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martes, 28 de marzo de 2023

Crítica: Children of the Corn (2023)

Nueva adaptación del cuento de Stephen King, la cual está escrita y dirigida por Kurt Wimmer. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos el 3 marzo y en VOD el pasado 21 de marzo, mientras que su salida en formato físico está confirmada para próximo 9 de mayo.

Sinopsis:

En un pequeño pueblo de Nebraska la pequeña psicópata Eden (Kate Moyer) recluta a todos los niños para iniciar una masacre y deshacerse de todos los adultos. Aunque para su mala suerte encontrará la resistencia de Bo (Elena Kampouris), quien se convierte en la única esperanza para sobrevivir.


Comentarios generales:

No está muy claro si Dimension Films sigue manteniendo o no los derechos de la franquicia de Children of the Corn debido a que esta nueva adaptación no cuenta con su participación, pero si algo nos enseñó el remake de 2009 (donde tampoco la tuvo) es que no nos podemos confiar de eso debido a que las marañas legales en la industria cinematográfica muchas veces son indescifrables y bien podrían sacar otra secuela al vapor en unos años para seguir exprimiéndola.

Teniendo eso en cuenta, tampoco se puede negar el hecho de que este nuevo inicio generó muchas expectativas como no ocurría probablemente desde la entrega original de 1984, tenía absolutamente todo a su favor para sorprender y seguir el camino de otras franquicias que adoptaron dicho camino en años recientes. Sin embargo, el resultado final deja mucho que desear.

Y no es porque lo traído por Wimmer me parezca una atrocidad ni nada por el estilo, pero su inexperiencia dentro del género de terror hace que una historia que todos conocemos se vuelva aburrida e incluso se sienta vacía por grandes lapsos. Sobre todo durante unos primeros 40 minutos en donde el ritmo es lento y por lo consiguiente lo que ocurre en pantalla te resulta pesado ante la incapacidad para construir suspenso por medio del conflicto entre los adultos y los niños, el cual tiene bases interesantes que justifican de cierta forma las acciones de estos últimos, más nunca se logra establecer de manera sólida ese lado perturbador que evite el pensamiento de que es un tanto absurdo lo que hacen.  

Un pensamiento que eventualmente se diluye un poco debido a que con la llegada del segundo acto las cosas mejoran por el inicio de la masacre dado a que no solo se genera una atmósfera de alto riesgo, sino que además existen algunas muertes que añaden un impacto adecuado tanto desde el lado visual como del emocional. Además a partir de aquí es cuando finalmente se empieza a explotar de mejor manera al personaje de Eden, quien con el pasar de los minutos se va volviendo más inestable y eso hace que cualquier escena con ella contenga un nivel de tensión elevado por el peligro que representa.  

Desafortunadamente dicha mejoría no se mantiene durante una parte final que toma un riesgo importante con respecto a “He Who Walks Behind the Rows” que hay que aplaudir por intentar algo nuevo, pero no funciona de la mejor manera. Haciendo que el desenlace parezca de otro tipo de película, planteando preguntas que no se responden y en general dejando un cierre que carece de la potencia suficiente como para causar una mejor impresión.

Sobre las actuaciones, la verdad es que lo mejor de la película es Kate Moyer porque logra darnos una versión alterna de Isaac muy efectiva y perturbadora. Lo malo es que no se le explota lo suficiente en pantalla por enfocarse más en Bo y todo su heroísmo, opacando los aspectos más oscuros que sin duda le hubieran ayudado al producto final.

En cuanto a producción se nota que no tuvo mucho presupuesto: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no presenta nada fuera de lo normal, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es sólido, los efectos tienen altibajos (sobre todo en el uso de CGI) y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Children of the Corn es mediocre. Está lejos de ser la peor de la franquicia, pero plantea nuevamente la pregunta sobre si no sería mejor dejarla morir.

Ojometro:
** 

jueves, 15 de marzo de 2018

Crítica: Children of the Corn: Runaway (2018)


Décima entrega de la franquicia, la cual está dirigida por John Gulager (Feast, Piranha 3DD) y cuyo guión fue escrito por Joel Soisson. Se estrenó directamente en VOD y DVD este pasado 13 de marzo dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Ruth (Marci Miller) escapa del culto en Gatlin, Nebraska mientras se encuentra embarazada. Trece años después ella sigue moviéndose de un lugar a otro para tratar de proteger a su hijo de lo que alguna vez experimentó, aunque cuando se establecen en un pequeño pueblo de Oklahoma su pasado parece haberla alcanzado una vez más. 



Comentarios generales:

Siempre me ha parecido bastante curioso como un relato corto de Stephen King ha sido capaz de generar una de las franquicias más prolíficas del cine de terror, ya que ese material daba a lo mucho para dos entregas y eso siendo benévolos. Hasta cierto punto es una proeza que sería mayormente reconocida de no ser porque quien está detrás de todo esto es Dimension Films, si… ese estudio cuyas únicas motivaciones solo son el tratar de mantener los derechos de franquicias a como dé lugar sin importar la calidad del producto. Situación que tristemente se vuelve a repetir con Runaway.

Y es que en esta ocasión se puede notar a todas luces que la prisa fue demasiada por sacarla, provocando así que lo que nos trae Gulager se sienta como algo ajeno a lo que conocemos. Obvio aquí tenemos elementos característicos como graneros, pequeños restaurantes o carreteras solitarias para brindar cierto nivel de familiaridad, pero el hecho de que el peso de la historia se sustente en Ruth y no en el culto hace que desde muy temprano la película caiga en un territorio poco interesante; no tanto porque la idea de explorar la vida de alguien que logró escapar sea mala, sino porque realmente nunca parecen saber cómo desarrollarla más allá de algunas alucinaciones o flashbacks.

Pasan los minutos y no se ven avances, todo se queda estancado en una rutina repetitiva que no ayuda en nada para que los personajes evolucionen en su nuevo entorno o mínimo para generar una sensación de riesgo latente. Ya que, con excepción de la aparición de una niñita, los momentos destinados para proporcionar terror son mínimos y por lo regular terminan siendo intrascendentes ante el poco seguimiento que se les da, Teniendo como consecuencia que estos queden parados más como eventos aislados que proporcionen un impacto deficiente y no para ayudar a aclarar lo que le ocurre a nuestra protagonista.

La parte final es decente, sobre todo porque es más o menos donde por fin logras sentir que estás viendo una Children of the Corn. Los traumas de Ruth siguen siendo el punto central para añadir un toque de misterio que no es tan complicado de descifrar, pero al contar con momentos más violentos el filme puede cerrar con cierta fuerza. Aunque no sin dejar varias cosas sin respuesta (sobre todo con respecto al hijo).

En el tema de las actuaciones Marci Miller no lo hace mal, cuenta con el personaje con mayor nivel de complejidad y al menos logra que uno se preocupe por ella durante varios lapsos de la película. En cuanto a la producción, definitivamente se nota que contó con un presupuesto muy corto: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es pobre, el score no está mal, el trabajo de sonido cumple, los efectos son arcaicos y la labor de maquillaje no tiene mucho que destacar.

Opinión final: Children of the Corn: Runaway es una pérdida de tiempo. Otra secuela mediocre hecha al vapor para poder mantener los derechos por varios años más.

Ojometro:
**