martes, 14 de febrero de 2017

Crítica: Bornless Ones (2017)


Película escrita y dirigida por Alexander Babaev, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 10 de febrero, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Con la ayuda de sus amigos, Emily (Margaret Judson) se muda a una casa remota para poder cuidar mejor de su hermano con parálisis cerebral. Lo que ellos no saben es que esa casa guarda un aterrador secreto que los empezará a acosar uno por uno hasta poder quebrarlos física y mentalmente.



Comentarios generales:

El que una película utilice fórmulas antiguas últimamente es algo satanizado por muchos, pero lo cierto es que eso no significa que esta sea automáticamente mala o no sea capaz de ofrecer algo entretenido con pequeños toques que le brinden una identidad propia. Lo cual ciertamente parece complicado de lograr si la historia en cuestión es sobre posesiones, pero en el caso de Bornless Ones puedo decir que si ofrecen algo con ese sello particular que la vuelve disfrutable sin ser precisamente muy original.

Siendo esto posible gracias a que lo que nos regala Babaev es una historia que, si bien se centra en un concepto básico conocido, también se construye en base a una situación familiar que presenta cierta complejidad para los personajes y que además juega un papel fundamental en la manera en la que se desarrolla todo esto. Ya que es por medio de la condición física de Zach que se justifica la presencia de los demonios, generando así un primer acto que no resulta tan simple como las típicas fiestas de fin de semana habituales y cuyo lento avance logra establecer de manera sólida todos los misterios que rodean a la casa para que estos vayan siendo revelados poco a poco conforme pasen los minutos.

Lo cual ocurre sin muchos contratiempos pasada la media hora de metraje y que además se da mediante una serie de sucesos desencadenados por posesiones que resultan mucho más violentos de lo que uno se imaginaria. Presentando un nivel considerable de crudeza y sangre sin llegar a algo excesivo como para querer sustentar todo lo que ocurre solo en el shock barato que podría proporcionar un gorefest; donde además se van soltando más detalles con respecto al pasado de los personajes que los dejan vulnerables ante la amenaza y los quiebran mentalmente para empezar a generar así conflictos entre estos.

La parte final es bastante intensa. El director se sigue valiendo del impacto visual para lograr muchos objetivos, pero también se toma su tiempo para explicar claramente la manera de salir del problema y en base a esto construir momentos efectivos que no solo justifiquen la violencia, sino que además puedan solidificar la postura del personaje de Emily ante una situación que bien podría dejar que la consuma fácilmente.

Las actuaciones no están nada mal, curiosamente Judson es la más floja pero el resto del elenco hace una labor bastante buena, especialmente en sus roles de poseídos. La producción es de buena nota: tiene un trabajo de fotografía acertado, la dirección de arte es simple, el score es sólido, el trabajo de sonido es bueno, los efectos son en su mayoría prácticos bien hechos (aunque si hay algo de CGI) y la labor de maquillaje es destacada.

Opinión final: Bornless Ones me gustó. Es una buena película de posesiones cuya única intención es entretener y lo logra de manera adecuada.

Ojometro:
****

viernes, 10 de febrero de 2017

Crítica: Stake Land 2: The Stakelander (2017)


Secuela dirigida por Dan Berk y Robert Olsen, cuyo guión fue escrito por Nick Damici. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 7 de febrero y su salida en formato físico está programada para el 14 de este mismo mes.

Sinopsis:

Cuando su casa en el Nuevo Eden es destruida por la revitalizada Hermandad que ahora es dirigida por un nuevo líder vampiro, Martin (Connor Paolo) se embarca en un viaje por lo que queda de los Estados Unidos para encontrar al que alguna vez fue su mentor: el legendario cazador de vampiros conocido únicamente como “Mister” (Nick Damici).



Comentarios generales:

La primera Stake Land tomó a todos por sorpresa hace siete años debido a que realmente nadie se imaginaba que un proyecto tan pequeño resultaría ser en una de las mejores películas sobre vampiros de los últimos 20 años. Así que cuando se anuncio una secuela con el elenco original y con Damici nuevamente involucrado en la elaboración del guión me emocione ante la idea de ver una continuación que hasta hace no mucho parecía poco probable; realmente la mesa estaba servida para ver una buena segunda entrega y aunque Stake Land 2 no le llega a los talones a la primera, si resultó ser bastante agradable.

