viernes, 12 de abril de 2019

Crítica: Book of Monsters (2019)


Película dirigida por Stewart Sparke (The Creature Below) y escrita por Paul Butler. Se estrenó de manera limitada en cines, VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos el pasado 19 de marzo.

Sinopsis:

El cumpleaños número 18 de Sophie (Lyndsey Craine) se vuelve un auténtico baño de sangre cuando un grupo de monstruos aparecen en su casa y empiezan a devorar a sus invitados. Situación que la obligará a trabajar junto a sus amigas para regresar a los aguafiestas directo al infierno.



Comentarios generales:

Existen películas a las cuales resulta complicado encontrarles interés incluso con campañas de publicidad muy grandes y, por otra parte, hay películas que captan tu atención de manera inmediata con tan solo un escueto trailer o artes promocionales. No hay una ciencia exacta que defina esto y en el caso de Book of Monsters lo segundo fue lo que ocurrió, ya que no necesitó de demasiado para venderme su idea o su principal meta. Una que cumple al pie de la letra.

Y es que la intención de lo que nos trae Sparke en todo momento era ofrecer un espectáculo de muerte, humor y sangre que hiciera recordar trabajos de la década de los 80s, lo cual logra de manera aceptable; aunque no sin sus contratiempos. Unos que se presentan más que nada durante un primer acto que se sustenta en el humor, pero en un humor muy básico que no funciona tan bien al verse ejecutado por una serie de personajes con los estereotipos juveniles habituales y que realmente solo sirve para perder tiempo mientras llega el baño de sangre.

Uno que afortunadamente no tarda demasiado y que hace que la película tome un ritmo distinto que nunca disminuye, ya que la aparición de los monstruos genera un caos en el que todo consiste en ver no solo cómo masacran a muchos jóvenes de manera graciosa, sino también el poder apreciar el diseño con el que cuentan. En algunos casos con un trabajo de edición poco favorable ante las transiciones rápidas que se presentan, pero en su mayoría las cosas fluyen de gran manera para contemplarlas y, al mismo tiempo, ir desenvolviendo el misterio que rodea al libro para añadir algo de sustancia que le brinde cierta forma a una historia cuyo sustento es exageradamente simple.

La parte final es efectiva. Por momentos se siente algo acelerada, sin embargo, el propósito de unir a este grupo de amigas para acabar con el villano principal se da de manera divertida y hasta cierto punto se deja preparado todo para una posible secuela.  

Las actuaciones están ok, no son nada particularmente memorables pero llevan a buen camino la mayoría de las situaciones presentadas. La producción es donde más resalta por aspectos específicos: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte cumple, el score resulta buen complemento, el trabajo de sonido no es el más limpio, los efectos son 100% prácticos bien hechos y la labor de maquillaje sólida.

Opinión final: Book of Monsters está entretenida. Película para pasar el rato viendo monstruos y efectos hechos a la vieja escuela.

Ojometro:
***