martes, 20 de mayo de 2025

Crítica: Final Destination: Bloodlines (2025)

Película dirigida por Adam Stein & Zach Lipovsky, cuyo guión fue co-escrito por Guy Busick & Lori Evans Taylor. Se estrenó en cines dentro de México y los Estados Unidos los pasados 15 y 16 de mayo; recaudando hasta la fecha $105.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Atormentada por una recurrente pesadilla, Stefani Reyes (Kaitlyn Santa Juana) descubre que está ligada con su abuela y regresa a casa para encontrar respuestas con su familia. Aunque con esto un ciclo de muertes dará inicio y tendrá que tratar salvar a todos de su inevitable destino.


Comentarios generales:

La franquicia de Final Destination cuenta con la peculiaridad de que muchas personas la perciben como una muy actual gracias a las constantes retransmisiones de las películas o por los memes que se ven internet (principalmente de la escena de la carretera de FD2), pero lo cierto es que tuvieron que pasar 14 años para que New Line/WB se atrevieran a revivirla. Lo cual sin duda representaba un riesgo, pero Final Destination: Bloodlines ha dejado en claro que valió la pena tomarlo.

Ya que Stein y Lipovsky hacen los méritos suficientes para que su película pueda ser considerada como la mejor de la franquicia sin que tengan que cambiar de manera radical la fórmula; de hecho, su principal virtud es que mantienen la estructura que conocemos intacta y solo recurren a ligeras variaciones en cuanto al personaje que tiene la premonición para darle cabida a todo el tema de los lazos sanguíneos. Garantizando con esto que el característico desastre inicial tenga como propósito no solo ofrecer un primer acto con una elevada dosis de brutalidad, sino también establecer una problemática con un poco más de sustancia conforme se van uniendo las piezas detrás de la pesadilla.

Algo que es precisamente lo que le brinda la frescura a una historia cuyo manejo del humor negro también se vuelve importante gracias a que con esto se deja en claro que tampoco se debe tomar tan en serio lo que ocurre en pantalla, sobre todo porque algunas de las escenas de muertes llegan a tener tintes caricaturescos por lo ultra elaboradas que resultan. Aunque afortunadamente esto no representa ningún tipo de problema y las acciones siempre avanzan bajo un ritmo agradable, manteniendo la violencia y la sangre en niveles altos para que la sensación de peligro en los personajes siempre esté presente conforme su brutal destino los va alcanzado.

Siendo esto fundamental para que la parte final maneje un sentido de urgencia importante y por lo mismo se pueda generar una atmósfera tensa durante un desenlace que cuenta con bastante fuerza y que, sobre todo, te deja en shock para cuando llegan los créditos.

De las actuaciones hay que decir que cumplen, teniendo a una Kaitlyn Santa Juana que saca adelante a su personaje y con el resto del elenco complementándola de buena forma considerando lo que son estas películas. Además de que ver por última vez a Tony Todd es bastante especial, sobre todo porque su escena es básicamente una despedida perfecta sabiendo la condición en la que se encontraba en ese momento y que sus palabras fueron improvisadas.

Y en cuanto a producción, sin duda tenemos la entrega más ambiciosa hasta el momento: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es agradable, el trabajo de sonido espectacular, los efectos son de muy buena calidad y la labor de maquillaje efectiva.

Opinión final: Final Destination: Bloodlines me gustó. Película divertida que no se toma tan en serio y que se posiciona como la mejor de la franquicia.

Ojometro:
****

viernes, 16 de mayo de 2025

Crítica: Art Attack! The Dissection of Terrifier 3 (2025)

Documental dirigido por Gary Smart y John Campopiano. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 14 de marzo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Art Attack se centra en la realización de “Terrifier 3”. Explorando sus impresionantes efectos prácticos, el crecimiento de Art the Clown y su impacto dentro del cine de terror moderno. 


Comentarios generales:

Es innegable que la popularidad de Art the Clown es una de las grandes historias dentro del género de terror durante esta década, ya que a pesar de no formar parte de una franquicia de gran renombre ha logrado posicionarse dentro del mainstream para sorpresa de todo mundo, incluso para su propio creador (Damien Leone) y el actor que le da vida. Así que siempre es interesante ver trabajos que tratan de brindarte una idea de los motivos detrás de esto y creo que Art Attack! The Dissection of Terrifier 3 hace un buen trabajo en ese aspecto.

