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lunes, 17 de octubre de 2022

Crítica: Halloween Ends (2022)

Tercera entrega de la trilogía dirigida por David Gordon Green, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Paul Brad Logan, Chris Bernier y Danny McBride. Se estrenó en cines dentro de México el pasado 13 de octubre y un día después lo hizo dentro de los Estados Unidos, recaudando hasta la fecha $58.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuatro años después de los brutales acontecimientos en Haddonfield, Laurie (Jamir Lee Curtis) y Allyson (Andi Matichak) tratan de seguir con sus vidas debido a que no se ha visto a Michael Myers desde entonces. Aunque pronto tendrán que enfrentar a la maldad por una última ocasión.  


Comentarios generales:

En la larga historia de la franquicia existen dos entregas que dividen a los fans de manera importante: Halloween III y el remake de 2007 dirigido por Rob Zombie. Siendo casi imposible que exista un consenso con respecto a estas debido a que se trata de películas que en su momento buscaron hacer cosas distintas a lo esperado y por ello resuenan de manera tan diferente dependiendo del gusto de cada persona, brindándoles así un estatus peculiar que a partir de ahora indudablemente tendrán que compartir junto a Halloween Ends.

Y es que la conclusión de David Gordon Green para su trilogía y la historia de Laurie Strode con Michael Myers toma un camino sorpresivo en el que se sustenta profundamente en el desarrollo de personajes y no tanto en los acontecimientos que llevaron a su situación actual, añadiendo además un nuevo personaje (Corey) que se termina convirtiendo básicamente en la figura central de la trama. Lo cual hace que la película se sienta un tanto extraña debido a que durante su primera mitad difícilmente se podría decir que se trata de una Halloween gracias a la ausencia de elementos slasher característicos de la franquicia, pero sobre todo porque figuras centrales pasan a ser relegadas a situaciones secundarias mientras nos familiarizamos con este nuevo rostro.

Situación que provoca que el ritmo sea pesado y mucho de lo que ocurre deje sensaciones más de un inicio que de una conclusión, especialmente cuando se empieza a visualizar hacia donde van las cosas cuando la relación entre Allyson y Corey adquiere mayor seriedad. Algo que sin duda proporciona escenas que van elevando el nivel de intensidad poco a poco para que, una vez que se entre a la segunda mitad, las cosas resulten mucho más familiares al exponernos a una problemática que de cierta forma integra la pregunta sobre si la maldad ya se trae por dentro o si se adquiere por el entorno en el que se vive; dándole pasó al inicio de la violencia que inmediatamente le agrega a la dinámica una mayor fluidez, así como un nivel de impacto elevado con varias muertes bien logradas.

Aunque sin duda lo más importante es que a partir de esto tanto Laurie como Michael Myers vuelven a adquirir protagonismo para ir construyendo rumbo a la parte final lo que en realidad el espectador quiere ver. Dejándonos así un desenlace que nos pone ante un enfrentamiento decisivo que se da de manera un tanto forzada, pero que a pesar de todo es muy contundente y no tiene miedo en darle un cierre definitivo a la trilogía.

Sobre las actuaciones, Jamie Lee Curtis lo sigue haciendo realmente bien y Andi Matichak muestra una mayor carga emocional. Aunque en realidad quien más destaca es Rohan Campbell como Corey al ser el verdadero protagonista de la película con un personaje un tanto complejo con el que pueden manejar distintos tonos conforme su locura se va incrementando.  

En cuanto a producción una vez más tenemos una factura similar a la vista anteriormente, pero con  algunas ligeras mejoras: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es magistral (tal vez el mejor de la trilogía), el trabajo de sonido es estupendo, los efectos están bien cuidados y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Halloween Ends está ok. Película divisiva que se puede ver para pasar el rato, pero que está lejos de ser la conclusión memorable que se esperaba. 

