martes, 23 de enero de 2024

Crítica: Ghost Project (2023)

Película dirigida por Federico Finkielstain, cuyo guión fue escrito por Santiago Fernández Calvete. Se estrenó en DVD en Reino Unido durante agosto de 2023, mientras que hizo lo propio en VOD dentro de los Estados Unidos en diciembre.

Sinopsis:

Tres jóvenes programadores se cruzan con una pieza de tecnología abandonada que detecta presencias sobrenaturales y la utilizan para crear una app de realidad virtual para ver fantasmas. Aunque no saben que esta será una decisión que pondrá en riesgo sus vidas.


Comentarios generales:

Es raro que el concepto de la realidad virtual no haya sido tan explotado en el cine de terror si tomamos en cuenta que siempre se ha caracterizado por ser un género que no es renuente cuando se trata de aprovechar tendencias actuales para su beneficio. Por ello es que Ghost Project resultaba interesante dado a que contaba con un factor de diferenciación que es difícil de encontrar, básicamente logró algo que muchos nunca consiguen; sin embargo, falla de manera escandalosa en aprovecharlo.

Y mucho de esto se debe a que Finkielstain claramente no es un director de películas de terror y como consecuencia de eso existen demasiadas complicaciones al momento de construir las escenas fundamentales para que la historia funcione. Algo que tal vez durante el primer acto no es tan notorio debido a que este se centra más en darnos contexto sobre nuestros protagonistas, limitando las experiencias sobrenaturales lo más que se pueda mientras se trata de establecer un tono oscuro que se pueda usar como base de los momentos tensos que vendrán más adelante.

El problema es que cuando estos llegan no logran en lo absoluto generar algo mínimamente aterrador y empieza a ser evidente que no existe demasiado interés por conseguir eso, llevando las cosas a lugares habituales que hemos visto en otros lados. Lo cual provoca que el ritmo vaya decayendo e incluso la idea central empiece a quedar un tanto relegada para darle paso a una dinámica de fantasmas vengativos que no lleva a ningún lado y solo está ahí porque se necesita tener algún tipo de amenaza con la que se pueda justificar el traslado a una locación mucho más grande durante la parte final.

Una que por lo menos logra tener un poquito más de intensidad pero, al igual que todo lo anterior, carece de imaginación al momento de presentar situaciones de riesgo que le brinden otra dimensión a las acciones. Dejándonos así un desenlace que trata de ser impactante por lo que presenta, aunque en realidad lo único que genera es indiferencia.

Las actuaciones no están tan mal considerando el material que tenía el elenco para trabajar, pero por momentos es difícil de ignorar los acentos tan marcados que vienen y van dependiendo de la escena. Mientras que en producción se nota que es de un presupuesto muy apretado: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es simple, el score resulta genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es discreta. 

Opinión final: Ghost Project es decepcionante. Película con una buena idea que jamás la aprovecha como debería.

Ojometro:
**

viernes, 19 de enero de 2024

Crítica: Destroy All Neighbors (2024)

Película dirigida por Josh Forbes (Contracted: Phase II), cuyo guión fue co-escrito por Mike Benner, Jared Logan y Charles A. Pieper. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de enero, pero no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

William Brown (Johan Ray) es un músico frustrado cuyo sueño es terminar su obra maestra de rock progresivo, aunque esto se complica cuando confronta a su nuevo grotesco vecino de nombre Vlad (Alex Winter) y lo termina matando de forma accidental.


Comentarios generales:

Hay películas que al ver su trailer sabes inmediatamente que no tendrás que preocuparte por encontrar tramas complejas o mensajes demasiado profundos, dejándote con la clara idea de que su prioridad es antes que nada divertir. Un propósito simple más no sencillo de cumplir porque se corre el riesgo de caer en lo absurdo rápidamente, algo que para nuestra suerte Destroy All Neighbors logra evitar casi la mayoría del tiempo.