Esto se debe a que Bery y Olsen se dedican a regalarnos una historia que, además de seguir varios de los conceptos que se establecieron en la anterior, se centra mucho más en la evolución de los dos personajes principales después de tantos años; especialmente en el caso de Martin. Ya que básicamente todo el primer acto se realiza bajo la premisa de mostrarnos su adaptación dentro de este mundo hostil y sobre cómo puede valerse por sí solo en situaciones extremas, pero todavía sin la maduración suficiente como para enfrentar amenazas mayores y por eso mismo necesita reencontrarse con su mentor.

Proposito que le da vida a todo el segundo acto. El cual se beneficia mucho del reencuentro y de la química natural entre ambos personajes, pero que sigue una dinámica un tanto distinta debido a que ahora es el joven quien debe de proteger al Mister de las amenazas que los persiguen y tratar de comprender ciertos comportamientos que no parecen propios de él. Algo que ciertamente no me desagradó; sin embargo, al seguir esta dinámica el nivel de violencia de las acciones no es tan intensa como uno esperaría y por varios lapsos hace que la película caiga en situaciones predecibles que la vuelven un tanto lenta.

Lo que si no me gustó fue el hecho de que los villanos son poco interesantes. La hermandad queda reducida a puros sirvientes desechables y el nuevo líder de los vampiros solo aparece unos cuantos minutos sin hacer nada que lo haga especial. 

La parte final es entretenida a pesar de que la explicación que hay detrás para justificar el conflicto la encontré un tanto pobre. No porque sea descabellada, sino porque realmente solo son migajas lo que se te muestra como para involucrarte de manera tan profunda en este; aunque toda la batalla final quedo bien y el desenlace les hará recordar un poco al de la primera.

En las actuaciones ahora es Paolo quien recibe más tiempo en pantalla y ciertamente no lo hace nada mal, mientras que Damici sigue en la línea conocida. La producción no varía mucho con respecto a la anterior: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte está ok, el score es agradable, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es un poco más austera.

Opinión final: Stake Land 2 es una película entretenida. Está muy lejos de su predecesora, pero logra darle un buen seguimiento a esta pequeña historia.

Ojometro:
****

martes, 7 de febrero de 2017

Crítica: Don't Knock Twice (2017)


Película dirigida por Caradog W. James, cuyo guión fue co-escrito por Mark Huckerby y Nick Ostler. Se estrenó en Rusia a inicios del mes de enero y luego hizo lo propio dentro de los Estados Unidos por medio de VOD el pasado 3 de febrero. Su salida en formato físico está programada para el próximo 12 de mayo.

Sinopsis:

Una madre desesperada (Katee Sackhoff) por reconciliarse con su problemática hija se ve envuelta en una antigua leyenda urbana sobre una aterradora bruja.  



Comentarios generales:

Las películas centradas en leyendas urbanas son de lo más común dentro del género, ya sean parte del folklore de una determinada cultura o creadas exclusivamente para los propósitos de la historia que se piensa contar. Por lo general son una vía fácil y efectiva de lograr dinero, pero eso provoca que también sea complicado el poder generar algo original debido al exceso de esta clase de propuestas, algo con lo cual Don't Knock Twice tenía que lidiar y que, en términos generales, creo que logra superar.

Realmente lo que nos trae Caradog no es una historia compleja, incluso me atrevería a decir que la leyenda urbana que presenta es de las más básicas que uno puede imaginar, pero es la manera en la que este logra ir construyendo todo en torno a la ríspida relación entre madre e hija que la vuelve interesante. Ya que el primer acto es una combinación de los problemas que aquejan a Chloe por amabas direcciones; donde tiene que lidiar con el hecho de que no confía en su madre, pero a la vez tener que aceptar que estar con ella es la única opción que le queda para tratar te protegerse de lo que la persigue. Generando así varios momentos bastante interesantes que ponen en evidencia la tensión que se siente entre ellas y que, al menos de entrada, proponen un escenario de vulnerabilidad muy importante.

Para el segundo acto el director aprovecha dicha vulnerabilidad para construir poco a poco una atmósfera tétrica y, sobre todo, una serie de sustos efectivos para brindarle mucho más fuerza a la amenaza. La cual obliga a las dos protagonistas a realizar acciones bastante coherentes para tratar de combatirla, pero que no son suficientes y eso hace que el espectador se vaya involucrando mucho más en todo lo que ocurre en pantalla para saber cómo diablos le harán para librarse de algo que las puede seguir a todas partes y que logra quebrar emocionalmente a ambas; poniendo así en jaque una relación que va mejorando en base a la confianza.

