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viernes, 23 de junio de 2023

Crítica: The Wrath of Becky (2023)

Secuela dirigida por Matt Angel y Suzanne Coote, quienes comparten créditos como co-escritores del guión junto a Nick Morris. Se estrenó en VOD el pasado 26 de mayo dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 8 de agosto.

Sinopsis:

Dos años después de haber escapado del violento ataque a su familia, Becky (Lulu Wilson) quiere reconstruir su vida. Sin embargo, cuando por cuestiones del destino un grupo llamado “Noble Men” entran a la casa donde vive y se llevan a su perro, esta tendrá que regresar a sus viejos hábitos para recuperarlo. 


Comentarios generales:

“Becky” de 2020 es una película a la que describí en su momento como la “Home Alone del cine de terror” debido a que realmente lo que importaba era ver a la protagonista haciéndole la vida imposible a los villanos. Todo bajo una propuesta simple que funcionaba y realmente no parecía que tuviera más tela de donde cortar; sin embargo, The Wrath of Becky demuestra que el tiempo de vida de cualquier proyecto cinematográfico en la actualidad se puede extender con tan solo unos ligeros cambios.

Y es que lo traído por Angel y Coote ahora lo describiría como la “John Wick del cine de terror”, no solo por la cuestión del perro, sino porque en realidad el concepto es incluso más simple que el de la entrega anterior y claramente tiene el propósito establecer al personaje de Becky como una antiheroína en toda la regla. Lo cual hace que la historia en si no sea tan relevante porque en general todo lo que ocurre es predecible y desde muy temprano uno se puede dar cuenta hacia dónde va el asunto, brindándole con esto un ritmo ágil al filme que encaja perfectamente con la idea de no profundizar demasiado en los eventos traumáticos que han marcado a nuestra protagonista, sino darle más importancia a lo que puede llegar a hacer después de andar reprimiendo sus instintos violentos durante un par de años.

El problema es que el lapso de tiempo entre el detonante de su furia y su revancha es muy largo, provocando con esto que las cosas se vuelvan un tanto aburridas durante el segundo acto porque los villanos no son muy interesantes y se plantea una situación con una clara agenda política que, al menos durante ese momento, se siente fuera de lugar. Aunque afortunadamente una vez que inicia la violencia se recompone el camino y lo que ocurre en pantalla no decepciona debido a que existen escenas con un buen impacto visual para dejar en claro lo peligrosa que es Becky y a la misma vez también muestran que todavía no es alguien infalible para tratar de equilibrar ligeramente la balanza en la parte final.

Una que trata de generar un mayor nivel de tensión al ponerla en una situación de riesgo que en parte funciona, pero el hecho de que los villanos sean tan poco interesantes termina por hacer que estos minutos no sean los más emocionantes. Dejando con esto un desenlace en el que ocurre lo esperado y, sobre todo, se presenta algo destinado a expandir la franquicia probablemente fuera del género de terror.

Sobre las actuaciones, nuevamente este es el show de Lulu Wilson y la chica vuelve a cumplir con este rol sin demasiados problemas para que el personaje de Becky siga creciendo en el gusto del público. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es muy elaborada, el score cumple, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son de buena calidad y la labor de maquillaje es discreta. 

Opinión final: The Wrath of Becky está entretenida. Secuela de poca duración para pasar el rato y ver violencia.  

Ojometro:
***

viernes, 14 de agosto de 2020

Crítica: Becky (2020)


Película dirigida por Jonathan Milott y Cary Murnion (Cooties), cuyo guión fue escrito por la tripleta conformada por Nick Morris, Ruckus Skye y Lane Skye. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

El fin de semana de Becky (Lulu Wilson) con su padre en la casa del lago se convierte en un auténtico infierno cuando un grupo de convictos en fuga les realizan una inesperada visita.



Comentarios generales:

El año pasado vimos a Dannis Quaid salirse de su zona de confort para adentrase en el género de terror y este año tocó el turno de Kevin James, un actor que incluso generaba más sorpresa considerando que toda su trayectoria se ha centrado en la comedia. Por eso mismo es que Becky resaltaba por encima del resto de las películas en esta época carente de estrenos de peso, él era el mayor punto de venta; sin embargo, al final su presencia se puede decir que resultó meramente anecdótica.

Y es que lo que nos regalan Milott y Murnion se podría describir como la “Home Alone” del cine de terror, donde realmente todo lo importante recae en su joven protagonista y lo demás termina siendo secundario.

Esto por medio de una historia de invasión que es bastante simple en su estructura y cuyo inicio no es precisamente emocionante debido a que más que nada se centra en el escape de los presos y, sobre todo, en lo frágil que es emocionalmente hablando el personaje de Becky. Quien inclusive durante el primer acto queda parada como alguien un tanto desagradable en medio de una dinámica familiar muy frágil que te brinda el suficiente contexto para entender los motivos detrás de su comportamiento.

Lo realmente destacable inicia pasando los 30 minutos de metraje, ya que es cuando el conflicto adquiere unos tintes mucho más violentos y se le da más juego a los convictos; en especial al personaje de Dominick. Cuyas motivaciones realmente son vagas y terminan generando un problema a largo plazo, pero que para propósitos de impacto visual llevan las cosas a terrenos sumamente convenientes debido a que aquí no se guarda nada en lo que respecta a la sensibilidad del espectador, haciendo poco a poco que Becky se vaya convirtiendo en una maquina asesina con la cual disfrutas ver cómo resuelve de manera perturbadoramente creativa un problema en el que tiene una desventaja evidente.

