viernes, 22 de enero de 2016

Crítica: Intruders (2016)


Película escrita por la dupla T.J. Cimfel / David White, la cual significa el primer largometraje para el director Adam Schindler. Se estrenó directamente en VOD y plataformas digitales el pasado 15 de enero dentro de los Estados Unidos y se tiene planeada su salida en DVD para el próximo 1 de marzo.

Sinopsis:

Anna Rook (Beth Riesgraf) sufre de una agorafobia tan aguda que, incluso cuando tres ladrones entran a su casa para robar, ella no es capaz de salir huyendo. Esto la pone en serios predicamentos; sin embargo, lo que los ladrones no saben es que esa es la menos peligrosa de todas sus psicosis.



Comentarios generales:

Cuando tuve la oportunidad de ver el tráiler de Intruders durante el año pasado lo primero que se me vino a la mente fue que revelaba demasiados detalles y eso definitivamente perjudicaría a la película, lo cual al final de cuentas ocurrió. Acentuándose mucho más al ser parte de un subgénero como el de invasión de casas cuyo grado de originalidad en estas épocas no suele ser muy elevado y que sin el factor sorpresa suele generar trabajos poco emocionantes como este.

Los cierto es que Schindler durante el primer acto se dedica a seguir al pie de la letra cada regla conocida en este tipo de historias, regalándonos una introducción muy bien diseñada para dejar en claro que nuestra protagonista no es una persona común y que ciertamente existe algo mucho más siniestro detrás de la relación con su moribundo hermano para generar dudas. Lo cual se combina con el hecho de que no se toma mucho tiempo para iniciar las acciones del robo, proporcionando así un ritmo más dinámico del habitual que provoca una serie de interacciones bastante intensas que te demuestran el verdadero peligro que significan estos individuos al verse atrapados en una situación para la cual no estaban preparados.

Evidentemente lo interesante llega ya en el segundo acto cuando el juego cambia y ahora los cazadores son las presas, sobre todo porque el nivel de violencia aumenta de manera importante y porque resulta más que interesante el ver como son explotadas todas las sorpresas que guarda la casa. Igualmente, es a partir de aquí cuando uno en verdad empieza a sentir empatía por Anna, cuyas intenciones nunca son precisamente malas e incluso parecen entendibles; sin embargo, una vez que ella logra estar bajo control total de la situación la película decae de manera importante no solo gracias a la falta de sorpresa originada por el tráiler, sino porque además todo se vuelve tedioso y el director nunca puede volver a elevar los niveles de tensión por más que lo intenta.

El final tampoco es muy bueno. Si se te revelan los motivos por los cuales Anna está tan traumada, pero todo es por medio de largos diálogos que pretenden ponerla en una situación incómoda al recordar su pasado y así quebrarla; quitándole mucha fuerza a lo que uno esperaría fuera un desenlace, si bien no sangriento o espectacular, si uno mucho más impactante.

Las actuaciones no están nada mal, tanto Rory Culkin (Dan) como Jack Kesy (J.P.) y Martin Starr (Perry) resultan muy convincentes en sus respectivos roles; aunque definitivamente quien se lleva toda la atención es Riesgraf con su personaje de dos caras a la cual simplemente no puedes odiar. La producción no es nada del otro mundo: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte de la casa no está mal, cuenta con un muy buen score y trabajo de sonido; mientras que los efectos en general son discretos.

Opinión final: Intruders está ok. Tiene sus momentos, pero la falta de sorpresa e intensidad la afectan demasiado.

Ojometro:
***