martes, 12 de octubre de 2021

Crítica: V/H/S/94 (2021)

Cuarta entrega de la famosa antología, la cual cuenta con la participación de seis diferentes directores (incluidos dos que ya habían participado previamente). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de octubre.

Sinopsis:

Un equipo SWAT se encuentra investigando un misterioso video en VHS y descubren un culto siniestro que ha grabado material que deja al descubierto su tenebrosa conspiración.


Comentarios generales:

Pocos suelen darle el crédito que se merece a la primera entrega de V/H/S como la principal responsable de que las antologías tuvieran un renacer durante los 2010s debido a que, independientemente de que no es una gran película, esta demostró que los fans seguían muy interesados en este tipo de propuestas. Aunque lamentablemente, así como la franquicia vio un rápido ascenso, también tuvo una caída igual de estrepitosa gracias a su última entrega (Viral) y parecía que había quedado en el olvido.

Por eso es que el anuncio de V/H/S/94 generó tanto revuelo y rápidamente se convirtió en una de las películas más esperadas del año, lo cual le ponía una presión enorme encima. Algo que puede terminar siendo contraproducente debido a que esta cuarta entrega, si bien logra su cometido de poner nuevamente en el mapa a la franquicia, no creo que sea el home run que muchos esperaban al sentirse poco trabajada en cosas como la historia enlace o en la explotación del periodo en el que supuestamente se desarrolla.

En cuanto a la producción se regresa a las bases de las primeras dos entregas en lo que respecta a la estética general. Mientras que cada cortometraje ciertamente maneja un nivel de manufactura similar, salvo por uno en específico que destaca un poco más gracias al uso del CGI y un trabajo visual mucho más elaborado en términos generales.   

Pasando a los cortos:


“Storm Drain” (Chloe Okuna)

Un buen corto para iniciar el viaje y sin duda alguna el que más explota el tema de los noventas. Con una historia simple que se encuentra contenida en un puñado de actores, pero que logra crear una atmósfera tenebrosa para exponer una leyenda que termina ofreciendo la dosis de shock necesaria en sus minutos finales.


“The Empty Wake” (Simon Barrett)

La mayor decepción. De la cual además resulta difícil escribir algo extenso debido a que lo único que ves es a una mujer sentada o hablando por teléfono el 95% del tiempo, mientras existe un muy frágil intento por generar algo más potente faltando como dos minutos para el final.


“The Subject” (Timo Tjahjanto)

Tal vez el más esperado de todos considerando que Tjahjanto hizo el que muchos consideran el mejor cortometraje en la historia de la franquicia y ciertamente aquí tampoco falla.

Obteniendo tu interés desde la primera toma para a partir de eso construir una experiencia caótica llena de violencia y sangre que proporcionan un impacto visual por demás satisfactorio. Aunque hay que decir que el importante uso de CGI desentona un poco con la estética de la película, sin que esto resulte en algo grave.


“Terror” (Ryan Prows)

De todas las propuestas esta es la que tiene más potencial para ser un largometraje; sin embargo, tarda en poder generarte interés debido a que se toma su tiempo para exponer de manera clara su elemento sobrenatural (al que le dan un uso bastante original). Centrándose más en una situación que puede resultar ridícula pero que era real dentro de los Estados Unidos durante dicha década y presentando a personajes detestables que cuando inicia la masacre disfrutas viéndolos caer.


“Holy Hell” (Jennifer Reeder)

Esta es la historia enlace y la verdad no pasaba nada si no la tenía.

Inicia bien con el tema del culto para generar un tono oscuro y visuales interesantes que con el paso de los cortos se van perdiendo ante situaciones pobremente desarrolladas, dejando como resultado un final que se siente acelerado.

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Opinión final: V/H/S/94 está entretenida. Definitivamente es un paso adelante con respecto a lo que había dejado “Viral”, a pesar de que nunca termina por sentirse como algo memorable.

Ojometro:
***

viernes, 8 de octubre de 2021

Crítica: Bingo Hell (2021)

Película dirigida por Gigi Saul Guerrero, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Shane McKenzie y Perry Blackshear. Se estrenó a nivel mundial por medio de Amazon Prime Video como parte de la antología Welcome to the Blumhouse el pasado 1 de octubre.

Sinopsis:

En Oak Springs vive un grupo fuerte y obstinado de amigos ancianos, cuya líder es Lupita (Adriana Barraza). Ella es la encargada de mantener unida a la comunidad, pero cuando una fuerza maligna toma el control de su amada sala de bingo todo lo que ha construido se vendrá para abajo.


