martes, 20 de agosto de 2019

Crítica: Scary Stories to Tell in the Dark (2019)


Película basada en los libros escritos por Alvin Schwartz, la cual está dirigida por André Ovredal (The Troll Hunter) y cuyo guión fue escrito por Dan y Kevin Hageman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 9 de agosto, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $54.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En Halloween de 1968 un grupo de amigos entran a una mansión abandonada donde encuentran un libro de historias de terror escrito por la misteriosa Sarah Bellows. Al inicio parece una simple anécdota adolescente, pero pronto se darán cuenta que dichas historias son reales… y ellos son los protagonistas.



Comentarios generales:

Actualmente Guillermo del Toro es uno de los personajes más importantes dentro de Hollywood y para nuestra suerte es un amante del terror como pocos, abriendo así las puertas para proyectos que hasta hace no mucho parecía imposible que se pudieran realizar. Sin embargo, si algo ha demostrado el director mexicano es que en ocasiones suele involucrarse en muchos proyectos a la vez y luego no le da tiempo para supervisarlos, provocando con esto que los resultados no siempre sean los esperados; aunque en el caso de Scary Stories to Tell in the Dark afortunadamente eso no se da.

Ya que es muy claro que tanto él como Ovredal querían realizar un trabajo que fuera lo más fiel posible al material original y ante esto el cuidado en los detalles se puede notar en todo momento dentro de una película que en esencia es una antología, pero que nunca se maneja bajo la estructura tradicional de estas. Generando así una historia mucho más adecuada para un público mainstream en la que se utilizan situaciones básicas y cierto humor para presentar a los personajes y brindar algo de contexto con respecto a la mansión, la cual al momento en que aparece en pantalla establece de inmediato el tono que predominará por lo que resta del metraje.

Un aspecto muy importante considerando que, una vez que se empiezan a desarrollar las historias del libro, la atmósfera se torna mucho más oscura y gracias a esto las apariciones de los peculiares monstruos logran tener un gran impacto a pesar de que lo que vemos no son precisamente situaciones tan innovadoras o extremas. Simplemente se trata de generar terror con fórmulas clásicas bien implementadas que, al complementarlas con un estilo visual de alto calibre, logran que la sensación de peligro para estos adolescentes siempre esté presente y con ello el ritmo sea uno dinámico la mayor parte del tiempo.

Aunque no solo se trata de ir presentando increíbles monstruos, sino que también se va desenvolviendo un misterio que le añade más sustancia al tema de Sarah Bellows y eso ayuda a darle un propósito a los personajes más allá de estar huyendo del peligro; forzándolos a tomar decisiones que en algunos casos son absurdas para recordarte su corta edad, pero que también los posicionan con un nivel de inteligencia mucho mayor al acostumbrado.

Lo cual lleva a una parte final en donde ambas cosas se entrelazan de manera orgánica para ofrecer un desenlace con un nivel de intensidad agradable en el que se logra construir un cierre un tanto predecible (mas no malo) y, de paso, dejar abierta la puerta para una posible secuela.

Las actuaciones son buenas en general, por ahí hay un caso que por momentos raya en lo caricaturesco pero todos cumplen; en especial Zoe Margaret Colletti (Stella) creo que hace una labor destacada. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido sólido, los efectos están impecables y la labor de maquillaje es de primer nivel con el diseño de todos los monstruos.

Opinión final: Scary Stories to Tell in the Dark me gustó. Una película de corte clásico que se posiciona como una de las mejores de 2019.

Ojometro:
*****