domingo, 7 de mayo de 2017

Crítica: Eloise (2017)


Primer largometraje del director Robert Legato, cuyo guión fue escrito por Christopher Borrelli. Salió en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que su salida en DVD se dio a finales de marzo.

Sinopsis:

Cuatro amigos se adentran en un antiguo hospital psiquiátrico abandonado con el propósito de encontrar un certificado de defunción, el cual le ayudará a uno de ellos para conseguir una importante herencia. Lo malo es que estando ahí dentro no solo conocerán la aterradora historia del lugar, sino también la verdad sobre sus trágicos pasados.



Comentarios generales:

Para muchos es un tema menor, pero lo cierto es que la elección de un titulo apropiado para una película puede definir el futuro de esta gracias a que en muchas ocasiones es la única información con la que se cuenta antes de verla. En el caso de Eloise dicha elección claramente no fue la mejor, esto porque el titulo te hace suponer algo totalmente distinto y nunca te pasa por la mente que en realidad ese es el nombre de un antiguo hospital, provocando así un conflicto con lo que uno piensa que va a ver y lo que en realidad te están presentando en pantalla.

Lo cual ciertamente es algo contraproducente, pero en este caso tampoco creo que sea el principal factor para que lo que nos regala Legato nunca termine por convencer; en especial cuando las bases de esta historia son tan endebles. Ya que básicamente todo se sustenta en la incógnita que existe detrás de este hospital psiquiátrico de tan peculiar nombre, pero la verdad es que nunca logran exponer muchas cosas para que el espectador tenga un interés genuino sobre dicho lugar y eso ocasiona que todo el primer acto resulte demasiado aburrido de ver, incluso con el desesperado intento por querer introducir cierto aspecto cómico por medio de un personaje demasiado exagerado y poco creíble.

Es hasta llegados los 35 minutos cuando las cosas se ponen interesantes, en gran medida porque el interior del hospital finalmente logra generar una atmósfera agradable y con eso inmediatamente una sensación de misterio que, si bien resulta muy pequeña, ayuda a que por fin esto se sienta como una película de terror. Además de que es a partir de aquí cuando el ritmo se incrementa y con ello podemos presenciar algunas escenas un poco más intensas diseñadas para entender de mejor manera el pasado del hospital; sin embargo, esto no sirve de nada gracias a que llega un punto en el que todo lo que estás viendo no tiene mucho sentido entre los saltos de tiempo utilizados que nunca son debidamente justificados.

La parte final es por mucho lo mejor. Tampoco es que sea una maravilla, pero al menos es donde se encuentra algo más de creatividad y ciertos aspectos emocionales (ligados al pasado de los protagonistas) que se complementan de manera aceptable; aunque eso no evita que la historia siga siendo inverosímil y que te deje más dudas que respuestas.

De las actuaciones no puedo decir que son malas realmente, por ahí existe solo una muy exagerada pero el resto hace lo mínimo aceptable considerando que tampoco tenían mucho con que trabajar. La producción es donde claramente está su fuerte: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es bastante buena, el score resulta agradable, cuenta con un trabajo de sonido bueno y  toda la labor de efectos es relativamente simple.

Opinión final: Eloise no vale la pena. Un thriller psicológico bastante aburrido que rellenará la programación de diversos canales de TV en unos cuantos meses.

Ojometro:
**

miércoles, 3 de mayo de 2017

Crítica: Savageland (2017)


Película dirigida por Phil Guidry, Simon Herbert y David Whelan, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión. Salió directamente en VOD el pasado 24 de febrero dentro de los Estados Unidos, pero no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Algo terrible ha ocurrido en un pueblo localizado en la frontera de Arizona con México llamado Sangre de Cristo, ya que sus 57 habitantes han desaparecido y solo quedan rastros de sangre. El mayor sospechoso es un inmigrante ilegal en el que toda la evidencia recae; sin embargo, una serie de fotografías que él mismo tomó durante esa trágica noche cuentan una historia totalmente diferente a la de las autoridades.



Comentarios generales:

Cuando vi el primer trailer de esta película no supe cómo reaccionar debido a que actualmente el tema de la inmigración ilegal es uno delicado por ciertos factores que seguramente ya todo el mundo conoce y en primera instancia parecía que esto solo se trataba de mero oportunismo sin sentido. Afortunadamente no podía estar más equivocado, ya que si bien dicho tema forma parte esencial, lo cierto es que Savageland lo utiliza para regalarnos algo bastante original que resulta mucho más dinámico e interesante de lo que se pudiera llegar a pensar considerando su formato.