Todo bajo un ritmo dinámico que se traslada hasta una parte final que encontré bastante disfrutable gracias a la intensidad con la que se maneja y porque no escatiman en nada para generar impacto. Aunque definitivamente si te quedas con cierta sensación de vació con respecto a un detalle en especifico (la llave) debido a que básicamente es por esto que se desencadena todo y no responden la pregunta fundamental que conlleva.

En cuanto a las actuaciones, quien se lleva todos los reflectores es Lulu Wilson. Tal vez no con el personaje más complejo que existe, pero si al que logra sacarle el máximo provecho por medio de un comportamiento violento (incluso sádico por momentos) con el cual puedes llegar a sentir mucha empatía y que de alguna forma logra que no cuestiones tanto la credibilidad de sus enfrentamientos físicos con tipos mucho más grandes que ella.

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte básica, cuenta con un score adecuado, el trabajo de sonido no tiene fallos, la labor de maquillaje resulta efectiva y los efectos están muy bien hechos para añadir un nivel de shock que resulta fundamental en el filme.

Opinión final: Becky me gustó. Película simple, pero muy violenta que te deja claro que Lulu Wilson puede llegar a ser alguien importante dentro del género los próximos años.

Ojometro:
****

lunes, 21 de agosto de 2017

Crítica: Annabelle: Creation (2017)


Precuela dirigida por David F. Sandberg (Lights Out), cuyo guión fue escrito nuevamente por Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados el pasado 10 de agosto, mientras que en México y varios países de Latinoamérica hizo lo propio durante este fin de semana. Recaudando hasta la fecha $160 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Doce años después de la trágica muerte de su pequeña hija, los Muller aceptan recibir en su enorme casa a una monja y a seis niñas huérfanas para que tengan un hogar. Lo malo es que con su llegada también despertarán a un demonio que utiliza a una aterradora muñeca como su medio para manifestarse.



Comentarios generales:

Annabelle no es precisamente mala, pero a muchos nos dejo con la sensación de que pudo haber sido algo mucho mejor y que además no encajaba del todo con el universo de The Conjuring. Aunque, por otra parte, su éxito comercial garantizaba al menos una entrega más y con ello las esperanzas de ver que corrigieran el camino, lo cual parecía muy probable que lograran cuando se reveló que esta sería una precuela que se centraría en los origines y afortunadamente eso se volvió realidad, ya que Annabelle: Creation es superior en prácticamente todos los sentidos a la primera entrega.

Y en gran medida esto se debe a que Sandberg nos regala una película que no pretende encontrar el hilo negro y se centra completamente en contar una historia sin grandes complicaciones que, antes que nada, encaje con el universo cinematográfico al que pertenece y le dé prioridad a los personajes sobre los sustos fáciles. Esto porque al menos durante los primeros 25/30 minutos se centra completamente en la dinámica entre los Muller y las niñas para poder entender mucho mejor a ambas partes desde el lado emocional e incluso físico, aunque sin dejar de lado en ningún momento ese contraste de luz/oscuridad proporcionado principalmente por la atmósfera que se construye dentro de una casa que de manera progresiva se va convirtiendo en el primer medio para ir manifestando la maldad que hay ahí.

Evidentemente esto tiene como resultado que el ritmo sea uno mucho más pausado, ya que el desarrollo en general toma tiempo, pero una vez que se empieza a darle rienda suelta a todo el tema del demonio las cosas fluyen de manera perfecta. Esto gracias a que el director muestra una gran habilidad para ir introduciendo poco a poco sustos fáciles por medio de elementos sonoros o visuales cuyo principal propósito es el hacer sentir completamente indefensa a una de las niñas (Janice) y con ello manifestar el verdadero peligro con el que están lidiando; además de ir generando interés por diversos detalles que en algún punto quieres ver cómo se unen para darle sentido precisamente al origen del mal.

Un aspecto que es importantísimo al tratarse de una precuela y que a mi parecer logran redondear de gran manera, arreglando muchas cuestiones que la primera entrega dejó completamente en el aire. Obviamente añadiendo ciertas cosas que pueden lucir algo improvisadas, pero que no afectan de manera significativa el producto general.

La parte final es bastante buena. Con mucha intensidad, algo de sangre y elementos de impacto que vuelven muy completo el conflicto con las niñas al explotar los temores que estas fueron desarrollando en los actos previos; teniendo como plus el hecho de que se une con el inicio de Annabelle para, una vez más, responder dudas.

En cuanto a las actuaciones la verdad fue una sorpresa ver a Lulu Wilson (Linda) y Talitha Bateman (Janice) cargar con el peso de la película sin muchos problemas, ambas tienen muy buena química y hacen que uno genuinamente se preocupe por ellas desde el inicio, Mientras que el resto del elenco tampoco está nada mal en su labor de complemento, aunque me sorprendió que Miranda Otto tuviera un rol tan limitado.

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno y vital para la efectividad del filme, la dirección de arte cumple, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido es de primer nivel, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva en las partes donde se necesita.

*Cuenta con una escena post-créditos 

Opinión final: Annabelle: Creation me gustó. Se trata de una buena secuela que supera por mucho a su predecesora.

Ojometro:
*****