Ojometro:
***

lunes, 18 de octubre de 2021

Crítica: Halloween Kills (2021)

Secuela directa de la película de 2018 dirigida por David Gordon Green, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Teems y Danny McBride. Se estrenó en cines tanto en México como los Estados Unidos el fin de semana pasado, recaudando $55.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de sobrevivir al incendio planeado por Laurie Strode (Jamie Lee Curtis), Michel Myers sigue con su sed de sangre en la noche Halloween. Aterrando nuevamente a toda la comunidad de Haddonfield, quienes están dispuestos a pelear para acabar con el mal que los ha marcado durante los últimos 40 años.


Comentarios generales:

Después del más que exitoso regreso de la franquicia en 2018 era casi un hecho que Halloween Kills tendría que cargar con un peso enorme para hacerle seguimiento a lo logrado por David Gordon Green y compañía, convirtiéndola probablemente en la película con mayores expectativas dentro del género en 2021. Las cuales además eran sumamente variadas debido a que cuando se trata de Halloween cada quien tiene un gusto diferente debido a que así como hay quienes prefieren el enfoque más simple de hace tres años, también hay quienes solo quieren ver muertes al por mayor y eso vuelve complicado satisfacer a todo mundo.

Por eso resulta interesante ver que para esta secuela el enfoque utilizado por Gordon Green sea uno totalmente distinto a lo que hizo anteriormente, ya que ahora se enfoca precisamente en el caos alrededor de Michael Myers para apelar a la audiencia que quiere ver un slasher más estándar y utilizar dicha simpleza como la vía para darle mayor peso en la historia a la manera en la que comunidad de Haddonfield lidia con su trágico pasado y su aterrador presente.

Algo que se puede notar desde un primer acto que añade nuevo contenido con respecto a los sucesos que ocurrieron en 1978 y que unen de manera muy orgánica con los actuales para ir re-introduciendo a personajes que regresan, mientras que a su vez se le da rienda suelta a nuestro inexpresivo asesino. Quien realmente en esta ocasión se vuelve el centro de atención por medio de masacres que resultan espectaculares gracias al lujo de violencia con el que cuentan y que lo establecen como un ser omnipotente que puede desestabilizar a todo un pueblo solo por su nombre y lo que este representa.

Lo cual hace que poco a poco se vaya acumulando tensión hasta que en determinado punto explote y eso provoque inmediatamente que las acciones impulsadas por el miedo de los pobladores se vuelvan todavía más frenéticas, incrementando el ritmo de manera importante para que sea precisamente esa sensación de caos el principal sustento de una segunda mitad de la película que no brinda respiro alguno. Aunque al darle más prioridad a este aspecto también se termina sacrificando un poco el desarrollo de la historia de Laurie, Karen y Allyson, quienes por momentos incluso se sienten como personajes secundarios cuando, en teoría, ellas tendrían que ser las encargadas de acabar con todo esto.

Situación que resulta complicado dejar pasar de largo y que lleva a un lapso de instabilidad en las acciones, sobre todo por algunos comportamientos de la gente del pueblo que pueden llegar a ser un tanto ridículas o con poco sentido; sin embargo, durante la parte final se destaca un aspecto importante ligado a Michael Myers que justifica el hecho de que Laurie no esté cerca para hacerle frente (ligado con lo que vimos en la de 2018) y por lo consiguiente tenemos un desenlace distinto al que probablemente muchos esperaban. Donde nuevamente el nivel de violencia está a tope para proporcionar impacto visual y que deja un cierre interesante para lo que será la próxima entrega.

En el tema de las actuaciones no tenemos a alguien que destaque de manera individual, ya que ahora el elenco se expandió significativamente y todo se trata de darle relevancia a los actos de la comunidad como tal. Aunque Jamie Lee Curtis, Judy Greer y Anthony Michael Hall (Tommy Doyle) tienen buenos momentos.

Y con respecto a la producción, la factura es impecable: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es fabuloso nuevamente, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son de primer nivel y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Halloween Kills se me hizo bastante divertida. Secuela más violenta y caótica que expande el mito de Michel Myers como nunca antes.