Ya que este es un falso documental cuya idea base se centra en hacer una declaración política con respecto al tema de la inmigración desde el punto de vista de ambas partes, pero los directores también lo aprovechan para ir creando una historia por demás atractiva que en todo momento deja claro que no se trata solo de la demonización de uno u otro bando. Esto porque una vez que se establece el caso a analizar y el actuar completamente inadecuado por parte de las autoridades la película toma un rumbo que no esperas con la revelación de unas fotos que dictarán por completo no solo el ritmo restante, sino también la aparición de ciertos elementos ligados al género de terror que no parecía que fuera a tener.

Convirtiéndola así esencialmente en una película de zombies (o algo parecido a los zombies) que no se cuenta para nada de la manera tradicional y que demanda una buena dosis de paciencia por parte del espectador para ir entendiendo este suceso que, si no fuera por el principal sospechoso, sería imposible de comprender.

Siendo esto mismo en donde radica su principal fortaleza, ya que esa contra exposición de la investigación policíaca totalmente amañada por temas raciales con la historia contada por las propias fotografías logran de algún modo brindarle una dinámica por demás disfrutable a lo que estás viendo. La cual ciertamente carece de momentos de impacto o de sustos, pero no por ello deja de ser desgarrador de ver considerando que es uno mismo quien saca sus conclusiones ante las pruebas gráficas que conforme pasan los minutos se vuelven más intensas.

La parte final cumple su objetivo al darle un cierre al aspecto de la investigación, pero con todas las interrogantes abiertas con respecto a lo que verdaderamente ocurrió en dicho pueblo; dejando la idea de que es algo mucho más grande de lo que se imagina. Aunque creo que el vídeo mostrado al último es algo que está de más y pudieron habérselo ahorrado.

Las actuaciones son tal y como se necesita en los falsos documentales, ósea… convincentes y sin ninguna que resalte sobre el resto debido a que la idea es que todo luzca lo más realista posible. La producción es discreta, pero cumple: tiene un buen trabajo de fotografía, está muy bien editada, la labor de sonido es sólida y la música es un buen complemento.

Opinión final: Savageland me gustó. Definitivamente no es para todos, pero es una propuesta fresca que merece por lo menos un visionado. 

Ojometro:
****

sábado, 29 de abril de 2017

Crítica: The Void (2017)


Película dirigida por Jeremy Gillespie y Steven Kostanski, quienes además son los escritores del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD en el Reino Unido el 31 de marzo, mientras que su salida en DVD está programada para el próximo 9 de mayo.

Sinopsis:

Cuando el oficial Carter (Aaron Poole) lleva a una persona herida al hospital local durante el turno nocturno, un extraño culto empieza a rodear el edificio para evitar que todos los que se encuentran ahí dentro puedan salir. Una situación que empeora cuando uno por uno empieza a enloquecer, desatando así un caos que los llevará a descubrir una maldad más allá de su comprensión.



Comentarios generales:

El caso de The Void es uno peculiar debido a que empezó a obtener notoriedad por medio de una campaña de Indiegogo, aunque no por pedir dinero para financiar el proyecto en su totalidad, sino más bien para poder financiar los efectos prácticos que este iba a tener. Algo verdaderamente genial que obtuvo una gran respuesta por parte de los fans, pero que igualmente creó cierta confusión debido a que pronto se le etiquetó como la nueva The Thing y gracias a esto se pensó que su línea sería similar al clásico de los 80s, cuando en realidad se trata de una película un tanto diferente.

Es muy claro que Gillespie y Kostanski toman inspiración de dicho clásico, pero también se notan influencias de otros trabajos donde estuvo involucrado el propio Carpenter como Halloween II, In the Mouth of Madness o Prince of Darkness. Todo para crear una historia que desde el primer instante te llama la atención por el impacto con el que cuenta y porque no tarda demasiado para establecer el problema central, logrando así que el primer acto sea uno increíblemente dinámico; en donde se te muestra en un lapso bastante corto mucho más de lo que esperas desde el lado de la violencia y el impacto visual para que así tu interés se dispare ante tantas cosas extrañas que están pasando en pantalla.

Un aspecto que se mantiene hasta entrado el segundo acto y que se combina bastante bien con ciertos conflictos entre los propios personajes que vuelven mucho más compleja su situación; sin embargo, con el paso de los minutos las cosas se calman un poco y dicho cambio de ritmo no resulta del todo benéfico. No tanto porque afecte el tema del impacto o el gore, sino porque para este punto a uno le gustaría saber un poco más con respecto al culto y realmente nunca se toman el tiempo para darte grandes detalles; de hecho, lo único que hacen es darle muchas vueltas a la trama mientras se trata de distraerte con algo visualmente llamativo, lo cual termina por provocar que las cosas se tornen algo aburridas mientras se va llegando a la parte final. 