La parte final es en la que flaquea, no porque sea mala, sino porque la manera en la que está estructurada provoca que ciertas cosas no tengan demasiado sentido en un inicio. Aquí es donde se combina el mundo real con el fantástico de manera más importante y eso provoca las posibles confusiones, aunque con el desenlace la mayoría de las dudas que se pueden llegar a tener son contestadas.

Las actuaciones están bastante bien; Katee Sackhoff en su rol de madre en recuperación es quien se lleva los reflectores, pero Lucy Boynton (Chloe) también hace un gran trabajo para ser el mejor complemento posible. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score es sólido, el trabajo de sonido bien cuidado, los efectos son decentes y la labor de maquillaje es muy básica.

Opinión final: Don't Knock Twice es una película aceptable. Realmente no aporta nada nuevo, pero les hará pasar un buen rato. 

Ojometro:
***

sábado, 4 de febrero de 2017

Crítica: Rings (2017)


Tercera entrega de la franquicia que está dirigida por el español Francisco Javier Gutiérrez, cuyo guión fue co-escrito por David Loucka, Jacob Estes y Akiva Goldsman. Se estrenó de manera simultánea en varios países, entre ellos México, el 3 de febrero.

Sinopsis:

Julia (Matilda Lutz) se empieza a preocupar cuando su novio explora la leyenda urbana de un misterioso video que te mata después de siete días de haberlo visto y para salvarlo ella lo sustituye. Sin embargo, al hacer esto descubre algo aterrador: hay una “película dentro de la película” que nadie había visto antes.



Comentarios generales:

Creo que para todos resulto una total sorpresa el que hace tres de años se anunciara la tercera entrega de una franquicia que parecía ya totalmente muerta y que no necesitaba ser revivida. Realmente nadie la pidió, pero a pesar de eso me sentía optimista debido a que pensaba que después de 13 años podría salir algo interesante; sin embargo, una vez que se dio a conocer que nadie de las entregas previas estaría involucrado y empezaron los retrasos (originalmente iba a estrenarse en 2015) mis temores se dispararon. Unos que al final fueron totalmente justificados debido a que Rings resultó ser una gran decepción.

Se nota de manera inmediata que hubo muchas ideas involucradas en la concepción de la historia porque la película inicia con la escena del avión con la cual basaron toda la promoción, pero esta se termina siendo algo totalmente ajeno y una simple excusa para justificar la presencia del video en VHS en pleno 2017. Dejando así a Gutiérrez con la labor de construir algo nuevo en base a una idea vieja por medio de un romance juvenil que vuelve la primera media hora una bastante aburrida; donde se invierten algunos minutos en un plan complejo tramado por el personaje de Johnny Galecki que queda en el olvido rápidamente y que solo sirve de simple anécdota cuando bien podría haber sido el sustento perfecto para añadir cierta frescura gracias a su perverso trasfondo.

Esto provoca una película lenta, tediosa y sumamente predecible que poco a poco se va olvidando de los elementos que tanto le gustan a los fans para enfocar toda la atención en el personaje de Julia. Uno que se ve involucrado durante su investigación en diversas situaciones diseñadas exclusivamente para añadir misterio y generar algunos sustos, pero que nunca terminan por convencerte debido a que no se puede percibir esa sensación de peligro que tendría que estar experimentando al ser la próxima víctima de Samara.

La tensión se encuentra totalmente ausente e incluso por varios momentos ni siquiera parece importar lo que se construyo en las entregas anteriores gracias a que todo transcurre de manera demasiado tranquila cuando, en teoría, se tendría que explotar mucho más ese sentimiento de urgencia entre estos personajes para salir del problema.

La parte final es probablemente lo más convincente. La manera de unir todas las piezas de este gran rompecabezas es fluida y sin muchas complicaciones; además de que el conflicto presentado finalmente logra añadir algo de inquietud sobre el futuro de la protagonista.

Las actuaciones son bastante flojas, tanto Lutz como Alex Roe (Holt) resultan aburridos en básicamente todo lo que hacen; mientras que Vincent D'Onofrio y Johnny Galecki terminan dándole vida a personajes que pudieron haber sido utilizados de mejor manera. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía sólido como siempre, la dirección de arte cumple, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es impecable y la labor de efectos/maquillaje no presenta nada realmente nuevo (aunque siempre es bueno ver a Bonnie Morgan caracterizada haciendo contorsiones llamativas).

Opinión final: Rings es extremadamente aburrida. Un intento fallido por revivir una franquicia que probablemente solo vaya a ser del agrado de sus más fervientes fans.

Ojometro:
**