Ya que lo presentado por Smart y Campopiano es un documental que, tal como lo dice su nombre, tiene como principal propósito el centrarse en la filmación de “Terrifier 3”; sin embargo, de manera natural termina inclinándose hacia el impacto del propio personaje y gracias a eso tenemos algo entretenido que no cae en lo monótono considerando que la presentación como tal es muy estándar con entrevistas y material detrás de cámaras que en algunos casos se termina repitiendo.

Brindándonos información sobre el núcleo de personas que han estado detrás de la franquicia desde su inicio, pero especialmente sobre el reto que representó esta tercera entrega debido al incremento en el presupuesto y cómo esto fue fundamental para que los efectos especiales ahora estuvieran a cargo de un estudio externo que los llevara al siguiente nivel. Lo cual resulta interesante debido a que se puede saber más sobre algunos detalles de la caracterización del propio Art the Clown, tales como el hecho de que para las primeras dos películas utilizaban el molde de la cara del anterior actor que le dio vida en “All Hallows' Eve”.

Además, si bien no entran mucho en detalles técnicos, se puede ver de manera lo suficientemente clara distintos tipos de efectos prácticos utilizados en algunas de las escenas más emblemáticas.

Aunque realmente lo más llamativo sin duda llega cuando se empieza a tratar más a fondo la actuación de David Howard Thornton, ya que el éxito del personaje en gran parte recae en su trabajo y aquí se puede notar claramente que todos los involucrados están de acuerdo con eso. Dejando en claro que la violencia tiene mucho que ver, pero también el hecho de que este payaso cuenta con un humor perturbador que la mayoría de las veces se suele ignorar y que probablemente sea mucho más importante que la propia brutalidad para que los fanáticos lo encuentren tan fascinante.

Por último. En cuanto a la producción, la verdad se trata de un documental muy sencillo: la edición es dinámica, el trabajo de sonido limpio y la música complementa de buena manera ciertas partes.

Opinión final: Art Attack! The Dissection of Terrifier 3 me gustó. Buen documental para fans de la franquicia y saber un poco más de lo que hay detrás de esta.

Ojometro:
****

martes, 13 de mayo de 2025

Crítica: The Rule of Jenny Pen (2025)

Producción neozelandesa dirigida por James Ashcroft, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Eli Kent. Se estrenó en cines dentro de Nueva Zelanda el pasado 20 de marzo, mientras que su salida en VOD se dio el día 28 del mismo mes.

Sinopsis:

Confinado en un asilo de ancianos y atrapado dentro de un cuerpo afectado por un derrame cerebral, el ex juez Stefan Mortensen (Geoffrey Rush) debe de detener a un anciano psicópata (John Lithgow) quien emplea a una marioneta para aterrar a los residentes con consecuencias mortales.


Comentarios generales:

Honestamente no tenía conocimiento de la historia corta en la que está basada, pero el simple hecho de tener involucrados a dos tremendos actores como Geoffrey Rush y John Lithgow era razón más que suficiente para ver The Rule of Jenny Pen. Una película que ciertamente no hizo mucho ruido, pero que ha resultado ser una de las sorpresas en lo que llevamos del año.

Y es que lo traído por Ashcroft es una historia relativamente simple que explota no solo los miedos convencionales ligados al género, sino que además nos propone una visión sobre lo aterrador que es envejecer y que tu cuerpo como tal se deteriore sin que puedas hacer mucho para evitarlo. Provocando que el primer acto pueda ser un poco tedioso dado a que se le da prioridad a mostrar la banalidad de los asilos y lo abandonado que uno puede llegar a sentirse en esos lugares, lo cual ayuda a establecer una atmósfera de soledad alrededor de Stefan.

Aunque sin duda es hasta la aparición de Dave Crealy cuando las cosas empiezan a resultar más interesantes, ya que con su sola presencia el tono cambia y la sensación de peligro se incrementa de golpe ante sus actitudes que también hacen referencia a un tema como el bullying. Convirtiéndolo así en una figura siniestra que tiene muchas ventajas sobre el resto de los residentes y que, al ponerlo junto a Stefan, genera un juego psicológico muy fuerte con el que se construyen momentos de buen suspenso que lo posicionan como una amenaza impredecible que no parece tener ningún tipo de obstáculo para lograr sus objetivos en el momento que le plazca.