Una que resulta efectiva y con la dosis de violencia necesaria para satisfacer a quienes buscan solo eso, pero también contiene un poco más de clarificación con respecto al culto y a los propósitos de su líder. Logrando así un cierre potente.

Las actuaciones están bien, realmente casi todo el elenco es desconocido y ninguno logra resaltar por encima del resto de manera importante. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido (aunque con decisiones algo cuestionables al momento de presentar a las criaturas), la dirección de arte cumple, cuenta con un buen score y el trabajo de sonido está ok; sin embargo, los que sin duda se llevan todos los reflectores son los efectos prácticos que justifican por completo su uso.

Opinión final: The Void me gustó. Es terror puro y dinámico, aunque su historia un tanto extraña puede hacer que muchos no la disfruten.

Ojometro:
****

martes, 25 de abril de 2017

Crítica: Bethany (2017)


Película dirigida por James Cullen Bressack (Blood Lake: Attack of the Killer Lampreys), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto al protagonista Zack Ward. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 7 de abril dentro de los Estados Unidos, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de la muerte de su madre, Claire (Stefanie Estes) y su esposo se mudan a la casa en donde ella pasó su infancia. Sin embargo, ya estando ahí, ella empezará a ser acechada por una amiga imaginaria que tenía cuando era niña.  



Comentarios generales:

Producciones sumamente pequeñas son el pan de cada día dentro del género y eso no va a cambiar, sobre todo en estas épocas en las que filmar es un poco más sencillo que antes y existe un medio de promoción masivo como el internet. Mes tras mes salen varias de este tipo, es algo común; sin embargo, lo que no es tan común es ver a nombres relativamente conocidos aparecer en estas, así que cuando vi los de Shannen Doherty y Tom Green mi curiosidad por Bethany se elevo un poco más de lo habitual; aunque al final me lleve una no tan sorpresiva decepción.

En gran medida porque lo que nos regalan Bressack y Ward es algo muy parecido a otro trabajo previo suyo, con diferentes argumentos claro está, pero con una línea peligrosamente similar que al combinarla con temas ligados a espíritus del pasado no solo se siente genérica y arcaica, sino que además la convierte en algo demasiado aburrido de ver. Esto porque el personaje de Claire es uno con el cual no se siente empatía alguna desde un inicio y eso inmediatamente provoca que todas las situaciones diseñadas para mostrar, ya sean sus problemas de la niñez o los actuales, no generen los niveles de suspenso/terror esperados para que ayuden a sobrellevar de mejor manera algo que está diseñado bajo la idea de desarrollarse a un ritmo lento.

Lo cual tampoco se ve beneficiado ante el hecho de que las acciones se vuelven repetitivas demasiado rápido; de pronto todo se centra en poner al personaje principal a tener sueños o alucinaciones que, más allá de ser visualmente atractivas, no tienen mucha sustancia detrás. Haciendo con esto del segundo acto uno en donde la sensación de que no pasa nada sea muy elevada, mucho más cuando el resto de los personajes solo están ahí como adornos o para realizar escenas sin importancia hasta que por unos breves lapsos uno de estos lleva a cabo una pequeñísima investigación que básicamente te revela el misterio central.

Los 15 minutos finales son los que la salvan de ser un bodrio insufrible. Principalmente porque es en la única parte en donde se logra que uno sienta pena por la situación que rodea a Claire y además se hace un trabajo decente para tratar de mantener el misterio lo menos predecible que se pueda, a pesar de que resulta más que evidente.  

Las actuaciones son bastante pobres, Estes realmente nunca te logra transmitir nada y Ward hace el mismo rol que ha hecho como en otras tres películas; mientras que Doherty y Green solo reciben tiempo muy contado en pantalla. La producción es de la línea que uno espera en filmes de bajo presupuesto: el trabajo de fotografía cuenta con algunas decisiones muy cuestionables, la dirección de arte es muy simple, el score es tal vez lo mejor de la película, el trabajo de sonido está ok, los efectos son medio arcaicos pero cumplen y la labor de maquillaje es aceptable.

Opinión final: Bethany es realmente aburrida. Una película del montón de la cual nadie se va a acordar en unos cuantos meses.

Ojometro:
**