Y es que es evidente que lo traído por Forbes está hecho para no tomarlo muy en serio, aunque durante el primer acto la verdad no es tan sencillo poder asimilar esto porque el humor que se maneja durante este periodo no es el más efectivo. Principalmente porque nuestro protagonista se ve envuelto en situaciones que no destacan por su originalidad y en cierta forma van llevando la historia a terrenos que resultan familiares gracias a otras comedias, dejando el terror de lado salvo por la peculiaridad disruptiva que representa el propio Vlad.

Proporcionando así 25 minutos que se pueden clasificar como decepcionantes, sin embargo, una vez que se da la muerte de Vlad la locura se desata de golpe y las cosas cambian de manera radical. No solo porque significa un incremento en el ritmo durante toda la segunda mitad del filme, sino también porque lleva a la exageración de absolutamente todo lo que se presenta en pantalla y con ello vemos el descenso progresivo hacia la locura de nuestro protagonista por medio de sucesos hilarantes que proporcionan las dosis de sangre necesarias al mezclar de buena forma la comedia física con la violencia extrema.

Llevándonos así a una parte final cuyo mensaje básicamente radica en que cada uno se debe hacer responsable de sus decisiones y no culpar a todos los demás de tus fracasos, pero obviamente bajo un tono muy poco serio. Lo cual deja un desenlace que lleva el tema del rock progresivo a un sitio demasiado exótico con el que se explotan los efectos prácticos y se genera el caos suficiente para que algo como esto pueda funcionar relativamente bien.  

Las actuaciones cumplen con un Johan Ray que logra que su delirio tenga un tono exagerado que jamás fastidia y un irreconocible Alex Winter cuyo pintoresco personaje te deja una impresión importante. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score es buen complemento, el trabajo de sonido limpio, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje es de buen nivel.

Opinión final: Destroy All Neighbors está ok. Película extravagante con la que se van a pasar un rato divertido.

Ojometro:
***

martes, 16 de enero de 2024

Crítica: The Rope Curse 3 (2023)

Película dirigida por Shin-Han Liao (The Rope Curse 1 y 2), cuyo guión fue co-escrito por Keng-Ming Chang y Tzu-Ming Ma. Se estrenó en cines dentro de Taiwán en agosto de 2023, mientras que su estreno a nivel mundial se dio en Netflix el pasado 18 de diciembre.

Sinopsis:                               

Un joven escéptico que aspira a ser estrella del parkour y a la vez es hijo de una familia de exorcistas, se ve atrapado en una serie de eventos aterradores dentro de un misterioso hotel.


Comentarios generales:

La verdad es que mi conocimiento sobre The Rope Curse se debe a que normalmente me aparece en las recomendaciones de Netflix, pero nunca me había llamado la atención. Sin embargo, ante la habitual falta de películas a inicios de año me pareció una buena oportunidad para ver las tres películas existentes y saber por qué sigue vigente en Taiwán, aunque sinceramente creo que The Rope Curse 3 puede ser el límite para muchos curiosos como yo.

Y es que lo que presenta Shin-Han Liao para esta tercera entrega ya se siente demasiado forzado y gracias a ello la historia carece del atractivo que las otras dos si llegan a tener, siendo su mayor apuesta la continuidad que le dan a ciertas cosas de la segunda entrega para que en realidad se sienta más como solo una parte de un evento mayor.

Lo malo es que lo que lleva a ese evento resulta demasiado rebuscado y desde muy temprano las situaciones presentadas no logran generar la tensión necesaria para poder vender la idea sobre que el espíritu que está detrás representa un peligro tan grande. Recurriendo a cierto tipo de comedia que no funciona de buena forma y a una serie de recursos que terminan sobreexplotando dentro del hotel con la esperanza de elevar la tensión a niveles aceptables para tratar que las muertes por lo menos tengan algún impacto significativo.

