Película escrita y dirigida por Ben Wheatley (Kill List). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de abril y en VOD durante el 7 de mayo, mientras que su salida en formato físico está confirmada el próximo 6 de agosto.

Sinopsis:

Mientras el mundo busca la cura para un virus desastroso, un científico y una exploradora se aventuran en lo profundo del bosque para realizar una prueba de rutina que termina saliendo bastante mal.


Comentarios generales:

Por lo que ha ocurrido en el último año y medio con la pandemia cualquier película que trate sobre un virus mortal sin duda alguna llamará la atención debido a que es un tema que se encuentra en boca de todos y hasta cierto punto resulta morboso, independientemente de si la película en cuestión haya tenido o no la intención de usarlo de dicha manera. Por ese motivo es que que In the Earth resultaba llamativa, ya que de lo contrario hubiera pasado de noche y más cuando te das cuenta que dicha temática no es tan relevante.

Esto porque lo que nos presenta Wheatley no se desarrolla en un escenario a gran escala y se centra más que nada en presentar una historia que se sostiene en los sonidos, la psicodelia y algunas ideas poco efectivas que terminan convirtiendo esto en una experiencia totalmente distinta a la esperada. Donde el tema del virus se deja de lado en cuestión de minutos para darle lugar a un viaje aburrido en el que no pasa nada relevante y solo se trata de ver a un par de individuos caminando por el bonito paisaje mientras tienen conversaciones entrecortadas hasta que se topan con otro personaje mucho más interesante.

Uno que con su simple presencia levanta un poco las cosas, más que nada porque es por medio de este que la temática del filme da un giro total para pasar de un virus mortal a algo más centrado en el folclore local involucrando un tipo de brujería poco convencional. Lo cual es sin duda el medio para brindar los que son los minutos más intensos y oscuros, pero también la manera en la que las acciones cada vez se vuelven más complicadas de entender debido a que conforme transcurren las acciones se van insertando ciertas cosas que nunca terminan por desarrollarse del todo bien y solo dejan la sensación de que eran ideas que se le ocurrieron al vuelo al director para ver si algunas de estas encajaban.

Algo que se magnifica incluso mucho más en la parte final cuando el aspecto psicodélico entra en juego y por lo consiguiente la explotación del estado mental de los protagonistas se vuelve más relevante. Dándole así a la sensación de desorientación y a los sonidos un rol más relevante para proporcionar algunos visuales interesantes, más no un desenlace suficientemente convincente.  

Sobre las actuaciones quien más destaca es Reece Shearsmith (Zach) con un papel de loco muy bien logrado que en gran medida es lo que termina rescatando la película de ser un potente somnífero. En cuanto a producción, tenemos una bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es la gran cosa, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son muy discretos y la labor de maquillaje saca adelante lo que debe.

Opinión final: In the Earth es decepcionante. Una película destinada a la polémica que gustará en mayor o menor medida dependiendo de que tan bien digieran la falta de claridad.

Ojometro:
**