Comentarios generales:

El consenso prácticamente unánime sobre Welcome to the Blumhouse el año pasado fue que la idea era atractiva pero las películas que conformaban la antología se sentían como proyectos del montón con los que nadie se quiso arriesgar y terminaron perdiéndose en la intrascendencia. Así que para este año era importante que el estudio demostrara un poco más de cuidado en sus propuestas si es que quería generar interés entre los fans durante la época con más competencia como lo es Halloween y con Bingo Hell lo hacen a medias.

Ya que lo que nos pone sobre la mesa Gigi Saul Guerrero es una comedia cuya mayor fortaleza se encuentra en la propia dinámica de la comunidad que retrata, pero a la misma vez esta representa su principal flaqueza al momento de desarrollar una historia de terror como tal. La cual inicia de forma agradable al establecer de manera clara el tono que tendrá y en cómo Lupita se encarga de mantener en pie a Oak Springs a base de su personalidad extravagante, dejando varias interacciones muy entretenidas que definen de buena forma a los personajes y le da sentido a la dificultad que tienen para aceptar el cambio.

Lo malo es que esto consume más tiempo del que debería y hace que la primera mitad de la película no se sienta como algo especial para el género, tardando demasiado en presentar aspectos que hagan de Mr. Big y su salón de bingo una amenaza interesante. Aunque también hay que decir que una vez que se revelan sus verdaderas intenciones las cosas mejoran de inmediato y es a partir de ahí cuando se empiezan a notar un poco más de riesgos no solo en cuanto al uso de la violencia y la sangre, sino también en la forma en la que nuestra protagonista afronta el peligro sin recurrir tanto al aspecto cómico que vimos al inicio.

Un cambio que lleva a que la parte final tenga momentos bien logrados que proporcionan un nivel de intensidad adecuado; sin embargo, el hecho de que a la película le sobren al menos unos 20 minutos afecta el ritmo y poco a poco se va haciendo un tanto aburrida. Además de manera incomprensible se le da juego a un personaje que había sido bastante irrelevante y eso le roba reflectores al conflicto que uno quiere ver en realidad, quitándole así impacto al cierre.

Sobre las actuaciones hay que decir que Adriana Barraza hace un buen trabajo, tal vez por momentos puede resultar algo exagerada y caer en lo caricaturesco, pero en general su personaje es muy divertido. Además está rodeada de buenos secundarios, siendo el siempre inquietante Richard Brake (Mr. Big) y la genial L. Scott Caldwell (Dolores) los más destacados.

En lo que respecta a la producción tenemos un presupuesto mediano: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte es bastante buena, el score tiene cosas agradables y otras no tanto, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son simples y la labor de maquillaje es efectiva.  

Opinión final: Bingo Hell está aceptable. Película con un humor que no es para todos, pero que puedes disfrutar un día que no tengas nada más que ver.

Ojometro:
***

martes, 5 de octubre de 2021

Crítica: No One Gets Out Alive (2021)

Adaptación de la novela del mismo nombre dirigida por Santiago Menghini, cuyo guión fue escrito por Jon Croker y Fernanda Coppel. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 29 de septiembre.

Sinopsis:

Ambar (Cristina Rodlo) es una inmigrante mexicana en busca del sueño americano, pero cuando se ve obligada a alojarse en una vieja casa el sueño se convierte en una pesadilla de la que no podrá escapar tan fácilmente.


Comentarios generales:

Iniciamos el mes de octubre y con ello llega la época del año en la que los servicios de streaming y canales de TV se pelean por la atención de los fans del género de terror de manera cada vez más intensa y, como suele ser costumbre, Netflix es de los primeros en poner sobre la mesa sus propuestas. Aunque probablemente No One Gets Out Alive no sea el gran inicio que muchos esperaban.

Y no es porque lo que nos traiga Menghini y compañía sea malo, sino más bien porque su enfoque se carga demasiado hacía el drama dentro de una historia que contiene un elemento social (el estatus migratorio de Ambar) al que se aferran demasiado para tratar de establecer el hecho de que nuestra protagonista se encuentra atrapada tanto dentro como fuera de la casa y no solo utilizarlo para añadir cierto contexto. Lo cual resulta muy marcado en casi una hora del metraje, pero sobre todo durante unos primeros 30/35 minutos en los que cuesta trabajo encontrar alguna situación que destaque de sobremanera desde el lado del terror.