Ojometro: 
****

domingo, 21 de octubre de 2018

Crítica: Halloween (2018)


Secuela directa del clásico de 1978 dirigida por David Gordon Green, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Danny McBride y Jeff Fradley. Se estrenó dentro de los Estados Unidos y México este pasado 19 de octubre.

Sinopsis:

Laurie Strode (Jamie Lee Curtis) se prepara para su confrontación final con Michael Myers, la figura enmascarada que lleva atormentándola desde que ella apenas escapó con vida de su ola de asesinatos en la noche de Halloween hace cuarenta años atrás.



Comentarios generales:

Cuando se trata de Halloween suelo ser increíblemente quisquilloso debido a que es mi película favorita y todo lo relacionado a esta lo he tratado con pinzas desde siempre. Es por eso que cuando se anunció este nuevo proyecto me encontraba escéptico, al final de cuentas hablamos de una franquicia que ha tenido más puntos bajos que altos y que parecía ya no tener futuro; sin embargo, conforme se fueron revelando detalles esta nueva entrega se volvía cada vez más atractiva y para nuestra fortuna cumple de manera sobresaliente al ofrecer lo que, en teoría, es un nuevo inicio.

Y lo hace de la manera más inteligente posible gracias a que Gordon Green regresa a las bases que en su momento Carpenter estableció, al darle prioridad a lo básico en lugar de tratar de sobre elaborar un tema al que claramente lo beneficia más la simpleza. Estableciendo desde el primer instante que Michael Myers es la maldad pura, que su deseo de matar es impulsado por eso y que no hay nada más que explicar al respecto; generando así rápidamente el camino a seguir para eliminar del canon a las secuelas que fallidamente trataron de hacerlo y, de paso, empezar a contarnos una historia que es prácticamente la misma que en 1978 con una notable diferencia.

Obvio esa diferencia es el personaje de Laurie Strode, quien ahora vive obsesionada con Myers y es la única que entiende a la perfección su naturaleza al grado de que ha hecho pedazos su vida para mantenerse en su propio mundo de alerta constante. Sirviendo así como el hilo conductor durante un primer acto en el que ciertamente no pasan grandes sobresaltos, pero que te suelta lo necesario sobre el drama familiar y prepara el camino para el caos que está por venir sin demasiadas prisas; dosificando todo para que cuando el mítico asesino haga su movimiento este resulte salvaje.

Y es que si bien la película le da más relevancia al misterio, cuando pretende añadir impacto no se guarda nada. Varias de las muertes en cámara agregan el nivel de intensidad y sangre necesaria para compensar a las que se dan fuera de esta durante un segundo acto que, además, nos presenta sutiles referencias a las ahora ignoradas secuelas y hace sentir a Myers como una amenaza casi omnipotente por medio de cosas tan sencillas como ocultarlo entre la oscuridad.

Hasta aquí las cosas van muy bien, por ahí existen algunos detalles que no funcionan (cierto humor y escenas random como una plática sobre un sándwich), pero es el enfrentamiento final la que la eleva a algo más. Con Laurie transformando su “jaula” en una verdadera trampa con la cual vuelve a demostrar que solo ella entiende a ese mal andante y en donde se dan los momentos más tensos de toda la película, los cuales se ven complementados con varios guiños a la original re- imaginados de manera perfecta.

En las actuaciones es bastante sólida, pero evidentemente quien resalta es Jamie Lee Curtis con un papel que conoce como la palma de su mano y no decepciona con este nuevo enfoque obsesivo. La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte sólida, el score (cortesía del propio Carpenter) es genial, cuenta con un trabajo de sonido excelente y tanto los efectos como la labor de maquillaje cumplen. 

Opinión final: Halloween es una de las mejores películas de 2018. Una tan necesaria reinvención que regresa a la franquicia a sus bases para ofrecer una experiencia que no decepcionará a los fans.

Ojometro:
*****