Una situación que por algunos lapsos puede llegar a ser frustrante ante la ineptitud de quienes manejan el lugar, pero que indudablemente hace que cada pequeña victoria en su contra por parte de Stefan sea gratificante y gracias a eso va creciendo el interés sobre cómo podrá salir avante durante la parte final.  

La cual realmente no pretende mostrar más de lo necesario y la manejan de una manera un tanto predecible; sin embargo, esto no significa que sea mala. Apostando más hacia una simpleza que solidifique la idea de que Dave en realidad no es nada especial y con ello darle un cierre seco al conflicto que funciona de manera convincente.

Sobre las actuaciones hay que mencionar que tenemos a dos monstruos de este negocio que cargan prácticamente solos toda la película. Con Geoffrey Rush dándole vida de manera impecable a un hombre obstinado que no está preparado para lidiar con su vejez y con un tremendo John Lithgow que logra ser aterrador en prácticamente cada escena en la que aparece, incluso en aquellas en las que solo tiene que estar parado acechando a alguien. 

Y en cuanto a producción, la verdad se tiene una factura bastante discreta: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, el score cumplidor, el trabajo de sonido es limpio y todo lo relacionado a efectos/maquillaje no presenta demasiada complejidad.  

Opinión final: The Rule of Jenny Pen me gustó. Sin duda una de las gratas sorpresas que ha dejado el 2025.

Ojometro:
****

miércoles, 7 de mayo de 2025

Crítica: Opus (2025)

Película escrita y dirigida por Mark Anthony Green. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de abril, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 6 de junio.

Sinopsis:

Ariel Ecton (Ayo Edebiri) es una escritora que viaja a la propiedad del icono de la música pop Alfred Moretti (John Malkovich), quien regresó al ojo público tras años de ausencia. Aunque al estar rodeada de su culto de psicópatas, así como de un grupo de colegas periodistas, pronto descubrirá que en ese lugar pasa algo retorcido.


Comentarios generales:

En pleno 2025 pareciera que hacer una película sobre cultos no es precisamente lo más atractivo y mucho de eso se debe a que es un tema al que cuesta trabajo darle frescura dado a que prácticamente todas siguen el mismo patrón. Por ello es que hay ciertas cosas que suelen ser obligatorias para tratar que el producto final obtenga los mejores resultados, pero al parecer esto no se lo informaron a quienes hicieron Opus.

Ya que lo traído por Mark Anthony Green es un thriller bastante aburrido que desde los primeros minutos deja en manifiesto que la dinámica del culto no será algo tan determinante como normalmente se espera y mejor se opta por tratar de centrar todo en la extravagancia del personaje de Alfred Moretti. Lo cual no suena tan mal, sin embargo, lo poco interesante que resulta nuestra protagonista hace que las escenas en las que este no aparece tanto tiempo en pantalla sean irrelevantes y por lo mismo toda la primera mitad se siente vacía.

Ocasionando que el ritmo sea pesado y no lo puedan revertir incluso cuando las acciones empiezan a tornarse un poco más siniestras en lo que se refiere al destino de los periodistas y a revelaciones obvias que no aportan demasiado a la trama. Aunque también hay que decir que cuando se le da rienda suelta a la locura se tiene un ligera mejoría porque, ante lo plano que había sido todo lo anterior, cualquier incremento en el nivel de intensidad se vuelve una bocanada de aire fresco; especialmente porque el director no tiene demasiado interés en construir momentos memorables que logren incrementar la sensación de riesgo de manera significativa.

Dejándonos así ante una parte final que de entrada parece que llevará las acciones a otro nivel, pero en la práctica carece del atrevimiento necesario para generar impacto. Optando mejor por un desenlace mucho más pasivo que, si bien es algo sorpresivo, tampoco  resulta tan convincente.

En lo que se refiere a las actuaciones, la verdad Ayo Edebiri deja mucho que desear como la protagonista debido a que en ningún momento logra reflejar esa preocupación extrema por todo lo raro que ocurre y en general su actuación es muy plana. Aunque, por otra parte, John Malkovich es la única luz en todo esto con su personaje exótico que acapara por completo tu atención cada que sale en pantalla. 

Y en cuanto a la producción, es de una factura discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sólida, el score funcional, el trabajo de sonido no tiene fallos y todo lo referente a efectos/maquillaje es bastante simple.

Opinión final: Opus es decepcionante. Película aburrida y poco dispuesta a explotar su mayor atractivo.

Ojometro:
**