Todo esto con resultados muy pobres que solo provocan que el visionado se vuelva demasiado aburrido a pesar de que el ritmo como tal no es tan lento y así se vayan exprimiendo los minutos hasta que se llegue a una parte final que juega un poco más con los elementos sobrenaturales. Lo cual hace que el desenlace no sea tan gris debido a su extravagancia por medio de la “danza” de siete pasos y el grado emocional aceptable que eso trae consigo para el protagonista. 

Las actuaciones son mediocres en general, siguiendo los patrones exagerados de muchas otras en el cine de terror asiático pero sin lograr en ningún momento que alguno de los personajes te resulte de interés. Mientras que en producción se nota el presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es cumplidor, la dirección de arte no está mal, el score es genérico, el trabajo de sonido resulta efectivo y lo referente a efectos/maquillaje es sencillo.

* Cuenta con una escena post-créditos  

Opinión final: The Rope Curse es mediocre. Secuela absurda que aporta poco o nada a una franquicia poco atractiva.

Ojometro:
**

viernes, 12 de enero de 2024

Crítica: Night Swim (2024)

Película escrita y dirigida por Bryce McGuire, la cual está basada en el cortometraje de 2014 del mismo nombre que co-dirigió junto a Rod Blackhurst. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 5 de enero, recaudando hasta la fecha $20.2 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

La familia Waller se encuentra en búsqueda de un nuevo hogar después de que Ray Waller (Wyatt Russell) se viera forzado a retirarse del beisbol debido a una enfermedad. Y cuando encuentran la casa ideal con una gran alberca parece que sus vidas van por el rumbo correcto, aunque no se imaginan el terrible secreto que guarda dicho lugar. 


Comentarios generales:

Ya he mencionado en ocasiones anteriores que las ideas que funcionan de buena forma en cortometrajes no siempre se traducen en buenos largometrajes, obvio habrá sus excepciones, pero suele ser complicado ver productos redondos. En gran medida porque dichas ideas están concebidas para no tener un desarrollo tan prolongado por las limitantes de tiempo y en el caso de Night Swim eso se manifiesta de manera evidente.

Esto porque lo traído por McGuire es una historia que se va desinflando conforme tiene que presentar mayor información con respecto a lo que rodea a la alberca, dañando así una propuesta que en un inicio resulta bastante efectiva al explotar al máximo su principal fortaleza. La cual radica en la atmósfera tétrica que logran generar por medio de la propia alberca y las tomas acuáticas que ayudan a establecer de una manera hasta cierto punto original a la amenaza; especialmente cuando se trata de exponer el peligro por debajo del agua.

Una fórmula que después de los primeros 35/40 minutos se vuelve insuficiente para mantener el interés debido a que el trasfondo de lo que ocurre con la alberca jamás parece tener un rumbo definido y además el mostrar el deterioro mental de Ray mientras se cura de su enfermedad no resulta tan intrigante como debería. De hecho, conforme esto va tomando forma el ritmo se vuelve más cansino y los momentos pensados para generar impacto no son lo suficientemente eficaces como para ocultar que en realidad las cosas se estancan ante la carencia de sustancia.

Algo que tratan de solucionar durante una parte final en la que se puede decir que lo logran a secas forzando ciertos detalles, aunque eso no evita que se sienta acelerada. Dejándonos ante un desenlace al que indudablemente le hubiera caído bien una mayor profundización y no solo una explicación exprés, pero por lo menos cuenta con la fuerza necesaria para que la sensación de peligro sea considerable y eso lleve a un cierre frio que encaja de mejor manera con lo presentado.

En cuanto a las actuaciones ciertamente Wyatt Russell cumple con lo que se le pide, pero su transformación en una verdadera amenaza para su familia nunca termina por convencerte del todo. Mientras que Kerri Condon (Eve Waller) por momentos logra ser un buen contrapeso y en otros queda parada como un personaje muy débil con poca iniciativa.

Sobre la producción hay que decir que tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es buen complemento, el trabajo de sonido es genial, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Night Swim está pasable. Un concepto interesante que lamentablemente solo se queda en eso.

Ojometro:
***