martes, 23 de abril de 2019

Crítica: The Curse of La Llorona (2019)


Primer largometraje del director Michael Chaves, el cual fue co-escrito por Mikki Daughtry y Tobias Iaconis. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México durante este pasado fin de semana, recaudando hasta la fecha $55.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Ignorando las advertencias de una madre sospechosa de maltrato infantil, una trabajadora social y sus dos pequeños hijos se ven sumergidos en la maldición de La Llorona. En total peligro y sin saber qué hacer, su única opción será un ex sacerdote cuyos métodos poco convencionales harán que la maldad y la fe se enfrenten en una batalla donde las vidas de todos están en juego.



Comentarios generales:

Resulta extraño que una película que oficialmente forma parte del universo de The Conjuring haga todo lo posible para dejar este importante detalle fuera de la campaña de publicidad, sobre todo porque eso puede significar un impulso extra para que la gente vaya a verla. Por eso mismo es que The Curse of la Llorona me llamaba la atención, ya que ese no es un detalle menor y quería saber por qué se tomó tal decisión considerando que los elementos estaban ahí para explotar dicha relación, algo que después de verla terminas comprendiendo de manera bastante rápida.  

Y es que estamos ante una película que a todas luces fue un tipo de examen para ver si Chaves tenía lo necesario para encargarse de The Conjuring 3 debido a que, aunque está basada en una leyenda mexicana muy popular, lo cierto es que se trata de una historia estándar que no exige demasiado y cuya conexión con el universo es mínima.

La cual realiza su construcción de una manera bastante básica con apenas los detalles necesarios sobre La Llorona y sustentando todo, al menos durante la primera media hora, en un caso de supuesto abuso infantil con el que se va generando una atmósfera oscura bien lograda. Complementándola con una serie de eventos que involucran a los niños en donde se establece la peligrosidad del fantasma por medio de sustos fáciles y una problemática con respecto a la madre que agrega cierto nivel de drama.

Lo malo es que una vez que se define la situación de la familia las cosas se empiezan a volver un tanto aburridas y más que nada se debe a que se exagera en el uso de los sustos fáciles, haciendo que cada aparición de La Llorona sea sumamente predecible. Volviendo así la dinámica bastante repetitiva hasta el punto de que por momentos la película se empieza a sentir larga a pesar de que el ritmo no es particularmente lento; simplemente las acciones se estancan y ni siquiera la integración de un personaje para añadir un toque cómico ayuda demasiado para cambiar eso.

Afortunadamente la parte final logra corregir el rumbo, convirtiendo esto esencialmente en una cuasi historia de posesión de casas que eleva la intensidad de las acciones y devuelve el dinamismo perdido. Añadiendo algo que se siente sin duda un tanto forzado, pero otorgando un desenlace potente que funciona para cerrar lo que en teoría es un experimento sin grandes repercusiones a futuro dentro del universo cinematográfico al que pertenece.

De las actuaciones sin duda hay que resaltar el trabajo de Linda Cardellini (Anna), ella es el alma de la película y quien hace que muchas de las situaciones tengan un impacto mucho mayor; aunque también la labor de los dos niños que interpretan a sus hijos me agradó. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, tiene un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos no son precisamente espectaculares pero están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Curse of la Llorona está aceptable. Película para pasar el rato y nada más.

Ojometro:
***