Ya que más allá de que si existe una atmósfera oscura bien lograda, lo cierto es que está no se complementa de gran forma con momentos que logren explotarla y se termina abusando de un par de recursos para tratar de generar cierto nivel tensión. Algo que hace que las cosas se tornen repetitivas y por lo consiguiente el ritmo se vuelve problemático, aunque afortunadamente conforme las acciones se van limitando a lo que ocurre dentro de la casa se empieza a ver una mejoría gracias al incremento en la violencia, así como una mayor profundización con respecto a los peligros dentro de esta.

Llevándonos así a una parte final intensa y sangrienta en la que pasa de todo. Donde tal vez no exista un factor sorpresa como tal debido a que más o menos uno puede imaginarse lo que ocurre, pero gracias a la aparición de un demonio que luce espectacular eso termina importando poco o nada debido a que logra aportar el factor shock necesario para que el desenlace resulte gratificante.  

Sobre las actuaciones la verdad es que Cristina Rodlo no lo hace mal, su papel dentro de todo resulta creíble y cuando requiere de más intensidad también la consigue; mientras que Marc Menchaca (Red) se encuentra limitado casi todo el tiempo. En cuanto a producción no hay quejas: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje cumple y los efectos están bien hechos (sobre todo en la parte final con el demonio).

Opinión final: No One Gets Out Alive es aceptable. Película con exceso de drama a la que la salva su parte final.

Ojometro:
***

viernes, 1 de octubre de 2021

Crítica: The Night House (2021)

Película dirigida por David Bruckner (V/H/S, The Ritual), cuyo guión fue co-escrito por Ben Collins y Luke Piotrowski. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de agosto, mientras que en México hizo lo propio el pasado 23 de septiembre; recaudando hasta la fecha $13.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Beth (Rebecca Hall) es una viuda en proceso de duelo que empieza a descubrir perturbadores secretos sobre su fallecido esposo que pondrán en jaque lo que ella pensaba que era un matrimonio feliz.


Comentarios generales:

Cuando empezó a salir a la luz información sobre The Night House a inicios del 2020 era evidente que se trataba de una película en la que se tenían puestas muchas esperanzas para aprovechar el auge del mal llamado “elevated horror”, pero para su mala suerte se le cruzó la compra de Fox por parte de Disney. Dejándola así en una posición poco favorecedora que empeoró con la pandemia y que poco a poco la llevó entrar en una zona de intrascendencia muy marcada de la que, para su mala suerte, difícilmente podrá salir.

Ya que lo ofrecido por Bruckner claramente está concebido para satisfacer a un tipo de público muy especifico y gracias a eso nos encontramos ante una historia de fantasmas que por grandes lapsos se siente limitada por tratar de seguir ciertos pasos que no le ayudan en su desarrollo. Sobre todo durante un primer acto que se centra fuertemente en el periodo de duelo de Beth y que presenta pocos momentos que te hagan sentir empatía hacia a ella y genuina curiosidad por saber si lo que experimenta es solo parte del proceso mental que atraviesa o si en verdad existe algo sobrenatural detrás.

Simplemente todo transcurre bajo un ritmo demasiado pesado y la forma en la que se va desenvolviendo el misterio, aunque no es compleja, si presenta ciertos enredos que evitan que las acciones fluyan de una manera atractiva. Siendo hasta casi la mitad del segundo acto cuando las cosas mejoran y en gran parte se debe porque por fin se le empieza a dar más juego al aspecto sobrenatural, dejando tanta seriedad a un lado para que así los cuestionamientos hacia el pasado del esposo de Beth resulten mucho más perturbadores. Además de que esto también provoca que la atmósfera y el tono se vuelvan más oscuros.

Algo que termina beneficiando a una parte final que definitivamente es lo mejor de la película debido a que aquí el nivel de intensidad que se maneja es mayor al que estuvimos viendo previamente y cada pieza del rompecabezas termina encajando de forma natural. Sin embargo, también hay que decir que el desenlace en general no es tan potente como se esperaría al apostar más por lo visual y no tanto por el impacto de la situación que se está llevando a cabo, lo cual deja una sensación de vacío importante.

En las actuaciones es Rebecca Hall quien acapara todo y la verdad hace un buen trabajo a pesar de que su personaje por varios lapsos llega a ser odioso. Mientras que en la producción nos topamos con una factura bien cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte tiene cosas interesantes, el score es sólido, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son nada del otro mundo y la labor de maquillaje es discreta.  

Opinión final: The Night House está ok. Película lenta que cuenta con buenos momentos, pero que no logra explotar todo su potencial.

Ojometro:
***